De violación pasamos a una orgia de sexo droga 9
Primera parte de esta novena entrega.
DE VIOLACION PASAMOS A UNA ORGIA DE SEXO, DROGA Y ALCOHOL DURANTE TRES DIAS MAS. 9ª PARTE.
Hola, soy Lidia y por fin se acordaron de mi
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pedazos de cabrones y fueron a visitarme, aunque si no llega a ser por las voces que dí, lo mismo todavía sigo amarrada a mi cama.
Hijos de puta, cabrones, hay alguien hay, ya esta bien la broma, Hassan, Raquel, Pili, por favor que alguien venga a soltarme.
Joder, ¿no estáis escuchando a Lidia?, dijo Hassan.
Si, es verdad, aun sigue atada, subamos a por ella, que ya es hora, dijo Jamal.
Vamos todos y así despertamos a los que están durmiendo para continuar la fiesta, dijo Hassan.
Hola Lidia, ¿as dormido bien?, pregunto Hassan.
Creo que se habéis colado un poco, una cosa es follarme como hicisteis y otra es dejarme aquí atada y dormida, mientras que ustedes estáis follando y metiéndoos de todo, además he escuchado muchas voces, ¿Que sucede?, pregunto Lidia.
Pues nada que hay algunas personas más en la reunión.
Te vamos a desatar y despertar a todos para ir al salón y hacer un recuento de los que estamos, por cierto no te enfades con nosotros, ya se que nos hemos pasado un poco, pero creo que la fiesta que llevamos lo demanda.
De acuerdo, no pasa nada, pero que no se vuelva a repetir, una cosa es atar, que me parece muy bien y otra es dejar a una persona casi 24 horas sola y amordazada, bueno cambiemos el tema que no me quiero rayar y vayamos a ver quien hay.
Todos empezaron a salir de las habitaciones y dar las buenas tardes, aunque a decir verdad era casi de noche, ya se habían sobrepasado las nueve.
Por fin esta aquí la anfitriona dijo Hassan, sentaros todos y todas un momento que vamos a hacer recuento, que con el desmadre la mitad ni nos conocemos.
Parece ser que estamos todos, aunque un poco descompensados pues somos quince tíos y ustedes solo sois ocho, ¿crees que podréis con todos?, o ¿preferiis llamar a alguna amiga más?, dijo Mamadou.
Tampoco estamos tan descompensados, serian siete tríos y una pareja, pero vamos os aseguro que por mi no va a haber problema, yo puedo con todo y más con el material que hay en la mesa, dijo Pili.
Yo también estoy de acuerdo con Pili, además si vemos que la cosa se pone fea y no podemos daros abastos, llamaremos a última hora a alguna chica, ¿no os parece?
No se si no os habéis dado cuenta o pasáis de mi, pero os recuerdo que estamos en mi casa y aquí mando yo.
De momento estamos bien como estamos, si acaso nos hacen falta tíos, pero ya esta bien de charla que si ustedes habéis estado follando y metiéndoos de todo, yo he estado amarrada a mi cama y tengo unas ganas de farlopa y de follar que no veas, dije yo.
Todos rieron y Hassan dijo:
Ir preparando unos cubatas para todos, que yo voy a hacer las rayas, e ir pensando que nos inventamos esta vez, pues cada vez quedan menos juegos y menos ideas.
Estuvimos un buen rato discutiendo cual podía ser el juego que decidiese la siguiente batalla, mientras que los chicos preparaban los cubatas y Hassan las rayas.
Ya podéis venir a meteros esto y cuidado con el que tire el cubata en la mesa, porque lo mato.
Hassan había preparado un sin fin de rayas, ademas su tamaño era bastante grande, por lo que le dije:
¿No crees que te as colado?, son muchas y muy grandes.
Es que no hay que metérselas todas ahora, las he dejado hechas porque desde ayer, el único que hace aquí las raya para todos soy yo, así ya no tengo que hacer más.
Vale tío no te cabrees, le dije yo, por cierto se me ha ocurrido algo, es una tontería pero es que no se que podemos hacer.
Cuéntanos Lidia, que tu mente esta más serena, ja, ja, ja.
Mirar, en la casa hay cuatro habitaciones más el salón y el bar del sótano, son 6.
Para empezar nombramos una habitaciones y a continuación cogemos un dado del parchís y lo lanzamos, que sale el 3, esa sera la habitación 3, eso mismo lo repetimos con todas las habitaciones y cuando terminemos los quince empezamos a lanzar el dado, el número que salga se corresponderá con la habitación a la que tendremos que ir, el único problema que puede haber, es que en una habitación haya mucha gente y en otra alguien solo, o que estáis solo chicos, pero hay muy pocas posibilidades de que eso ocurra, ademas si os parece, si eso ocurriese y algún chico o chica se quedase solo, luego tendría la recompensa de follarnos a todas o a todos, ¿que os parece?
Como se nota que as dormido, no hablemos más, ese sera el juego, lo que pase en cada habitación lo decidirán quienes las ocupen.
Pues empecemos, Pili trae papel, boli y el dardo que vamos a empezar a numerar las habitaciones.
Mi habitación sera la número: 5.
La 1ª habitación del pasillo conforme se baja a la derecha sera la numero: 4.
La 2ª habitación del pasillo conforme se baja a la derecha sera la numero: 1.
La 1ª habitación del pasillo conforme se baja a la izquierda sera la numero: 6.
El salón sera la número: 2.
Y el sótano sera la numero: 3.
De momento todo claro, ¿verdad?
Si, respondieron todos.
Ahora cada uno tirara una vez para saber la habitación y los compañeros que le han tocado y como sois unos caballeros no os importara que sean las damas las que empecen tirando, ¿no?
Para nada, cuando queráis empezáis, dijo Carlos.
Empezare yo, ya que me habéis tenido todo el día atada, un 5, que bien en mi cuarto, je, je, je.
Todas las chicas y chicos empezaron a realizar su tirada, siendo este el resultado final:
En la habitación 1 estarán: Mónica, Mari, Álvaro, Luis y Alejandro.
En la habitación 2 estarán: Belén, Jamal y Hassan.
En la habitación 3 estarán: Raquel, Manuel y Gora.
En la habitación 4 estarán: Laura, Vicente y Pedro.
En la habitación 5 estarán: Lidia, Pili, Mamadou, Enrique, Juan y Mandingo.
En la habitación 6 estarán: Paula, Antonio y Carlos.
No te quejaras, eh Pili, nos hemos llevado las más grandes y encima de todo en mi habitación, con jacuzzi y cama redonda.
A los demás que disfrutéis y os hartéis de follar, os recuerdo que podéis coger la bebida y la droga que queráis para llevárosla al cuarto y colorin colorado, todo el mundo a sus respectivas habitaciones.
Cuando vayáis acabando, iros al jardín y nos reunimos allí, venga todos a follar y acordaros bien de lo que hacéis, para que luego cada habitación nos relate sus experiencias.
Vaya suerte que hemos tenido, me dijo Pili.
Como lo sabes, son los que la tienen más grande, además tres negros y un blanco, interracial total y por si eso fuera poco, nos hemos juntado las dos que más coca nos metemos y más locas estamos, así que esto va a ser un desfase total, al único que aún no he probado es a ese tal Enrique, pero veo que esta bien armado, venga cojamos un poco de ron, coca-cola, hielo y mucha coca, aunque en mi cuarto todavía queda, le dije a Pili.
Eso esta muy bien, pero yo me voy a subir también un poco de MDA y de ketamina, me voy a poner asta el culo, nunca mejor dicho.
Chicas, subimos ya al cuarto, que nos van a dar las uvas aquí, espero que no os importe, pero nos vamos a llevar unos juguetitos para hacerlo más ameno, ¿no os molesta verdad?, pregunto Mamadou.
