De viaje con mi novia y su hermana (parte 3)
Cómo acabaron las vacaciones con mi novia y mi cuñada con un día de sexo inolvidable.
El viaje con mi novia Adriana y mi cuñada Carmen llegaba a su fin, llevaba una semana follándome cada noche primero a una y luego a la otra. Estaban siendo unas vacaciones perfectas, que mi novia me diera permiso para acostarme con su hermana, con la que tanto había fantaseado... Era un sueño. Pero yo llevaba la última semana dándole vueltas a cómo podría tenerlas a las dos a la vez y se me había ocurrido una idea para el último día.
El lunes me desperté muy pronto, nos íbamos el martes después de comer y quería aprovechar el último día. Desayuné y me puse a preparar la comida: unos filetes de pollo empanado, unos sándwiches, una buena tortilla de patata y una ensalada de frutas. Lo metí todo en una neverita de estas de playa y rellené otra entera con cervezas, cogí ambas neveras, unos refrescos y una botella de ron y lo llevé al coche.
Al entrar de nuevo en la casa Adriana se había despertado, estaba en la cocina y viendo los cachorros sucios me preguntó:
-¿Ya has hecho la comida? Madre mía, ¡si son solo las 9!
-Sí, es pronto, pero quiero que nos vayamos a pasar el día fuera y que lo aprovechemos bien. Ve a despertar a Carmen, desayunad y en cuanto estéis salimos.
45 minutos después estábamos los 3 en el coche, yo iba en bañador y camiseta y ellas se habían puesto bikini y unos pareos semitransparentes muy sexys. Había estado varios días buscando en Internet y Google maps un lugar bonito y algo secreto para pasar ese día y había encontrado una pequeña cala a media hora.
De camino paramos en una gasolinera para comprar una bolsa de hielo y antes de las 11 habíamos llegado al destino. Estábamos en mitad de la nada, aparcamos donde pudimos y fuimos andando hasta la playa. Era un poco complicado llegar, había que pasar una zona de rocas y cargando con las neveras y cosas de playa se hacía más difícil. Pero eso era buena noticia, no se veían otros coches, estábamos en mitad de la nada y llegar a la playa era complicado... Por lo que no habría nadie más. Estaríamos solos todo el día, justo como yo había planeado.
El lugar era muy bonito y tanto Adriana como Carmen se quedaron impresionadas. Encajada en un arco de altas rocas teníamos una playa pequeña playa, completamente aislada del exterior.
-¡Que bonito!
-Sí, es preciosa. Gracias Isma.
-¿Qué os parece si nos tomamos unas cervezas para celebrarlo?
Abrí la nevera de las bebidas y estuvimos un rato sentados a la sombra de las rocas bebiendo. Llevábamos ya un par cada uno y con el estómago vacío se nos había subido un poco el alcohol. Las chicas sacaron las toallas, las pusieron al sol y se tumbaron para tomar el sol. Como era costumbre me pidieron que les pusiera crema en la espalda. Empecé por Adri, me arrodillé junto a ella y tras desabrochar el sujetador del bikini le extendí crema por toda la espalda. También le puse en las piernas y al llegar a la cara interna de los muslos jugué un poco acariciando por encima de la braguita. Hice lo mismo con Carmen y yo me senté entre ellas.
Llevaban un rato tomando el sol cuando pensé que había que ir ganando terreno.
-Si os queréis poner morenas deberíais aprovechar que aquí no hay nadie y no nos ven.
Antes de que pudieran responder me había acercado a mi novia y le bajaba las bragas, le metí un par de dedos en el coño y tras masturbarla un poco le puse crema por las nalgas. Después le quité las bragas a mi cuñada, extendí una buena cantidad de crema por su culo y lo masajeé un rato. Pose un dedo sobre su ano y con ayuda de la crema lo metí un poco, mientras le susurraba al oído:
-Llevamos una semana follando y aún no he penetrado este culito. Hoy no te libras cuñadita.
