De zorritas a putas. (Parte 3)

Continúan mis andanzas con mis zorras, tenemos una conversación bastante caliente, tras esto las pido que me monten un numerito lésbico.

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Tras despachar mis asuntos, con un tío gordo del que mejor no os contare nada, mire la hora eran casi las cuatro de la tarde un poco tarde para ir a comer, aun así no había comido nada y estaba deseando volver al piso con Raquel y Sandra, a si que cogí el coche y me presente allí, aunque tenia llaves llame a la puerta para que me abrieran.

Fue Raquel la que me abrió la puerta, seguía con ese vestido morado con el que realmente estaba muy seductora a pesar de que hace unas horas le recrimine que no me parecía lo suficientemente provocador, al abrir la puerta se me quedo mirando.

-          Hola  -  Me dijo con una sonrisa en la boca, la cual me extraño bastante, pues a pesar de mis advertencias de que debían comportarse conmigo siempre de forma complaciente, no pensé que tan rápido aceptaría la nueva situación en la que se encontraba.

-          Hola cariño  -  La dije como si lleváramos toda la vida de novios, al tiempo que me acerque para darla un beso, creo que mi tono de voz amable la debió confundir, pues me puso la cara amablemente para que la besara en la mejilla, yo gire mi cabeza hasta que mis labios se posaron en los suyos en ese momento sin cerrar todavía la puerta empecé a morrearme con ella mientras con mi mano, la manoseaba el culo, tras un segundo me separe y observe que me miraba sonriente.

En ese momento casi doy un salto de alegría pues no creía equivocarme mucho al pensar que estaban dispuestas a hacer todo lo que me viniese en gana, y lo mejor de todo, es que  lo harían con agrado. Me separe de Raquel mientras me adentraba en la casa y ella cerraba la puerta. Hay estaba Sandra que nada mas verla comprendí que seria mas dura de domar.

Se había quitado el top azul y en su lugar llevaba una camiseta de manga corta blanca, una como los millones de camisetas que compras por hay, a excepción de un dibujo azul extraño. Desde luego que esta camiseta estaba muy alejada de lo que yo entendía como ropa de puta. No me prestaba atención estaba sentada en el sofá viendo un programa de esos de marujeo, que echaban por la tele.

-          ¿Tú no te levantas para darme un beso? – Al oírme giro la cabeza y se me quedo mirando, de forma que yo entendiera que me había oído.

-          Ahora voy – Dijo con desgana a la vez que se levantaba.

Se acercó a mi lo suficiente para que pudiéramos juntar los labios, aunque su cuerpo permanecía alejado del mio, una situación un tanto incomoda. Pase mi brazo por su cintura y una vez estuvo agarrada, la acerque de forma que ahora su cuerpo estaba pegado a mi, acto seguido empecé a besarla frenéticamente, mientras ella permanecía totalmente pasiva, no actuaba, aunque tampoco se atrevía a retirarse de mi.  Ante esta pasividad pose mis manos sobre su culo, deje sus labios y me dispuse a besarla el cuello. Tras un rato manoseándola el culo y comiéndola el cuello, subí mis manos a sus tetas y también las manosee eso si por encima de su camiseta,  mientras me dedicaba a su cuello,  acariciaba, agarraba, pellizcaba y estrujaba sus tetas, tras unos instantes, me separe de ella bruscamente.

-          Sandra, lo que te voy a decir no quiero repetirlo, ahora me voy a sentar en el sillón, tras esto,  tu te sentaras encima mio, y quiero que te dediques a morrearme con desesperación, te quiero deseosa de comerme. Quiero ver pasión y amor en tu morreo, quiero que me trates como si yo fuera el chico del que llevas enamorada toda la vida, ¿Me entiendes? Mas te vale que lo hallas entendido, por que si no lo haces te juro por Dios que el resto de tu vida te lamentaras de no haberme tratado como te acabo de exigir. ¿Ha quedado claro?

-          Si, pero….-  no llego a decir sus alegaciones, pues nada mas empezar a hablar vio como le puse el dedo índice delante de la boca en señal de silencio.

-          Sandra, no quiero que hables, quiero que hagas lo que te he dicho. – Tras decir esto me deje caer sobre el sillón.

Sandra se quedo inmóvil asimilando lo que la acababa de decir, tras mirarme un segundo se coloco el pelo con ambas manos, y como pudo se acomodó con cada una de sus rodillas a un lado de mi cadera, se pego mucho a mi, y puso su coño sobre mi cintura, el culo le quedaba a la altura de mi paquete. Con ambas manos me cogió la cabeza y empezó a morrearme desesperadamente, me lamia la boca, me chupaba los labios, succionaba mi lengua, de repente me daba una ráfaga de pequeños besos en los labios para a continuación meter mi lengua en su boca, mientras hacia eso con su boca se movía hacia atrás y hacia adelante, de tal forma que restregaba su coño contra mi polla, soltó mi cabeza por un momento para cogerme de las muñecas y llevar mis manos hacia su culo, cosa que no dude un segundo de hacer, a continuación cogió mi camiseta y como pudo me la quito sin parar de morrearme mas de lo imprescindible para que esta pasara por encima de mi cabeza, deje de posar mis manos sobre su culo y la cogí de la cabeza, la escena era épica, yo sin camiseta y ella encima mía, los dos morreándonos como posesos mientras cada uno cogía la cabeza del otro.

