De vuelta a casa, Cuernos para mi Marido
Esta historia ocurrió hace unos años, pero ahora mí hijo y yo, hemos decidido contarlo en la web de Todorelatos. Yo soy una mujer menuda, morena de pechos más bien pequeños, pero de gruesos pezones y oscuros, de color café.
Esta historia ocurrió hace unos años, pero ahora mí hijo y yo, hemos decidido contarlo en la web de Todorelatos.
Yo soy una mujer menuda, morena de pechos más bien pequeños, pero de gruesos pezones y oscuros, de color café.
Soy algo maciza con curvas, los hombres se giran cuándo me ven pasar. De mí matrimonio con mi marido, que es mucho mayor que yo, tuvimos un hijo, que tenía 16 años pasó, lo que queremos contaros.
Mi hijo es más alto que su padre, mide algo así como un metro setenta, yo solo mido un metro cincuenta y cinco. Luis es un chico algo introvertido, es muy casero, aunque le gusta practicar deporte sale poco, siempre está pegado a mí falda.
a la mínima ocasión siempre intentaba mirarme los muslos y verme las bragas, le encanta rozarse conmigo, y besarme cerca de los labios. Mi marido siempre me ha echado la culpa, diciendo que lo tengo demasiado mimado, a mí la verdad es que me gusta tenerlo cerca de mí.
Mi marido para el sexo ha sido siempre una nulidad, mientras yo soy una mujer con temperamento, una hembra del sur, caliente como suele decirse.
Más de una vez y más de dos, he tenido que ir al lavabo a pajearme, excitada por los roces de Luis, y por cómo me mira las piernas, el descarado, con su padre cerca en la más absoluta inopia, sin darse cuenta de nada. Una noche volviendo del fin de semana en el pueblo, donde tenemos una casita, Luis se echó detrás a dormir, diciéndonos mí marido que nos fuéramos los dos detrás a dormir.
Al ser Otoño anocheció rápido. Mi hijo se tumbó con su cabeza encima de mis muslos, haciendo que yo separara algo las piernas, para así apoyar la cabeza mejor.
Por la postura, mí falda se subió hasta arriba, dejando mis muslos descubiertos casi del todo. Luis aprovechando que mis muslos estaban separados, empezó a oler mí coño a través de la braguita, lamiéndome el muy descarado, el interior de los muslos y pasándome la lengua por encima de las bragas, haciendo que mí coño se humedeciera por las caricias.
Luis ha cada momento apretaba más su boca contra mí coño, que estaba más húmedo mojando la braguita, pasándome la lengua por los bordes de la braguita, poniéndome más excitada, con su padre delante de nosotros, que podía oír algo.
Cachonda por la morbosa situación tan excitante, me ahueque en el asiento, echando el culo para adelante y así separar los muslos al máximo, encajando así Luis más la cara entre mis muslos. Mi hijo fue subiendo una mano por mis muslos, sin dejar de lamer la braguita, separó la tela hurgándome toda la pelambrera, el muy golfo, acariciándome los labios hinchados por la excitación, atreviéndose a meterme un dedo dentro del coño, acariciándome todo el coño con un descaro que me puso más excitada.
Me lamió toda la pelambrera y los labios, mientras me acariciaba todo el coño metiéndome el dedo hasta dentro, llegándome a rozar el clítoris con la lengua, el descarado.
Yo me mordía los dedos para que su padre no se diera cuenta de nada, pues casi no podía disimular el placer que Luis me estaba dando. Con disimulo estiré mí mano hasta su pantalón, comprobando el enorme bulto de su polla, cogiéndola con deseo, notando lo dura y gruesa que la tenía.
Al notar mí mano en su polla, mi hijo me metió el dedo más rápido, acariciándome el clítoris con la lengua haciéndome gemir de placer, haciendo ver que tenía tos. Excitada como nunca lo había estado antes, le dije a mí marido—Paco para un momento y dame la manta de viaje, que el nene se ha dormido y cogerá frío—Aproveché para sacar mí culo fuera del asiento, facilitando así que Luis encajara su boca más en mí coño, sin ningún impedimento, teniéndome con los muslos separados al máximo, cubiertos por la manta.
