Debido a la crisis que asola nuestro tiempo

Lo que parecia iba a ser un indeseable desplazamiento por trabajo, se convirtio en la mejor y mas morbosa experiencia sexual. Follar de aquella manera me hizo mas llevadero aquellos dias. Descubrir a aquel chico fue todo un hallazgo.

Debido a la crisis que asola nuestro tiempo, el trabajo escaseaba en la ciudad donde residía y llevaba trabajando varios años. Por suerte, la empresa había contratado varios trabajos en otras ciudades y, claro, como en nuestra zona no había mucho, nos enviaron por un tiempo, dado que necesitaban personas de distintos perfiles profesionales en varios de estos trabajos.

La mañana que me llamaron del departamento de recursos humanos de la empresa para comunicarme que debía incorporarme a mi nuevo destino en una semana, estaba en la oficina sin mucho que hacer, terminando unos informes y planificando las vacaciones que estaba a punto de empezar y que aquella llamada truncó sin remedio.

Al principio no me hizo ni puñetera gracia tener que dejar mi vida casera, a mi novia y mis costumbres para irme, aunque solo fueran 2 meses a la capital, no conseguía dormir pensando en que me encontraría y sobre todo con quien tendría que convivir.

Transcurrido el tiempo, me encontraba en mi nuevo trabajo, con compañeros de la empresa que había conocido y que estaban allí como yo y viviendo en una habitación de un lujoso hotel en una zona turística cercana a la fabrica. Los días pasaban con demasiado ajetreo por el trabajo y cuando llegaba a mi habitación mi único entretenimiento era ver un rato la televisión, darme una ducha y ver en internet la prensa, algún video pornográfico que me hacia terminar con una buena paja.

Lo verdaderamente excitante de esta experiencia paso una tarde de un domingo, en la que como siempre me encontraba en mi habitación trasteando en internet y que, sin saber muy bien como, estaba conectado a un chat fantaseando con ligar o cuando menos matando el aburrimiento. Pero como suele pasar quien juega con fuego se suele acabar quemando… accedí a un chat de corte gay- bisex en que se buscaba rollo, poco a poco me metí en el rol y contestaba los privados que salían en la pantalla. Uno de ellos era un chico local, de mi edad 35 años, con mis mismas inquietudes morbo-sexuales respecto al sexo con otro chico. Hablamos un buen rato, en el que nos describimos, contamos nuestras inquietudes, nuestras fantasías, nuestros miedos…

Yo le explique que mi relación con otro tío se reducía a un compañero de piso con el que lo mas que llegue a hacer fue cascárnosla juntos varias veces, eso sí pareciéndome la situación superexcitante, pero por miedo, inexperiencia o por lo que sea sin llegar a mas, Juanmi (que así se llamaba) era como mi alma gemela en el plano sexual, con novia, hetero y al que le daba mucho morbo poder mantener una relación con otro chico. No sé cómo, pero la conversación nos llevó al punto de conocernos personalmente. A los dos nos daba mucha vergüenza dar ese paso, pero dado que era totalmente imposible que nos conociéramos de antes y que ninguno tuviéramos que ver con el entorno del otro finalmente accedimos a vernos.

Le propuse que en mi hotel estaríamos bien, podíamos quedar en la cafetería tomar algo y sin otro animo que seguir charlando. Dicho y hecho, al cabo de un rato allí estábamos, tomando unas copas para soltar la lengua. Juanmi no había mentido, era un chico normal, bien parecido, delgado y venia con unos vaqueros y una camiseta suelta de marca lo que me dijo que se movía en círculos similares a los míos. Nada de malos rollos. Era un chico con las ideas muy claras, temeroso de que alguien lo viera y pudiera sospechar el verdadero motivo de su estancia allí (que tontería) y bastante más “impulsivo que yo”. Cuando llevábamos dos copas me dice que si tengo mi PC en la habitación, podemos subir y me mostraría algunas páginas de motos, su gran pasión (y la mía). Yo, teniendo claro el verdadero motivo de su propuesta, accedí, ayudado por las copas que nos estábamos tomando y por la idea de llevar a cabo mis más primitivos deseos.

Y allí estábamos… ante la puerta de la habitación a punto de entrar con unas copas en la mano. Estuvimos charlando un rato acerca de temas más banales que interesantes, y al cabo de unos minutos Juanmi se acerco a mí y me dijo:

-       Bueno… ¿quieres que aprovechemos el momento? Supongo que no me habrás invitado a tu cuarto para que hablemos de motos, ¿no?

Sin darme tiempo ni a pensar se acerco a mí y comenzó a acariciar mi marcada entrepierna, torpemente. Su mano cogió la mía y la llevo a la suya. Sin saber muy bien como estábamos de pie el uno frente al otro, con los pantalones por las rodillas y magreando las pollas mutuamente. Yo estaba superexcitado, mi corazón estaba superacelerado y mi respiración marcaba un compás demasiado rápido.