A pesar del calentón que tenia no tarde mucho en quitármela de encima, pues entre mis planes no estaba morrearme con ellas, me imagino que Sandra por su parte también se llevaría también un buen calentón.

-          Bueno golfas, si no recuerdo mal antes de marcharme, os puse deberes, voy a revisar que habéis hecho en mi ausencia, enseñarme los coños.

Tras decir esto Raquel se puso de pie y se levanto el vestido que tenia, poniendo su falda a la altura de su cintura, un diminuto tanga negro cubría su sexo, con una mano bajo el tanga mientras con la otra hacia que su vestido permaneciese subido, por primera vez la veía el coño, detalle del que no me había dado ni cuenta, las había tenido a mi servicio y no había visto el coño ni las tetas de Raquel.

Por su parte Sandra tardo un poco mas pues tenia que desabrochar su pantaloncito vaquero, que bajo hasta las rodillas, tenia puesto un tanga muy parecido al de Raquel la única diferencia era que este era de un color azul oscuro.

Sus coños parecían el de dos niñas sin un solo pelo, aunque la textura de la piel alrededor de ellos delataba que estaban recién rasurados, Sandra por su parte tenia la piel algo roja, supongo que debido a la depilación Mas tarde me entere que se habían rasurado con una cuchilla en lugar de con cera caliente, tenían miedo de que yo llegara y no se hubieran depilado, por tener que ir a comprar cera.

En la posición que estaban de pie y enseñando sus coños, me puse entre las dos, tenia una a cada lado, puse la palma de mis manos en cada coño, e introduje el dedo índice en sus clítoris jugueteando con ellos.

-          Sois unas zorras de cuidado, os dicen que os depiléis el coño para que os follen mejor y obedecéis como dos guarras, además me lo mostráis orgullosas para que vea lo putas que sois. Seguro que mientras os lo depilabais estabais pensando en pollas.

No decían nada a pesar de que las miraba alternativamente para ver su reacción, Sandra permanecía impasible mientras yo jugueteaba con su clítoris, por su parte Raquel miraba hacia arriba mientras cerraba los ojos, su cuello permanecía erguido mientras su espalda se estaba arqueando, con su espalda arqueada mientras sacaba culo y pecho, me di cuenta del cuerpo que tenia, aunque Sandra volvería loco a cualquier hombre, no había duda de que Raquel era mucho mas exuberante podría trabajar de modelo sin ningún esfuerzo, era una de las hembras mas bellas que había visto en mi vida. Acerque mi boca a su oído y la susurre.

-          Zorra ¿Lo estas disfrutando? – Creo que ese susurro no llego a oírlo Sandra a pesar de lo cerca que se encontraba.

-          Si, me gusta. – Por el comportamiento que estaba teniendo Raquel  totalmente solicita, he de decir que en este punto no me sorprendió su respuesta, aunque eso no quita que me excitara de sobremanera que afirmara que la gustaba que metiera mi dedo en su coño.

-          Basta de juegos que no hemos comido. – Dije a la vez que quitaba mis manos de sus coños y me sentaba en el sofá acercando una mesita que se encontraba en  frente.

-          ¿Habéis comido? – Pregunte mientras me acomodaba.

-          Si, por la hora que era pensábamos que no vendrías a comer. – Dijo Raquel.

-          Maaalllll. Si yo os digo que me esperéis para comer, me tenéis que esperar, sois putas no filosofas, tenéis que follar, si pensáis lo único que puede pasar es que con lo tontas que sois metáis la pata como esta vez.  – Esto se lo dije con un tono condescendiente, bastante amigable, aun así veía que Sandra se molestaba por que la insultara, por su lado Raquel no dejaba de sonreír.

-          ¿Me habréis dejado comida?

-          Si, la hemos dejado por si acaso venias a comer. – Dijo Sandra

-          Pues venga servírmela que estoy hambriento y sentaros en los sofás, que vamos a hablar de nuestras cosillas. – Dije mientras apagaba el televisor, que durante todo el tiempo había permanecido encendido.

Las dos se dirigieron a la cocina, cuando las interrumpí.

-          Sandra tu quédate aquí, que prepare la comida Raquel.  – Sandra se acercó y se sentó en uno de los sillones que estaban puestos a la mesa, de forma que quedaba enfrente de mí.

-          Sandra, esta mañana te dije que te quería ver vestida de puta, ¿Qué es esa camiseta que llevas puesta?

-          Es que dijiste que esta tarde comprarías ropa, que seria la ropa que compraras la que nos pondríamos a partir de ahora, pensé que como todavía no la has comprado la ropa podría ponerme la ropa que quisiera.

-          Quítate esa camiseta.  – Dije con tono serio, no tardo en reaccionar a mi orden quitándose la camiseta. Tenía un sostén negro, de esos que realzan el pecho, estaba impresionante con ese sujetador.

-          Quítate el pantaloncito ese que llevas. – Acto seguido se quito el pantalón, quedando solo con el tanga, el sujetador y las botas.

-          Ahora si que pareces la puta que eres, imagínate que entra un vecino a pedir algo y te ve con la camiseta que llevabas, no sabría lo zorra que eres, en cambio si ahora llaman a la puerta y abres como estas, desde luego que al que le abras sabrá que en esta casa vive una puta de cuidado. ¿No te encuentras mas cómoda así?