Luis me metió dos dedos dentro del chocho, hurgándolo como quiso, metiéndolos hasta el fondo, mientras lamia los labios cómo si los pintara, atrapándome el clítoris con la lengua, haciendo que me corriera varias veces, sin dejar de beberse los jugos.
Mientras yo, le saqué la polla fuera del pantalón, agarrándola muy fuerte entre mis dedos, notando como latía y se ponía más gruesa a cada instante, hasta que hice que se corriera sacándole toda la leche, corriéndonos los dos a la vez. Paco no se enteró de nada, como era costumbre en él.
Desde ese día Luis, aprovechaba cualquier ocasión para meterme la mano en las bragas el muy golfo, con su padre al lado mirando la tele. A mí esto me ponía muy caliente, facilitando que mi hijo me tocara delante de su padre a cada momento.
Después de lo sucedido en el coche, un Sábado por la noche estaba echada en el sofá mirando la tele. Paco mí marido estaba sentado en su sillón a dos metros escasos delante mío, dándome la espalda.
Mi hijo entró en el comedor vestido con un bóxer nada más, y me pregunto si podía echarse conmigo. Mi marido le recriminó que no se despegara de mí un Sábado por la noche, Luis le respondió que tenía en casa todo lo que le hacía falta.
Luis se acercó a mí espalda, pegándose a mí culo y frotándome el paquete, a la vez el golfo ocultó su cara en mí melena, mientras me besaba y lamia el cuello y la oreja, poniéndome muy caliente. Yo al tener los pechos pequeños casi nunca llevo sujetador. En ese instante llevaba solo una camiseta pequeña que apenas llegaba al ombligo, y una braguita muy fina.
A los pocos minutos, se le puso la polla enorme notando como estaba de dura. Llevé mí mano hacia atrás, palpando la polla por encima de la tela, notándola gruesa y dura cómo nunca había sentido una polla.
Luis me cogió las tetas atreviéndose a meter las manos debajo de la camiseta, cogiéndome las tetas directamente, poniéndome muy excitada, haciéndome morderme el labio para que mi marido no me oyera.
Envalentonado por como yo me dejaba tocar, me habló muy caliente, excitándome más mientras acariciaba mis pezones, cómo mí marido nunca lo había sabido hacer—Oh...mamá...que tetas tienes tan ricas...ufff...tienes los pezones muy gruesos y duros...seguro papá nunca te las ha tocado así ¿verdad...? que buena estás, te voy a comer las tetas so cachona, cómo cuando era pequeño...mmm...que ganas tengo de follarte...—.Excitada por cómo me hablaba de atrevido, mí mano agarró la polla directamente sin la barrera de la tela, apretándola con deseo recorriendo toda la longitud de la verga, provocando que Luis me besara más el cuello, y chupara mí oreja, excitado por cómo yo le tocaba.
Con un descaro que me excitó más, ocultó su cabeza debajo de la manta, atreviéndose a comerme una teta, chupando el pezón entre sus labios como un bebe, haciendo que mí coño se mojara cómo pocas veces lo ha estado. Apenas podía evitar gemir por el placer que sentía, por como Luis me chupaba el pezón. Para disimular y asegurarme que mi marido no se daba cuenta de nada, lo llamé repetidamente—Paco...Paco... ¿ESTÁS DORMIDO?—Mí marido levantó la cabeza más dormido que despierto, balbuceando—EH...eh...sí me he quedado...—.
