Debonaire 4

Debonaire sigue sus andanzas, esta vez contara con una aliada...

ATENCION

-Los hechos aquí descritos o narrados contienen actos de abuso y agresión penada por las leyes de todos los países (hasta donde se). Solo fueron escritos y publicados con el fin de entretener.

-Dichos hechos pertenecen a la ficción, cualquier parecido con la realidad se tratara de pura, mera y llana coincidencia.

-El autor de esta historia

CONDENA

cualquier acto de violencia en contra de cualquier ser humano.

-No seas cabron,

PRACTICA EL SEXO SANO, SEGURO Y CONSENSUADO.

Y si es posible, con amor.

-Este relato es solo para mayores de 21 años, que no sean débiles mentales.

Se recomienda leer las 3 primeras partes de la saga:

Debonaire http://www.todorelatos.com/relato/72973/

Debonaire 2 http://www.todorelatos.com/relato/73136/

Debonaire 3 http://www.todorelatos.com/relato/73230/

Prologo

Han pasado 12 días desde el primer ataque de Debonaire a gente inocente. O al menos así lo han hecho saber los medios de comunicación. Cuatro estudiantes universitarias, María López, Yanet Vicariz, Sofía Uzcategui y Camila Gómez fueron las primeras víctimas de este extraño hombre que no presentaban antecedentes de ningún tipo. Muchos al enterarse dijeron que se había tratado de un error, hubieron otros que pensaron que tal vez las chicas en realidad no eran unas santas como lo hacía ver la prensa. Lo veían como una tapadera para hacer quedar mal al "héroe", ya que él había hecho justicia aunque sea por métodos poco ortodoxos pero aun así se gano un gran renombre e inclusive el apoyo por parte de mucha gente que le parecía correcto lo que hacía. Muchos otros en cambio, condenaron estos actos, los cuales se repitieron 3 veces más durante los últimos 12 días.

La segunda vez que ocurrió, fue a otra estudiante universitaria. Esta vez fue a ella sola. Una hermosa chica de tez negra, con un cuerpo de infarto, incluso en su clase se había ganado el título de "la diosa de Ébano". Su nombre: Carmela Sánchez. Fue encontrada en una de las principales arterias viales de la ciudad, desnuda, abusada y golpeada.

La tercera vez fueron dos profesoras de la misma casa de estudios a la que acudían las 5 chicas anteriormente atacadas. Catherine Gutiérrez, de 48 años, que impartía la cátedra Matemáticas II, y Antonieta Bermúdez, de 52 años, que impartía Introducción A La Administración De Empresas. A ambas mujeres, que a pesar de su edad tenían un cierto atractivo, se les encontró en el automóvil de una de estas, atadas, totalmente desnudas, ultrajadas sexualmente.

La última vez que ocurrió, la víctima fue una hermosa chica de 23 años de edad, piel canela, modelo profesional, de rasgos italianos. Antonina Cannaral fue ultrajada sexualmente de manera salvaje en las gradas del campo de futbol perteneciente a la universidad, la misma que guardaba relación con las victimas anteriores.

Todas relataron ser abusadas sexualmente por un hombre de cabello negro, liso, largo poco más arriba de los hombros, con lentes oscuros, vistiendo camisas manga larga de botones, y jeans. En todos los casos el violador oyó la canción titulada "Debonaire" mientras cometía los atroces crímenes. A pesar de que la agente del CEIP Sonia Durani había expuesto ante sus compañeros que este se trataba de un violador distinto, por la manera en que ocurrieron los hechos, estos no le hicieron caso. Mucho menos los medios de comunicación, quienes afirmaban que Debonaire era el verdadero responsable de semejantes actos. A pesar de las opiniones divididas entre el público, la pregunta del millón era formulada por todos: ¿De verdad Debonaire había cometido esos últimos crímenes?

Además de todo esto, al caso fueron asignados dos agentes extras, Vicente Escalona y la detective Sarahit Barrios. Esta decisión fue tomada por el director adjunto, Carlos Fonseca, más que todo por conveniencia propia, al haber recibido aquel correo desagradable por parte del misterioso Debonaire, en el cual le avisa que va a por él, aunque dicha evidencia fue ocultada por el mismo, denunciando como un hecho aislado a él la desaparición de su ex esposa, la jueza Andrea Vicarte y de su hija, Vanessa Vicarte, quien decidió no usar el apellido de su padre luego de la ruptura de el con su madre.

Debonaire 4

Una noche como cualquier otra. La estudiante universitaria Victoria Rodríguez, chica de 22 años, blanca, de cabello negro y liso, De rostro hermoso, aunque con una figura no muy llamativa, pero que sin ser voluptuosa, levantaba alguna que otra mirada, salió de su clase nocturna de microeconomía, dirigiéndose al cafetín de la universidad. Allí se consigue con su compañera de clases Ana Gil, de 19 años de edad, blanca, con el cabello negro con mechones pintados de amarillo, con un cuerpo no muy agraciado, ligeramente rellenito pero cuyos grandes senos operados se llevaban todas las miradas por allá donde pasaba. –Ana, ¿hiciste tu parte para el trabajo de Estadística? –le pregunto Victoria a Ana.

-No Victoria, aun no lo he hecho. –le contesto Ana, con tono despreocupado.

-Chama no me queda de otra que sacarte del equipo de trabajo. Tengo dos semanas pidiéndote que hagas tu parte de este, y pasado mañana debemos entregarlo. Esa evaluación vale muchos puntos, y no la perderé por tu culpa. –Le dice una molesta Victoria al notar la despreocupación e irresponsabilidad de su amiga.

-No puedes hacer eso, mañana en la noche te lo entrego para que lo adjuntes a tu parte -Le contesta una molesta Ana, a quien no le gusta la actitud de su amiga.

-No Ana, no esperare más por ti. Ve a ver como solucionas tu rollo, yo hare la parte que falta y punto, te jodes, no voy a perder mi nota por tu culpa. Esa actitud irresponsable tuya te jugara malas pasadas a futuro, peores que esta, te lo aseguro. –le dijo Victoria poniéndole punto y final a la pequeña discusión dando media vuelta y marchándose del sitio. Ana la vio con una cara de furia extrema, tanto por el regaño, como por haberle dado la espalda y marcharse así, dejándola con la palabra en la boca.