Para nada, coger todo lo que queráis que lo vamos a pasar genial, le respondio Pili.
Empezamos a subir las escaleras, nosotras íbamos delante y los chicos detrás, nada más entrar todos en la habitación, me volví y cerré la puerta con llave.
No quiero que nadie nos interrumpa esta velada con la poyas más grandes que hay en el mundo, e intente quitárnoslas, les dije a los chicos.
Todos ellos rieron y dijeron que eso estaba muy bien.
Enseñarnos que juguetitos os habéis decidido traer, les dije.
Estos son, nos dijo Mandingo.
No están mal los aparatitos, ¿pero con esas poyas que tenéis, no es suficiente?, ¿o ya no podéis más?, donde va un buen trozo de carne caliente, que se quiten estos cacharros, dijo Pili.
Tranquilas niñas, estas cositas son para que disfrutéis más, ya veréis la orgía que vamos a montar, si se pudiese grabar, ganábamos los oscar del porno seguro, dijo Juan.
Yo empece a llenar el jacuzzi, Mamadou, Mandingo y Enrique estaban machacando la coca en el cristal de la cómoda, debía de haber como 20 gramos, habían traído para que sobrase seguro.
Pili, había puesto el MDA y la ketamina en el mismo lugar, por si alguien quería coger, las copas las llevamos al lado del jacuzzi, no fuese a ser que con el colocón, tirásemos alguna y desperdiciásemos la droga.
¿Que os pasa, que tenéis los rabos lacios?, ¿es que ahora no os gustamos?, pregunto Pili.
Gustarnos lo que se dice gustarnos no nos gustáis, la verdad es que nos encantáis, lo que sucede, es que llevamos casi 48 horas follando y todo tiene su límite, por eso mismo sabiendo lo que iba a pasar, hemos subido los juguetitos.
Acabamos de meternos dos viagra cada uno, o sea, que cuando hagan efecto, os vais a cagar.
Como suele tardar una media hora en hacer efecto, hemos pensado que vosotras dos nos hicierais una sesión lésbica para nosotros, utilizando los juguetes que queráis, si lo hacéis bien, seguro que el efecto lo hace mucho antes.
Que listos que sois, dijo Pili.
Sentaros en el sofá que Pili y yo os las vamos a levantar sin ni siquiera tener que tocaros, pero primero os vais a esperar a que nos metamos un rayón, ¿verdad? Pili.
Claro que si Lidia, coje el rulo y metete lo que quieras, yo voy a meterme un poco de MDA, la coca la dejo para después.
Nos fuimos acercando una hacia la otra, asta quedar frente a frente.
Empezamos a rozar nuestros senos, nos besamos tiernamente la boca, mezclando nuestras lenguas para que nuestros invitados las viesen.
Nuestras manos comenzaron a descender, acariciando toda nuestra piel, hasta llegar a las nalgas y apretarnos una hacia la otra, haciendo que nuestros coños se rozasen.
Poco a poco, las manos iban descubriendo nuestro sexo, acariciándolo por fuera, para después ir introduciendo un dedo y luego otro, en nuestra concha, todo esto, sin dejar de besarnos la boca, el cuello y los pezones.
Los chicos no paraban de jalear, nos dejamos caer en la cama, dándonos la vuelta, para formar un perfecto 69 y empezar a lamer lentamente nuestros coñitos.
Todo había ido muy despacio asta ese momento, pero los efectos de la coca y del MDA empezaron a sacar a relucir nuestro lado más salvaje.
Yo, sin pensármelo dos veces, agarre el doble pene y cambiándonos a la postura de la tijera, empezamos a follarnos el coño mutuamente.
Pili cogió los muerde pezones, me los apretó tanto que casi me sangraban, le morree la boca fuertemente, metí la lengua casi asta el estomago, alcance el pene inflable y se lo metí en el ano, comenzando a hincharlo.
Ella, empezó a meterme dos dedos en el ano, sacándolos y metiendolos rápidamente.
Note que tanto ella como yo estábamos a punto de corrernos, por lo que aceleramos el ritmo de nuestra tijera y en ese preciso instante, sentí como dos brazos enormes me separaban de ella.
Mira que sois putas, con ustedes no hace falta ni viagra ni nada, nos habéis puesto a tope en solo diez minutos, ahora os vamos a follar como nos de la gana, seguro que estáis deseando chupar estas poyas y así acabar de ponerlas duras.
Venir aquí e ir chupándonos estos tronchos de carne de dos en dos, que luego ya veremos que se nos ocurre, dijo Mandingo.
Nos arrodillamos junto a los pies de la cama, agarre la porra de Juan y la de Enrique con ambas manos, las acerque a mi boca y empece a lamerlas de arriba abajo, haciendo hincapié en sus tremendos capullos.
Pili, estaba a mi izquierda y seguía el mismo procedimiento que yo, en su caso con los penes de Mamadou y Mandingo, de vez en cuando introducía los dos capullos a la vez en su boquita.
Mientras que nosotras nos hartábamos de comer rabos, ellos se hartaban de meterse coca.
Pasados cinco minutos nos levantaron del suelo y nos metimos una raya a cada una.
Cogieron el cristal de la cómoda y lo pusieron encima de la cama, cosa que no comprendí en ese instante, pero que luego vi para que era.
Muy bien zorras, queríais las poyas más grandes y aquí las tenéis.
Para que no se os olvide lo que nos miden os lo vamos a decir ahora mismo:
La de Mamadou, 40,3 Cm de largo x 13,1 Cm de ancho.
La de Enrique, que aún Lidia no ha probado, 39, 5 Cm de largo x 11,5 Cm de ancho.
La de Juan, 37,1 Cm de largo x 9,9 Cm de ancho.
Y la del señor Mandingo, o sea yo, 37 Cm de largo x 15, 3 Cm de ancho.
Con estas poyas y lo putas que sois ustedes, nos podíamos meter a actores porno, dijo Mandingo.
Poneros de pie y besarnos en la boca durante un minuto, quiero que sintáis nuestras largas lenguas en vuestras gargantas, los negros no solo tenemos la poya grande, sino que también tenemos una lengua enorme, dijo Enrique.
Le comimos la boca como nos habían pedido y durante todo ese tiempo, no nos pusieron una mano encima, parece que no querían que gozásemos, porque no nos acariciaron ni las tetas.
Con una rudeza increíble nos lanzaron a la cama, Mamadou me agarro por los tobillos y Enrique hacia lo propio con Pili, nos habían puesto mirando hacia el techo dejando nuestras cabeza colgando del colchón.
Juan puso cada una de sus piernas a un lado de mi cara dejando caer su poya sobre mi boca, Mandingo estaba en la misma posición con Pili entre sus piernas.
Ahora vais a tragaros estas poyas en vuestras bocas de putas, ya sabemos que sois capaces de coméroslas enteras, dijo Juan.
Juan y Mandingo, os sujetaran de la nuca y empezaran a follaros la boca todo lo que puedan.
Si os dan arcadas, las hechais al suelo, prosiguió Mandingo.
Os recomiendo que cojáis aire todo lo rápido que podáis, pues las vamos a sacar muy poco y os podéis ahogar, cuando queráis comienzo a contar vuestro tiempo y podréis follaros esas boquitas, dijo Mamadou.
Cuando tu quiera nosotros estamos deseando empezar, dijo Enrique.
Pues vuestros diez minutos empiezan ya, dijo Mamadou.
El cabrón de Juan comenzó a meter su enorme poya en mi boca igual de rápido como si me estuviese follando el coño, no paraba de empujar asta que sus huevos chocaban contra mi barbilla, se quedaba quieto un instante, me tapaba la nariz con dos dedos y yo casi me ahogaba, me soltaba la nariz y la sacaba para que pudiese respirar.