-          No – Dijo con seriedad.

-          Recuerda que te dije que te quería solicita, que deberías fingir que te agrada toda esta situación, te lo vuelvo a preguntar ¿No te encuentras mas cómoda como una puta?

-          Si – Dijo esbozando una falsa mueca, una irónica sonrisa.

-          Hasta que compre ropa vas a estar así vestida, con el tanga el sujetador y esas botas altas, se mas agradable o te mando a la calle a que me compres algo, tal cual estas vestida.

-          No por favor, no lo hagas, seré más agradable, pero por favor no me mandes así a la calle. – Dijo en un tono suplicante pero mucho más agradable.

-          Eso esta mejor, fíjate en Raquel, ha entendido la situación y la ha aceptado deberías de tomar nota.

Después de esto apareció Raquel con un plato de espaguetis un trozo de pan y cubiertos, miraba extrañada a Sandra que estaba sentada medio desnuda. Después de ponérmelo en la mesa se sentó en el otro sillón de forma que quedamos sentados en triangulo mirándonos los unos a los otros con la mesa en medio en la que estaban mis espaguetis. Mientras comía  seguí la conversación.

-          Y de vosotras dos ¿Cuál es más puta? – Ellas se miraban la una a la otra, con complicidad mientras yo no paraba de comer, como si la pregunta que había dejado caer fuera lo más normal del mundo.

-          Ja, ja, ja, Raquel.- Dijo por fin Sandra entre risas.

-          ¡¡¡¡Serás cabrona, tú lo eres mucho mas. !!!- Dijo Raquel mientras se quedaba boquiabierta por la respuesta de su amiga.

-          Pues tú pareces disfrutar con esta situación. – Replico Sandra.

-          Pero si te has liado con todos los tíos del grupo, incluido Carlos, ¿Le preguntamos a Noelia quien de nosotras es más puta? Ella no creo que tarde en responder.

-          ¡¡Eso no tiene nada que ver!!- Grito Sandra enfadada.

-          Chicas dejar esta gilipollez, no quiero que os enfadéis, las dos sois unas putas de primera. – Dije para que parara la discusión, que parecía que iba a tornar en tempestad.

-          Por cierto ¿Quién es ese Carlos? - Pregunte.

-          No es nadie – Dijo Sandra.

-          Venga no seas tonta, no hagas que me enfade, ¿Quién es ese Carlos?

-          Es un chico que me gusta, me he liado varias veces con el, pero tiene novia.

-          ¿Te lo has tirado?

-          Si – Dijo Sandra mientras bajaba la mirada al suelo avergonzada.

-          ¿Y le has comido la polla? –

-          Si. – Volvió a repetir avergonzada.

-          Joder vienes aquí de mosquita muerta, y te dedicas a tirarte y comerle la polla a tíos con novia, por cierto me gusta que seas sincera. – Dije mientras seguía comiendo.

-          ¿Os habéis tirado a muchos tíos? -  Me estaba gustando esto de interrogarlas sobre cosas íntimas.

-          A cinco – Dijo rápidamente Raquel, quedándose mirando la respuesta de Sandra.

-          A muchos – Dijo finalmente Sandra.

-          ¿Cuántos son muchos? –

-          No se, muchos.

-          ¿Mas de diez?

-          Si

-          ¿Mas de quince?

-          Si

-          ¿Cuántos?

-          No se unos treinta.

-          Joder con Sandrita, la que decía que ella no era puta.

-          ¿Y cuantas pollas os habéis tragado?

-          Cuatro, tres con los que he estado y uno al que le hice una paja y una mamada pero luego no me acosté con el - Dijo Raquel sin pudor.

-          Mas o menos los mismos con los que me he acostado, no lo se, muchos – Respondió Sandra.

-          Raquel, ¿te has enrollado con muchos tíos? , aunque luego no te los tiraras. – Yo mantenía el tono amable de la conversación mientras comía.

-          No, no muchos, en total me abre enrollado con unos diez tíos en toda mi vida, eso si con los primeros como mucho les hice una paja, menos al que le hice la mamada. – No se como describirlo, pero por sus respuestas y su tono de voz sabia que me estaban diciendo la verdad, notaba que no necesitaba coaccionarlas para sacarlas información, me parecían muy inocentes contándome todo esto, que yo podría usar contra ellas.

-          ¿Os han dado por culo?

-          No – Respondieron al unísono.

-          Y ¿Habéis estado con chicas?

-          No – Respondió Sandra, justo después de responder se quedo mirando a Raquel en espera de su respuesta, Raquel no respondía permanecía callada.

-          Raquel ¿Has estado con alguna chica? – Repetí mi pregunta, para hacerla reaccionar.

-          Si, pero solo nos besamos y nos tocamos por encima de la ropa, ni siquiera nos masturbamos la una a la otra, fue muy inocente solo nos besamos.

-          ¿Te has liado con una chica? – Preguntaba Sandra con cara de asombro.

-          Siii. – Dijo Raquel de forma que no quedara duda.

-          Traerme el segundo plato – Dije cortándolas, para que no siguieran hablando del tema.  Raquel tenia la cara roja de vergüenza por la declaración que acababa de hacer se fue a la cocina, llevándose mi plato acabado, al momento vino con un plato con pollo, me imagine que habrían comprado el pollo hecho en algún sitio, pues la nevera no se la deje precisamente llena.