Ana se dirigió un momento al baño a orinar. Hizo sus necesidades, se lavo las manos, se retoco un poco el maquillaje, y salió rumbo al estacionamiento donde su automóvil se encontraba aparcado. Aun seguía molesta por el regaño que le propino su compañera. Desactivo la alarma de su Corsa color verde, abrió la puerta y entro en el. Se asusto cuando alguien más abrió la puerta del copiloto, era Victoria, quien se metió en el carro. Una vez pasado el fugaz susto, Ana le dice mirándola a los ojos y con tono de molestia –Coño Victoria, ya me dijiste que me sacarías del grupo, ¿Qué quieres ahora? bájate de mi carro ya, no tengo nada más que hablar contigo. – A lo que Victoria le responde – Tal vez conmigo no, pero con el tendrás mucho de qué hablar -le dijo esto último señalando hacia detrás de Ana, en la ventanilla de su lado. Ana volteo la cabeza y vio la figura de un hombre que, con un movimiento bastante rápido, le tapo la boca y le aplico una llave al cuello, sacándola del automóvil por la ventanilla. La pobre Ana no pudo reaccionar, solo empezó a patalear y a agitar sus brazos intentando agarrar al captor, pero poco pudo hacer. El misterioso hombre hizo un ligero movimiento con sus brazos que la dejo totalmente inconsciente.

Ana poco a poco fue abriendo los ojos. Le dolía bastante el cuello, y seguía aturdida. Al tener la cabeza agachada, lo primero que vio fue su propio cuerpo, totalmente desnudo. Vio las uñas de sus pies pintadas de negro, y sus dos senos inmensos, operados, con la marca del bikini perfectamente dibujada gracias al ligero bronceado que su cuerpo presentaba. En la costado externo de su seno derecho, se podía observar el principio de un tatuaje, una llamarada que salía de la cabeza de un dragón, que abarcaba desde dicha zona del seno, bajaba por su costado derecho, por las costillas, continuaba por el costado derecho de sus caderas y terminaba envolviendo el muslo derecho, a la mitad, con la cola. Sus pezones llevaban colocados unos piercings. Su ombligo también iba adornado con una corta cadenilla de la cual colgaba una pequeña cruz. Su ante brazo izquierdo iba tatuado con un diseño tribal. Su espalda dejaba ver la figura tatuada de una hermosa amazona de mirada triste. En su nalga derecha lucia otro pequeño tatuaje, una frase que decía "Te amo" en letras negras.

La chica cayó en cuenta de que se encontraba inmóvil, con sus brazos estirados hacia arriba, con las manos atadas a una viga del techo. Vio a su alrededor desesperadamente intentando identificar el sitio en el cual se encontraba cautiva, pero no tuvo la menor idea. Parecía un viejo depósito abandonado. Un bombillo situado sobre ella, y otro más situado en una mesa cercana, sobre la cual reposaba un equipo de sonido portátil, eran la única fuente de luz del lugar, dándole un aspecto lúgubre y misterioso. Ana, a pesar de que se encontraba algo asustada, no cayó presa del pánico. Mantuvo su mente fría y atenta a cualquier posibilidad de escapatoria. No intento gritar, a pesar de que no estaba amordazada. De repente oyó unos pasos que se dirigían hacia ella, a lo lejos diviso una silueta que se fue haciendo más clara a medida que se acercaba. Era Victoria.

-Anita…Anita…Anita -dijo Victoria mientras suspiraba – Eres un caso perdido. Por tu culpa fui reprobada en Matemáticas II y en Introducción A La Administración De Empresas. Fueron tus respuestas en los trabajos grupales las que no quedaron muy convincentes. Te dije que detallaras un poco más tus respuestas pero no lo hiciste. Por puta irresponsable. Eres tan inepta que, aun sabiendo que hay un violador en la universidad, no tomaste tus precauciones a la hora de abordar tu carro -le continuo diciendo, con tono bastante relajado, y reprobatorio. En eso, se oyó fuertemente la canción "Debonaire" por el equipo de música portátil, activado por un hombre alto, de cabello negro liso y largo, poco mas arriba de sus hombros, con lentes oscuros, vistiendo jean y camisa abotonada manga larga y unos….zapatos deportivos negros.

-¡¡¡Estúpido!!! ¡¡¡Apaga eso!!! ¡¡¡Me molesta esa música!!! –le grito victoria al hombre misterioso.

-Pero Vicky…El jefe dijo que debía cometer las violaciones oyendo esta canción…A mí también me molesta mucho ese tipo de música, pero que se hace, la paga por hacer lo que hacemos es buena -Le contesto el hombre, con una voz poco segura y lejos de ser gruesa.

-¡¡Si eres bruto mijo!! ¿Que no te das cuenta que a esta perra no la vamos a dejar ir? ¡¡¡Me vio la cara!!! –le contesto Victoria, bastante enfadada, dirigiéndose a la mesa y apagando el equipo de música.

-Cierto…disculpa Vicky…pero, ¿qué harás con ella? –le pregunto el hombre misterioso.

-Mmmm no lo sé, la verdad. Me vendría bien una alfombra de piel con lindos dibujitos en mi casa jajajaja –contesto Victoria, riéndose a carcajadas. Se acerco de nuevo a Ana y la tomo por la quijada, ejerciendo bastante presión. –Eres una chica problema. Una irresponsable. De seguro nadie te extrañara…Te crees la gran cosota porque tienes las tetas grandes, estoy harta de tu actitud, harta de ver cómo te observan las tetas, de oír por los pasillos que estas rica. - le dijo, soltándola y dándole una sonora bofetada en su cachete izquierdo. –Vas a pagar –le dijo, para darle otra fuerte cachetada en el mismo cachete –Cada una – ¡PLAS! Le propino otra fuerte cachetada pero en el cachete derecho – de las humillaciones -¡PLAS! Otra bofetada más en el mismo cachete derecho, para pasar a sujetarle la concha con las puntas de sus dedos, enterrándole las largas uñas en la piel de sus genitales, quedando la del pulgar lastimando su clítoris el cual se encontraba fuera de su escondite. Victoria acerco su rostro al de ella, quedando rozando su boca. –y de las irresponsabilidades que me han perjudicado -Dicho esto, le planto un beso en la boca a su presa, un beso fuerte, brusco, introduciendo su lengua en la boca de Ana, azotando con esta cada rincón de dicha boca con su lengua, para por ultimo separar un poco su rostro, mordiéndole el labio inferior de manera realmente fuerte.