Al sacarla, la saliva entremezclada con vómitos, corría por mi cara, manchándome toda y dándole un brillo increíble a su poya, aunque más brillaba la de Mamadou, que le hacia a Pili lo mismo que a mi me estaba haciendo Juan.
Tiempo, dijo Enrique, descansar un rato que nos toca a nosotros.
En esta ocasión a mi me toco Enrique y a Pili Mandingo, Mamadou y Juan nos sujetaban las piernas, mientras ellos con unas poyas un poco más grandes, empezaron la nueva tanda.
Parar ya viciosos, se os acabo el tiempo y tenemos que volver a cambiar, dijo Juan.
En esta ocasión yo quede con Mandingo y Pili con Juan, mientras los otros dos volvían a sujetar nuestras piernas.
Parecía que lo tenían todo planeado, de nuevo a los diez minutos otro cambio, se supone que este era el último, ya que con esta ronda todos habían follado nuestras bocas.
Yo estaba con Mamadou y Pili con Enrique, igual que había sucedido anteriormente comenzaron con sus entradas bestiales y de igual manera que mientras les comimos la poya y la boca, no nos habían puesto una mano encima, cosa que empezó a extrañarme cantidad, en ese momento escuche a Mamadou decir:
Mandingo y Enrique, podéis empezar a chuparles el coño a estas zorras, tenéis cinco minutos cada uno para intentar que estas putas se corran, solo podéis utilizar vuestra lengua y vuestros dedos, sino lo conseguiis, nos tocara a nosotros, que llevaremos ventaja, pues estarán casi apunto, si en cinco minutos lo logramos, seremos nosotros quienes empecemos a follárnosla, así que cuando termine de contar empezar, tres, dos, uno, ya, dijo Mamadou.
Ahora si comprendía su juego, no nos habían tocado para que no estuviésemos cachondas, y ver quien nos follaba primero, pero como decía Mamadou, si no lo conseguían en cinco minutos, la segunda unidad lo iban a tener súper fácil.
A todo esto, nuestras bocas estaban mas abiertas que las del metro y con los lenguetazos y caricias que empezaban a darnos en nuestros coños, la temperatura de nuestros cuerpos subía exponencialmente.
Enrique me chupaba el coño a conciencia, movía tres dedos fuertemente, de fuera adentro para intentar que me corriese, pero Mamadou me tapaba la nariz y metía su poya todavía más al fondo, si cabe, sabiendo que de esa manera, me era mas difícil centrarme en correrme.
La que si se corrió fue Pili, a pesar de tener la boca llena, Mandingo le había hecho tal mamada que todo su cuerpo botaba sobre la cama debido a los espasmos.
Tiempo, dijo Mamadou.
Por lo que veo me va a tocar comerle el coño a Lidia, pues Enrique no ha conseguido que te corras ¿verdad?, dijo Mamadou.
Si, es verdad, he estado a punto, pero no me he corrido, le conteste yo.
Mejor así, en un minuto estas chorreando y seré yo el que te folle primero.
Por el otro lado veo que Pili si se ha corrido y en su caso es Mandingo quien se la follara primero, Juan tendrá que esperar el siguiente turno.
Voy a empezar a comerte el coño, para que Pili y Mandingo no se enfríen, pues mientras que tu no te corras con alguno de nosotros, ellos no empezaran a follar.
Metió su cabeza en mi entrepierna, me agarró el clítoris con dos dedos, lo saco todo lo que pudo y empezó a lamerlo con su lengua, de arriba abajo, de abajo arriba, de vez en cuando cerraba su boca, atrapándolo con sus labios y golpeándolo con la punta de la lengua y me lo succionaba.
Lo hacía como si durante toda su vida, ese hubiese sido su único trabajo, era un experto.
No necesito ni meterme la lengua en el coño, ni tampoco utilizar sus dedos, debido a su habilidad y a que ya tenía parte del trabajo realizado por Enrique, en menos de un minuto, tal como él dijo, comencé a correrme, mientras él seguía lamiéndome durante un rato.
Mierda, ¿ahora nosotros que?, ¿a pajearnos viendo como ustedes folláis?, dijeron Enrique y Juan.
La verdad es que eso no lo habíamos pensado, pero a lo mejor lo podemos solucionar si las chicas quieren, dijo Mamadou.
Por nosotras no hay ningún problema, podéis hacer lo que queráis, ya os lo dijimos al principio, le conteste yo.
Bueno pues viendo la buena predisposición de las chicas os voy a plantear algo, dijo Mamadou.
Ya que Pili a sido la primera en correrse, follara conmigo y mi hermano.
Ustedes, que no lo habéis conseguido, follareis con Lidia, eso si, nosotros tendremos derecho a escoger el sitio donde queremos follar, cama, jacuzzi, suelo, mesa, etc., si ustedes estáis en ese lugar, lo tendréis que abandonar e iros a otro, ¿todos de acuerdo?, dijo Mamadou.
Claro que si, dijimos los demás.
Levantándome de la cama me fui directa a meterme una raya.
Pili hizo lo mismo y después lo hicieron todos los chicos.
Pili vente con nosotros al Jacuzzi, nunca he follado en uno de estas dimensiones, ustedes podéis hacerlo donde queráis, hasta que nosotros decidamos ocupar ese sitio.
Una vez cerraron la puerta del jacuzzi Enrique y Juan me rodearon por delante y por detrás y Juan me dijo:
Ya sabrás que en un principio nos vamos a ese pedazo de cama que tienes, coge el cristal de la coca, mojate bien el dedo, pasalo por la farlopa y asta que no tengamos el capullo blanco no pares de untar.
Pensé que lo que ellos quería se podía hacer mejor de otra manera, me arrodille delate de ellos, agarre sus poyas con mis manos y empece a meter sus capullos en mi boca procurando llenarlos bien de saliva.
Cuando comprobé que estaban bien mojados, me levante, cogí la bolsa con la coca la abrí y arrodillándome de nuevo delante de ellos, agarre primero la porra de Juan, la metí dentro de la bolsa de la coca y la zarandeé un poco, la saque, cogí la de Enrique e hice lo mismo.
Ellos empezaron a reírse y Enrique dijo:
Vaya, vaya, con Lidia, pero si tiene mejores ideas que las nuestras.
Lo que tu no sabes es como se pone esta zorra con la coca, aunque te aseguro que en diez minutos lo vas a ver, ayer se metió seis rayas y estaba súper salida, hoy en un rato, que yo sepa lleva tres, pero eso se arregla rápido.
Dándome la espalda se acerco al cristal y con una tarjeta junto tres rayas, que ya de por si eran grandes, en una sola.
Lidia, metete esta raya que vamos a disfrutar como nunca, como no te la metas sufrirás igual que empezaste a sufrir antes de ayer, dijo Juan.
Eres un Hijo de puta le conteste, cogí el rulo y aspire todo lo que pude, asta que la termine.
Muy bien puta, ahora toca esperar tan solo unos minutos para que te suba, aunque con lo buena que es esta farlopa a mi ya me esta subiendo, pero eso no es todo, prosiguió Juan.
Enrique pasale otras dos o tres rayas por el clítoris y le metes otras dos en el coño y en el culo.
Tío, te estas pasando, me puede dar una sobre dosis, eso no hace falta, ya me esta subiendo que no veas, si quieres ponme alguna en el clítoris, pero no te pases, que ninguno queremos que la fiesta se nos vaya de las manos, le respondí yo.
Tiene razón, es mejor que se la vayamos poniendo poco a poco, haber si nos vamos a colar y la cagamos y aquí hemos venido a disfrutar y no ha matar a nadie, dijo Enrique.
