De vuelta a la facultad I
Sintiéndome joven, libre, deseada.... de nuevo
Hace tiempo que esperaba esta oportunidad, una oportunidad para volver al mundo laboral. Es bastante díficil por mi discapacidad. Por desgracia, mi silla de ruedas pesa mas en mi currículum que mi licenciatura. Ahora vuelvo a mi facultad a hacer un curso con posiblidad de entrar en una importante empresa del sector. Estoy emocionada, volver a pisar mi facultad es tener recuerdos de mi despertar sexual tardío, de llamadas furtivas en la cabina telefónica... (Diós, que mayor me siento) Pero ahora me he convertido en aquello que deseaba, creo que mi yo del pasado estaría asombrada si me presento aquí con una vida independiente y familia propia. Ese era mi sueño, lo que no le voy a decir a mi inocente yo del pasado que quizás mi sueño hecho realidad me pesa demasiado sobre los hombros en ocasiones pero ¿quién puede cambiar sus pasos?
Entro en el edificio orgullosa y expectante por la experiencia que voy a vivir. Mi atuendo es lo mas ajustado posible. Mi sujetador eleva mis pechos claramente para dar imagen de figura estilizada a pesar de ir sentada. Ni rastro de la cabina telefónica pero el resto todo sigue igual. A la izquierda, los baños mixtos. El cubículo del baño adaptado me ha visto hacer cosas que quizás mencione en otro relato.... Me dirijo al aula indicada. Pocas caras conocidas que me miran con indiferencia. No era muy popular en mi época de estudiante, no esperaba más que seguir siendo la chica invisible aunque ya no me afecta. He aprendido a quererme a mí mísma. Me coloco en primera fila. El profesor ya está preparando el material en su mesa. Va trajeado, corbata negra muy formal. Su pelo negro azabache ya se ve invadido por unas cuantas canas impertinentes. Su rostro presenta ya pequeñas arrugas. Al girar la cabeza nuestros ojos se encuentran, un azul intenso choca con mis ojos verdes y de repente siento que esos ojos son mas profundos que el oceano y me gustaría que me mirara eternamente. Siento que mi cara arde y retiro la mirada pero sé que él aun no lo ha hecho. No sé si con tal intensidad solo quiere ver mis pechos o es capaz de ver mis visceras. Mi corazón se acelera y mi coño se humedece empapando mis bragas, no venía preparada para una aventura erótica. Empieza la clase, es emocionante volver a ser estudiante, volver a tomar apuntes, volver a sentir esa curiosidad y excitación por aprender. O quizás sea por la voz sensual con la que el profesor envuelve el conocimiento. Esa voz me desconcentra y me conecta directamente con mi clítoris que no sé por qué diablos empieza a temblar con cada vibración sonora que sale de su boca. Su boca, sus labios, su lengua.. la imagino jugando con mi clítoris, con mis labios y mis bragas se humedecen abundantemente. Mierda, creo que no estoy tomando apuntes correctamente....
Acaba la primera clase, la primera clase de cinco. El viernes este hombre elegirá a quien contrata para su gran empresa, el gran premio para cualquiera. Salgo lo más rápido posible y me dirijo al baño adaptado dentro de los servicios mixtos. No aguanto mas, me bajo el pantalón y las bragas y me siento en el wc. Mis dedos se apuran en calmar mi coño humedo, centrándome en mi clitorís. Todo el suave y resbaloso acoge mis caricias con temblores incontrolobles. Me aferro a la barra de apoyo para sentir como el orgasmo invade mi cuerpo y lo llena de temblores. Ahora sé que mi coño acogerá fácilmente mis tres dedos y no le hago esperar. El gran orgasmo que me invade me hace gemir mas de lo debido y temo ser oida. De hecho, oigo pasos fuera... No sé quien es, para cuando me he recompuesto y abro la puerta, el lavabo está desierto.
Me apresuro a salir de la facultad, mi marido me espera fuera en el coche y me pregunta como me ha ido. “Muy estimulante” le respondo. Miro por la ventanilla y el profesor está en la entrada mirándome con media sonrisa ¿lo sabe? ¿qué sabe? ¿qué piensa? Me voy a volver loca hasta mañana