Victoria al soltarle el labio, y sin disminuir la presión que con su mano ejercía en los genitales de Ana, le dijo a su presa – Haces bien en no gritar, estamos en una zona apartada, donde nadie podrá ayudarte

-Yo no soy nadie -Se oyó decir a una voz gruesa, segura, firme. Victoria volteo, y sus ojos se pusieron como platos al ver a Debonaire sosteniendo con su mano izquierda a su doble, el Debonaire falso, quien estaba fuera de combate. Una jeringa con una droga tranquilizante clavada en el lado izquierdo de su cuello basto para adormecerlo. Con su mano derecha, Debonaire apuntaba a Victoria con un taser, pistola que lanza dardos eléctricos. La captora soltó el coño de Ana, y su rostro claramente demarcaba temor, pánico. Subió sus manos al aire lo más que pudo, rindiéndose. –Espera, no me hagas nada, te lo suplico...me rindo, pero por favor no me jodas - le dijo la pobre con voz casi llorosa. Sus suplicas no fueron atendidas por Debonaire, quien disparo el taser clavándole el dardo eléctrico en el hombro derecho, el cual se enterró dos centímetros dentro de su piel, y emitió una increíble descarga eléctrica. Victoria comenzó a temblar y a gritar fuertemente, convulsiono con mucha brusquedad por un par de segundos hasta que cayó al piso a punto de perder la conciencia. La descarga ya se había detenido, pero su cuerpo aun emitía convulsiones pausadas. Oyó como el equipo de sonido era encendido de nuevo, con la canción "Debonaire". Ahí se desmayo.

Victoria fue abriendo los ojos lentamente. Todo lo veía tremendamente borroso, no podía distinguir nada, además de que todo seguía con la luz tenue de los dos bombillos. Vio una silueta de lo que parecía ser una persona, situándose delante de ella. Más que silueta, era una mancha de tonos blancos, con algo negro y rojo a la mitad. Aun estaba aturdida, no sabía que había pasado. Cerró los ojos fuertemente, y volvió a abrirlos aclarando un poco más la visión pero sin poder distinguir nada aun. Repitió la acción cerrándolos más fuerte aun, al abrirlos, se dio cuenta que dicha silueta era la de Ana, quien iba semidesnuda, con un arnés negro puesto en sus caderas del cual salía un enorme consolador rojo.

-Ya despertó la perra -le dijo Ana a Debonaire, quien le colocaba una venda en los ojos a su "falso yo".

-Que bien -le contesto este. –Déjamela a mí, tú encárgate de este. –le dijo, dirigiéndose hacia Victoria, cuyo rostro denotaba un pánico tremendo. Ella sintió mucho frio, e intento moverse, pero al fijarse bien noto que estaba en la misma posición en la que se encontraba Ana al ser capturada por ella y el falso Debonaire. También se encontraba totalmente desnuda y descalza. Vicky siguió con la mirada a Ana, quien se dirigió hacia el falso Debonaire, el cual vestía una corta falda rosada y un top rosado a juego. Estaba con el abdomen apoyado sobre una especie de carrete para cuerdas, un cilindro que lo obligaba a mantener su culo en pompa. Sus manos estaban atadas a los extremos de dicho carrete, lo que le obligaba tener los brazos estirados hacia los lados. Su lengua se encontraba anillada en la punta, teniendo ajustada una fina cadenilla cuyo extremo contrario estaba abrochado a un anillo en el suelo. Sus pies estaban apoyados en el piso, vistiendo unas sandalias de taco alto plateadas.

-¿Seguro que no oirá nada? –pregunto Ana a Debonaire, recibiendo por respuesta un gesto de afirmación hecho con la cabeza. – Toma, acércale esto a la nariz, hará que recupere el conocimiento de inmediato. –le dijo este lanzándole un pequeño recipiente, el cual Ana atajo sin problemas. Lo destapo y se lo coloco en la nariz a su víctima, el pequeño potecito liberaba un olor fuertísimo, penetrante. Efectivamente hizo volver en si al violador, quien intento gritar y comenzó a moverse desesperadamente al notar su situación. Le costaba hablar, ya que la lengua la tenia afuera. No veía nada, y tampoco oía nada, gracias a unos tapones colocados por Debonaire en los oídos.

-¿Ya puedo comenzar? ¿Ya puedo? ¿Sí? –pregunto Ana a Debonaire, imitando a una chiquilla emocionada por comenzar a usar su juguete nuevo.

-Cuando gustes -Le contesto Debonaire a Ana, quien con una maliciosa sonrisa le propino una fuertísima cachetada al hombre quien sufrió por partida doble, ya que la lengua encadenada sintió el fuerte sacudón de la bofetada. Victoria se horrorizo al ver que el suplicio apenas iba a comenzar. Veía como Ana golpeaba al pobre e indefenso hombre a diestra y siniestra. Asustada, temblorosa, volteo a ver a Debonaire, quien estaba frente a ella, observándola a través de los lentes oscuros puestos. Vicky no pudo evitar comenzar a llorar. No estaba amordazada, por lo que comenzó a suplicar con voz llorosa – No por favor…No me hagas nada, te lo imploro, yo no tengo nada que ver en esto, el me obligo a participar, lo juro, por favor te lo ruego, créeme.

-¿Me ves cara de imbécil? –le dijo Debonaire, fingiendo una fuerte molestia, lo que asusto aun mas a Victoria.

- No señor, para nada, no le veo la cara de imbécil, no me haga nada se lo ruego –continuaba suplicando la asustada chica.

-Claro que si me ves la cara de imbécil pedazo de mierda…Yo sé porque actúo, estoy muy seguro de las cosas que hago. Eres la prima de ese hijo de puta . –dijo señalando al doble quien ahora era desnudado por Ana. -Sé que les pagaron para hacerme quedar mal, violando a pobres mujeres que nada malo habían hecho. Sé que las victimas las elegiste tu. –Le decía con tono más fuerte Debonaire a una despavorida Victoria.