-          Sandra, no te debería de sorprender que se liara con una tía, mañana tú vas a poder afirmar lo mismo. – Dije mientras me comía el pollo.

-          No me gustan las chicas, si quieres hago otras cosas ¿Pero chicas? – A pesar de que me lo había dicho varias veces, no tenia un tono recriminatorio, más bien su tono de voz era de resignación.

-          Me encanta ver a dos zorras montándoselo entre ellas, y teniendo dos putas a mi servicio seria de idiotas no aprovecharlo, estoy pensando en volverte lesbiana, en los diez meses que estés en el piso te vas a tirar a mas tías que pollas te has comido, y eso que te has comido muchas pollas.  ¿Te gustaría que te volviera lesbiana? Antes de responder recuerda que puedo dejar de ser amable como esta mañana.

-          Si. – Respondió.

-          Si ¿Qué? – Replique rápidamente.

-          Quiero que me conviertas en lesbiana. – Dijo resignada.

-          Que zorra que eres, con tal de follar te da lo mismo que te metan una polla de verdad que una polla de goma. Por cierto recuerda que todas las noches tendrás que ponerte melosa con Raquel, seguro que se excita de tocarte, ya la has oído, no le hace ascos a una preciosidad como tu.  Raquel, ¿Te gusta Sandra? -  Dije volviéndome a Raquel que se había sentado en su sillón y estaba escuchando la conversación.

-          No se, ¿Qué quieres que diga? – Dijo como extrañada por la pregunta.

-          Di la verdad, a ti te gustan las tías ¿Te gusta Sandra?– Insistí en mi pregunta.

-          No me gustan las chicas – Se atrevió a decir Raquel.

-          Esa respuesta no es sincera Raquel, si te liaste con una tía, es por que aunque sea un poco te gustan las tías, y Sandra no es del montón es espectacular, esta buenísima….no me vengas con rollos ¿Te gusta Sandra?

-          Bueno, …¡¡Si.!!  - La cara de Raquel era un poema, no solo volvían a subirle los colores por la vergüenza, si no que esta vez hasta surgió una gota de sudor por la declaración, hasta ahora había conseguido mirarme siempre sonriente, pero esta vez había tocado una tecla que las hacia sentirse incomodas a las dos, mire a Sandra y también se había puesto roja por la respuesta de su amiga.

-          Me parece atractiva, es muy guapa y todo eso, pero desde luego no estoy enamorada de ella.- Aclaro Raquel, tras esta aclaración parecía que su vergüenza se disipaba.

-          ¿Te gustaría liarte con ella? – Dije mientras me limpiaba los dedos del aceite del pollo con una servilleta de papel.

-          No, se. – Dijo ruborizándose otra vez.

-          Si lo sabes Raquel, si te gustaría enrollarte con ella, lo que pasa es que te da vergüenza admitirlo, si no quisieras liarte con ella hubieras respondido rápidamente negándolo. – Mientras decía esto notaba como si estuviera manipulando las respuestas de Raquel para que dijera lo que a mi me apetecía.

-          Alguna vez lo he pensado, no se es muy confuso. – Dijo Raquel que no se atrevía a admitir que le gustaba su amiga.

-          Tanto si te gusta como si no, os vais a liar entre vosotras un montón de veces,  ¿Por qué no admites que te gusta?

-          Esta bien….- Respiro hondo. – Me gusta Sandra – Por fin admitió.

-          ¡¡Joder!! – Fue lo único que me atreví a alegar, después de esto hubo un silencio que nadie se atrevía a romper, hasta que con una sonrisa apuntille.

-          Hoy lo estamos pasando bien con la conversación,  desde luego podéis decir cualquier cosa menos que la conversación es aburrida. Hablando de pasarlo bien ¿Cuándo me habéis comido la polla lo habéis pasado bien?

-          Si – No – Raquel afirmaba y Sandra negaba. La negación de Sandra me dejo indiferente, pero la afirmación de Raquel me dejo con la boca abierta.

-          ¿Cómo?

-          Es que…mientras estabas….a mi no me…-Hablaban las dos a la vez no dejándome oír a ninguna de las dos.

-          Callaos. Empieza tu Raquel, ¿Te gusto comerme la polla? – Dije poniendo orden y señalando a Raquel con la mano.

-          Tampoco es tan extraño…eres mas o menos de nuestra edad y estas muy bien, si te hubiera conocido de otra forma seguramente me hubiera liado contigo, y posiblemente hubiera acabado haciéndote una mamada o una paja, en otras circunstancias seguro que no me hubiera atrevido a mamártela con Sandra de por medio, pero la situación hay que reconocer que era muy morbosa, y si a eso le sumamos que estabas dándonos ordenes, la verdad es que me puse a cien en esa situación, reconozco que si me lo hubieras propuesto no hubiera accedido en mi vida, pero me pareció súper excitante, reconozco que me daba asco que te corrieras en mi boca, pero no pensé mucho en ello, es mas según estaba tocándome, pensar en que tenia la boca llena de esperma me excitaba mas. Si no hubiera cortado Sandra el tema y hubiera seguido masturbándome como estaba, seguro que me hubiera corrido. Es mas por la noche termine en mi casa. – Esto lo decía con toda la naturalidad del mundo, la misma que hace un segundo se moría de vergüenza de reconocer que su amiga le parecía atractiva no dudaba en reconocer que se había puesto cachonda cuando un desconocido se corría en su boca llamándola puta, mientras su amiga me comía los huevos.