Bueno, bueno, tenéis razón, me he pasado un poco, pero vamos a follar de una puta vez, dijo Juan.
Chicos acercaos y follarme como queráis, podéis decirme todas las obscenidades que sepáis eso me pone un montón, os quiero dentro, meterme vuestras poyas llenas de coca en mi coño y en mi culo que ya estoy que me subo por las paredes, venga follarme de una puta vez.
Tranquila zorra, que te vamos a llenar todos tus orificios, Juan tu que prefieres, ¿coño o culo?, ¿arriba o abajo?, pregunto Enrique.
Pues ya que me dejas elegir, primero culo y abajo.
Ok, entonces tumbate boca arriba en la cama, tu Lidia ponte de espaldas a él y siéntate asta que notes su capullo en tu esfinter, yo te voy a follar el coño, haber si eres capaz de recibirla entera.
En un instante estaba con el capullo de Juan rozándome el culo y el de Enrique el clítoris, estaba casi en volandas.
Me queréis follar de una puta vez, cabrones, llevo un día sin follar y estoy toda puesta, venga hijos de puta metermelaaaaa, comencé a gritar.
Entonces Juan me tapo la boca con su mano y me endiño toda su poya, acto seguido Enrique hizo lo mismo en mi coño, pero debido a que no estaba bien dilatada solo consiguieron meter el capullo, cosa que los cabreo.
Sera mejor que primero se la clave uno y después otro, salte y empuja con todas tus fuerza a esta zorra hacia abajo cuando yo le empuje mio poya hacia arriba, dijo Juan.
Ahhhhhhhhh, si ahora si, que noto algo, Juan eres un maricón que necesita ayuda porque no sabe ni follar, ahora si la has metido, efectivamente había entrado entera en mi culo y se quedo quieto dentro de mi.
Callate zorra, haber si también te entra esta, tumbate entera encima de Luis y levanta bien las piernas y que estén bien abierta, que voy a metertela, dijo Enrique.
Vamos negro de mierda, haber si tu sabes meterla mejor que Juan.
Mmmmmm, siiiiiiiii, siii, no pude decir más pues me metió su rabo asta la base.
Siiii, vamos seguir, ¿que hacéis parados?, moveros, ¿o es que os tengo que follar yo?
Sera puta la tía, dijo Enrique.
Eso no es nada, le contesto Juan.
Empezaron a salir y entrar de mis dos orificios, cada vez mas rápido y fuerte, notaba como me dilataba más y más, mis fluidos empapaban ambas poyas.
Me percate que la bolsa de coca estaba en la cama, la alcance y con la uña le di una raya a Juan y otra a Enrique.
Tomar farlopa buena, para que duréis mucho y para que a mi, me haga la más golfa de todas.
Los tres escuchábamos como chillaba Pili y como Mamadou y Mandingo no paraban de decirle borderías, pero nosotros estábamos a lo nuestro.
Vamos a cambiar de postura, montate encima de Juan, pero esta vez de cara a él, para que te la meta en el coño y yo te de por culo, dijo Enrique.
Me di la vuelta y yo misma agarre la porra de Juan, y le dije:
Deja que me la meta yo, por favor.
Vale, pero esta vez nada más.
Me arrodille por fuera de su cintura, agarre con mi mano su enorme poya, la puse rozando mis labios vaginales, me agache hacia delante hasta que mi cara quedo a un centímetro de la suya y le dije:
Ahora vas a ver como se mete una poya.
Pase mis manos por su nuca, empece a morrearlo y con un solo golpe de caderas me clave entera en su estaca, subí rápidamente mis caderas y empece a follármelo como una bestia.
Entonces Enrique me tuvo que sujetar y dejarme con la poya de Juan toda clavada en mi coño, pues el no había podido meterla todavía debido a mi ritmo.
Estate quieta un momento zorra, que todavía falta la miá y quiero meterla en ese culo. Dijo Enrique.
Date prisa o te jodes y no follas, le respondí.
Se puso de rodillas detrás de mi, se sujeto la porra con la mano, la acerco a mi culo, metió su cabezota en mi esfinter, me agarro por la cintura y tiro de mi hacia atrás, hasta que mis nalgas chocaron con su vientre.
Ahhhhhhhhh, si, si, la has metido muy bien negro de mierda, le conteste.
Toma poya zorra, que puta que eres, como te entran, dijo Enrique.
Ahora, haber si sois capaces de hacer algo bien y follarme duro, ¿o voy a tener que ser yo la que os folle?, venga empezar a salir y entrar de mis agujeros como animales y espero que con toda la coca que os he puesto en vuestros capullos tardéis en correos, sino es que sois unos maricones.
Tapale la boca a esta puta, que habla igual de bien que folla, le dijo Enrique a Juan.
Juan, ¿estas listo para hacer la follada más bestia de tu vida?, pregunto Enrique.
Claro que si, a la de tres, empezamos a darle todo lo fuerte y rápido que podamos, los dos a la vez, yo te aviso cuando cambiamos, una, dos y tres.
Siiiiiiiii, noto algo, parece que me están follando, vamos tíos, así se hace, quiero más, reventarme, voy a controlar lo que duráis y después se lo diré a las tías, maricones.
Yo estaba toda ida, disfrutaba como una perra en celo y lo único que quería es que aquello no terminase jamas.
Sin exagerar estuvieron más de media hora en esa misma postura, sin parar de meter y sacar, nada más dándose unos segundos de descanso tras una larga y rápida serie de embestidas, momento en el que era yo la que empezaba a follarlos a ellos.
Vamos a cambiar dijo Juan.
¿Te a gustado zorra?, me pregunto Enrique.
Si, lo habéis hecho bien, pero creo que podéis dar más de si, quiero más, ¿que vais a hacerme ahora?
Eso ya lo sentirás, tumbate boca arriba en la cama, abre todo lo que puedas tus piernas y subelas asta tu cabeza y deja tu cabeza fuera de la cama.
Enrique volvió a ponerse coca en el capullo y a mi me puso en el coño, se arrodillo entre mis piernas agarrándose el rabo y le dijo a Juan.
Tu llevas el tiempo, mientras tu te vuelves a follar su boca, yo se la iré metiendo por el coño y por el culo alternativamente, cuando pasen cinco minutos me avisas para intercambiarnos, de lugar y el tiempo empieza a contar ya.
De nuevo Juan me metía su poyon asta el estomago, me agarraba de la nuca y empujaba su trozo de carne mas y mas, Enrique al mismo tiempo me perforaba de una sola embestida mi coño, se retiraba rápidamente y en la siguiente entrada hacia lo mismo, pero esta vez en mi culo.
Uhhhhhhhh, como me gustaba lo que me estaban haciendo, al tener la boca llena no podía ni gritar, ni chillar, solamente se podía escuchar el típico chapoteo de las babas, gluppp, gluppp, gluppp, pero todos los insultos que ellos me decían se deberían de estar escuchando en toda la cas.
Es la hora de cambiar, dale a esta puta por la boca y que pruebe el sabor de su mierda, yo le voy a dar de igual forma que tu, una vez por delante y otra por detrás, dijo Juan.
Otros cinco minutos tragando poya por todos lados y sin poder soltar ni un grito de desahogo, me percate que hacía rato que no escuchaba a Pili y eso era bastante raro, ya que de la misma forma que a mi, a ella le encanta chillar.
No se cuanto tiempo habríamos estado follando desde que empezamos, lo que si se, es que estaba tan abierta que, prácticamente no notaba las entradas de Juan ni en mi coño ni en mi culo, todo era un inmenso placer.
Ya no pudo aguantar más, me voy a correr en la boca de esta puta, dijo Enrique.
