De vacaciones en Cuba (2)

La primera parte de este relato presenta a Megan una canadiense que esta de vacaciones en Cuba, a Miriam, mi mujer y como tuve sexo con Megan a escondidas.

Megan, una canadiense que está de vacaciones en Cuba Miriam, mi esposa, mujer con muchos deseos de sexo


Cerca de la 9:00 PM sonó el timbre de la habitación, Miriam abrió la puerta, era Megan, espléndida, con un vestido casi transparente, ajustado a su cuerpo, a tras luz se le podía ver su ropa interior, blanca igual que el vestido, mi mujer la miró con cierto recelo y la invitó a pasar. Megan se sentó en el sofá de la habitación, estaba justo en frente de mí. Le pregunté por su hermano y me dijo que había salido a una disco cerca de la playa.

Busqué una botella de ron y empezamos a tomarnos unos tragos, el efecto de la bebida iba surtiendo efecto en aquel par de mujeres y como toda conversación interesante terminamos hablando de sexo. Miriam empezó la conversación preguntándole a Megan sobre sus relaciones anteriores, que cuantas había tenido, que si le gustaba el sexo, etc.

Y Megan respondió de una manera sorprendente:

Acerca del sexo lo he probado todo, o mejor dicho, casi todo.

¿Y que es lo que te falta? – pregunté

Con una mujer o con una pareja.

Estaba totalmente excitado al oír esas palabras, Miriam también la veía un poco incomoda, y discretamente empezó a tocarse sus pezones, por mi parte ya mi polla no cabía dentro de mis pantalones y me dirigí al baño.

Sentí pasos detrás de mí, era Miriam, me acorraló en el baño y me dijo:

¿Que tu crees de Megan?

Creo que quiere que se la pasemos. ¿Tienes algún inconveniente en eso?

No, no tengo ninguno, aunque creo que no me gustaría verte cogiendo con otra mujer.

A mi si me gustaría verte cogiendo con otra mujer – Y le di un beso que la puso a mil.

Nos fuimos para la sala en silencio, y para sorpresa nuestra Megan se estaba acariciando sus tetas y al vernos trató de disimular, pero era demasiado tarde, yo le dije:

Si quieres sigue en lo que estabas

Es que

No te preocupes, hoy vas a seguir experimentando cosas nuevas.

¿A que te refieres?

Hoy mi mujer y tú van a tener sexo conmigo. ¿no te gusta la idea?

Sin decir una palabra se acerco a Miriam y empezó a besarla con muchos deseos yo me senté en el sofá de la sala y saqué mi verga, que para ese entonces estaba que se partía, al ver a aquel par de mujeres teniendo sexo no lo podía cree, se estaba cumpliendo el sueño de mi vida, mi mujer cogiendo con otra mujer.

Poco a poco se fueron quitando la ropa, hasta quedarse como Dios las trajo al mundo, dos cuerpos perfectos justo en frente de mí. No podía aguantar más, empecé a correrme, y ella lo notaron, dejaron de acariciarse y las dos empezaron a chuparme el pene, una vista increíble, dos bocas para un solo pene, se entrelazaban las lenguas y se daban besos con mucha hambre de sexo, no tardó nada en que mi verga tuviese su tamaño apropiado para cogerme a aquel par de putas.

Mi mujer se tendió en el piso y me dijo – ven, cógeme mientras esta putica nos mira

No me demoré en empezar a comerme su sexo, el cual tiene un saber excelente, Megan me ayudaba, con mi mujer, le pasaba la lengua por todo su cuerpo hasta que Miriam me pidió que le metiera mi polla.

Ella estaba tendida boca arriba en el suelo, tenía sus piernas bien abiertas y la penetré con fuerza, estaba muy mojada, por lo que no le molestó para nada mi miembro en su interior, mis movimientos eran fuertes y ella gritaba como una loca, Megan le tapaba la boca con besos hasta que se corrió tan fuerte como nunca la había visto, se retorcía con cada espasmo y le mordía los pezones a Megan.

Megan se me acercó al oído y me dijo, ven cabrón, cógeme ahora, pero esta vez no será por el culo, esta vez será por mi coño, que está muy caliente esperando por ti.

Me empujó contra la pared y se me subió encima, yo la cargué y le metí mi polla hasta el final, entonces comenzó una cabalgadura sobre mí, que duró aproximadamente cinco minutos, ella tuvo 2 orgasmos en tan poco tiempo y me dijo "es solo el comienzo, acuérdate que me prometiste toda una noche de lujuria". – Yo no pensaba mas en eso, solo pensaba en lo bien que la estaba pasando con ese par de mujeres.