Mi hijo viendo a su padre tan adormilado, dejó de comerse mí teta para besarme el cuello y la oreja, haciéndome gemir por cómo estaba acariciándome las tetas. El muy aprovechado, viendo a su padre así, me metió la mano por la braguita cogiéndome todo el coño, y metiéndome dos dedos dentro, poniéndome más excitada y haciendo que separase los muslos para tocarme mejor, el ladrón—Aaahhh mmm...aaahhh...te estás aprovechando de mí aaahhh...no me estires así los pezones descarado, tienes la polla más dura y gruesa a cada momento...—tienes el coño empapado mamá, tu coño me aprieta los dedos para que los meta más, estás muy caliente—.
Luis me metió los dedos haciendo un chapoteo por los jugos que soltaba mí coño, excitándonos más.
Mientras me metía los dedos por todo el coño, yo no dejé de acariciarle la polla, tironeándola con deseo, notando cómo cimbreaba en mí mano. Mi hijo me metió la lengua, buscando la mía, a la vez que supo acariciarme el clítoris, haciendo que atrapara su lengua con la mía, mientras me corría empapando sus dedos.
Nada más correrme, mi hijo me llevó a su cuarto dejando a mí marido en el comedor con la tele puesta, por si se despertaba.
Me llevó en brazos sin dejar de besarme. Una vez en el cuarto, me sentó en el borde de la cama, quitándome la braguita que estaba empapada. Me hizo echarme hacia atrás, lamiendo mis muslos sin prisa ninguna, hasta llegar a mí coño, lamiendo y chupando cada pliegue, teniéndome cogida con las dos manos, debajo de mí culo, comiéndose mí coño cómo un hambriento, metiéndome toda la lengua, encajando su boca en mí coño, arrancándome gemidos y sollozos a cada lametón, haciéndome que le hablara muy excitada y cachonda, pidiéndole que no parase de comerse mí coño...—Aaahhh....aaahhh...aaahhh...sí....sí...comete mí coño así cariño...ooohhh...ooohhh...sí...méteme toda la lengua así...OOOHHH...qué bien me comes el coño...¡¡LADRÓN!! no pares de comértelo todo...aaahhh...así...sí....¡¡GOLFO!! ...—.
Sin poder resistir más el placer que me daba mí hijo, le cogí la cabeza apretándola contra mí coño, para que se lo comiera más, frotándole mí coño contra su boca—AAAHHH...AAAHHH...SÍ TOMA MÍ COÑO SÍ...ASÍ...ASÍ...COMÉTELO TODOOO...AAAHHH...NADIE ME LO HA COMIDO CÓMO TÚ...OH TU LENGUA HIJO...SÍ TOMA EL COÑO DE MAMÁ...AAAHHH...—Luis me atrapó el clítoris entre sus labios, haciendo que le frotara el coño contra su boca con más fuerza, poniéndome loca de excitación, hablándole muy caliente—AAAHHH....AAAHHH...SÍ COMETE MÍ PIPA ASÍ...AAAHHH....SÍ OH CARIÑO...TOMA MÍ PIPA...—Aprovechándose que me tenía cachonda y caliente, dejó de comerme el coño y rápido se puso mis piernas en sus hombros, obligándome en esa postura a ofrecerle mí coño todo ofrecido.
Con mí culo en vilo por la postura, me clavó toda la polla de una vez, hasta rozarme sus huevos en la pelambrera.
Nunca ningún hombre me había follado así, metiéndome tan profundo la polla cómo mí hijo. Mi hijo loco de excitación, inició un mete saca lento y profundo, sacándola y metiéndola toda en cada mete saca, dejándome sentir cómo me la clavaba toda lentamente, para hacerme disfrutar más, el muy golfo...poniéndome muy cachonda y guarra, por cómo mí hijo me estaba sabiendo follar así.