-          ¿Y tu Sandra? ¿Te ha gustado comerme la polla?

-          A ver ¿que me ordenas que te diga? – Dijo con tono malhumorado.

-          Di lo que quieras Sandra, estamos hablando.  – Dije con tono amable.

-          Por un lado quieres que seamos sinceras, por otro lado nos has pedido que digamos lo que quieres, si digo lo que quieres no soy sincera, ¿Quieres que te diga la verdad? o ¿Quieres que te diga que todo lo que haces me gusta mucho? – Dijo con tono enfadado.

-          Dime la verdad, pero se amable, deja ese tono conmigo.

-          Pues creo que eres un cerdo, y en tu puta vida me vas a hacer disfrutar. – Dijo poniendo una mueca sonriente enseñando los dientes.

-          ¡¡Joder tía!! – La recrimino Raquel, yo miraba a Raquel pues no entendía muy bien esa recriminación.

-          ¿Qué pasa? Si me dice que diga la verdad pues la digo y punto. – Contesto Sandra a Raquel que no le había gustado la recriminación.

-          Pero eso no es verdad.  – Alego Raquel.

-          ¡¡Esa es la verdad y punto, tu te callas la boca zorra!! – Grito Sandra con un verdadero enfado.

-          Ayer estuvimos hablando, y por lo que dijo no se lo paso mal precisamente, si no todo lo contrario, no se por qué ahora lo niega.- Dijo Raquel dirigiéndose a mi.

-          Sandra ¿Tienes miedo de que piense que eres una puta? Es estúpido, te presentas en su discoteca dispuesta a comerle la polla para que te presente a un tío, y quieres que piense que eres una santa, la situación esta clara somos sus putas y vamos a hacer lo que le venga en gana. – Dijo Raquel a forma de discurso a su amiga Sandra.

-          Nos puede follar cuando quiera, pero no querrá que encima colaboremos con esto. – Afirmo Sandra un tanto mas calmada.

-          Pues si no colaboramos, se va a dar cuenta que le sale mas a cuenta contratar a unas putas, si decide dejar de pagar todos los meses estamos jodidas, si no colaboras acabaremos muertas o acabaremos vendidas a un burdel de mala muerte de un país que ni siquiera conocemos. Acepta la situación si sigues tocándole los huevos estamos perdidas. – Otro discurso de Raquel para su amiga Sandra.

-          Joder esta bien, es que me cuesta aceptar que halla acabado de puta. – Sandra dijo esto con los ojos llorosos, estaba a punto de romper a llorar, Raquel se acercó a ella y con el reverso de la mano le limpio los ojos.

-          No vamos a acabar de putas, pasamos estos diez meses y volvemos a nuestras vidas, tenemos que ser fuertes y hacer lo que nos diga para poder seguir con nuestras vidas. –  La cara de Sandra se animaba por momentos mientras su amiga le limpiaba las lágrimas.

-           Todo esto esta muy bien, pero no me ha quedado clara tu respuesta Sandra, ¿Disfrutas siendo una zorra? – Interrumpí  el silencio y la situación.

-          El primer día si disfrute, puedo decir que me lo pase hasta bien, hoy creo que te has pasado un poco. – Me respondió Sandra en la que ahora notaba sinceridad, no como antes que lo único que parecía importarle era fastidiarme.

-          Tal vez me halla pasado, pero ¿Te has puesto cachonda? – Seguí apuntillando.

-          Si, me daba vergüenza por si pasaba algún vecino, pero reconozco que aunque lo pase mejor el otro día, hoy también me he excitado. Ya me ha contado Raquel que has visto por la mirilla como me masturbaba y me corría con todo el esperma en la boca.

-          ¿Te gusta que te llame puta?

-          Cuando  te has liado con nosotras reconozco que tiene su morbo, pero no le veo sentido que nos insultes cuando estamos hablando, o cuando estamos tranquilamente, aunque reconozco que tampoco me ofende. Dada la situación que nos insultes creo que es lo de menos.

-          Por cierto ahora que eres sincera, ¿Te gusta Raquel? – Esta pregunta la sentó como un jarro de agua fría, no se la esperaba.

-          Ya te he dicho varias veces que no me gustan las chicas.

-          Pues creo que deberías ir cambiando de idea, pues vais a ser amantes.

-          Álvaro, se realista, por mucho que quieras, no me van a gustar las chicas. – No lo decía muy enfadada.

-          Da igual que te gusten o no, a mi me apetece que seas lesbiana, y en nuestro trato tu vas a hacer todo lo que me apetezca, te vas a comportar como una lesbiana, y como si Raquel fuera tu nueva novia. Es mas ves ahora mismo y dala un beso. – Sandra me miro por un momento como queriendo decir algo, pero se resigno y se levanto de su sillón acercándose al sillón en el que se encontraba Raquel se agacho un poco y dio un leve beso en la boca, un pequeño pico, acto seguido se me quedo mirando.

-          Ya esta, ahora ¿Qué?- Dijo con un tono de resignación

-          Eso no ha sido un beso, Raquel tu siéntate en el sofá, para que Sandra se pueda sentar encima de ti, y tu Raquel recuerda bien el beso que me has dado antes quiero que repitas exactamente el mismo beso. ¿Ha quedado claro?