No sabía muy bien qué hacer. No sabía cómo continuar… así que decidí dejarme llevar. Juanmi, que parecía más seguro que yo en esos momentos, se inclino hacia mí para besar mi boca. Me pareció un beso muy dulce, cariñoso y húmedo. Nuestras lenguas se enlazaron dejando en mi boca el sabor de su copa. Su abrazo acerco nuestros cuerpos. Sus manos guiaron a las mías para irme desnudando mientras él también lo hacía. Desnudos, nos abrazamos y nos besamos unos instantes.

Quise probar el sabor de su magnífica polla (una tranca de buen grosor y de unos 18 cm, más grande que mi aparato). Lo senté en la cama y me incline a acariciarla con la boca… torpemente.

Él, me fue guiando con su voz, en cómo debía tratar aquel asunto:

-       Despacio…despacio…mmm… o acabaremos enseguida…

Mi mano derecha magreaba aquel embolo de musculo, y mis ojos se levantaron hacia su voz.

-       ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago?

-       Se trata de hacer lo que nos guste, lo que queramos. …lámela… de abajo a arriba… acaríciala como si fuera algo muy delicado, juega con ella, todo lo que quisieras hacer mientras chateábamos lo podemos hacer ahora.

El recuerdo de la conversación a través del PC, me excitó aun más. Poco a poco lo fui haciendo mejor… mi boca succionaba mientras me la metía y sacaba acompañando aquel movimiento con mi mano. Le oía gemir, suspirar… su pelvis iba acompañando con ciertos vaivenes mis movimientos. Me estaba comiendo literalmente aquella polla, mi mamada cada vez era más concentrada. Mi compañero de juegos tenía sus manos en mi cabeza y dirigía los movimientos al compás que él quería.

Pronto tiró de mí. Nos pusimos de pie y Juanmi fue recorriendo mi cuerpo con su boca desde mi boca, bajando por mi cuello, besando mi pecho, mi vientre… hasta meterse mi polla en la boca. Me chupaba la polla despacio, con mucho morbo. Yo no veía nada, mantenía mis ojos cerrados concentrados en aquel placer. Sabía hacerlo. Aplicaba su lengua y su boca de un modo que me excitaba, me encantaba pero sabiendo cómo hacerlo para que no acabáramos allí mismo.

Pasado unos minutos me dio la vuelta, me coloco de cara a la pared y empezó a jugar con mis huevos y mi polla desde detrás de mi… me excitó muchísimo más, si eso era posible. Juanmi, arrodillado detrás de mí, me pajeaba despacio mientras su lengua me mordía los muslos, mi culo… fue poco a poco buscando lamer mi culo.

-       ¿te gusta? Siempre he querido hacerlo.

-       Mmmmmm apenas acerté a contestar.

Era la ostia!! Me incline hacia adelante para facilitarle su labor y exponérselo aun más. Su lengua me recorría de arriba abajo la hendidura de mis traseros. Se detenía en mi ojete humedeciéndolo y calentándolo mucho… más de lo que podía soportar.

Juanmi se olvido de mi polla, de la suya…estaba concentrado en aquel juego. Su mano se dirigió hacia mi entrada trasera y empezó a jugar con sus dedos en mi culo mientras su lengua seguía aplicándose en él. Sentía como aquel dedo se paraba y apretaba para meterlo un poco y sin apenas notarlo lo sacaba y lo quitaba de allí para volver a pasar su boca.

Estaba cachondisimo… mi voz apenas salía del cuerpo… jadeaba por aquella situación…apoyado contra la pared, desnudo, un chico estaba haciendo subir al cielo…

Él, se levantó, fue besándome toda la espalda, llevando su mano derecha a mi polla y pegándose a mí. Su boca se coloco en mi cuello, mordisqueándolo, besándolo…

-       Cierra los ojos… no te muevas…

-       … ¿que?... ¿Cómo?

-       Quédate quieto… para mí…

En unos segundos, y tras haber separado nuestros cuerpos, note como su dedo volvía a jugar con mi culo… sus manos separaban los cachetes de mi culo… mientras pasaba su  dedo de arriba abajo por mi ojete. Me di cuenta que no era un dedo… su polla estaba restregándose en mi entrada trasera. Mis nervios saltaron a escena. Al darse cuenta, intento apaciguarlos.

-        Tranquilo!... te voy a follar!... es lo que llevas esperando toda la tarde ¿no?

A esas alturas, sabía que no podía parar la situación, así que me abandoné completamente a él.

-       Si… cuidado… eres el primero….- balbucee.

-       No te preocupes. Contesto con voz nerviosa. El estaba tan excitado como yo y quería hacerlo.

Poco a poco dejo de restregar su polla y la concentró en mi culo. Apretó un poco lo que hizo encogerme.

-       Cuidado…- le susurré.

-       Tranquilo… relájate.

Intente relajarme y aguantar aquel momento. Apretó aun mas ayudado por sus manos en mi cintura que me agarraron para que no escapara. No te una quemazón en la zona mientras él disfrutaba del momento.