-Noooooo –comenzó a chillar fuertemente Victoria, a moco tendido – no es asiiii lo jurooooo eso es falsooooo -decía una y otra vez la pobre chica.

- Ah, ¿además de verme la cara de imbécil me estás diciendo mentiroso? Me estas colmando la paciencia perra sucia -Dijo Debonaire nuevamente, fingiendo mas molestia e indignación. Sabía perfectamente que la chica estaba muy asustada, y se divertía haciéndole creer que lo molestaba aun más, lo que obviamente aumentaba su temor hacia él. La chica no dijo más nada, solo se puso a llorar. – Sé muy bien que les pagaron a ustedes dos para llevar a cabo las violaciones. Se perfectamente que todas tus victimas tuvieron algún altercado contigo, de esa manera fue como elegiste los blancos para hacerme quedar mal, ibas a aprovechar la situación para ver a algunas de las personas que mas odias bien jodidas. Las cuatro primeras tuvieron problemas contigo porque tú le saliste con una malcriadez a una de ellas. A partir de allí sus amigas te vieron con malos ojos así como tú a ellas. La segunda, por envidia y racista. –al decir esto Victoria no puedo evitar sorprenderse. ¿Cómo el sabia esto? Debonaire prosiguió su explicación –Si putita, no te sorprendas, se que eres racista, y esa chica no solo es de color, sino que encima tiene un cuerpazo explosivo. Tú no eres muy agraciada, y te molestan las mujeres así como ella, que se llevan las atenciones y las miradas de todos…pura envidia. Las profesoras fueron violadas porque fueron inflexibles con las respuestas no muy bien detalladas de Ana. La modelo italiana fue un caso especial de celos y envidia. El chico que te gustaba de tu clase, es su novio. No pudiste soportar eso…y Ahora, Ana…por su irresponsabilidad reprobaste las evaluaciones de Matemáticas y Administración, al no detallar mejor las respuestas. Una chica muy irresponsable. Pero sabes, si ves que la chica es mala estudiante pues no te juntes con ella y ya. El sistema educativo se encargara de reprobarla. Por cierto, tu vas a reprobar también este semestre en la universidad, pero no por irresponsable, sino porque no iras mas…- termino de decir Debonaire. La pobre Victoria comenzó a llorar más fuertemente.

Mientras tanto, Ana le sobaba las bolas al falso Debonaire, consiguiendo una erección por su parte. El estaba muy asustado, pero no entendía que ocurría, porque le pasaba todo eso. No supo que lo desmayo, lo único que recordaba era a su prima Vicky ante él, sometiendo a Ana. No oía nada tampoco, los tapones en sus oídos no se lo permitían. Lo que menos se imaginaba era que Ana era la que le sobaba las bolas con dulzura y cariño, y que Debonaire estaba allí presente, con su prima asustada y llorando por su destino. Pego un fuerte alarido, al sentir de repente un fuerte apretón en sus testículos. Las piernas le temblaban. Ana los había apretado y veía divertida la reacción de su presa.

Acto seguido ato la base de las bolas con una cuerda, anudándola fuertemente, y comenzó a darle ligeros golpecitos con los dedos en ellas que le resultaban bastante molestos. Al poco tiempo los testículos del indefenso hombre estaban morados. Ana tomo un gag ring, una de esas mordazas con aro para mantener las bocas abiertas. El aro tenía 4 extensiones, 4 largas púas que se clavaban en la piel alrededor de la boca de la víctima, sin llegar a hacer un gran daño pero si causar una gran molestia. Ana tomo por el cabello al violador y lo jalo hacia atrás, trayéndose consigo la cabellera del indefenso hombre. Debonaire y Ana se quedaron sorprendidos, incluso Ana pego un fuerte grito de susto, pensando que le había arrancado el cuero cabelludo, pero resultaba ser una peluca.

-Jajajaja no te asustes Ana –se carcajeaba divertido Debonaire al notar la reacción de la chica – Es solo una peluca barata…pobre imbécil que ni imitarme sabe

-Bueno querido, la verdad es que con la peluca se parece mucho a ti -Contesto Ana, con una amplia sonrisa al notar lo tonta que fue al asustarse.

-Claro que no…El muy imbécil usa zapatos deportivos negros…Yo uso botas de cuero…Además, al muy imbécil no le gusta la canción "Debonaire"…Así como no le gusta el metal (refiriéndose al género musical) –Contesto Debonaire, un poco ofendido.

-Bueno, pero en el físico si tienen un parecido -le replico Ana –pero mejor me callo la boca, no vaya a ser que yo termine sufriendo castigos de tu parte por ofenderte…aunque te diré que si tengo que elegir entre uno de los dos para una noche de sexo desenfrenado, sin duda me quedaría contigo, tienes un aire mucho más misterioso que me atrae, y encima en tu forma de hablar, en tu forma de ser, derrochas seguridad y poder. Y no se las demás chicas, pero a mi esas características me ponen la cuquita como mantequilla jajajaja

Debonaire hizo un gracioso gesto con su rostro, como diciendo "gracias por el cumplido, cuando quieras nos acostamos". Se dirigió a la mesa donde estaba el equipo portátil de música, y donde había un maletín, de su propiedad. Lo abrió y saco dos pinzas con cables y una pequeña batería. Ubico este último objeto a un lado de Victoria, quien ya había dejado de llorar y ahora veía totalmente temerosa el artilugio. La voz de Ana desvió la atención de ambos – Oye, quiero que veas que soy una chica ruda – y tomando el verdadero y corto cabello del falso violador, lo jalo de un fuerte tirón hacia atrás, arrancándole dolorosamente el anillo de la lengua, provocando que el pobre hombre pegara un estruendoso grito. Ana aprovecho que este abrió bastante la boca y le coloco el gag ring anteriormente mencionado, dejándolo bastante ajustado. La lengua de la victima comenzó a sangrar.

