De virtual a real. Algo muy común en estos tiempos
Gracias al chat pude conocer a la mujer con la que viví mis mejores experiencias. Una mujer con la que cada vez inventamos una nueva manera de coger. La mujer que mejor chupa la pija en el Uruguay.
La conocí en un chat, al principio no me caía muy bien, hablé con ella solamente porque no había nadie más y todavía no tenía sueño como para irme a dormir.
Pero la conversación se fue volviendo interesante, eso fue cuando dejamos de pregonarnos las mismas cosas aburridas de siempre y comenzamos a hablar de nuestros gustos personales.
Ella no tenía idea de cómo soy yo físicamente, y yo tampoco de cómo sería ella. Pero eso pasó a segundo plano. Lo importante fue lo que teníamos ganas de hacer, para lo cual comenzamos a ajustar detalles.
Entonces quedamos en encontrarnos, para eso definimos lugar y hora, y nos dimos una breve descripción física, solamente como para poder reconocernos.
Nos encontramos y nos reconocimos, y fuimos a un hotel casi sin mediar palabra alguna. Una vez en el hotel comencé a besarla muy suavemente. Primero besé sus labios carnosos, sentí el calor de su lengua ardiente. Luego comencé a besarle su cuello, a descender lentamente por su cuerpo con mi boca, mientras mis manos iban desprendiendo su blusa. Por fin llegué a ver sus pechos grandes y firmes, apenas los vi.
los besé, los lamí con mucha suavidad, mientras mis manos manoseaban de arriba hacia abajo esos pechos tan hermosos.
Ella comenzó a retroceder lentamente hasta llegar a la cama, suavemente se acostó mientras yo seguía chupando esas tetas que tanto me gustaron. Pero seguí en mi descenso hacia el sur, me detuve a lamer su vientre una y otra vez, y seguí más abajo aún. Mis manos también hacían lo suyo, porque era excitante tocar su suave piel. Al desprender su pantalón pude ver su roja bombachita, eso me éxito aún más, mi pene parecía que iba a explotar. Pero mi boca fue primero y luego de bajar suavemente su pantalón y su hermosa bombacha por fin pude apreciar su concha. Era una concha hermosa, el monte de venus era perfecto, pero al abrir un poco más sus piernas pude ver la verdadera perfección. Me detuve por un segundo a admirar ese precioso clítoris, inmediatamente comencé a besarlo muy suavemente, a lamerlo, a juguetear con mi lengua en su vagina. Ella comenzó a gemir y a retorcerse de placer, sus manos tomaban mi cabeza cada vez con mas fuerza, hasta que logró que sacara mi boca de su concha. La miré y fui hasta su boca para besarla. Así nos quedamos un rato más, besándonos y sintiendo el calor de nuestras lenguas.
Luego me miró fijamente a los ojos y me dijo que ahora le tocaba a ella. Comenzó a besar mi cuello, lo lamía y lo mordisqueaba de una manera súper excitante. Poco a poco desprendió mi camisa, mi cinturón, bajó mis pantalones, aparto mis calzoncillos y por fin llegó a tener mi pija entre sus manos chiquititas.
La miró con cariño, la acarició suavemente, toco mis huevos con sus finos dedos, hasta que al fin sus labios tocaron la cabeza de mi verga, luego comenzó a pasarle la lengua de manera magistral. Luego me miró a los ojos y suavemente se la puso en la boca y comenzó a chuparla con muchas ganas y con cara de puta. Así siguió por unos minutos, chapándome la pija, acariciándola, lamiéndola, y dedicándome excitantes y picaras miradas.
Mientras tanto mis manos recorrían su cuerpo, en un momento dado llegaron a su culo y comencé a acariciarlo. Mis dedos jugueteaban con ese culo redondito, y luego iban hasta su concha y luego volvían. Me vinieron unas enormes ganas de penetrarla por el culo, a ella le gustó la idea. Se puso en veintiuno, me encantó su culo visto desde ese ángulo. Se veía inmenso en contraste con su cintura pequeña, la penetré suavemente, mis manos agarraron fuerte esa fina cintura. Después que la tenía bien adentro empecé a darle con fuerza y ganas, ella gritaba de placer, sus gemidos eran cada vez más fuertes. Luego saque me pija de ese culo precioso que quedó abierto de tanta verga que yo le había dado.
Me acosté y mi pija quedó bien parada esperándola, ella la miró y me miró. Luego se sentó de espaldas a mi y comenzó a cabalgar. Cabalgó y cabalgó hasta que no dio mas, salió la comenzó a chupar nuevamente hasta que por fin acabé en su boca, se tragó toda la gran cantidad de leche, no desperdició ni una gotita. Luego comenzamos a besarnos muy suavemente, y poco a poco repetimos todo otra vez.
Desde ese día nos vemos todas las semanas y cada vez inventamos cosas nuevas.