De Viet Nam a Goa

Continuamos nuestro viaje dejando VietNam a nuestra espalda y lanzandonos sobre La India.

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AUNQUE SE PUEDE VIVIR SIN ELLO.

Follamos todo el día.  Finalmente Itxaso pudo ver como a Gloria la empalábamos con nuestras pollas entre los dos.  Fueron 24 horas intensas y morbosas.

Nos despedimos ya entrada la noche, ellos debía de ir a su pensión mochilera y nosotros descansar para salir por la mañana en avión hacía Ankor Wat en Camboya.

Estábamos realmente cansados y si soy sincero no disfrutamos en exceso de los templos, aunque sin duda era un lugar maravilloso.  No estuvimos mucho tiempo, 36 horas después de llegar cogíamos un vuelo a Yangoon en Birmania y después de una rápida visita, otro vuelo a Bagan, la ciudad de las 8000 pagodas.

La visita fue mucho más entretenida que Camboya pues nos habíamos recuperado de la estancia en la cárcel y el maratón de sexo con los vascos.

Cenando en una agradable terraza, Gloria me propuso hacernos amigos de unos suecos que cenaban a nuestro lado, pero a pesar de que la tía estaba cojonudamente buena, preferí no liarnos pues bien sabía como acababan esas cosas con Gloria por medio.  Me sorprendía cada día he de decir, me parecía increíble la capacidad sin fin de follar que tenía.  No la recordaba así yo en Barcelona.

Esa noche me la follé atada en cruz fuertemente al bisel de la cama.  A Gloria uno no le puede hacer el amor tiernamente, o te la follas con dureza o olvídate.

Un vuelo privado nos llevó hasta Kawthaung donde recogimos nuestro barco.  Le comenté a Gloria lo mucho que había cambiado el país desde que siendo un crio lo visite en 1996.  Ese puerto deportivo era impensable en mi época y gente que hablase ingles aún menos..

Salimos de la marina a las 10 de la mañana después de arreglar todo el papeleó de aduanas.  Cuando entré en el barco a media mañana para coger crema solar me sonreí al encontrarme a Gloria a cuatro patas mostrándome su depilado coño.

-       ¿no vas a follarme?

-       ¿Por qué debería hacerlo?

-       Por que llevas más de 24 horas sin metérmela

-       ¿Y esas son muchas?

-       Pues antes de llegar a Panamá eran muchísimas – yo me sonreí, me bajé los pantalones y se la metí de un golpe en el coño.  Sin miramientos.  Le cogí de las caderas y empecé a bombear ,  Gloria empezó a gemir con fuerza – así me gusta que me utilices, que me trates como tu puta, que me uses para descargar – y para descargar la use.  Aceleré mis movimientos y le rompí le coño de fuertes envistes hasta que me corrí como un fiera.

Me metí la polla en el bañador y con la crema solar en la mano, salí hacía la cubierta.

Iba a ser una semana de navegación muy entretenida hasta Sri Lanka.

Una de las cosas más curiosas de viajar en barco es que cuando empiezas a llegar a la costa empiezas a ver pequeños barcos de pescadores , cada uno con su estilo según la zona del mundo, pero con tripulaciones de etnias que te van adelantando lo que vas a encontrarte a la llegada a puerto.

Llevábamos días de navegación cuando nos cruzamos el primer pesquero y faltaba un solo día para que llegásemos a puerto.  Galle, el pueblo donde estaba nuestro puerto, no valía nada.  Me imagino que es el típico donde si llegas después de un corto vuelo te vas en cuanto puedes, pero si llevas 11 días metido en un barco te quedas y además te quedas encantado.  En Galle pasamos dos días reponiendo fuel, comida, bebidas y descansando.  No desaprovechamos la ocasión de rodear la isla y con cuidado de no toparnos con la guerrilla Tamil que en ciertas zonas habían resurgido.

La verdad es que lo poco que vimos nos gusto mucho aunque solo paramos en un par de pueblos y playas.  Teníamos suficientes secuestros como para jugárnosla una vez más.

Dejamos Sri Lanka sin demasiada pena y pusimos rumbo a Goa, sin duda una de las escalas que más nos apetecía.

Divisamos la costa de la India a punto de dejar el Mar de Laquerivas y a punto de entrar en el Mar Arábico.

Gloria insistió que fuésemos cerca de la costa y fuésemos parando en distintos pueblos.

