De vuelta... a casa
Esta historia está basada en un relato que describe un amigo del autor, es bastante extraña como suceden las cosas, pero final mente, pasa lo que se supone que debe pasar, es bastante entretenido.
De vuelta a casa
Escrita y redactada por Shekenneyerr
Historia real contada por Francisco Javier, alias "El Caco"
Mi pelo es de color claro, soy algo rubio, mis ojos son azules, mido alrededor de 1.80, peso cerca de 70 kilos, hago bastante deporte, pero es solo para transpirar, por que me encanta sentirme mojado, mi nombre es Francisco Javier, pero mis amigos y mis papás, me llaman Caco , así que les contaré mi historia
Era una noche de primavera, el ambiente, estaba algo cálido, llevaba un buen rato esperando locomoción, no creí qua la micro, se demorara tanto en llegar, y cuando de pronto, la veo venir, me paro, y la hago parar, me sentí algo incomodo, por que en el paradero, llevaba un buen rato, mirándome un tipo, que me tenía algo nervioso, no sé le habrá llamado la atención de mi, en fin, estaba a punto de subir a la micro, cuando este hombre, de envergadura bastante ancha, se me pone a tras mío, y cuando me subo a la micro, me doy cuenta que esta, venía llena de gente, justo lo que más me desagradaba hasta ese momento, ya sabrán por que.
Me subo a la micro, cuando esta persona,(que ya les voy a decir el nombre), se pone detrás de mí, yo iba parado, mirando por la ventana, eran las 19:00 hrs. Estaba algo impaciente, necesitaba llegar a casa lo antes posible. De pronto, no sé que me pasó, y me puse a pensar en aquel hombre que por cierto estaba atrás mío, de a poco sentía como se acercaba, y entre la tela, le sentía en bulto que llevaba entre mis piernas, al principio, me asusté lógicamente, por que pensé que me asaltaría, así que guardé mi billetera en un sitio seguro, donde yo sabía que no lo podría alcanzar, pero sin darme cuenta que lo que quería este hombre era una cosa totalmente diferente a lo que yo pensaba, de a poco fue deslizando su mano, hasta que llegó a mis nalgas, y me las comenzó a exprimir, como si fueran unas naranjas, pero como les dije, al principio me asusté, el corazón ya se me salía, así que opté por quedarme tranquilito, por que no sabía que es lo que pensaba, (a todo esto, no se lo había dicho, el tipo, llamaba bastante la atención a las otras personas, por que era de raza negra, pero no mulato, ni café oscuro, no, era negro, tan negro, como era la noche oscura, como un tunal sin luces, tan negro, como Uds. Se imaginan lo negro que era, así era) la mano de este hombre, era grande, con las palmas de la mano blancas, en tanto me apretaba los cachetes de mi culo, parecía que ya se me iban a salir, parecía que me los quería arrancar, me empecé a relajar, y a disfrutar del paseo en micro, no tenia idea de lo excitante que podría ser el siquiera pensar de estar con un hombre, ya la tula, se me estaba hinchando, no era mucho, por que a decir verdad, no soy muy bien dotado, mi pene es mas bien pequeño, así que no es que haya estado nervioso por que se me notara la excitación, no, al contrario, lo que me tenía algo nervioso era que a el se le estaba empezando a parar ese tremendo fierro, que en mi pequeña mente, no imaginaba lo grande que sería, y de pronto tenía atravesado a mi, un fierro, que yo creo que si hubiera estado fuera del pantalón, no me habría entrado ni en la boca, y eso que la tengo bastante grande.
El sentir se fierro entre mis piernas, me tenía a 1.000, estaba casi sintiéndolo entre mis entrañas, casi sintiendo como sería capaz ese fierro de penetrar mis entrañas y llegar a ocasionarme el tremendo orgasmo, así que no dudé más, y bajé una mano, para tocarlo, por que ya no aguantaba más, y me di cuenta que estaba muy duro, estaba tan grande, que no me cabía en la mano entero, yo no alcanzaba a rodearlo con la mano, y eso es que solo era la cabeza, mi cabeza empezó a imaginarse como sería tenerlo metido en el poto, como se verían los colores, parecería café con leche, y me dio una sed de su cuerpo, era imponente, y su fierro, era máximo, ni en mis sueños más mojados, ni en mis masturbaciones más oscuras, pensé que existía siquiera un manguaco de aquel tamaño, quería tenerlo entre mis cachetes del poto, necesitaba sentirlo, y no estaba dispuesto a que se me escapara, así que estaba dispuesto a hacer lo posible por mantenerlo y saborearlo, saber que olor tendría, como que me llamo Francisco Javier, estaría dispuesto a soportar los embates que me estaba proporcionando el destino.