Victoria tenía los ojos completamente brotados de sus cuencas al ver semejante acto de brutalidad. –¿Que ocurre perrita? ¿Quieres sentir lo mismo que tu primo? No te preocupes, tengo algunas cosillas reservadas para ti . –le dijo Debonaire. Victoria no se molestaba en hablar, el susto la mantenía en shock. Ni siquiera noto cuando Debonaire le coloco las pinzas a los pezones y conecto los cables ala pequeña batería. Le tomo el rostro y la hizo verle a los lentes. Vicky estaba fuera de sí, sin duda era muy cobarde. Debonaire le pego una fuerte cachetada que la hizo salir del shock. -¿Te gustaría ahorrarte el dolor? –le pregunto Debonaire a Vicky, quien asintió tímidamente con la cabeza, con sus ojos aguados. Debonaire desato sus manos del techo y la puso de rodillas, para acto seguido bajarse la bragueta del pantalón y sacar su larga verga semierecta. – Si eso es lo que quieres pues, se una buena hembrita y hazme una placentera mamada . –le dijo a su víctima.

Victoria, viendo con repudio la verga de su captor, se lo metió en la boca y comenzó una tímida mamada, avergonzada de ser observada por Ana quien colocaba la punta del consolador en el culo del violador indefenso. Debonaire le propino varias cachetadas, cada una con mayor fuerza que la otra - Que esperas basura, hazlo mejor, te estoy dando la oportunidad de ahorrarte el dolor y no la estas aprovechando, vamos, quiero placer –le decía. La pobre Victoria no daba para más, sumida en el temor y la vergüenza. Debonaire le saco la verga de la boca y activo el aparato con un control, dándole una fuerte descarga eléctrica en las pequeñas tetas a su presa. La pobre chica pego un fuerte alarido, al terminar la descarga, se abalanzo con la boca abierta hacia el pene de su captor, y trato de hacerlo mejor, mamar con mayor fuerza, masajearle el güebo con la lengua, moviéndola cual serpiente.

Debonaire no podía creerse la extraordinaria mamada que la puta Vicky le estaba haciendo. Pero quería torturarla más, por lo que se la saco nuevamente y le dio otra fuerte descarga eléctrica. La pobre chica pegaba gritos y convulsionaba fuertemente por el corrientazo. Al terminar nuevamente se abalanzo hacia la verga de Debonaire para hacerle una mejor mamada que la anterior, intentando superarse a sí misma, y lo había hecho, Debonaire al poco rato estaba por correrse. Pero no quería hacerlo aun, saco su enorme pene, ya erecto del todo y se lo restregó en la cara, embarrándola de sus propias babas. Victoria muy sumisamente se dejaba hacer, incluso sacaba la lengua para que le resultara más placentero a su violador, pero no porque ella se preocupara por su placer, sino para que este no la electrocutara de nuevo.

Entre tanto, Ana enculaba frenéticamente al falso Debonaire, quien no paraba de emitir gritos y gemidos por cada embestida. Ana tenía en su mano derecha un dispositivo, similar a un encendedor de cocina eléctrico, que al pegarlo a la piel de la víctima y presionar el gatillo, emitía un pequeño chispazo eléctrico de fuerte intensidad, bastante molesto. Se lo aplicaba a su víctima por la espalda, las nalgas, los brazos, inclusive en los testículos, consiguiendo que el pobre hombre se moviera bruscamente chillando para que se detuviera. Ana se reía a carcajadas, divertida por la reacción del hombre que hacía unos minutos la iba a violar. Ahora los papeles estaban intercambiados.

Mientras Ana seguía enculando al pobre tipo, Debonaire dejo de restregar su verga en el rostro de Victoria, y salió por unos minutos del extraño cuarto en el que se encontraban. Recorrió unos cuantos pasillos, que al estar totalmente oscuros Debonaire se quito los lentes de sol y encendió una linterna, aunque su rostro completo quedaba oculto en la penumbra. Subió por unas escaleras lúgubres y se encontró en lo que parecía ser el lobby de un antiguo edifico abandonado. Cruzo la inmensa recepción, la cual despedía de sus polvorientas paredes un fuerte olor a humedad, a lodo, para salir del edifico como tal. Era de noche, se fijo en el paisaje a lo lejos, contemplando la gran ciudad que se extendía por debajo de la montaña en la cual estaba el edificio abandonado de 7 pisos. Siguió caminando hacia la izquierda de la entrada principal y llego hasta donde se encontraban tres automóviles: el Corsa de Ana, una camioneta Bronco, perteneciente al falso Debonaire y el Shelby Cobra GT500 de su propiedad. Abrió el maletero y de el saco una larga plancha de plástico, bastante ligera. Era desplegable, se encontraba doblada en varios pliegos para hacer más fácil su transporte. Por una de sus dos caras la superficie era lisa, pero la cara contraria presentaba pequeñas púas de punta roma de medio centímetro de altura, plásticas también. Cerró el maletero y se llevo el plástico adentro.

Al llegar al sótano, vio que Ana ya había soltado las manos del falso Debonaire, quien ahora las tenia esposadas detrás de el. Sus piernas estaban separadas por una larga barra metálica fijada a sus dos tobillos por dos correas. En sus pezones se encontraban las pinzas que hace un rato llevaba puestas Victoria. Ana estaba procediendo a colocar dos pinzas más en sus testículos, ambas unidas por una cadena más o menos gruesa. La punta del ahora fláccido pene del violador se encontraba resguardada en una especie de caparazón plástico, duro. Dicho caparazón se encontraba unido por dos cuerdas a la cuerda que se encontraba enrollando los testículos en toda su base, de manera que no pudiera tener una erección, de lo contrario, sería muy dolorosa la sensación.

Ana al ver el nuevo juguete que Debonaire traía consigo, se lo pidió, para colocarlo en el piso con la cara de las púas hacia arriba, y situar a la victima descalza sobre dicho plástico, de manera que le molestaran los pies. Así se hizo, haciendo la sensación muy incómoda para el pobre hombre. Debonaire tomo a Victoria y también la situó, descalza, de pie sobre el plástico. Ambas víctimas no paraban de quejarse, se notaba que les molestaban las púas. Debonaire le separo las piernas a la chica y con otra barra metálica asegurada a sus tobillos se aseguro de que no las volviera a cerrar. Le mordió los pezones y el clítoris con tres pinzas dentadas, y ato a su cuello una cuerda, la hizo inclinarse sin flexionar las rodillas y dicha cuerda en su cuello la anudo a otra para finalmente atar esta última al centro de la barra que separaba los tobillos. De esta manera, Vicky no podría erguirse y dejaría sus agujeros expuestos a quien desee usarlos, y la verdad era que Debonaire tenía ese deseo y lo iba a cumplir.