En cada pueblo al que llegábamos y frente al que fondeábamos éramos un espectáculo para los locales.  Raro era aquel en el que las fuerzas vivas no venían a saludarnos y en la que los chavales llegaban a nado hasta el barco a pedirnos de todo.

Tardamos más de 12 días antes de decidir que nuestro siguiente parada sería Goa y que no pararíamos más.

Navegamos dos días más hasta que a poco más de dos horas del puerto divisamos un “pedalo” en medio de la nada, una de esas embarcaciones que alquilan en las playas y que se mueven dando pedal.  Nadie hizo señas pero la curiosidad nos llevó a acercarnos.  No daba crédito, en el pedalo una rubia que no bajaba de los 50 años se masturbaba con furia sin percatarse de nuestra presencia – ya empezamos, pensé – acercamos el barco hasta casi tocar la embarcación.  No quisimos interrumpirla y durante más de cinco minutos disfrutamos del espectáculo que la rubia madura nos daba.  Arqueó su cuerpo cuando un orgasmo la envolvió, se quedó tirada sin moverse hasta que Gloria se atrevió a hablarle en ingles

-       ¿esta bien? – la rubia abrió los ojos y puso cara de susto cuando vio nuestro barco al lado de ella

-       si, un poco alejada de la costa, pero todo bien

-       ¿necesita que la remolquemos?

-       Si, no me vendría mal - dijo sonriendo.

Pasamos un cabo que amarramos al pedalo y pedimos a la rubia que subiese al barco.

Se llamaba Ingrid, era sueca, hippy y por lo visto el pedalo era suyo no alquilado.  Nos contó que lo usaba para salir a relajarse de vez en cuando pero que estaba vez había ido un poco lejos de más.  Estaba matando el tiempo hasta que la corriente la llevase de vuelta a la costa.

-       ¿estas segura que no te hubiese llevado mar a dentro?

-       Segurísima, a media tarde se levanta una corriente que me dejara en la costa, lo que no se si cerca de mi casa o a varios kilómetros, pero no hay peligro.

Le pusimos un café y la mujer se puso a tomar el sol quitándose el roñoso bikini que le usaba como única ropa.

-       ¿qué te parece’ – le dije a Gloria, ella me miró con cara rara - que si quieres follarte a una madura, esta está loca por la música.

-       ¿Y tu?

-       Me imagino que si viajase solo ya me la estaría follando, esta tía seguro que sabe latín, pero cuando tienes un solomillo, ¿para que quieres una hamburguesa?

-       De vaca vieja además

-       No seas mala – le dije dándole un azote en el culo.

Dejamos a la sueca donde nos pidió y nos despedimos con la promesa de volver a vernos.

Nos dirigimos hacia la marina.

Goa es una ciudad curiosa.  Hay tres ambientes. Los hippies que han peregrinado hasta allí a vivir por dos duros, los lugareños que a veces dan la impresión de no comprender nada y los ricos hindús que pueblan los ultra caros hoteles.

En realidad los tres grupos no se mezclan.

Nuestra situación era un punto en el medio, nos gustaba mezclarnos con los nativos, nos hacia gracia el rollo desenfadado de los hippies pero nuestra situación económica estaba más cercana de los ricos y clasistas turistas locales.

Comparado con los yates allí anclados, el nuestra era muy del montón, pero no hizo falta más que una cena en el restaurante club del puerto y una conversación con un camarero para que todo el puerto supiese que éramos españoles dando la vuelta al mundo, lo que por lo viso les pareció muy exótico a todos los presentes.  Nos sorprendieron en la sobremesa con una invitación a una fiesta en un superyate anclado en el puerto.

Estábamos cansados del viaje, pero una invitación es una invitación.  Volvimos al barco, nos duchamos, nos arreglamos y salimos hacía el yate.  No tenía perdida, sencillamente era el más grande del puerto.

En la pasarela nos recibió nuestro anfitrión, el cual se presentó.  Sadir Ramala. Un humilde comerciante de pescado, según él se definió.  En realidad era uno de los mayores brokers de pescado del mundo.

Sadir nos presentó a su mujer, una belleza de las de quitar el hipo, así como al resto de invitados. A cada cual más rico que el anterior.

Nuestros anfitriones eran la excepción.  En general los invitados, unos veinte, eran hombres mayores con mujeres mayores.  El alcohol empezó a hacer mella, y cuando nos quisimos darnos cuenta Sadir, su mujer Nizah, Gloria y yo éramos los únicos que quedábamos al borde de la piscina del barco.  La verdad es que era una gente muy interesante y con una conversación fluida.  Gloria llevaba una borrachera importante, esto unido a los días de navegación hizo que se quedase dormida en su hamaca.