Sandra asintió con la cabeza, por su parte Raquel se limito a sentarse encima del sofá, a pesar de que el tresillo era grande se sentó cerca mía, me parecía bien pues de esta forma las tendría a las dos a mano. Sandra se acercó hacia nosotros, se la notaba avergonzada por lo que estaba a punto de hacer. Se sentó a horcajadas encima de su amiga, con una rodilla a cada lado de esta, ninguna de las dos se acercaba a la otra y  tenían los brazos caídos, permanecían paralizadas por la escena. Fue Raquel la que a pesar de mis ordenes a Sandra se decidió a romper esa situación, pasando su mano a la nuca de Raquel y apoyando el brazo sobre la espalda de la misma, hizo presión acercando el cuerpo de esta al suyo al tiempo que sus caras se juntaban hasta que estuvieron totalmente pegadas, en ese momento Raquel la dio un tierno beso, que Sandra devolvió a su amiga, se dedicaron la una a la otra una serie consecutiva de besos en los labios, besos tiernos sin lengua nada lascivos. Me quede observando la escena que era realmente hermosa.

Raquel estaba sentada sobre el sofá a pocos centímetros de mí,  estaba perfectamente maquillada con esos labios rosas que aunque discretos eran de lo mas apetecibles, sus ojos claros permanecían abiertos clavados en el rostro de su amiga, su pelo rubio recogido brillaba a contraluz, seguía con el vestido morado, de una sola pieza sin tirantes con forma de tubo, no muy era muy corto ni tenia mucho escote pero aun así era muy sensual, la apertura lateral de la parte de abajo dejaba ver sus piernas hasta medio muslo, los zapatos de tacón remataban su aspecto femenino. Sandra estaba encima de ella sentada a horcajadas, sacando culo y arqueando la espalda de forma sublime, sus tobillos estaban  en la vertical de sus caderas de forma que tenia las piernas lo mas flexionadas posible, su pelo moreno caía en parte por esa espalda tan apetecible y en parte caía por delante de ella, desnuda como estaba excepto por el tanga y sujetador era irresistible, mas aun con esas botas, que no la había dejado quitarse, que la daban un aspecto de amazona comedora de hombres aun estando encima de otra chica.

-          Sandra, cariño a si no es como me has besado a mi antes, has pasado de ser una tigresa a una gatita, te quiero mucho mas activa.

Tras decir esto Sandra como anteriormente hizo conmigo cogió la cabeza de su amiga con ambas manos y desesperadamente empezó a morrear a Raquel, las dos tenían la boca abierta y me imagino que la lengua de ambas estaba en la boca de la otra, tras unos segundos de pasión Sandra se retiro de su amiga, se la quedo mirando y empezó a lamerle los labios con la punta de la lengua, Raquel aprovecho para hacer lo mismo de forma que las dos estuvieron con la boca ligeramente abierta entrelazando sus lenguas fuera de la boca, de forma que yo podía ver como se cruzaban, de vez en cuando Sandra succionaba la lengua de Raquel y aprovechaba para hacer mover la cabeza atrás y adelante fingiendo que la lengua de su amiga era una polla y estaba haciendo una mamada, esto me estaba poniendo a mil, acerco las manos a la boca de su amiga con las que la abrió, manteniendo a su amiga con la boca abierta con las manos lentamente la fue pasando la lengua por los dientes, tras esto volvió a coger con las manos la cabeza de su amiga y volvieron a juntar sus bocas, mientras sucedia todo esto,  Raquel permanecía con una mano en la nuca de Sandra y la otra se dedico a pasarla por el culo de su amiga, a la distancia que estaba pude notar como a ambas se las aceleraba la respiración. Sandra que se había negado en rotundo a participar de esto estaba terriblemente excitada.

Para facilitar la tarea de Raquel en tocarle el culo a su amiga intente quitarle el tanga a Sandra pero dada la postura que tenían me pareció imposible, a si que lo cogí una de las tiras laterales del mismo con ambas manos y forcé hasta romperlo, tuve que hacer lo mismo con la tira del otro lado del tanga, tras esto agarre el tanga y di un fuerte tirón de forma que salió restregándose por el coño de Sandra, al tenerlo en mi mano note que se encontraba empapado.

Tras esto Sandra empezó los movimientos de cintura que anteriormente hizo conmigo pero esta vez su coño se estaba frotando con el vestido de su amiga, esta vez no estaban el pantalón y el tanga, de forma que Sandra se masturbaba con el cuerpo de su amiga mientras ambas se besaban.

-Sandra, antes a mi me has quitado la camiseta, haz lo mismo con Raquel.

Realmente no sabia como pensaba obedecerme, pues Raquel tenia un vestido y no una camiseta, pero mi duda duro poco, sin dejar de besar a su amiga agarro el vestido de su amiga por la parte de los pechos y fue bajándolo hasta que este quedo a la altura de su cintura, quedo a la vista el sujetador de  Raquel no tenia tirantes eran dos copas que se cerraban por la parte de atrás, era negro. Sandra no tubo impedimento en deslizarlo por el cuerpo de su amiga hasta la cintura como había echo con el vestido. Tras esto me acerque a Sandra y la desabroche el sujetador y acto seguido se lo quite, de forma que las dos quedaran uniendo sus pechos contra la otra.