Mientras me metía toda la polla, Luis sacó su lengua, haciendo que nuestras lenguas se lamieran fuera de las bocas, yo tenía a mí hijo cogido del culo con ambas manos, sin dejar de manosearlo—AAAHHH...AAAHHH...QUE BIEN ME FOLLAS SO GOLFO...AAAHHH SÍ ASÍ CLÁVAMELA TODA HIJO, FOLLA A MAMÁ ASÍ MÁS...—OOOHHH...OOOHHH...MAMÁ TU COÑO QUE ESTRECHO ES, SÍ TÓMALA TODAAA...ASÍ...ASÍ...—. Me sorprendió de nuevo su seguridad y desparpajo, cambiando de postura sin sacarme la polla. Me pasó las dos manos por debajo del culo, Teniéndome así cogida, provocó que yo le atenazara con mis muslos por sus caderas, y me cogiera fuerte a su cuello.
En esa postura inició un mete saca muy rápido y profundo, notando cómo me la clavaba más que antes, sintiendo su polla en el fondo de mí coño, poniéndome loca de placer de sentirme tan follada, y además por mí hijo, haciendo que le hablara muy caliente, incitándolo a que no parase de follarme—AAAHHH...AAAHHH...SÍ...AAAHHH...ASÍ ME LA CLAVAS MÁS...OOOHHH...SÍ, NO PARES DE FOLLARME ASÍ...SIENTO TU POLLA EN EL FONDO DE MÍ COÑO CARIÑO...FOLLAME ASÍ HIJO...SÍ...FOLLA MÍ COÑO ASÍ...OH QUE POLLA TIENES...OH...CÓMO ME FOLLAS LUIS...AAAHHH...CLÁVAMELA ASÍ...TODA...ASÍ...—.
Mí coño chorreaba jugos sin parar por cómo Luis sabía follarme, haciendo que sus huevos hicieran un chapoteó muy guarro, al clavármela toda y chocar sus huevos en mí coño, excitándonos más, haciendo que acelerara el mete saca. Olvidándome de mí marido, le chillé cómo si me matara, besándome mi hijo en la boca, para que no nos oyera su padre—AAAHHH...AAAHHH...SÍ MÉTEMELA ASÍ TODAAA..., FOLLA MÍ COÑO MÁS...MÁS...ME MATAS DE PLACER CON ESA POLLA...AAAHHH...COMO SIENTO TUS Excitado por mis palabras mí hijo me habló muy caliente, acelerando el mete saca, hasta un ritmo diabólico, haciendo me corriera varias veces más, notando cómo su polla se hinchaba más al estar a punto de correrse—OOOHHH...OOOHHH...MAMÁ....QUE COÑO TAN ESTRECHO TIENES...SI, ASÍ TE LA CLAVO MÁS...TOMA TODA MÍ POLLA...OH...QUE BIEN FOLLAS MAMÁ....QUE BUENA ESTÁS...TOMA MÍ POLLA ASÍ...ASÍ...ASÍ...—ASÍ...ASÍ...ASÍ...NO PARES DE DE FOLLARME ASÍ...ASÍ...—ME CORRO MAMÁ...OOOHHH...ME SALE LA LECHE...DEJA ME CORRA FUERA...NO AGUANTO...OH QUE COÑO TAN RICO TIENES MAMÁ...—.
Mi hijo se quiso correr fuera, pero lo atenace con mis muslos muy fuerte, sintiendo así como me la clavó más profundo, excitado por cómo yo lo atenacé, pidiéndole me llenara el coño de leche, corriéndonos juntos en una follada increible—NOOO...NO ME LA SAQUES...CLÁVAMELA MÁS...ASÍ...LLENA EL COÑO DE MAMÁ DE LECHE CARIÑO—OH SÍ TOMA MÍ LECHE MAMÁ TODAAA, OH CÓMO ME CHORREAS LA POLLA, ME CORRO CONTIGO—...OH TU POLLA ME LA CLAVAS MÁS SÍ, CÓRRETE CON MAMÁ HIJO...SÍ DAME TODA LA LECHE...ASÍ TODAAA...ME QUEMAS....OH ME CORRO CONTIGO NENE...OH QUE FOLLADA...TOMA MIS JUGOS...OH...—.
Nuestra relación continuó durante varios años, hasta que el voló, pero esa es otra historia.
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