Date prisa que yo estoy apunto y también quiero que se trague mi leche, dijo Juan.
Enrique clavo su porra todo lo que pudo en mi garganta y de inmediato sentí como el primer chorro de leche me llegaba asta el estomago, después otro, y otro y otro y otro, asta que escuche a Juan decir:
Sacasela y termina de correrte en su cara, deja que se la meta yo que me corroooooo.
Pero por mucha prisa que se dio, no llego a tiempo y su leche comenzó a caer sobre mi cara, pelo, ojos y tetas.
Caímos rendidos en la cama sin percatarnos de que Mamadou, Mandingo y Pili estaban a nuestro lado.
Vaya polvo y vaya zorras que están hechas estas tías, dijo Mamadou.
Nosotros también hemos disfrutado a tope con Pili, es una leona, dijo Mandingo.
No se si lo sabréis pero hemos estado más de hora y media follando sin parar y no se ustedes, pero mirar como tenemos nosotros los rabos, están más duros que un trozo de hierro y estos no se bajan tan así, dijo Juan.
Ja, ja, ja, los nuestros están igual, ¿no los veis?, pero me parece a mi que estas dos golfillas ya no aguantan más, mira como están tiradas en la cama, dijo Mandingo.
Sacando orgullo y fuerzas de donde no tenia, le conteste.
De eso nada negro, aquí ahí cuerda para rato, ¿verdad Pili?
No se, no se, yo estoy hecha polvo, respondió Pili.
Los cuatro empezaron a reírse.
Vamos a buscar a otras, seguro que los demás han terminado, no creo que todos hayan aguantado tanto tiempo, dijo Juan.
Esperar un momento por favor, les dije yo.
Me volví hacia donde estaba Pili y le dije:
Si tu no eres capaz de seguir, me quedo con los cuatro, ami estos no me dicen que han acabado conmigo.
Si tu eres capaz yo también, que luego te cachondeas de mi, puta, me contesto Pili.
Los cuatro estaban con la boca abierta, sorprendidos por nuestra reacción.
Las dos nos levantamos de la cama y dirigiéndonos hacia la coca nos metimos dos rayas cada una, me volví y les dije desafiándolos:
La primera vez habéis mandado ustedes, ahora mandamos nosotras ¿de acuerdo?
Claro que si golfas, ¿que queréis que hagamos?, dijo Enrique.
Para empezar, os vais a tumbar todos en la cama boca arriba, os las vamos a chupar como no os lo ha hecho nadie, de esta forma a nosotras nos dará tiempo a recuperarnos un poco, después ya veremos que inventamos.
En ese momento llamaron a la puerta y se escucho la voz de Hassan.
Lidia, Pili, ¿estáis bien?, ¿os ha pasado algo?, pregunto.
Me dirigí a la puerta, la abrí y le dije:
Hola Hassan, gracias por preocuparte, pero como puedes ver estamos todos bien, lo que sucede es que es la habitación en la que más gente ha entrado y la verdad, todavía no hemos terminado, más bien dicho, iremos más o menos por la mitad.
¿Pero si lleváis casi dos horas?, bueno, bueno, os dejo que sigáis para no cortaros el royo.
Gracias Hassan, eres un encanto, le dije dándole un beso en la boca.
Vosotros seguir disfrutando y no os preocupéis por nosotros, la casa es vuestra, eso si, os recuerdo que mañana, a las cinco de la tarde tiene que estar todo limpio y no debe quedar nadie y como comprenderéis no voy a ser yo la que me ponga a limpiar cuando todos se vallan.
De todas formas, creo que nos dará tiempo a bajar y estar un rato con ustedes, le dije yo.
No te preocupes por nada, yo me hago cargo de todo, venga asta luego, dijo Hassan.
Cerré la puerta con llave y al girarme comprobé que aún estaban todos de pie escuchando mi conversación con Hassan.
Veo que os habéis tomado al pie de la letra lo de darnos un descanso para que nos recuperemos, tenderos de una puta vez mancha de golfos, les grite.
Una vez tendidos los cuatro en la cama, tanto Pili como yo empezamos a chupar poyas de una en una y en un orden establecido.
Yo primero se la chupaba a Juan, después a Mamadou, luego a Mandingo y por último a Enrique.
Pili empezaba con Mamadou, seguia con Mandingo, luego Enrique y finalizaba con Juan.
A cada uno se la lamíamos, chupábamos, comíamos, mordíamos y pajeábamos durante cinco minutos, luego cambiábamos al siguiente y vuelta a empezar.
Cada uno paso por nuestras bocas dos veces, con lo que habíamos logrado 40 minutos para recuperarnos, pero cuando estábamos terminando la sesión me percate de que no aguantarían mucho más sin correrse y le dije a Pili:
Estos están a punto de correrse, así que vamos a tener que hacer que terminen, sino después a nosotras no nos van a durar nada y va a ser metérnoslas y correrse, por lo que he pensado que se la chupemos las dos juntas, uno a uno, hasta que acaben corriéndose, ¿te parece bien?
Por supuesto, eso les pasa por reírse de nosotras, empecemos me dijo Pili.
¿Os ha gustado como mamamos?, les pregunte yo.
Sois unas diosas, vaya boquitas que tenéis, pero venir ya aquí que queremos follaros, estamos a punto, dijo Mandingo.
Tranquilos chicos, lo que habéis recibido es solo el preámbulo, ahora comprobareis como de mañosas son nuestras bocas.
Tres de ustedes se iréis al baño quedándose con nosotras solo uno, al cual se la vamos a comer las dos a la vez, asta que se corra dentro de la boca de una de nosotras.
Entonces empezaremos a intercambiarnos el semen de la boca de una a la de la otra, morreandonos bien a gusto, asta que por fin, una se trague toda la leche sin dejar ni gota.
En ese momento podrá salir otro de los chicos que estén en el baño y le haremos lo mismo, el que ha terminado, si quiere se podrá quedar observando, para que así se vaya recuperando, les dije yo.
El segundo chico se correrá en la boca de la chica que anteriormente no recibió la descarga de su amigo, la leche se la tragara la chica que antes no se la tragó, haremos esto con los cuatro y no preocuparos por el tiempo, no creo que nos duréis más de tres minutos cada uno, en cuanto queráis que se quede el primero y se vayan los demás para poder empezar, por cierto nada de meteros coca asta que todos hayan acabado, les dije.
El primero en quedarse fue Juan, una vez que los tres negros cerraron la puerta del baño tanto Pili como yo nos tiramos al lado de Juan, ahora si vas a disfrutar, le dijo Pili.
Las dos juntas empezamos a chuparle la poya, mientras una se metía el capullo en la boca, otra se metía los huevos, luego nos cruzábamos subiendo y bajando el tronco, cada una por un lateral, al cruzarnos aprovechábamos para morrearnos, le hacíamos una paja con una mano miá y otra de Pili, le comíamos el capullo entre las dos, sintiendo él la mitad de su lado izquierdo chupado por mis labios y la mitad derecha chupada por los labios de Pili.
Sabíamos que estaba a punto de correrse, empezaba a gritar más fuerte y su cuerpo comenzaba a contraerse debido a los espasmos previos a la eyaculación, momento en el que Pili acelero la mano que estaba pajeándolo y yo me metí el capullo en mi boca, mientras con la lengua le daba golpes en el prepucio y succionaba todo lo que podía.
Juan grito como si lo estuvieran matando, empujo su porra mas adentro de mi boca y comenzó a lanzar chorros de leche que yo iba recogiendo en el interior de mi boca como podía, pues era mucha.