Cuando habían pasado 10 minutos Adriana me dijo que quería darse la vuelta y que si le podía poner crema por delante. Pero al ver a mi novia completamente desnuda, me quité el bañador, me tumbé sobre ella y la follé ahí mismo. No fue mucho rato, tan solo unos momentos tras los que me levanté y la unté de crema, dedicando un tiempo especial a sus pequeñas y bonitas tetas. Carmen había estado mirando, se dio la vuelta y dijo:
-Isma, yo también quiero... Y lo de la crema también si puede ser.
A Adriana le hizo gracia y me dijo que sí, así que me puse sobre mi cuñada, la penetré también a ella y después le puse crema. A eso de las 11:30 nos fuimos a dar un baño, jugamos en el agua y yo le metía mano a ambas sin cortarme, también besaba tanto a mi novia como a su hermana y no parecía haber problema. Adriana me abrazó y mientras me besaba se subió sobre mi entrelazando sus piernas a mi espalda (lo bueno de tener una novia pequeña y estar fuerte es que la puedes coger en brazos sin demasiado esfuerzo). La agarré por el culo y, como pude, coloqué mi polla en la entrada de su vagina. Lentamente la iba subiendo y bajando sobre mi, ella gemía como una loca y Carmen nos miraba deseosa. Cuando mis brazos no podían más la ayude a bajar y nos fuimos los tres a las toallas. De camino agarré detrás a mi cuñada, mi polla tocaba la raja de su culo y mis manos agarraban sus enormes pechos.
-Para ti va a haber mucho sexo también hoy, no te preocupes.
Saqué unas patatas y preparé también un ron-cola para cada uno. Nos sentamos para tomar el aperitivo, yo en medio de ellas, y estuvimos un rato charlando animadamente (más animados cuanto más bebíamos). Se nos habían acabado las patatas y los 3 nos habíamos bebido la copa ya, alargué los brazos a los lados y puse una mano sobre cada coño. Empecé a acariciarlas, masturbarlas un poco, cada vez con más intensidad... Ellas se recostaron y no se cortaban a la hora de soltar gemidos. Mientras seguía penetrando con mis dedos a Adriana comencé a estimular el clítoris de Carmen lo que hizo que fuera la primera en llegar al orgasmo. Explotó en un excitante grito y me agradeció el trabajo con un beso.
-¿Tienes hambre?
Le pregunté con mirada viciosa. Ella entendió a lo que me refería y fue bajando desde mi boca a mi miembro besando por todo mi cuerpo. Yo seguía jugando con el coño de mi novia y mi cuñada me chupaba la polla a la vez, al estar tan cachondo por la mamada aumenté la velocidad sobre el clítoris de Adri y se corrió ella primero. A mi me quedaba ya muy poco... Agarré de la mano a Adriana, tiré de ella y le comí la boca fogosamente mientras Carmen seguía con mi polla en la boca. Unos segundos después descargué dentro de ella una buena corrida que se tragó entera. Nos quedamos los 3 mirándonos un momento y sin saber por qué nos reímos.
-¿Vamos a la sombra para comer y echar una siesta?
-Buena idea Isma, aunque no se si Carmen tendrá mucha hambre después de esto...
Seguimos riendo y nos fuimos donde las rocas, sacamos la tortilla, los filetes y más cerveza y comimos tranquilamente. Lo de dormir la siesta se quedó por el camino, pues con la ensalada de frutas nos pusimos unas copas y seguimos hablando y bebiendo un buen rato. Andábamos ya muy desinhibidos, así que decidí empezar a dar pasos para acercarme al trío que quería tener. Besé a una y luego a la otra, esperé un momento y volví a besar a ambas.
-¿Sabéis lo que me gustaría ver?
-¿El qué?
-Quiero ver como os besáis.
Adriana puso cara rara, pero a Carmen le hizo gracia y asintió.
-Mirad, solo tenéis que imitarme.