Amablemente Sadir me propuso que nos quedásemos a dormir y evitásemos ir hasta nuestro barco viendo las condiciones de mi amiga.

Se lo agradecí pero le dije que por 100 metros de caminata no íbamos a molestarles.

Nos levantamos temprano y cogimos un tuk tuk para cercarnos a la zona hippy de la ciudad a comer algo y ver si a Gloria se le bajaba el resacón.

Desayunamos y nos fuimos a descubrir la ciudad.   En realidad salvo un par de templos, un par de antiguos fuertes portugueses y mil playas, el sitio no es que tenga demasiado que ver.

Fuimos a comer al Black Sheep Bistro, un sitio encantador y muy barato.  La verdad es que comimos estupendamente.  De ahí nos fuimos al Mandala Café, un lugar estupendo.  La verdad es que íbamos sin ninguna prisa y más que tomar una infusión estábamos de relax tirados en unas cómodas hamacas.   A nuestro lado se sentaron unos suecos.  Gloria se puso a hablar con la chica y antes de que me diese cuenta las chicas ya nos estaban organizando la noche.

Cenamos juntos en un restáurate italiano malo pero aparente.  Quedamos para ir a la playa juntos al día siguiente.

Puntuales como clavos, Pete y Milita aparecieron en el puerto a las 10 de la mañana.  Les hicimos subir en el barco ya que preferíamos ir más en él que ir en taxi.

Tardamos hora y media en llegar.

Después de una noche juntos y hora y media tomando cervezas ya éramos los mejores amigos del mundo.

Cuando llegamos fondeamos y cuando me dirigía hacia la zodiac para bajarla Gloria intervino.

-       a lo mejor es mejor quedarnos en el barco y en todo caso bajar a comer.

-       Pues no sé, como quieras – le dije mirando a nuestro invitados.

-       Chicos, le digo a este que casi mejor nos quedamos en el barco, me apetece hacer topless y en la playa creo que no se puede.

-       Me parece una idea excelente, se me esta quedando marca de bikini y eso no puede ser – dijo Milita riendose.

-       No es más además no hay que darse una pateada para ir a por cerveza – dijo Pete mientras abría una nueva lata.

Gloria cogió a la walkiria de la mano y se dirigieron a la proa del barco.  Yo me abrí una cerveza y después de explicarle un par de cosas sobre el barco al chico nos fuimos a reunirnos con las chicas.  Las muy putas no estaba tomando el sol con las tetas al aire, ambas estaban en pelotas y había que reconocer que la sueca estaba muy muy buena.

Pete y yo les imitamos y nos quitamos los bañadores.  No había pasado ni una hora  cuando a Gloria le entró el hambre.

Bajamos la zodiac y después de cubrirnos las vergüenzas nos acercamos a la playa donde comimos en un fantástico chiringuito a base de una comida picante de morirse.

Volvimos a la zodiac y para cuando dejamos la playa las chica empezaron a desnudarse.  Fue muy agradable verlas como mostraban su raja abierta al subir al barco.  Pete y yo nos quitamos los bañadores nada más subir.

Volvimos a la proa a tomar el sol ya con copas en las manos.

Estamos como reyes medio dormidos cuando de repente oímos una voz que nos llamaba.  Los cuatro abrimos los ojos y miramos hacia estribor donde vimos un preciosa fuera borda al lado de nuestro barco.  El sol solo nos dejaba ver siluetas.

Para nuestra alegría eran Sadir y Nizah que desde su barco quienes veían nuestra desnudez.  Nos pidieron permiso para subir a bordo.  Les recibimos los cuatro con unas toallas alrededor del nuestros cuerpos pues como era obvio no nos daba tiempo a buscar los bañadores.

-       hola chicos, hemos decidido coger el fueraborda y venirnos los dos solos a pasar el día en plan aventura.

-       Sin tripulación – dijo Nizah como si se tratase de un heroísmo.

-       Ah, muy bien.  Nosotros hemos venido con estos amigos a pasar el día a la playa como las chicas querían tomar el sol sin parte de arriba hemos decidido quedarnos – dije yo después de hacer las presentaciones.

-       Estupendo.  ¿Os importa que os acompañemos?

-       Claro que no, esperar a que nos pongamos los bañadores.