Cuando acabo de correrse, me acerque a Pili que ya había abierto su boca y abriendo yo la miá deje deslizarse la leche asta la suya, nos besamos, baje mi cabeza y de nuevo ella soltó la leche en la miá, nos volvimos a besar y de nuevo intercambiamos la leche a la boca de Pili, la cual se acerco hacia la cara de Juan y enseñándole la boca trago toda la leche, volvió a abrir la boca para que comprobase que era cierto que se la había tragado.
Pero que putas que sois, como chupáis, dijo Juan.
Que salga el siguiente que con Juan ya hemos terminado, dijo Pili.
¿Yaaaa?, pero si no habéis tardado ni un minuto, dijo Mandingo, que fue el que salio.
Ahora comprobaras porque hemos tardado tan poco, tiéndete en la cama y preparate, le dije yo.
Se lo hicimos exactamente igual que a Juan, tampoco duro más de dos minutos, en esta ocasión Mandingo se corrió en la boca de Pili y después de los intercambios de leche fui yo quien me la trague.
El siguiente fue Enrique y el último Mandingo, fue el que tardo más en correrse, pero en menos de cinco minutos estaba listo.
Habíamos ganado casi una hora para reponernos de la anterior follada y estar preparadas para la que se avecinaba, sabíamos que los chicos nos iban a hacer pagar la chulería que le habíamos hecho, pero nosotras habíamos conseguido nuestro propósito.
Sois muy putas, vaya manera de comer poyas y que morbo que da cuando se intercambian la leche y se la tragan, ¿lo sabéis, verdad?, pregunto Juan.
Tanto como putas no, lo cierto es que nos gusta todo tipo de sexo, pero de ahí a cobrar por ello va un trecho, ademas, a nosotras no nos hace falta pagar para conseguir lo que deseamos como habréis comprobado, le dijo Pili.
Ya que estáis descansadas y habéis conseguido lo que queríais que vamos a hacer, ¿nos vamos con el resto?, o ¿queréis la sesión que tenéis pendiente con nosotros?, pregunto Mandingo.
Sin ninguna duda queremos que terminéis lo que no pudisteis terminar antes, nos quedamos las dos aquí con ustedes, dije yo.
Buena decisión Lidia, pero sabrás que de nuevo los que mandamos somos nosotros y que se hará largo, ya que nos hemos corrido dos veces y a parte vamos de farlopa asta el culo y más que nos vamos a meter, dijo Juan.
No te preocupes, aunque acabemos sin poder andar en tres meses no vamos a desaprovechas esta oportunidad, estamos a vuestro servicio durante este último asalto, luego si podemos, bajaremos con el resto del personal, dijo Pili.
Pues no se hable más y continuemos la fiesta, meteros un poco de farlopa, dijo Juan.
Claro que si tío como no me voy a meter, mira lo que hago, le respondí yo.
Cogí el rulo, me lo coloque en la nariz y empece a esnifar todo lo que pude, asta que ya no podía coger más oxigeno, que rayón, Pili hizo lo mismo que yo y los chicos se metieron una pequeñita.
Preparaos que empezamos, todos a la cama, dije yo.
Los chicos se lanzaron como posesos a por nosotras, Mamadou me comía la boca, su hermano Mandingo el coño y Enrique me metía dos dedos en el culo.
Juan besaba a Pili, mientras le pellizcaba los pezones, después bajo su mano y empezó a metérsela en el coño sin contemplaciones, se la metía asta la muñeca y ella no paraba de chillar, pero Enrique se acerco a ella y le tapo la boca metiendole la poya.
Juan había pasado a meterle el puño por el culo, y a mi Mamadou estaba ocupando el sitio que anteriormente había ocupado Mandingo y me comía el coño mientras que Mandingo se hacia una cubana con mis tetas.
Bueno vamos a follarnos a estas zorras ya, dijo Enrique.
Poneros las dos a cuatro patas en medio de la cama y bien juntitas, dijo Juan.
Mandingo se puso detrás de mi y su hermano apuntaba con su poya a mi boca, Pili tenia detrás a Enrique y en la cara a Juan.
En un instante Mandingo me estaba ensartando su poya entera en mi coño y Mamadou me la metía en la boca, Enrique se la clavaba a Pili por el coño y Juan por la boca.
Nos follaban muy fuerte, Mandingo me la sacaba asta dejar su capullo rozando mis labios y de un solo empujón me la insertaba, Enrique lo hacia de igual manera a Pili que Mandingo.
Al cabo de un rato empezaron a rotar, follándome el coño Mamadou y la boca Juan, mientras que a Pili se la follaba Mandingo y la boca Enrique.
Esta misma acción la realizaron asta que todos lograron pasar por el coño y la boca de cada una de nosotras, o al menos eso creía yo que iba a suceder cuando Enrique que era el que quedaba por follarme el coño dijo que la primera ronda se había terminado.
Lo que no imaginaba es que el segundo asalto resulto igual que el primero, con la única salvedad que esta vez, nos la metían por el culo en vez de por el coño.
Todos volvieron a pasar por nosotras de esta misma forma y de nuevo Enrique dijo:
Fin del segundo asalto empecemos el tercero.
¿Tercero, que tocaba ahora?, muy sencillo, Mandingo se tumbo boca arriba y yo me tuve que sentar sobre él, metiéndome su poya en el coño, me agache hacia delante y Mamadou me penetro el culo.
Pili estaba en la misma postura que yo, con Enrique tumbado en la cama metiéndosela por el coño y Juan detrás suya clavándosela por el culo.
Esta sesión se alargo de nuevo asta que todos nos habían hecho la doble penetración, tanto por el coño como por el culo, o dicho de otra manera, otros cuatro cambios y de nuevo destrozadas, mientras que los cabrones estos parecían que no se iban a correr nunca.
Fin del tercer asalto, vamos a por el cuarto, dijo Enrique.
Mas o menos adivinaba sus intenciones, pero estaba tan hecha polvo que ni me movía de la cama cuando ellos me dejaban, Pili estaba en la misma situación que yo y ellos dándose cuenta hicieron que nos metiésemos una raya y también pusieron un buen montón en el coño de cada una de nosotras dos, por su puesto que en sus capullos también pusieron.
Bueno, sigamos sin descanso, dijo Mandingo.
Mamadou se tumbo de nuevo boca arriba, a mi hicieron sentar sobre él, pero en esta ocasión dándole la espalda y metiéndomela por el culo, Mandingo se coloco encima de mi metiéndola en mi coño y Enrique me agarraba la cabeza y me la metía en la boca.
Ahí estaba yo, siendo penetrada por mis tres orificios por tres poyones negros a cual mas grande.
Pili estaba sola con Juan, quien le estaba comiendo el coño como un animal.
De nuevo comenzó la rotación asta que todos pasaron por todos mis orificios, el que se quedaba sin sitio, se iba con Pili y seguía comiéndole el coño, otras cuatro folladas, pero en esta ocasión triples.
Cuando terminaron conmigo empezaron a realizarle lo mismo a Pili, por lo que yo pude relajarme un poco, aunque no mucho, ya que siempre había uno comiéndome el coño.
Fin del cuarto asalto, empecemos el quinto.
¿El quinto?, ¿pero que deciis?, ya esta bien, ¿todavía no os habéis hartado?, les respondí yo.
Juan me agarro del cuello y me dijo:
¿No es esto lo que querías?, ¿no decías que podías con todos?, pues ahora te jodes, ya te avisamos de que mandábamos nosotros y eso es lo que vamos a hacer, cumplir tu petición y follarte a ti y tu amiga asta dejaros reventadas.
Te puedo asegurar de que ya os queda poco que aguantar, este y otro asalto mas, lo que no sabemos es si seréis capaces de aguantarlos, preparaos para lo peor, aunque tiene una ventaja pues mientras nos follamos a una, la otra estará descansando en el jacuzzi, y por ser tú la que estas más descansada empezaremos por ti Lidia.
