De vacaciones II

Relato de unos encuentros ocurridos durante unas vacaciones.

Al día siguiente no volví, pero si contacté con él vía mail y acordamos vernos dos días después, la verdad es que a primera hora de la tarde siempre tenía disponibilidad de tiempo, pero era mejor espaciar nuestros encuentros.

El día señalado me acerqué a su portal y piqué en su piso, me abrió sin preguntar y cuando llegué a su rellano me estaba esperando con la puerta abierta, pasé y según pasé me estampó un beso en la boca, me agarró y me metió la lengua, yo me aparté y le dije: “buenas tardes” y los dos nos echamos a reír. Le confesé que no tenía demasiado tiempo y que no había no había tiempo de cortejar, que mejor nos íbamos a la cama a follar y ahorrábamos tiempo y así lo hicimos, nos desnudamos cada uno a un lado de la cama y nos tumbamos uno al lado del otro, empezamos a bromear quien empezaba  y le dije no te preocupes tomo yo la iniciativa y me amorré a su pezón izquierdo y se lo succioné con fuerza mientras empezaba a masturbarle, el tío empezó rápido a retorcerse y su polla morcillona pasaba ya a un estado de semi erección, baje por su abdomen, recordar que no tenía ni un solo pelo, cosa que agradezco la lengua circula mejor por la piel imberbe y cuando me quise dar cuenta estaba ya enganchado a su polla, mamándola, él alargo el brazo y me metió la mano entre las nalgas y buscó mi agujero y lo encontró vaya si lo encontró, ahí estaba ya pidiendo guerra, no le costó meterme un par de dedos humedecidos por su saliva mientras yo seguía practicándole una tranquila y muy húmeda felación, el exclamó: ”cabrón como me pones, ya estás preparado para que te monte otra vez” yo separé mis labios de su jugoso glande, sonreí y contesté: “preparado y deseando tenerte otra vez dentro” dicho esto continúe mamando aquella enorme polla, el respondió: ”quiero que me cabalgues” y yo noté que aún no estaba lo suficiente dilatado para albergar semejante pollón en mi culo y le dije que si me comía el culo podía hacer conmigo lo que quisiese, dicho y hecho me tumbé boca abajo, me abrió las nalgas con sus manos y hundió su cara entre ellas y dejando que su lengua me follase el culo, ufffff, me tenía loco de placer y le dije que se sentase que había llegado el momento, él se sentó, me coloqué encima, alcé mi culo y embadurné mi ano y su polla bien de lubricante y mientras le miraba a los ojos procedí a sentarme encima de su rabo.

Me senté despacito, ufff que excitación sentir aquel enorme glande hurgando entre mi nalgas, agarré  su rabo con mi mano izquierda y lo guie hacía mi agujerito, mientras yo me dejaba caer mientras le miraba a los ojos, cuando empezó a entrar en mi culo, ambas caras cambiaron, la suya: se endurecieron sus facciones la mía se contrajo y fui dejándome caer poco a poco para que fuese entrando su polla en mí, hasta que me deje caer entero y entró de nuevo aquella hermosura dentro de mí, en ese momento empezamos a besarnos a babearnos la boca, nuestras lenguas se entrelazaban mientras me tenía totalmente empalado, me aparté un poco y le dije que me tocaba trabajar un poco, y empecé a subir y bajar despacito, uffff como costaba moverme con aquella enorme polla dentro, pero rápido mi ojete se acostumbre a su nabo y empecé a cabalgarlo con soltura, a veces él me abrazaba y me mordía los pezones, alguna vez hasta hacerme daño, reconozco que me gustaba mucho sentir sus dientes clavados en mi carne, a la vez me apretaba las nalgas con fuerza hasta dejarme marca algunas veces, se echaba para atrás y gozaba de cómo mis esfínteres abrazaban su pene, en alguna ocasión también me agarraba la polla y me pajeaba con fuerza como queriendo estrujarmela terminando en una palmada en mi polla totalmente erecta que rebotaba entre ambos, ambos gemíamos como posesos, no estaba siendo un polvo silencioso como solía, sino uno más bien ruidoso, él me decía al oído: ”pedazo de cabrón que buen culo tienes, como traga, te la voy a sacar por la boca” y cosas así yo le contestaba con: “hijo de puta que pedazo de polla tienes , así, así destrózame” y cada cual soltó por su boca todas las burradas que se nos venía a la mente, cierto que a ambos nos gustaba, cuando llevábamos diez minutos más o menos cabalgando yo ya estaba exhausto y me dijo: “¿Dónde quieres la leche? Yo le conteste: “dentro, muy dentro” Y así fue yo me dispuse a recibir su corrida en mis entrañas y cuando noté que empezaba a lefarme, me relaje y me deje caer hasta sentirme totalmente empalado por aquella polla, por aquella enorme y maravillosa polla que estaba soltando un gran chorro caliente dentro de mi.

Al levantarme sentí como goteaba de mi culo y resbalaban por mis piernas el semen de mi amante, él me pidió que me diese la vuelta y así lo hice y empezó a lamerme el ojete, uffff casi me caigo al suelo de placer. Me dijo si me apetecía follarle, estaba totalmente excitado, pero muy cansado y le dije que prefería que me hiciese una buena mamada y así lo hicimos, me tumbé él empezó a besarme y saboree el semen que había recogido de mi culo, bajó por mi cuello, me mordió nuevamente los pezones, él sabía que eso me ponía a cien y no escatimaba, me mordía uno, mientras me pellizcaba el otro, siguió bajando hasta llegar a mi polla, me la agarró, se la acercó a su cara, la olió y me dijo: “me encanta el olor de tu polla” y sin más se la metió en la boca y empezó a mamar con ganas, de vez en cuando me pasaba los dientes por el glande y yo saltaba de sorpresa, de excitación y de dolor, pero me volvía loco, mientras mamaba me apretaba los huevos, dios me tenía allí tumbado y extasiado de placer, se metía los huevos en la boca y los succionaba con fuerza mientras me pajeaba, tenía la polla súper mojada de mis propios fluidos y de su saliva, siguió mamando durante bastantes minutos, a veces aprisionaba mi glande entre su lengua y su paladar y succionaba, otras veces pasaba la lengua  por el frenillo, para luego volver a mamar, cuando estaba a punto le avise que me iba a correr y él me contestó: “ y a qué esperas córrete en mi boca” dicho y hecho me dejé llevar y a los pocos segundos ya había soltado toda mi carga en boca.

Nos quedamos los dos tumbados comentado el buen polvo que habíamos echado y que tendríamos que repetir, ambos nos emplazamos a repetir y lo hicimos ya digo que lo hicimos, pero eso es ya otra historia.