-       Por nosotros no os preocupéis, hemos viajado mucho y sabemos que las atrasadas costumbres hindús no son del gusto de todo el mundo.

Nizah se quitó el pareo dejando ver unas impresionantes piernas.  Sadir se quitó la camiseta para dejar ver un perfecto pecho trabajado.

Nizah le comentó algo en hindi a su marido y ante nuestra sorpresa se quitó la parte de arriba del bikini.  Tenía unas tetas perfectas que apuntaban al cielo con unos pezones oscuros maravillosos.  No se como no se me levantó la polla ahí mismo.

Las chicas se quitaron la toalla y Sadir se quitó el bañador.  Nosotros dejamos caer nuestras toallas también y nos quedamos al igual que él en pelotas.

Con la polla al aire les puse unas copas en la cabina del barco.  Cuando volví con ellas Nizah se había quitado también su braga dejando a la vista una perfectamente recortada mata de vello púbicoque coronaban un muy oscuro coño.

Eran las tres de la tarde y aun quedaban un par de horas de sol por lo que nos dispusimos a disfrutar de la tarde.

Como de costumbre en estos casos acabamos hablando de sexo y en esta ocasión no fue culpa de Gloria.

Pete y Melita nos comentaron sin mucho problema que eran bastante abiertos en eso del sexo, que había hecho de todo y que disfrutaban de ello.  Gloria sin cortarse un pelo les contó bastante de nuestra aventuras, los hindús no decían demasiado pero no paraban de reír.  Aquello prometía.

Milita fue la primera en romper absolutamente el hielo.  Le confesó a Nizah que nunca se lo había hecho con una hindú y que le encantaría hacerlo.  Nizah le dijo algo a su marido en hindi y este asintió con la cabeza.  Era extraño no saber si era un permiso o un nos vamos de aquí cagando hostias.

La conversación siguió hasta que Melita se levantó para ir al baño, la hindú la acompañó.  Cinco minutos después fue Gloria la que se levantó y fue a buscarlas.  Si estaban cotilleando, ella no se lo quería perder.

Debido a las copas no le dimos mucha importancia pero viendo que no venían nos levantaos los tres con nuestros colgajos al aire y nos dirigimos hacía la cabina.

Nos quedamos los tres de piedra.  Las chicas en un perfecto triangulo en nuestra cama de matrimonio se comían los coños como si de ello dependiera su vida.  Sin dejar de lamerse nos miraron y siguieron a lo suyo.

-       si te quieres follar a mi mujer yo me follo a la tuya – le dijo Sadir a Pete.

-       Sinceramente, yo prefiero follarme a la española – el hindú se me quedó mirando.

-       Si no te importa a mi no me importa follarme a tu mujer, faltaría más.

Los tres colgajos eran ya mástiles dispuesto a todo.  Cogiendo de los codos a mis nuevos mejores amigos les lleve al salón y les puse unas copas.  En el camarote las chicas gemían a gritos.  Una mezcla de idiomas y de gritos de placer inundaban el ambiente.

-       no les jodamos, dejemos que acaben y luego démosle los que quieran.  Esperémoslas fuera que aquí sino va a empezar a hacer calor de la leche, somos seis.

Los gritos se oían en Nueva Delhi, no sabía como estarían mis compañeros, pero yo me estaba poniendo malo.

Dos copas después los gritos acabaron.  No tardó en salir la sueca, no dijo nada sabedora de la distribución que habíamos hecho delante suya.  Se arrodilló frente al magnate del pescado y cogiendo su negra polla con dos dedos se la metió en la boca y empezó a mamar.

Gloria fue la siguiente que llegó.  Al igual que la sueca se arrodilló frente a Pete y cogiendo su blanquecina polla con la mano se la metió en la boca.

Desde mi posición vi como Nizah pasaba a su barco.  Por un momento pensé que me había quedado sin polvo, pero ni en dos minutos volvió a nuestro barco.  Llegó a la proa y metiendo la mano en la bolsa de deportes que traía con ella sacó un consolador de gran tamaño y se lo dio a la sueca, sacó otro y se lo dio Gloria.

-       están limpios, no os preocupéis – les dijo a las chicas guiñándoles un ojo.

Yo tenía mi polla como un obús, Nizah a pesar de mi deseo no imitó al resto de chicas, abrió con sus dedos su labios menores y se un golpe se metió mi dura polla de un golpe.  Yo aproveché que tenía sus pezones a la altura de mi boca para darle la primera lamida.