-          Escucharme un momento zorras, ahora quiero que os agarréis las tetas, y frotéis los pezones con los pezones de la otra, ¿Entendido?

Mi orden no tardo en cumplirse, sin cambiar la postura con ambas manos se cogieron los pechos y despacio empezaron a frotar sus pezones con los pezones de la otra, pausadamente tiernamente, tomándose su tiempo Raquel me lanzo una mirada fugaz y paso su lengua por su labio superior, no cabía duda de que esa mirada era para ponerme cachondo, parecía una invitación a que me uniera a ellas, pero eso no entraba en mis planes, tenia que reservar fuerzas para lo que tenia planeado para la noche.

-          Te gusta esto ¿Verdad? – pregunto Raquel, realmente no se si me lo preguntaba a mi o se lo estaba preguntando a Sandra, aunque realmente, se lo preguntara a quien se lo preguntara demostraba que Raquel era una zorra de cuidado, superaba todas las expectativas que tenia en ella. Ni Sandra ni yo respondimos, Sandra permaneció mirándola a los ojos, con la respiración acelerada y yo puse mi mano sobre mi paquete sobándolo sobre el pantalón. Dado lo bien que se desarrollaban los hechos decidí subir el tono del numerito.

-          Ahora quiero que tengáis una conversación de amantes, quiero que os digáis que os queréis, si vais a ser amantes, tendréis que tener momentos íntimos, Sandra empieza tu dile a Raquel que la quieres.

-          Te quiero Raquel – Dijo Sandra de forma poco imaginativa mientras me miraba esperando mi aprobación, eso si sin dejar de frotar sus pezones con los de su amiga.

-          Yo, siempre te he querido, ni te imaginas la de veces que he soñado con este momento- Respondió Raquel. Tras la conversación que habíamos tenido no me quedaba muy claro si ese comentario era fingido o era un comentario real.

-          ¿Por qué nunca me dijiste nada? – Inquirió  esta vez Sandra.

-          Lo sabes de sobra nunca hubieras aceptado que tuviéramos un momento tan intimo. – Se atrevió a decir Raquel, esta conversación me estaba volviendo loco pues no savia si era en serio o fingían el papel que les había dado a interpretar, de todos modos mi erección era total, me dolía de lo dura que se me había puesto.

-          A lo mejor yo también estaba deseando que esto pasara pero no me atrevía a admitirlo – Tras decir esto Sandra dio un pequeño piquito a su amiga, para luego seguir con la ocupación que la había dado de frotar sus pezones.

-          Tu y yo sabemos que eso no es cierto, lo importante es que a partir de ahora vamos a estar juntas todas las noches, da igual que no me quisieras en el pasado a partir de ahora vas a ser mía. -  Tras esta declaración de Raquel no me quedo ninguna duda, aunque Sandra estuviera fingiendo el papel que la había dado, jugueteaba para ver las respuestas de su amiga, la cual estaba siendo muy clara a la vez que sincera.

-          Te quiero – acabo diciendo Raquel haciendo que la conversación acabara como empezó, tras esto volvieron a juntar sus bocas para besarse apasionadamente,  sinceramente no me atrevía a romper el momento, por lo que las deje así durante unos minutos, hasta que ellas separaron sus bocas y se miraban la una a la otra, ese fue el momento que me pareció propicio para seguir con mis juegos.

-          Levantaros las dos. – Tras decir esto las dos se levantaron pausadamente, y quedaron en pie mirándome esperando nuevas órdenes. Raquel tenía una sonrisa radiante en la boca.

-          Raquel parece que esto lo has disfrutado, ¿Lo has pasado bien?

-          Si – dijo sin atreverse a añadir mas y mirando a Sandra esperando su reacción.

-          No me parece justo que lo pases bien a costa de que Sandra pase un mal trago, sabes de sobra que no es una zorra lesbiana como tu. – Dije a pesar de que me había percatado que Sandra por su parte no lo había pasado nada mal.

-          Ahora le toca pasarlo bien a Sandra a costa de tu esfuerzo ¿os parece bien?

-          Si – dijeron las dos extrañadas sin atreverse a negarme nada pero un poco temerosas de lo que les pensaba pedir.

-          Pues ahora Sandra se va a sentar en el sillón y tú vas a comerle el coño hasta que se corra. ¿Alguna objeción?

-          Una cosa es besarnos, otra muy distinta es esto, esto no parece divertido, Raquel nunca a pasado de besos y magreos con otra chica y a mi no me gustan las chicas, creo que esto deberías de dejarlo – Dijo Sandra confiada, pensando que por mi erección se me había olvidado quien mandaba en este trio.

¡¡¡Vamos a ver puta, he dicho que te sientes y que la puta de tu amiga te coma el coño, me la suda vuestra opinión de zorras, me apetece ver como mi puta rubia se come el coño de mi puta morena, no creo que sea tan difícil de entender!!! – Todo esto lo dije con un grito que corto el buen rollo que parecía haber hasta el momento, realmente me excitaba que hicieran lo que les pedía encantadas, pero no podía

-          permitir que dudaran de que tenían que obedecer mis ordenes, a pesar de mi grito en el fondo no estaba enfadado con ellas que estaban resultando ser mucho mas zorras de lo que imagine. Tras esto cogí de un brazo a Sandra y la lleve hasta el sillón de forma que quedo sentada, por su parte Raquel se puso enfrente de ella en cuclillas se retiro el pelo de la cara con una mano y quedo con su cara frente al sexo de su amiga, esperando mi orden, sin saber muy bien que tenia que hacer.