Saqué la verga gigante de aquella Bestia negra, para poder dar vueltas, y enfrentarlo, me armé de valor, y lo hice, le dije: -- hola, mi nombre es Francisco Javier, y me dicen Caco, si quieres seguir con esto, bajémonos detrás del estadio nacional, y podremos ir a algún lugar más privado, que te parece??Y LA Bestia Negra, me miró, juntó sus labios con los míos, y me dio un beso, que me dejó hasta con los pelos del poto mas erizados que La chascona de la Gloria Trevi, así que entendí perfectamente el mensaje que aquel macho recio, negro me estaba diciendo.
Nos Bajamos de la micro, me tomó de la mano, y en vez de dirigirnos donde era mi lugar preferido, nos fuimos para el otro lado, entonces, le quedé mirando placidamente, para ver la reacción de el, y en mi mente estaba la sensación de que sería agradable tenerlo de compañero de Trabajo, mientras pensaba esto, el me hablaba, y su voz era tan calida, que los pelos de la espalda, se me hacían cada vez más molestos, por la razón de que me pinchaba, y lo único que yo quería y me lo repetía a cada rato en mi mente, -- Caco, compórtate, ya esa verga dura jugosa llena de venas, brillante, larga y gruesa, ya estará en tu culo, y tu lo vas a saborear, tanto como saboreas a tu jefe todos los días--, me imaginaba las poses más extraordinarias con esa Fiera, con esa Bestia Negra, ya habíamos andado un par de cuadras, y mis nervios se apaciguaban en cada paso que daba, hasta que llegamos a una casa, pequeña, pero era de el, lo primero que hizo, fue meter... su llave en la puerta, para entrar, abrió la puerta, y me dijo:--Caco, pasa chico, que mi caca es tu casa de ahora en adelante, me llamo Carlos, pero me gusta que me digan Kenita (en la intimidad), así que eso es lo que les puedes decir en tu casa y a tus amigos.
Pa que decirles que era una mala idea, si estaba buenísima y todos me creerían.
Entramos a la casa, y me dio un beso que es el beso mas caliente que jamás me han dado antes, me empezó a sacar mis pantalones, una vez que me sacó toda la ropa, se desnudó solo el, y mientras yo lo miraba, cuando ya estuvo desnudo, me miró y me dijo:-- Caco, chico (y tenía toda la razón) te gusta lo que vez??,-- y yo no sabía que responderle, y se acercó a mi, y me dijo en el oído: -- por que no bajas y me enseñas como te comes esta verguita??,-- habérmelo dicho antes, por que lo único que yo quería era sentir ese capote entre mis labios, para ver si realmente me lo podría encajar en mi bocota.
Para hacerles el cuento corto, le pedí que me trajera un cuchillo, y me quedó mirando y me dijo:--si sé que está bueno chico, pero pa que lo quieres tu en tu casa, si aquí sirve más (póngale acentuación cubana), y le dije, no es para cortártelo mi negrito rico, es para hacerme dos tajos yo, uno a cada lado de la boca, para que me entre este tremendo ejemplar.
Cuando se lo estaba saboreando, completito, pero solo pasándole la lengua, me agarró, no sé como, y me la mandó a guardar, sin siquiera decir agua va!, tenía ese tremendo pedazo de verga metido en mi ojete, que manera de pasarlo bien, ese fue mi encuentro más placentero que he tenido con alguien que conocí en la micro.
Ahora es mi compañero de trabajo, anhelo que en algún momento llegue a ser mi jefe, para pasarlo bien con el y con todos los que quieran pasarlo bien conmigo.
Francisco Javier
"El Caco"