Pero antes de hacerlo, se dirigió al maletín para buscar en él una fusta y un cono anal. El cono se lo entrego a Ana quien lo metió en el abierto culo del falso Debonaire, y con la fusta el comenzó a castigar el culo de Victoria. Cada azote le arrancaba un fuerte grito a la chica, cuyas nalgas no tardaron en tornarse rojas. Entre tanto, Ana con el dispositivo de las chispas atormentaba al falso Debonaire, pegándole varios choques en distintos puntos de su cuerpo. El pobre hombre no paro de gritar, con su boca siempre abierta por el aro que aun llevaba. Intentaba alejarse de su agresora, pero por cada paso que daba, las púas le incomodaban enormemente. Al estar unos cuantos pasos lejos de ella, Ana, agachada mientras lo torturaba, lo tomo por la cadena de las pinzas en sus testículos, y jalando de ella lo atrajo de nuevo para tenerlo mas cerca. El falso Debonaire nunca antes había gritado tanto en su vida.

Debonaire, mientras veía a Ana hacer un estupendo trabajo dándole una lección a su "falso yo", continuaba dándole fustazos a Victoria. Su culo estaba tan rojo como un tomate y su rostro lleno de lágrimas y de sus propias babas. La chica también intentaba alejarse de Debonaire, huida dolorosa al estar también pisando el mismo plástico con púas, pero este la seguía por donde iba, echándole en cara que el si podía caminar cómodamente por dicha superficie gracias a sus botas, a diferencia de ella que sufría mucho por cada paso que daba. Incluso estando quieta era incomodo. Sus nervios estaban destrozados, toda la vejación, todo el dolor, el tormento, la música desagradable para ella que aun sonaba a todo volumen. Era una gran pesadilla para ella. Una de la cual nunca iba a despertar.

Debonaire se canso de azotar a su víctima con la fusta, por lo que tomo su verga, la cual estuvo siempre fuera del pantalón, incluso cuando salió a buscar el plástico, la coloco entre las nalgas de victoria, recostándola entre ambas, sobándolas ligeramente. Victoria apenas y notaba las caricias de la verga de su captor, estaba más pendiente de soportar el resto de torturas. Además que su culo, ardiéndole como lo hacía, apenas y lograba sentir. Debonaire la fue empujando poco a poco hacia el primo de esta. Ana al ver que Debonaire la acercaba cada vez mas adivino lo que él tenía en mente, por lo que le quito el forro de castidad al falso Debonaire. El verdadero siguió llevando a Victoria, inclinada como estaba, y le hizo meterse la verga fláccida y adolorida de su propio primo en la boca. Le pidió el dispositivo de chispazos eléctricos a Ana y comenzó a atormentar a Vicky, pegándole chispazos en distintos puntos de su cuerpo, aunque más que todo en sus nalgas y su vulva. –¡¡Vamos perra!! ¡¡Mámasela a tu primito!! –le ordenaba con voz fuerte, de mando. Victoria obedecía, con asco, dicen por ahí que "carne de primo se come" pero aun así sigue siendo incesto. Algo que ella nunca se imagino que haría. El falso Debonaire, por el contrario, si le tuvo ganas a su prima, si bien no era una modelo perfecta ni nada, sus encantos tenia. Pero no pasaron de ser fantasías. Y ahorita ni se imaginaba que era ella la que le hacia la felación, al tener los oídos y los ojos tapados.

Al notar las caricias en su verga, comenzó a gemir de placer. Más aun cuando Ana le retiro el cono anal, para luego sustituirlo con el consolador del arnés. Su polla creció de golpe, ya liberada de su horrible prisión, para estar en el paraíso, la boca de Victoria. Con cada embestida que Ana le propinaba en el culo, el embestía la boca de su prima, quien en un momento dado, paso a ser empalada en el culo por Debonaire. Esa invasión si la sintió, aunque aun así siguió mamándosela a su primo, por temor a represalias. El falso Debonaire no pudo resistir mucho tiempo, después de tantos castigos la mamada de su prima le cayó de lo más rico que pudo imaginarse, por lo que se corrió en su boca. Victoria sintió arcadas, no pudo evitarlo, 4 chorros de espesa leche caliente, llegando los dos primeros hasta la garganta. Nunca se imagino tragando semen, la idea la asqueaba y ahorita estaba que vomitaba.

Debonaire saco del bolsillo derecho de su jean una navaja "mariposa" o "balisong". Con una maniobra digna de un experto, la abrió y corto la cuerda que mantenía inclinada a Victoria. La tomo del cabello y la jalo hacia atrás, no sin antes enfundar la navaja con otra maniobra. La siguió enculando con mucha brusquedad, haciendo que la chica gritara de dolor, y tragase todo el semen de su boca. Ana entre tanto volvió introducirle el cono en el culo al falso Debonaire para luego tomar el fláccido pene y torturarlo con mordidas suaves, las cuales eran una increíble molestia para el pobre tipo. Aprovechando que aun tenía las pinzas eléctricas en sus pezones, le dio una fuerte descarga que lo puso a gritar nuevamente, deseando que terminara todo el suplicio.

Luego de la descarga, fue empujado por Ana, cayendo al piso, sobre el plástico con las púas. La caída le resulto muy dolorosa, aunque si bien es cierto que el daño fue mínimo, las púas dieron el toque de dolor extremo. Ana coloco su pie derecho, enfundado en una bota de cuero de tacon no muy alto, parte de su vestimenta inicial, sobre la torturada verga del hombre que quería violarla hacia un buen rato. La piso, colocando el tacón en sus bolas moradas, y el resto sobre el pene como tal, para afincarla un poco y torcerlo El pobre tipo quedo tirado en el piso, privado del dolor, sin gritos, sin quejas. No podía respirar. Termino desmayándose.