-          Vamos zorra empieza.- Dije de forma autoritaria. Raquel saco su lengua y empezó a pasarla tímidamente por el coño de su amiga, se la veía muy inexperta en la materia, a los pocos segundos de esos lametones se dispuso a tomar una posición mas cómoda se puso de rodillas y puso sus manos en los muslos de Sandra y hundió la cabeza en su coño, ahora se estaba dedicando a hacerlo mejor, con la lengua jugueteaba con el clítoris, succionaba con la boca, restregaba su barbilla, e incluso la daba pequeños mordisquitos, Sandra por su parte permanecía inmóvil tenia los brazos caídos sobre el sofá, aunque si que pude observar que cerraba los puños fuertemente por la tensión a la que estaba sometida, por un lado se estaba excitando por otro lado no quería participar de esto pues seria reconocer que podía hacer lo que quisiera de ella incluso que se acostara con chicas. Me levante del sofá y me dirigí a la parte de atrás del mismo, me puse detrás de Sandra con el respaldo del sofá de por medio y acerque mi cabeza para que quedara pegada a la suya, no pude evitar meterle la lengua en la oreja, para después empezar a susúrrala.

-          Mira la cara de puta que tiene Raquel.- Dije sin esperar obtener respuesta.

-          Cuando tu me comes la polla, tienes la misma cara de zorra, es irresistible, me encanta ver esas caras deseosas de zorrear. – Aunque permanecía en silencio por su respiración note, que estaba empezando a excitarse.

-          Quiero que te acaricies el cuerpo mientras la zorra de tu amiga te come el coño. – Pareció faltarle tiempo a que le diera la orden, rápidamente se cogió las tetas y empezó a estrujarlas, lanzaba pequeños gemiditos que me indicaban que de seguir a si pronto se correría.

-          ¿Vas a ser tan puta de correrte mientras te come el coño tu amiga?, debería darte vergüenza ser tan zorra, te da igual tías, que tíos, te encanta que te follen. – Mientras la dije esto notaba que su excitación crecía los pequeños gemiditos se habían trasformado en gemidos de pasión descarados, a estas alturas no parecía importarle mostrar su excitación, por un momento recordé cuando la vi masturbarse por la mirilla a si que decidí, que Raquel la masturbara de esa forma, eso la desmontaría sin duda.

-          Raquel quiero que pongas tu palma de la mano sobre su coño, y con los dedos hagas presión agarrándoselo, tras unos segundos mastúrbala con dos dedos, y luego la vuelves a agarrar el coño, utiliza tu boca para  ensalivarlo todo. – Como me había dirigido a Raquel esto no lo dije al oído de Sandra, Raquel lo entendió y rápidamente empezó a masturbar a su amiga como yo le había ordenado, de vez en cuando paraba y le succionaba el coño o jugueteaba con su lengua en el clítoris. La excitación de Sandra era monumental estaba a punto de correrse, por lo que me volví a acercar a su oído.

-          Sandra tienes que aguantar cinco minutos, si aguantas cinco minutos sin correrte, con este tratamiento sin dejar de acariciarte te prometo que no te vuelvo a juntar con una chica. – Tras decir esto me separe de ella para ver acontecimientos.

Esto no lo había oído Raquel que permanecía empeñada en masturbar a su amiga para que se corriese, pues no podrían parar hasta que esto sucediera, ahora se estaba dedicando a masturbar a su amiga con dos dedos mientras dejaba caer saliva sobre los mismos, los giraba y retorcía sobre el coño de su amiga.  Sandra por su parte ahora se acariciaba los senos con mucho menos ímpetu, pero seguía gimiendo igual de excitada, no paso un segundo cuando de repente la explosión que yo esperaba sucedió, un largo grito de Sandra delato su orgasmo, sus manos fueron a la cabeza de su amiga a la que forzó a seguir chupándola, tras unos breves instantes paro, Raquel se puso en pie, mientras Sandra permanecía en el sofá inmóvil mirándome como si yo fuera culpable de su orgasmo.

-          Sandra ha quedado más que claro que eres una zorra que le da igual que se la follen tíos que tías, no has aguantado por lo que seguiré usándote como me venga en gana. – Tras decirla esto vi que no me respondía, se quedo mirándome con cara recriminatoria, por su parte a Raquel le había encantado comer el coño de su amiga, pues mientras se limpiaba los fluidos de su amiga de la boca, estaba la mar de sonriente.

-          Raquel arréglate, que nos vamos de compras, si sois unas putas tendréis que parecerlo, tu Sandra te quedas aquí, si quieres puedes masturbarte pensando en Raquel. – Dije de modo irónico, sabiendo que ese comentario la ofendería.

Raquel se dirijo a la habitación para cambiarse, cuando la corte por el camino.

-          Te vas con esta ropa, que huele a coño de puta,  lávate la cara y te retocas el maquillaje.

Se subió el sujetador y el vestido entro en el cuarto de baño y tras un par de minutos salió con la cara impecable, además se había peinado de nuevo, estaba perfecta, tras esto nos fuimos del piso.