Y tras decir eso le di un pico a cada una. Ellas accedieron, se miraron y se acercaron para darse un pico. A continuación le di un pequeño beso con lengua a mi cuñada y después a mi novia, ambas me miraron, yo les sonreí y entendieron. Se dieron un corto beso con lengua. Las había conseguido meter en la dinámica del juego, a ver hasta dónde podia llegar. El siguiente beso que les di fue muy largo, metiendo lengua y jugando con ella en sus bocas y lo repitieron entre ellas. Me estaba poniendo a mil, así que agarré una teta a cada una y las acaricié, masajeando también los pezones. Debieron pensar que tenían que esperar a que yo acabara, pero tenían una teta libre cada una, se lo dije y empezaron a tocarse una a otra. Ninguna había hecho esto antes, pero sabían lo que les gustaba a ellas e intentaban hacérselo a su hermana... se les empezaban a escapar algunos gemiditos de placer.
-Bueno, ahora sin manos.
Y según dije esto, quité mis manos de sus tetas, agaché un poco la cabeza y se las comí a Adriana durante un buen rato. Cuando me giré para hacer lo mismo con Carmen vi que la muy viciosa se estaba tocando mientras nos miraba. Con ella me entretuve un poco más, sus tetas son más grandes y no las puedo disfrutar siempre que quiero como las de mi novia. Ahora les tocaba a ellas... Adriana estaba muy indecisa, así que su hermana tomó la iniciativa, le agarró una reta con una mano y le empezó a chupar el pezón de la otra. Por fin mi novia se entregó al placer, hacerlo con su hermana le generaba cierto rechazo, pero estaba disfrutando tanto que se dejó llevar. Cuando ambas se habían comido bien las tetas volví a tomar las riendas. Cogí a Adriana de la mano y la llevé a su coño.
-Tócate mientras miras.
Recosté a Carmen, separé sus piernas y empecé a lamer su coño. Estuve unos minutos dándole placer, pero cuidando que no llegara al éxtasis. Me volví hacia Adriana y con la boca llena de los flujos vaginales de su hermana le di un beso, quería que los probara. Después la tumbé también a ella y repetí lo que había hecho con Carmen y también compartí los fluidos de mi novia con mi cuñada al acabar. Las tenía a las dos a mil y debían seguir la dinámica del juego.
-Bueno, yo os he comido el coño a las dos, ahora os toca a vosotras... Además ya sabéis como sabe el de la otra por los besos.
Adriana se incorporó para ir a por su hermana pero se lo impedí, la dejé tumbada y ayudé a Carmen a levantarse.
-Lo vais a hacer las dos a la vez y quiero que Carmen esté arriba.
Se fundieron en magnífico 69 y yo me masturbé mirándolas. Cuando llevaban un rato me acerqué a la cara de Carmen y le susurré que recordara lo que le había dicho al ponerle crema.
-Haz que Adri se corra ya, quiero que tengas toda tu atención en disfrutar.
Me fui a por la crema y cuando volví empecé a oír los genios y gritos de Adriana, que por un momento se quedó desplomada recuperándose de su orgasmo, pero al poco volvió a la carga comiéndome el coño a su hermana. Yo me arrodillé detrás del culo de Carmen y la cabeza de Adriana y abriendo las nalgas con las manos empecé a lamer su ano. Se notaba relajado, muestra de que Carmen quería y de lo cachonda que estaba. Me embadurné los dedos de crema y puse uno en la entrada de su culo. Entró con increíble facilidad, así que tras un breve mete-saca intenté meter otro, que costó un poco más pero no tardó más que unos segundos. Mientras mi novia le comía por un lado, yo le estaba abriendo el ano y mis dos dedos entraban sin oposición. Los saqué, me coloqué como pude y le metí la polla lentamente, primero solo la punta, para después ir metiendo centímetro a centímetro muy despacio. Cuando la tuve entera metida y me disponía a bombear noté como Carmen se convulsionaba y gritaba como loca. Había llegado al orgasmo con la estimulación de Adriana, así que decidí mantenerla en aquel estado todo lo que pudiera. Rompí su culo sin contemplaciones, ella seguía gimiendo y de repente sentí como Adriana se movía debajo de nosotros.
