De vuelta a casa (02: Final)

Acaba el relato anterior de vuelta de vacaciones.

DE VUELTA A CASA (FINAL)

Dejé que pasaran unos kilometros sin dejar de mirarla pero sin tocarla. Al principio ella se agachaba ligeramente cuando adelantabamos a otro vehiculo, de manera que si era un automovil no la veían más que la cabeza y los hombros desnudos. Su mano no dejaba descansar a su clitoris, aunque los movimientos eran lentos. Al adelantar a vehiculos grandes intentaba tapas su desnudez con las mano, aunque evidentemente, si el conductor del otro vehiculo miraba sabría que estaba completamente desnuda.

Un poco más adelante me disponía a adelantar a un autobus y le dije:

Muestrate entera, quiero que todos vean a mi pequeña guarra tal y como es.

Pero..., hoy voy a ser tu puta, lo hare tal y como lo pides. Se puso roja como un tomate, sonrió y continuó la lenta masturbación. Yo seguía con un calentón increible, nunca había estado en este grado de excitación, puse mi mano en su muslo y la hice abrir las piernas. El coche olía a sexo por todas partes y yo veía ahora sus dedos rozar sus hichados y mojados labios y su clitoris.

El autobus ya estaba a nuestra altura y ella abrió un poco más sus piernas y comenzó a acariciarse los pechos cuyos pezones apuntaban al cielo en plenitud de excitación. Incluso llegó a mirar hacia el autobús girando la cabeza hacia atrás mientras le adelantabamos lo más lentamente que pude. En ese momento comenzó a estremecerse, levantaba las caderas del asiento y las volvía a posar de forma frenetica, mientras sus dedos se deslizaban arriba y abajo ahora con fuerza. Aún no habiamos retornado a nuestro carril despues del adelantamiento cuando ella llegó a un orgasmo que la hizo gritar, estremecerse, sudar y quedar exhausta, con la mano en su sexo, las piernas cerradas y los ojos hacia mi sonriendo.

La acaricie y en ese momento la deseé más que nada en el mundo. Sobé su cuerpo sudado lentamente, al pasar por sus pezones se estremeció y yo los retorcí ligeramente poniéndolos gordos y salidos.

Una vez descanso ligeramente, ella melosa me dijo:

Vas a parar para follarme, o voy a tener que improvisar algo.

Voy a parar para follarte, y te voy a follar hasta por el culo

Eso no se si te dejaré, depende de lo que me calientes. Entra en esa área de servicio, no lo dejes pasar.

Eres increible, dije.

Entonces ella metío la mano en mi bragueta, sacó mi polla erecta, se agacho y la metió en su boca. Su lengua rodeaba mi glande y me chupaba con fuerza. Casi me estrello en la salida hacia la estación de servicio. Busque, con desesperación un sitio discreto para aparcar, pero a la sombra sólo había un sitio debajo de una tejabana y en medio de un grupo de coches aparcados en bateria. Allí me valía, entré, eche el freno de mano, apague el contacto y la cogí por el pelo. Estaba a pinto de correrme.

Levante su cara hasta mis labios y la bese. Mis manos no daban abasto a tocar, pechos, caderas, estomago, sexo... El beso fue humedo, muy humedo y salvaje. Ella aún estaba sudosorosa y yo llegue con mis dedos donde más hmedad había, mientras ella me masturbaba arriba y abajo, lentamente. No pude más, abri la puerta del coche, no vi a nadie alrededor, saque del coche a Sandy casi a empujones la puse contra el coche, con el cuerpo metido dentro de él, y, por detrás se la metí de un solo empujón. Me agarré a sus caderas y la folle como un salvaje. Ella se agarró para no caer al volante y al respaldo del asiento y sus tetas se bamboleaban a cada empujon mio. Quería follarla hasta traspasarla. Estaba a punto de correrme, y pase una mano a agarrar una de sus tetas, pellizcandola y estrujandola, mientras la otra entraba en su boca y quedaba cmpletamente ensalivada. La chupo con deleite y la llenó de humedad. Ella sabia lo que venía ahora y la gustaba.

Follame por el culo, cabrón, entra dentro de mi y correte hijo de puta.

Ahora vas a saber lo que es follar este culo de vicio.

Y apunté mis dedos a su culo sin dejar de follarla por detrás. Ella además se masturbaba. Metí mis dedos despacio, sin sacar mi polla de la funda de su cuero. Notaba en mmi polla la entrada de los dos dedos en su culo y apretaba con ellos para que mi polla se encontrara apretada entre su mano, su sexo, y mis dedos. Comencé un mete saca fuerte sin retorno. Me iba a correr y ella lo sabía, se masturbo con más fruición y casi al unísono nos corrimos. Una sensación grande, enorme, me recorrió de arriba abajo, aguante dentro de ella hasta que la última gota de mi semen entrará en su ser. Ella se derrumbaba, y yo la aguantaba por las caderas. Saqué mis dedos de su anoy al cabo de un rato me separé de ella y ví como chorreaba semen piernas abajo. Me arrodillé detrás de ella y comence a lamer los requeros mezcla de sus jugos y los mios, que le caían ppor los muslos. Fui subiendo hasta llegar a su coño. Lo lami y probé el sabor ligeramente amargo de mi semen. Lamí su ano estrellado y sudado.

Gimio. Se giró y me lamio mi ya flacido pene hasta dejarlo limpio, mientras lo hacia miraba hacia arriba, a mis ojos directamente y con ojos de putita sumisa me dijo:

-Creo que todavía falta algo. Se subió al marco de la puerta con el cuerpo por fuera. Abrió las piernas todo lo que le permitia el marco y mostrandome su coño me tomo la cabeza y la puso a trabajar. Abrí sus labios con las dos manos y aplique la lengua. El aire tenía que darla por todo el cuerpo ya que estaba fuera del coche subida en el marco de la puerta y expuesta a que cualquiera la viera. No tardó en llegar el ultimo orgasmo. Me besó y dijó:

  • Asi que este es mi sabor... Pues no está nada mal

Nada mal, repetí yo como un lorito. Subete al coche.

Ella obediente obedeció, yo me guarde el pene que aún asomaba y al subirme al coche vi por los cristales levemente velados del coche de al lado a una señora de unos 50 años, que miraba con el rostro desencajado, y las manos entre sus piernas. Me subí corriendo al coche, y salimos de alli deprisa.