Tenía un coño apretado, rugoso y muy placentero.

Teniendo aquel pedazo de mujer encima no me preocupaba por mis cofolladores.  Pete le estaba ya dando a Gloria y el hindú con fuerza a la sueca.  Parecían un café con leche la unión del cuerpo del local con la nordica.

Cuando puse a cuatro patas a mi acompañante me di cuenta que esa idea ya la habían tendido Safir y Pete y ya daban a las suyas en esa misma posición, las cuales disfrutaban con la cara desencajadas de placer.

Estaba claro que si me follaba a una africana y a una mora cuando llegase a Barcelona se iba a poder decir que me había follado a todas las razas del mundo.

La hindú se saco la polla de su coño y de un movimiento brusco Era una gozada ver como mi polla se perdía en aquel culo perfecto mientras mis maigos también empezaban a sodomizar a las suyas.  Al hindú le estaba costando metérsela a la suya pero el sueco estaba en la gloria con su polla dentro de Gloria.  Nizah esta una experta en el arte del amor anal y no solo lo disfrutaba sino que fue ella la que se lo sacó del coño y se la metió en su culo como decía.

Fue increíble cuando Nihaz se corrió, su coño se contrajo y su piel se erizó.  Sus ojos quedaron en blanco y sus pezones casi estallaron.  A nuestro alrededor las parejas se iban corriendo una tras otra.  Nihaz se levantó apartó a Gloria de la polla del sueco y sin preocuparse de flujos, se las metió en su negro coño, ella también quería disfrutar de esa polla blanquecina.  Gloria que se vio acabando de ordeñarme le dio un golpecillo en el hombro a la recién corrida Melita y apartándola se abrió de piernas y puso su coño a la disposición de Safir quien no dudo en meter su oscura polla en aquel chorreante coño.

De nuevo por descartes Milita se acercó a mi y sin preocuparse tampoco por el rastro dejado por la hindú me tumbó y empezó a cabalgar sobre mi polla.

La verdad es que las tetas de la sueca eran más feas pero mucho más grandes que las de Nizah, por lo que me lancé a sobarlas mientras ella se tocaba el clítoris.

Nizah se había metido un consolador en el culo mientras el sueco la vuleaba, el hindú a su vez le metía tres dedos en el ano de mi compañera de viaje lo que le hacía morir de placer.  La verdad es que Gloria siempre ha sido una mujer agradecida en eso del orgasmo.

Yo me disponía a meter dar la vuelta a mi compañera de sexo para sodomizarla cuando un foco iluminó toda la cubierta.  Nos quedamos como paralizados, cualquiera pensaría que estábamos haciendo la chorrada del video maniquí.

Todo fue muy rápido, una patrullera de la armada de la India se unió a los dos barcos y de él subieron al nuestro tres soldados y un oficial.  Safir puso cara de ira.  Sacó la polla del coño de Gloria y levantándose desnudo como estaba se dirigió hacia donde estaban los soldados dando gritos.  Nizah nos iba traduciendo.

Por lo visto se había identificado dejándoles claro que él era de una casta mucho superior a la suya, el oficial se estaba poniendo gallito diciendo que iban a arrestarnos por escandalo publico.  Los gritos subían hasta que nuestro amigo les dejó con la palabra en la boca se dio la vuelta se subió en su barco y desapareció.

Me temí lo peor.

Safir volvió con un fajo de billetes y literalmente se los tiró a la cara a los militares.  Les echó a empujones a unos ya sumisos soldados que se retiraron dándose cuenta del buen negocio realizado.

Safir volvió a donde con la boca abierta le esperábamos.

-       ¿dónde íbamos? – dijo mientras le metía la polla a Gloria hasta el fondo de un solo golpe.

Acabamos de follar todos con todos más de tres horas después.  Las colchonetas quedaron hechas una mierda de lefa y flujos vaginales, como le dije a Gloria, al llegar a Barcelona íbamos a tener que tirarlas.

Volvimos a puerto pasadas las dos de la mañana muertos de cansancio pero encantados de la vida.

Nos quedamos en Goa diez días más.  Desde luego que fueron 10 días de sexo a seis, bueno en realidad seis pues Pete y su mujer continuaron su viaje en ese momento.  Los hindús y nosotros disfrutamos de lo lindo el resto de los días.  Nos tuvimos que separar por motivos laborales de Safir con la promesa de recibirlos en Barcelona y seguir en contacto.

CONTINUARA…