En un momento la bajé de donde estaba y me dijo "¿Qué haces?", le cerré la boca con un beso y las llevé a las dos hasta la cama. En el borde de la cama las puse a las dos, con sus culitos levantados y empecé a decidir cual de los dos iba a ser el afortunado.

A mi mujer nunca le habían dado por el culo, ella siempre me decía que no creía que fuera a sentir placer con eso, muy por el contrario, iba a tener mucho dolor si se la metía por allí, por lo que decidí empezar con Megan para que viera a una "profesional" en acción. Empecé a lamerle todo su culo mientras que se besaban y se acariciaban mutuamente. Megan tenía un culo impresionante, su hueco era bastante ancho, lo que demostraba lo mucho que había cogido por su culo, Miriam dejó de acariciar a Megan y me cogió la polla, empezó a darme una mamada de campeonato. Mi polla estaba totalmente mojada, al igual que el culo de Megan, mi mujer me la cogió y la apretó contra el culo de mi sometida, la cual en lugar de retroceder hizo el intento de colocar aquel inmenso pedazo de carne en su gran culo. Mi pene no se hizo esperar, y rápidamente entró como si se tratara de su boca.

Ese culo ya lo había probado y sabía lo que podía dar, la embestía con fuerza y ella parecía que no le bastaba con lo que tenía. Miriam mientras tanto le mamaba su concha a la vez que yo le cogía el culo.

Miriam empezó a excitarse de sobremanera y no aguantó más, y me dijo, "ven aquí, cógeme el mío".

Ese también era un momento que yo deseaba, cogerle el culo a mi mujer, pero le dije, "Espérate un segundito hasta que esta puta suelte toda su leche", mis palabras resultaron como mágicas, Megan empezó a correrse y mi mujer a tomarle todos sus jugos hasta que me dijo:

ya esta puta terminó, empieza conmigo.

Empecé a besarla mientras Megan le comía toda su concha, pasándole la lengua también por todo su culito, el cual parecía que no le iba a caber mi verga entera, era muy estrecho y yo estaba a punto de romperle lo que tanto ella había cuidado.

Cuando le presente la polla, ni hablar, no quería entrar aquello, a ella empezaron a salírsele las lágrimas mientras que Megan le daba alientos, diciéndole que una vez que estuviese adentro todo iba a mejorar, que sería un placer jamás descrito. Mi mujer me pidió que le lubricara su culo que se se la metiera con toda mi fuerza, sin piedad, aquellas palabras resultaron energía a mis oídos, busqué un frasco con grasa de pelo y empecé a untarle por todo su culito, me unté un poco en mi pene y ya todo estaba listo para la tarea.

Enseguida que le presente mi polla entró mi cabeza, ella produjo un grito que debe haberse enterado todo el motel.

Tomando sus palabras empujé sin piedad, y ya todo estaba adentro, una lágrima se le salía de cada ojo pero esta vez ya gritaba de dolor, sino que gemía de placer, y me decía "métemela duro, párteme este culito, que es tuyo y de esta puta que no para de morderme las tetas".

Megan rió y me hizo una señal de que quería que la mojara con mi semen, Miriam se corrió, y me dijo, "esto me ha gustado, quiero que me cojas siempre por el culo cabrón". Saqué mi polla de su culo y se la metí en la boca de Megan, esta empezó a darme mordidas que me desquiciaban, Miriam estaba totalmente extenuado sobre la cama, ni nos miraba y yo ya no podía aguantar más mi semen y empecé a derramar mi líquido por su cara, ella parecía como loca, no desperdiciaba ni una gota, hasta que me dijo:

Ya terminastes

Si… creo que si

¿Pero son solo las 3 de la madrugada, y la promesa?

Te dije que terminé, como he terminado 3 veces contigo hoy, pero no he acabado, como tu dices, la madrugada es joven aún.

Vamos a la ducha

Vamos

Y tomados de la mano y dejando a mi mujer en la cama tuvimos 2 horas más de sexo donde Megan quedó totalmente saciada al igual que yo.

Por una semana Megan nos estuvo visitando, hasta que nos dijo que tenía que partir a su país:

Ya tengo que irme

Que pena

He pasado los momentos de lujuria más grande de mi vida, y espero que se repitan.

Tu sabes que yo voy a estarte esperando

Si lo se, y creo que tu mujer también

Si, a ella le ha gustado

Bueno, nos vemos – y con un beso nos despedimos

Ese verano ha sido el mejor de mi vida, de Megan nunca supe nada más y a mí mujer todavía la sigo enculando. Todavía tengo la esperanza de encontrar a Megan o por lo menos una sustituta, si hay alguien interesada por favor no me dejen sufrir más.

Espero que les haya gustado el relato y que me envíen sus comentarios para saber sus opiniones.

cubarelatos@yahoo.com