Ana entonces tomo la fusta, mientras Debonaire aun enculaba a Victoria fuertemente. La pobre chica estaba con las manos atrás, y las piernas abiertas, con el torso arqueado hacia atrás gracias a que Debonaire le jalaba el cabello. Sus pequeñas tetas quedaban ofrecidas hacia delante, con las pinzas mordiéndole los pezones, lo que Ana aprovecho para azotarlas fuertemente. Al cabo de 3 fustazos, la pinza dentada del pezón derecho se desprendió, arrancándole un fuerte grito a Victoria. La del izquierdo se desprendió al sexto fustazo. La del clítoris al primero que le propino en esa zona. Luego de quitarle las pinzas, Ana se quito el Arnés, y se pego de Victoria, posando su mano derecha sobre su pubis, y comenzó a sobarle el clítoris frenéticamente. Posaba su boca en sus senos y le mordía los pezones suavemente. Victoria sentía la mezcla de dolor y placer. Debonaire dejo de encularla, aunque manteniendo toda su verga dentro del culo. Victoria al poco rato de atenciones en su clítoris, tuvo un brutal orgasmo forzado, momento en el cual Debonaire le saco la verga del culo y la coloco de rodillas con las piernas abiertas, también sobre el plástico, incomodándola más aun. Ana tomo la cabeza de victoria y la llevo hasta su coño, obligándola a mamar. Victoria lo hizo, estaba totalmente sometida, no quería más dolor. Debonaire se masturbaba viendo la escena, aunque no por mucho, ya que Ana le pidió que se colocara detrás de Vicky, diciéndole – Ven, tengo mucho que agradecerte…Se que no es suficiente para hacerlo pero espero me tomes en cuenta para cuando quieras... -para luego inclinarse sin flexionar las piernas y engullir la enrome Verga de Debonaire, quien se quedo atónito al ver (y sentir) lo que Ana hacia.

Ana se esmero en hacer una mamada de calidad. Quería que el gozara bastante. Incluso podría decirse que estaba enamorada de él. Tan típico de las películas donde el héroe se queda con la chica después de salvarla. Ana recorrió la verga de Debonaire milímetro por milímetro. Estaba impregnada de los jugos anales de Victoria, pero no le importo. En muchas películas porno vio como las mujeres mamaban las vergas de los hombres después de sacarlas del culo de otras chicas, y bueno, en su vida loca, ella siempre quiso hacerlo y ¿qué mejor oportunidad que esta? Movió su lengua con soltura, masajeando cada poro de la verga que tenía en su boca. La metió hasta lo más hondo, le costó un poco, pero lo logro al final, clavando su nariz en su pubis, que presentaba el vello corto. Saco la lengua para lamerle las bolas, como pudo. Debonaire inclino la cabeza hacia atrás, se sentía en el paraíso. Las atenciones orales de la chica se vieron interrumpidas por el orgasmo que Victoria le provoco a esta. Casi casi al mismo tiempo, Debonaire tuvo su orgasmo también, llenando de leche la boca de Ana.

Ana se separo de Debonaire y de Victoria, aunque se agacho un poco ante esta. Con la leche de Debonaire en su boca, le propino un fuerte beso, tan intenso como el que Victoria le había dado al tenerla atada antes de que Debonaire apareciera. Metió su lengua en la boca de Victoria, pasándola por cada rincón, entregándole la leche de Debonaire. Se separo, al igual que hizo Victoria rato antes, mordiéndole el labio inferior con fuerza, hasta soltarlo. Luego tomo su boca por los lados, abriéndola, y le termino de escupir todo el semen mezclado con saliva. Al final le pego una fuerte cachetada, ordenándole que lo tragara todo. Victoria acato la orden.

Debonaire se dirigió al maletín, del cual saco una capucha de látex, con un agujero por el cual salía la nariz. Se la coloco a Victoria en la cabeza, para acto seguido colocarle una máscara de gas. – Vaya, veo que te gusta mucho el BDSM ¿no? –le pregunto Ana.

- Es algo que siempre me ha llamado la atención, sin embargo, hoy es el día que mas instrumentos de sadomasoquismo he utilizado durante esta parte de mi trabajo -le contesto Debonaire.

-¿Trabajo? ¿Te pagan por esto? –le pregunto Ana, extrañada.

-¿Por darle su merecido a esta clase de bastardos? No -le contesto Debonaire, intentando ocultar la realidad que solo él conoce. El y unas cuantas personas más.

-¿A qué te refieres entonces? –Le pregunto Ana extrañada.

-Lo siento, no te diré mas nada…esto es todo lo que necesitas saber -Contesto Debonaire intentando cortar la conversación.

- Oye…¿que hay de malo en que me lo digas? Somos como un equipo ya

- Tú y yo no somos nada. Tú solo estabas aquí, a punto de ser violada. Tú necesitabas salir de este lio, y yo necesitaba atrapar a este par. Si, ambos les dimos su merecido juntos, pero hasta aquí llegamos. Tú no necesitas saber más nada de mí, ni yo de ti, a menos claro que tú te dediques a empeorar este mundo más de lo que ya esta, vendiendo drogas o secuestrando y torturando gente, ahí sí que averiguare muchas cosas de ti.

-¿No es lo mismo que tú haces? –le contesto Ana con tono de ironía.

-Yo solo le doy una dosis de su propia medicina a este tipo de gente. No me meto con gente de bien. Aunque si sigues con la ladilla de estar preguntando eso cambiara y créeme que no querrás tenerme en tu contra. –le termino de responder Debonaire con tono tranquilo, aunque amenazante. Ana se quedo callada un minuto.

-¿Y entonces? ¿Qué haremos ahora? –pregunto Ana, no muy feliz por la idea de no saber jamás de él.

-Es muy sencillo…Sígueme -le contesto Debonaire, tomando a Victoria, quien llevaba puesta las mascaras de látex y de gas y subiéndosela al hombro.

....

(Al día siguiente)

La detective Sonia Durani llega a su casa después de hacer algunas compras. Una inmensa quinta, en una urbanización bastante tranquila y muy bonita. Vive sola, por los riesgos que pueden presentarse en su trabajo, aunque suele recibir la visita de sus hermanos y hermanas, entre otros familiares y amigos. El día es soleado, perfecto para despejar su mente del caso Debonaire, que tan alterada la ha tenido últimamente, por lo que decide subir a su habitación, después de dejar las compras en la cocina, para colocarse un bikini y salir a tomar el sol al borde de la piscina. Al estar sola, a medida que iba subiendo las escaleras hacia el segundo piso de la casa donde estaban las habitaciones, se iba quitando la ropa. Comenzó por su camisa, dejando al desnudo su hermosa cintura bastante curva, con un abdomen plano, y sus enormes pechos naturales, 105 centímetros de tetas firmes, duras y paradas, más de una vez confundidas con ser obras de un cirujano, pero la verdad eran obras de la madre naturaleza.

