De vuelta a la facultad III
Las aventuras a veces te sorprenden
De vuelta en mi casa voy directa a la ducha. Ir de copiloto ha resultado muy incómodo, temía que mi marido se oliera algo. Literalmente, el olor a semen no lo podía sacar de mi nariz. En mi gran ducha puedo relajarme, limpiar y perfumar levemente mis partes intimas. Siempre me distraigo enjabonando abundantemente mi coño pero esta vez con razón. Mis dedos recorren mis labios y juegan con mi clítoris, tan sensible.... Mi cuerpo vuelvo a temblar. Me aseguro que no quede rastro de olor en mi cuerpo. Esta tarde tenemos una reunión social en la zona alta de la ciudad. Esas reuniones a las que me veo obligada a ir por el trabajo de mi marido. Aburrida, sin duda. Pero he de aparecer tan brillante como me obliga mi estatus. Elijo el color rojo de un vestido mini y ajustado para darme ánimos a mí misma para soportar la tarde llena de sonrisas estúpidas. Acudimos al centro de reunión, una gran sala de un prestigioso hotel llena de hombres y mujeres sosteniendo copas de cava.... No me siento en absoluto en mi elemento pero mi marido está como pez en el agua. Pronto se desentiende de mí hablando de sus negocios. … Me acerco a la mesa de picoteo por hacer algo y oigo mi nombre en una voz que bucea en mi memoria. Antes de volverme, ya sé quien es. Aquel amigo que me descubrió como mujer hace ya mucho tiempo.
Ni si quiera sabía que estaba en la ciudad pero el mundo de los negocios es así. Hace años que solo hablamos esporádicamente y en nuestras conversaciones siempre se cuela una pizca de nostalgia por aquel primer encuentro. … Le miro a sus ojos oscuros y me temo que mi rostro está ardiendo.... ¡Cuánto tiempo! Dos besos de cortesía, demasiadas miradas alrededor. Creo que es reciproco, nuestros cuerpos reaccionan recordando su antigua unión y vibran. Las palabras son lo de menos, los dos estamos conmocionados por el encuentro. Pero terminamos hablando de nuestros respectivos matrimonios, instalados en la rutina y en la indiferencia, por lo general. Mi amigo me confiesa que verme le ha hecho darse cuenta que me sigue deseando. Ya no soy aquella niña sin experiencia que aprendió entre sus brazos.... Yo me siento confundida, acostumbrada a la indiferencia y en un solo día me encuentro con dos hombres que me miran con deseo, esa mirada que te conecta con tu parte mas íntima y salvaje. Me siento realmente aturdida. De repente, me sorprendo maquinando con rápidez una manera de conseguir estar a solas con él. Parece leer mi pensamiento y me comenta intencionadamente que está alojado en ese mismo hotel. Estamos hablando apoyados en la barandilla de un balcón estrecho. Yo me he levantado de la silla y estoy apoyada inclinada hacía fuera. La apertura de la ventana es quizás muy estrecha y esto hace que su cercanía sea quizás demasiado inapropiada. Busco a mi marido con la mirada, sigue inmerso en conversaciones interminables. Parece que siente mi mirada y me mira.... En mis ojos encuentra desafio y yo en los suyos, miedo. Vendrá a reclamar lo que es suyo por derecho? O quizás ya lo haya perdido hace tiempo....Decide continuar con sus negocios. Mala elección. A mis oídos llega la propuesta deseada. Después de 20 años, retomar nuestra relación donde la dejamos, en la habitación de un hotel. En ese mismo hotel donde nos encontramos, es una idea realmente excitante. Sentir su mirada ardiente en mi cuerpo después de tanto tiempo es algo que me excita. Mi cuerpo se enciende bajo el estrecho vestido con sus palabras “sigues siendo una mujer muy sensual. Mereces mas atención de la que te dan” Èl se encuentra en una situación similar a la mía, en un matrimio cordial pero frio y conociendo su fuego interior eso es una tortura como la mía. Hay cosas que realmente son injustas. Me indica su número de habitación. Temblando me acerco a mi marido y le digo que mi masajista me ha llamado por que le ha quedado una hora libre y no pienso desaprovechar la ocasión. Su consulta no queda lejos de allí, nos vemos en casa. No sé si sospecha o no por que se muestra de acuerdo en que desaparezca sola. No es extraño que yo haga algo así, a pesar de mi discapacidad, él sabe que si tengo posibilidad de transporte accesible, prefiero ir sola a mis recados.
Llego al hall del hotel y cojo el ascensor hasta el piso indicado todo emmoquetado. Se notan las cinco estrellas. Llamo a la puerta y me abre al instante. Entro en la habitación y me siento en la cama, aquí ya no hacen falta palabras, demasiado tiempo esperando este momento. Nos besamos y ya no hay vuelta atrás. Mi excitación es reflejo de la suya. Un tremendo bulto tensa su pantalón pero no hay prisa.... Me quita el vestido lentamente y descubre mis pechos mas grandes que hace años que se muestran ergidos. Su lengua los atrapa sutilmente, con suavidad los envuelve y mis pezones responden endureciéndose y buscando ansiosos su lengua. Mi cuerpo responde y desea mas. Va bajando hasta mi coño completamente húmedo y su lengua se afana en la tarea imposible de secarlo. Mi clitoris ansía su atención y me hace temblar. Estoy completamente desnuda cuando él se quita la ropa. Su polla la recuerdo muy bien pero tenerla de nuevo tan cerca es realmente un sueño. La meto en mi boca sin dudar, solamente el capullo, ya que mi mano se ocupa de su tronco suave y duro, su sabor húmedo invade mi boca y mi lengua se mueve para darle el mayor placer aunque ya es imposible conseguir mayor dureza. Me siento tan excitada solo con sentir su excitación que ya tengo un orgasmo chupando su miembro con hambre. Pero sabemos que tenemos una cuenta pendiente.... Me tumbo en la cama y él me coge las piernas, acariciandolas. Su polla apunta a mi coño directa pero primero se deja resbalar hacía mi clitoris llevándome de nuevo al orgasmo. Cuanto más me excito, mas deseo sentirla dentro de mí y ya no me hace esperar más. Su polla entra. Unos 20 cms me invaden con asombrosa facilidad y me hacen sentir un orgasmo más. Me siento llena, poseida. Mientras me va follando cada vez mas rápido me acaricia y presiona mi culo haciendo mas profunda la penetración. Esto me hace sentir de nuevo un orgasmo super intenso. Pierdo completamente el control, deseo que me posea de todas las maneras posibles y mi culo casi virgen entra en ese plan. Nunca me ha gustado demasiado que me enculen pero mi nivel de excitación no admite límtes. Me doy la vuelta y se lo ofrezco. Sin mediar palabras, el introduce su lengua en mi culo, mientras sus dedos estimulan de nuevo mi clitoris. De su mesita de noche, saca un pequeño tarro de vaselina y con delicadeza unta la entrada de mi culo expectante. Su polla va entrando mientras sus dedos vuelven a torturar mi clitoris. Tras un momento de dolor, me siento transportada a un nuevo orgasmo mientras él bombea mi culo. Presiento que no va aguantar mucho mas sin correrse y asi es. Siento su leche tibia en mi culo lo que hace aun mas placentera su penetración y me hace encadenar un orgasmo tras otro. Ambos acabamos agotados y satisfechos. Tras una fugaz ducha compartida entre risas en una gran ducha sin barreras vuelvo a mi hogar mas feliz que si huniera ido al masajista.