-       Ohhhhh… que bueno- le oía susurrar. Ya casi está dentro.

Mi cuerpo se inclinó un poco más para ayudar al acto. Notaba como me desgarraba mientras se abría paso hacia dentro. En unos instantes lo noté pegado a mí. Estaba ensartado completamente. El calor que emanaba, fue desapareciendo. Con su mano en mi polla, comenzó a moverse.

-       Ahhhh… que bueno. Que culito tienes…

Me estaban follando. Aparte su mano de mi polla para no correrme enseguida, intentaba buscar su polla con mi culo. Que no saliera de él.

-       Ohhhh siiiiii. Más… métemela más...,- estaba cachondisimo.

-       ¿Te gusta verdad? Pues toma más.

Se movía despacio al principio. Poco a poco aceleró el ritmo. Me tenia agarrado por la cintura mientras me la metía hasta el fondo para sacarla casi entera y volver a clavarla. Mi cuerpo estaba arqueado. Mi culo recibía lo suyo mientras mi cuello y mi espalda estaba siendo babeada por aquel tío supercachondo. Después supo meter otro elemento en el juego… las palabras.

-       Te gusta… eh… putita!

-       Siiii métemela… clávamela hasta el fondo. Ohhhh

-       Mmmmm… así me gusta que me lo pidas.

Aquella sensación de sumisión nos excito mucho más. Mezclado con el sonido de los cuerpos al chocar en cada embestida, estaban mis jadeos, los suyos y las excitantes palabras que nos decíamos follando.

-       Follame… que bien lo haces.

-       Vamos muévete más rápido, zorra!

-       Ohhhhh Siiiiiii. – mi voz comenzó a ser demasiado alta.

-       Cálmate… O sabrá todo el hotel lo puta que eres.

Al cabo de un rato comencé a notar un calor que me subía. Sabía que iba a correrme. No dije nada. En unos segundos me estaba corriendo. Mi semen caía al suelo mientras estaba siendo follado con mucha virulencia.

-       Ohhhh…. Me corro tío… me corro…

-       Ohhhh eso es córrete….- su mano se dirigió a mi polla para acentuar mi corrida.

Yo le pedía mas… quería que él también se corriera… pero aguantaba mucho más que yo. Me cogió del brazo y me echo en la cama bocarriba. Con mi polla blandita por la corrida, me volvió a follar.

-       Quiero verte la carita de puta que pones cuando te la meto…. Ohhhh que bien entra… SIiiii. Toda para tiiii

En unos minutos estaba de nuevo a tono. Me follaba y me magregaba la polla. Mi cintura acompañaba sus embestidas.

-       Ohhhh eso es… sigue… dame mas….

-       Te mola eh!!... pues toma…

Su cuerpo comenzó a ponerse tenso…acelero el ritmo…

-       Ahora me toca a mí correrme…. Ohhhh.

Sacó su polla, se quitó el condón en un momento y se dirigió hacia mi cara. Sin saber porque, le agarre la polla y me la metí en la boca. La besé, la chupé. Sus manos agarraron mi cabeza para impedir que escapara y note como un líquido espeso y caliente me llenaba la boca. La abrí y mientras su polla entraba y salía de mi boca su semen se me salía por la comisura de los labios. Su mano se dirigió a mi polla y el toco la pajeo hasta que me corrí, no tardé ni medio minuto.

Al cabo de un rato estábamos en la ducha. Limpiándonos. Habíamos estado en silencio desde que habíamos terminado. Juanmi, por fin rompió aquel silencio incomodo:

-       ¿Qué ocurre? ¿no te ha gustado?

Yo, con mucha vergüenza, sin levantar la mirada del suelo, conteste.

-       Si tío. Me ha encantado… pero… ahora me siento fatal

-       ¿Por qué? ¿no es lo que querías?

-       Pues sí. Pero…

Me di cuenta que no había por qué estar así. Pesaroso. Avergonzado. Era un hombre adulto que no había hecho daño a nadie.

-       Tienes razón. Me ha encantado. Has conseguido que haga realidad mis fantasías. Y ¿a ti?

-       A mi mucho. Me gustaría volver a repetirlo.

-       A mí también Juanmi.

-       Podemos probar al revés, que tú me folles a mí.

-       ¿quieres que te folle alguna vez?

-       Sinceramente. No. No es lo que me mola. Pero si tú quieres para tu placer…

-       Ya veremos pero no es lo que me va más.

-       ¿Nunca te habían follado?

-       No. Nunca. Tú has sido el primero.

Aquella tarde terminó con un café en la cafetería del hotel. Después nos fuimos a tomar unas cañas por la ciudad. Además de buen amante era muy buen chico. Quedamos para vernos en unos días. Y así fue… mi estancia en la ciudad fue muy placentera. Juanmi y yo estuvimos varias tardes más juntos y vivimos otras experiencias…. Pero esas son otras historias.