No tardé en descubrir para qué se movía, se había colocado entre mis piernas y ahora lo que chupaba eran mis huevos. Ralenticé la penetración para facilitárselo, pero me estaba poniendo demasiado y sabía lo que venía en breve. Cuando sentí que me que iba a correr hice a Adriana salir de debajo de nosotros y volví a aumentar la velocidad hasta que no pude más y llené el culo de mi cuñada de corrida. Se la saqué e invité a mi novia a probar aquel culo, ella aceptó y poniéndose de rodillas le lamió el ano a su hermana. Estaba tan dilatado que podía meter su lengua entera y sacar algo de mi semen.
-¿Os parece si nos damos un baño y descansamos un poco? No sé vosotras, pero yo necesito recuperarme.
Nos fuimos a bañar otra vez y luego nos tumbamos a la sombra para relajarnos. Yo había dejado ya de beber porque era quien conduciría a la vuelta, pero ellas se sirvieron otra copa. Nos entretuvimos hablando, comentado lo que habíamos estado haciendo, lo que más nos había gustado... Tener a ambas desnudas delante de mí no dejaba que mi cuerpo se relajase y pasado un rato volvía a tener una buena erección. Adriana se dio cuenta y con una risita me dijo:
-Veo que ya te has recuperado, ¿no?
Yo seguía tumbado, pero ella se acercó y empezó a hacerme una deliciosa mamada. Le dije a Carmen que se acercara y nos besamos mientras mi novia me la chupaba. Pero Adriana quería marcha, así que se levantó, se sentó sobre mí metiéndose mi polla entera y me cabalgó sin contemplaciones. A su hermana debió darle envidia, porque abandonó el beso que me estaba dando para sentarse sobre mí cara y recibir una buena comida de coño. Si alguien hubiera pasado por ahí habría alucinado con la estampa: yo tumbado siendo follado por mi novia mientras le comía el coño a mi cuñada y ellas se besaban de vez en cuando.
La primera en correrse fue Carmen, llenando mi cara con sus flujos. Poco después Adriana llegó también al éxtasis, pero yo aún aguantaba, así que levanté y ambas se agacharon delante de mí para ayudarme a acabar entre las dos. Ambas jugaron con sus leguas en mi polla y mis huevos, se besaban con mi miembro entre sus bocas y me estaban dando un placer increíble. Tanto es así que eyaculé medio por sorpresa, no me dio tiempo a avisar y les cayó todo en la boca y la cara. Ellas se partieron de risa, se limpiaron un poco la una a la otra saboreando mi semen y después nos fuimos los tres al agua para aclararnos y darnos un baño.
Se hacía tarde, así que recogimos todo, nos vestimos y volvimos a casa. Había sido un día perfecto, ni planeándolo a mi gusto hubiera sido tan bueno. Aquella noche, tumbado en la cama con Adriana me dijo dos cosas, que ya no me daba permiso para seguir follándome a su hermana (cierto es que era un acuerdo de vacaciones) y me confesó que había disfrutado muchísimo con el trío pero que había tenido que pensar que Carmen no era su hermana porque le daba cosa.
-Pues en ese caso tendremos que llamar a Carla o Ana cuando volvamos de las vacaciones, ¿no?
-Me has leído la mente. Por cierto, viendo hoy como le follabas el culo a mi hermana y recordando como se lo hiciste a Ana y Carla... Me han entrado ganas de que volvamos a probarlo.
El culo de mi novia es perfecto, el más sexy que he visto, pero llevaba años siendo territorio prohibido. Pensando en el espectacular trío que habíamos hecho en la playa y soñando ya con el culo de Adriana me quedé dormido.