Mamadou cogió a Pili la metió en el jacuzzi y cerro la puerta con llave para que no se pudiese ir.
Preparate Lidia, si no eres tonta ya sabes que te toca y tampoco creo que hoy te vaya a importar mas que ayer, así que te voy a contar lo que se avecina.
Te vamos a follar los cuatro a la vez, dos poyas por tu culo y dos por tu coño.
Cuando nos hartemos, traeremos a Pili y tu podrás descansar en el Jacuzzi, mientras le hacemos a ella lo mismo que te habremos hecho a ti, con eso terminara el quinto asalto.
El sexto es exactamente igual que el quinto, con la salvedad de que los dos que te la metieron anteriormente por el culo serán ahora los que te la metan por el coño y los que te la metían por el coño te la meterán por el culo.
Cuando terminemos contigo de nuevo iremos a por Pili y lo repetiremos con ella y se habrá acabado la noche de sexo.
Me olvidaba, falta el acto final, que es el más sencillo, os tenderemos en la cama mirando hacia el techo las dos juntas y empezaremos a pajearnos hasta que los cuatro nos corramos sobre ustedes, después nos iremos de la habitación y ustedes habréis cumplido y nosotros también, así que ya sabes lo que te queda.
Esa exposición de Juan me dejo temblando, pero como bien dijo él ya lo había aguantado el día anterior por lo que me asuste menosy supuse que sería más facil.
Con todo lo que me había dicho el colocón que llevaba se me fue del tirón y Mandingo se percato de ello.
Veo que se te a quitado asta la flipaera, no te preocupes que con lo que vas a flipar es con nuestros rabos.
Por lo que veo Enrique te esta haciendo una raya, que seguro no te podrás meter entera, metete todo lo que puedas, pues nada mas que levantes la nariz de la mesa comenzaremos a follarte.
Si te das cuenta, mi hermano ya esta en la cama, con su herramienta bien tiesa y apuntando al techo, yo voy acompañarlo ahora mismo, pondré mi poya junto a la suya igual que ayer.
Si todavía puedes ver bien, te recuerdo que somos negros y nuestras poyas son negras, así que si las ves blancas imaginas lo que es ¿verdad?
Juan ya sabéis lo que tenéis que hacer, nada mas que esta zorra levante la cabeza de la cómoda, la lleváis a la cama, abrila bien y empujarla hacia abajo con todas vuestras fuerzas, yo me voy a colocar en mi sitio.
La raya que había en el cristal era imposible metérsela, de todas formas agarre el rulo, agache la cabeza y empece a aspirar, asta que ya no pude más, no me había dado tiempo a soltar el rulo cuando Enrique y Juan me agarraron de los muslos y los hombros, cada uno por un lado, abriéndome las piernas todo lo que podían y acercándome donde se encontraban los dos hermanos con sus poyas apuntando al cielo, las dos juntas.
Me fueron bajando asta que sus capullos rozaron mis labios vaginales, momento en el que me empujaron hacia la cama y sus dos enormes poyas entraron a la vez en mi coño.
Me dolió bastante menos que el día anterior, debido a la dilatación que tenia y asta ellos mismos quedaron sorprendidos.
Vaya, vaya con Lidia, se nota que ayer te hicimos lo mismo y que antes as tenido un buen entrenamiento, estas tan abierta que han entrado perfectamente asta el fondo, ahora serán Juan y Enrique quienes te metan las dos poyas por el culo, dijo Mamadou.
Mandingo me agarro del cuello para que mi pecho quedase junto al suyo, aprovecho y me beso en la boca, mientras Juan empezó a clavar su estaca en mi culo.
Entro casi sin dificultad asta el final, fue entonces cuando Enrique inserto su capullo en mi culo, su poya no entraba, estaba tan llena que no quedaba sitio, pero el seguía y seguía empujando, de vez en cuando se retiraba un poco, sin llegar a sacarla y cogiendo impulso volvía a empujarla mas adentro, asta que por fin logro meterla asta los huevos.
Que puta que eres, mirate lo que tienes dentro, estas ensarta en cuatro poyones por tus dos agujeros y lo estas disfrutando zorra de mierda, dijo Juan.
Yo no podía ni hablar, solo salían gemidos y gritos de mi boca, cuando comenzaron a moverse, adentro y afuera muy despacio, lo hacían los cuatro a la vez, pero sin sacarla mucho, la retiraban unos diez centímetros y la volvían a meter.
Poco a poco incrementaron el ritmo, debido a que estaba todavía mas dilatada, las entradas eran mas fáciles, no paraban de decirme guarradas, pellizcarme los pezones, incluso me metían algunos dedos en mi boca, para que se los chupase, como si de una poya se tratase.
No tardarían ni dos minutos, cuando sus entradas y salidas, empezaron a cobrar mas rapidez y fuerza, para entonces ya podían sacarlas asta llegar al borde de mis agujeros y meterlas de nuevo asta el fondo sin mucho esfuerzo.
Entonces comenzaron a darme todo lo duro que pudieron, durante no se que tiempo, yo me corrí unas cinco veces, asta que Mamadou dijo:
Ya esta bien chicos, Lidia, as superado el quinto asalto, ahora descansa en el jacuzzi mientras le hacemos lo mismo a Pili, ya sabes que solo te queda un asalto que es igual que este, por lo que no tendrás problemas en superarlo cacho puta.
Juan me agarro enbrazos, abrió la puerta del baño y me metió en el jacuzzi.
Vamos Pili que te toca a ti, la agarro de la mano y tras salir cerro la puerta con llave.
Yo me quede, toda espatarrada pensando lo que le iba a suceder a Pili y suplicando que tardasen bastante tiempo en volver a por mi, para que repitiésemos la cuádruple penetración, intentaba quedarme dormida, pero entre la coca y los gritos de Pili era imposible, por lo que decidí relajarme y esperar.
Estaba empezando a dormirme cuando escuche abrirse la puerta del baño y vi como traían a Pili.
Vamos Lidia ya as tenido tiempo de descansar, pues nos hemos tirado más de media hora con Pili, levanta y a por tu último asalto.
Salí del jacuzzi y sin ni siquiera secarme me dirigí a la habitación, al cruzarme con Pili pude escucharla decir.
Que hijos de puta son.
Yo le conteste que ya lo sabia, pero que para lo que quedaba teníamos que aguantar y mientras estuviesen follándose a ella intentaría pensar algo para que ellos también sufriesen.
Juan cerro la puerta del baño, con la bandeja de coca en la mano me dijo que si no quería, lo mire con cara de mala leche y le dije que claro que si, agarre el rulo y me metí una pequeña, no quería estar muy colocada para ver si era capaz de pensar algo para joder a los cuatro.
Nada más termine de meterme la raya, Juan me dio un empujón que me tiro en la cama.
Ya queda poco, esta es tu última sesión, pues lo de tumbarse y esperar que nos corramos encima de ustedes, como que no cuenta, eso lo hemos pensado como regalo de agradecimiento hacia ustedes, ja, ja, ja, se rieron los cuatro.
Volviendo a echarle valor les dije, que si iban a terminar ya, o si por el contrario los que estaban cansados eran ellos y por eso charlaban tanto.
Vaya con la puta, si tiene prisa y todo, bueno pues te complaceremos y te follaremos de una puta vez.
En esta ocasión los que estaban tumbados en la cama, con sus nabos tiesos y blancos por la coca, eran Juan y Enrique, a los que les correspondía follarme a la vez por mi coño.
Entre Mandingo y Mamadou me levantaron y me clavaron del tirón sus poyas en mi coño, para seguidamente primero meterla Mandingo y luego Mamadou, ambos en mi culo.