Arrojo su camisa al piso, y rápidamente desato sus zapatos, arrojándolos a un lado sin importar donde cayeran, al igual que sus medias, para dejar unos preciosos pies al descubierto, que hasta el más resistente a los fetiches se tiraría al suelo para siquiera ser pisoteado por ellos. Comenzó a desabrocharse el jean pegado a su piel, denotando unas hermosas piernas que al ser descubiertas mostraban una tersa piel y unas lindas curvas, sus muslos demostraban ser carnosos y apetitosos. Sus caderas bien proporcionadas a juego con el resto de su cuerpo, al igual que sus dos nalgas respingonas y carnosas, y su coneja, se encontraban ocultos bajo un cachetero, prenda interior femenina tipo short que se pega a la piel. El coño se notaba abultadito, carnosito, toda una delicia.

Su piel blanca se adivinaba, y en efecto era, tersa y suave, piel de bebe casi. Todo esto coronado por un hermoso rostro, y un cabello largo, negro y liso. Siempre que dice que es policía nadie se lo cree, a todos les sorprendía que semejante monumento, que semejante honor a la belleza, este en un trabajo tan arriesgado. Lo mejor de todo es que era una de las mejores detectives del CEIP, cuidado si no la mejor de todas. Por eso fue asignada al caso Debonaire. Uno de los más difíciles al que se ha enfrentado hasta ahora. Pero este día despejaría su mente.

Abrió la puerta de su habitación, vestida tan solo con el cachetero, entro, colocando sus dedos pulgares en las ligas de dicha prenda preparándose para bajarlos cuando oyó que la puerta detrás de si se tranco sola. Estaba desarmada, pensó "mierda, me atraparon" y se giro lentamente para ver el rostro de su invasor. Se sorprendió al ver a un hombre con las mismas características que las victimas daban en el caso que le carcomía la cabeza. Era el mismísimo Debonaire, en persona, en su habitación. Sonia término de darse la vuelta, mostrándole sus pechos a su enemigo, el cual mantenía una cara seria. Sonia no adivino donde sus ojos se encontraban posando la mirada, pero se habría sorprendido mucho si hubiera descubierto que este extraño personaje en realidad la miraba fijamente a los ojos. En su mano derecha sostenía un sobre amarillo. Se quedaron mirándose fijamente por unos segundos, que a ambos les parecieron horas. Debonaire por primera vez se quito los lentes oscuros ante una persona, dejando ver unos hermosos ojos verde oliva, cuya mirada era realmente penetrante e intimidante. Sonia al ver que era observada fijamente a los ojos, con esa mirada, esos ojos tan hermosos, sintió un ligero cosquilleo en su estomago.

-No pienso molestarte por mucho tiempo -Comenzó a decir Debonaire, rompiendo el apabullante silencio del sitio. – Solo vine a traerte este sobre. –dijo mostrándole el sobre con su mano, para lanzárselo sobre la cama matrimonial, a un lado de ambos. -Lo necesitaras para tomar medidas necesarias con respecto al pequeño regalo que te deje en el estacionamiento del cuartel del CEIP. Te daré un consejo: procede con muchísima cautela, esta gente es peligrosa y sería muy triste que un bombón como tu cayera en sus redes...

Dicho esto, Debonaire se coloco los lentes de nuevo, estiro su mano por detrás de sí para abrir la puerta, sin darle la espalda en ningún momento a la detective Durani, la cual permanecía inmóvil esperando el más mínimo descuido para intentar neutralizarlo. El hombre salió, siempre sin cederle la espalda, y tranco la puerta. Inmediatamente Sonia corrió y la abrió, no sin antes tomar de encima de su mesa de noche una pistola Glock G19 calibre 9x19mm, su pistola de reglamento. Al abrir la puerta, no vio a nadie, corrió por el pasillo, y bajo las escaleras corriendo. Pero se quedo desconcertada. Sencillamente no vio a nadie. Tomo del piso su camisa y se la coloco por encima, sin abotonarla, y salió a la calle empuñando la pistola. Vio hacia la izquierda primero, y no vio nada. Luego hacia la derecha y tampoco. Corrió de nuevo adentro para revisar el sobre. No pudo creerse lo que vio en las fotos que contenía

Una hora más tarde, se encontraba junto con un equipo de oficiales en el estacionamiento del cuartel del CEIP. Allí había una caja enorme en un rincón, disimulada. Al abrir la tapa, vieron al falso Debonaire en ella, totalmente desnudo, inmovilizado con alambre de púas alrededor de su cuerpo. Estaba amordazado, con los ojos vendados y un par de audífonos a todo volumen conectados a un mp3, con las pilas cerca de agotarse. Sonaba a todo volumen canciones de metal extremo, muchísimo más estridentes que la de "Debonaire". La peluca la tenia colgando se su miembro, erecto, estimulado por un anillo vibrador. En su pecho tenia escrito con lápiz labial "El VERDADERO Debonaire estuvo aquí".

Al día siguiente, los periódicos mostraban titulares de lo más variopintos "Supuesto doble de Debonaire apresado", "Debonaire entrega a Debonaire", "Falso Debonaire", entre otros.

Continuara

Quiero darle un agradecimiento muy especial a tod@s aquell@s lectores/as que me han hecho llegar sus comentarios, ya sea a mi mail o a la página, de verdad agradezco mucho por seguir mis historia, y los ánimos que me brindan por continuarla. Espero este capítulo haya sido de su agrado y no haberlos defraudado. Les aviso que puede ser que tarde un poco en sacar el próximo capítulo, amanecerá y veremos. Una vez más le digo: Siéntanse libres de hacer cualquier sugerencia dejando un comentario en la página, o un mail a la dirección: universo_x16@yahoo.es .Sus comentarios y mails ya sean buenos o malos me animan a continuar escribiendo.

Un saludo.