Entraron perfectamente, dada la dilatación que tenia de la otra cogida, por lo que enseguida empezaron el saca y mete con todas sus fuerzas.
Los cabrones, encima de todo se empezaron a quejar de que ya estaba muy abierta, por lo que casi no sentían nada, decían que Pili estaba mucho mas cerrada que yo y se propusieron cambiar rápido.
Puta, tu ya no nos vales, te vas a tener que aguantar con los diez minutos que te hemos follado, estas tan abierta que preferimos a tu amiguita y dándome un empujón me tiraron al suelo de la habitación y Juan me dijo:
Tira para el baño zorra y que venga Pili.
Avise a Pili y desde ese mismo momento comencé a tramar mi venganza.
Chicos, ¿os importa que baje a tomar algo de beber?, de todas maneras ya me habéis follado como habéis querido y solo os queda correros, ademas no voy a escapar a ningún sitio, les pregunte.
De acuerdo baja, pero no tardes mucho, que te queda la última sesión si es que quieres cumplir tu promesa, dijo Enrique.
No os preocupéis, enseguida vuelvo.
Al salir cerré la puerta de la habitación con llave.
Cual fue mi sorpresa al bajar y ver que era de día y que tanto los chicos, como las chicas, estaban dormidos.
Con mucho cuidado fui despertando a todas las chicas, me las lleve lejos de los chicos y empece a contarles lo que nos habían hecho.
Todas se cagaron en la madre que los pario y estuvieron de acuerdo en que había que vengarse, pero ¿como?
Entonces Raquel dijo:
Creo que se como hacerlo, os cuento.
¿Que le duele más a un tío cuando folla?, nos pregunto.
El final, al correrse si le apretamos bien el prepucio y el capullo y no dejamos de pajearlo dan verdaderos gritos de dolor, respondido la misma Raquel.
Es verdad, pero, ¿como lo hacemos?, habrá que atarlos pues son muy fuertes.
Por eso no hay problema, arriba tengo cuerdas y seguro que los convenzo de alguna forma para poderlos atar, les dije yo.
Me voy a marchar para que no sospechen, dejare la puerta abierta para que cuando terminen y los tengamos atados entren ustedes.
No te preocupes que esos golfos se van a acordar de nosotras, dijo Mónica.
Abrí la puerta y nada más entrar me preguntaron que donde había estado, a lo que les conteste que bebiendo.
Bueno pues tumbate en la cama que ya hemos terminado con Pili, la pobre no puede más.
Ok, ya me tiendo, pero no creáis que la fiesta a terminado, tengo una sorpresa para ustedes, he pensado que ya que nos habéis follado también, deberíamos ser nosotras las que hiciéramos que os corrieseis, ¿que os parece?, les pregunte.
Por supuesto que si, como nos vamos a negar, dijeron todos.
Lo que ocurre es que soy un poco sado y aquí, la única que ha estado atada he sido yo, así que, ¿porque no me dejáis que os ate, uno a uno, a la cama, por vuestras manos y pies?, de esta forma podremos hacer nuestro trabajo mejor.
Lo que tu quieras puta, atanos como te de la gana que con esa boca que tienes sera un placer, dijo Juan.
Pili me miraba maldiciéndome por lo que estaba escuchando, ya que no tenia ni idea de lo que iba a ocurrir.
Venga tumbaros en la cama que os vaya atando, les dije.
En el momento que estuvieron los cuatro atados, abrí la puerta del cuarto y entraron el resto de chicas.
A los chicos se les cambio la cara, creyendo que iban a tener más marcha, empezaron a decirnos guarradas y que comenzásemos a follarlos.
Un momento chicos me tenéis que escuchar atentamente, que os voy a explicar en que consiste esta última sesión, dije yo.
Dada la bestialidad que nos habéis hecho tanto a Pili como a mi, ahora nos vamos a vengar de ustedes con la ayuda de nuestras amigas, no os preocupéis que os vais a correr seguro, pero de la forma más dolorosa posible, nada de mamadas ni tonterías.
Os vamos a coger el capullo con nuestras manos y lo apretaremos todo lo que podamos, tirando de él con todas nuestras fuerzas, arriba y abajo.
Cuando empecéis a correros no creáis que vamos a parar, todo lo contrarío, lo apretaremos más y seguiremos haciéndoos una paja, asta que os corráis como mínimo tres veces seguidas, vais a sufrir como cabrones.
Los insultos empezaron a aflorar por sus bocas diciéndonos de todo, pero nosotras no les hacíamos caso.
Chicas, mientras estos cabrones nos insultan vamos a meternos algo de farlopa, para coger más fuerza y más ritmo y así joder más a estos capullos, les dije yo.
Claro que si, contesto Pili, en un momento os preparo una raya para cada una, que sea bastante grande y nos suba y acelere el corazón rapidamente.
Una a una fuimos metiéndonos la raya, la ultima fui yo.
Chicos, os termino de contar como lo vamos a hacer, les dije yo.
No se si sabréis contar, pero ustedes sois cuatro y nosotras ocho, por lo cual, cada uno de ustedes tendréis a dos chicas.
Por la misma regla de tres, dos chicas igual a cuatro manos haciéndoos una paja, con muy mala leche, ese es el plan.
Conforme os vayáis corriendo las tres veces, esas dos chicas que quedan libre, pasaran una a un chico y la otra a otro, así sucesivamente, asta que todos hayáis terminado, ¿os jode verdad?, pues eso es lo que hay.
Huy, se me olvidaba otra cosa, los chicos están abajo y no saben nada de esto, los pobres están dormidos, por lo que cuando los cuatro estéis hechos mierda y con la poya que no os va a servir en un mes, nosotras, muy descansaditas, nos iremos dejándoos aquí atados, y como habréis adivinado follaremos de nuevo con ellos.
Chicas, cada cual que coja la poya que quiera y empezar a hacer la paja con mas mala leche de vuestra vida, quiero oírlos gritar de dolor, a la de tres empezamos, una, dos, y tres.
Pili y yo nos pusimos juntas y el desgraciado que nos sufrió fue Juan, lo hice totalmente aposta, si supieseis como gritaba, que se joda el cabrón.
Raquel y Mari pajeaban a Enrique.
Paula y Laura estaban con Mandingo.
Y por último Mónica y Belén se la movían a Mamadou.
Todas lo hacíamos a mala leche, aunque las peores eramos Pili y yo.
Juan no paraba de gritar y empezó a correrse por primera vez, momento en que nosotras le apretábamos mas todavía, las subidas y bajadas de nuestras manos eran mucho más rápidas y fuertes.
Seguía llorando, pero nos daba igual, para su suerte se corrió por segunda y tercera vez en menos de dos minutos, chillando como un perro.
Los otros chicos parecían llevarlo mejor, ya se habían corrido una vez.
Pili decidió ayudar a pajear a Enrique y yo me decidí por Mandingo.
El siguiente en correrse otras dos veces fue Mandingo, por lo que yo me fui hacia Enrique y Paula se quedo con Mamadou, junto a Laura.
Imaginaos cuatro tías, haciéndole una paja a un tío a mala leche, cada una de nosotras solo utilizaba la mano derecha, lo hacíamos cada vez más lento, ya que estábamos cansadas, pero lo compensábamos dándoles unos tirones del prepucio que casi le hacíamos la circunscripción.
Como si se hubiesen puesto de acuerdo, los dos se corrieron a la vez.
Nuestra venganza se llevo a cabo, nos levantamos y como teníamos las manos llenas de leche empezamos a chupárnoslas entre todas, asta dejarlas relucientes.
Hay os quedáis, por cabrones, nosotras nos bajamos a follar, les dije yo.
CONTINUARA............