De una fiesta a ser mia
De como en una fiesta descubrimos cuanto nos podiamos dar
Yo: Un chico de 20 años casi 21, bien formado, de colegio católico que hacía poco había ingresado a la universidad.
Ella: Una niña de 18 años, delgada y de rasgos asiáticos aun cursando su primer año de universidad.
Los nombres no son necesarios ya que lo que importa son los hechos.
Éramos amigos, rondábamos el mismo círculo social, nos veíamos a diario en las mañanas (como no si somos vecinos!).
El lugar: una fiesta en la casa de un amigo en común.
Los hechos… eso vengo a contar:
Eran como las 10pm… un poco mas creo yo de ese verano del 2010. Salí a una fiesta y como quedamos un día antes pasé a buscarla. La llame al celular ya que odio tocar puertas. Salió lista para irnos, me saludo, me tomo del brazo y empezamos a caminar, la casa de nuestro amigo no quedaba lejos, tan solo a unas cuantas cuadras.
Era un ángel de blusa blanca y minifalda negra con unas botas estilo romanas que combinaban con los colores de su ropa. Conversando de lo que esperábamos de la fiesta sin darnos cuenta llegamos, entramos a reunirnos con nuestro grupo de amigos y no sé cómo se dio pero paso algo extraño que nunca había pasado entre nosotros, empezó a suceder sin darnos cuenta… no nos habíamos separado para nada, tomábamos, reíamos, inclusive ya nos pegábamos mas y mas en cada baile.
Una canción, una salsa pegada nos marco, un movimiento de cabeza originado por mi y un buen entendimiento de ella hizo que nuestras bocas se juntaran, cada beso que vino después venia con mas y mas pasión, nuestros cuerpos se juntaban mas, nos tocábamos mas, con decir que mis manos ya había empezado a masajear su espectacular cuerpo.
Salimos de la fiesta, eran como las 3am, aun agarrados de la mano besándonos en cada esquina, el camino de venida lo hicimos en menos de 15 minutos ….regresando ya íbamos por más de 20 y aun no habíamos hecho ni la mitad.
Había un hotel a medio camino y allí la frené, la abracé y la volví a besar. La hice caminar dentro de este, cogidos de la mano alquile una habitación, ella corrió como niña en circo preguntándome mil veces entre risas cual era el número del cuarto.
Entramos, era una habitación simple con una cama y un baño, televisor en la pared y un espejo al lado, no éramos primerizos pero tampoco unos expertos, ella había tenido un novio del que nos confesó, en un juego de verdades y retos, que fue quien le quito la virginidad y con quien tenía una actividad sexual más alta de lo normal, yo tuve dos mujeres en mi vida nada fuera de lo normal.
Los besos continuaron, mis manos la desnudaban entre cada beso, desabotonando la blusa dejándola caer, bajándole la falda lentamente mientras besaba su cuerpo subiendo y bajando. Ella hacia su trabajo sacando mi camisa y desabrochando mi pantalón, iba a ayudarla a bajarlo pero me detuvo y ella fue la que se arrodillo y me bajo el pantalón y los bóxers, mi erección era como pocas y creía q ya no podía elevarme más teniendo enfrente a la mujer más linda de toda mi vida. Tomó mi pene entre sus manos acariciándolo al principio, besándolo despacio mientras buscaba mis ojos con su mirada sin darme chance a decir nada. Lo metió en su boca para hacerme el sexo oral más grande que hasta el día de hoy nadie supera, lo metía dentro de su boca haciendo presión con sus labios y de igual manera lo retiraba, se sentía como la vagina de una virgen, yo no me contenía pero de rato en rato cogía su cabeza y la dejaba inmóvil para empezar a mover mis caderas y simular una penetración con su boca, pero me hacia parar y la dejaba hacer su trabajo. Se quitó la ropa interior que llevaba puesta mientras me daba el oral quedando completamente desnuda arrodillada en la alfombra de ese hotel.
Se puso de pie para besarme y jalarme de la mano a la cama, entre besos y abrazos termino con su espalda sobre la cama y yo encima de ella, abrió sus piernas abrazándome con ellas, puso su boca en mi odio y me dijo "hazme tuya".
No habíamos cruzado palabra alguna desde que entramos a la habitación pero con una sola frase hizo mi mundo estremecer, cogí con mi mano mi pene y poniéndolo en la entrada poco a poco empecé a metérselo.
Fue fácil, para mi sorpresa estaba bien húmeda, solo con darme el oral, los besos y caricias su vagina se había convertido en una laguna de placer. Empecé con movimientos suaves y pequeños, pero sus gemidos formaban las palabras "mas fuerte", "mas duro por favor", mi cuerpo instintivamente empezó a generar mas movimiento dándole lo que pedía.
Sus suplicas cambiaron, "así así" "así dame así", se encontraba recibiendo placer igual que yo de estar dentro de ella. Me arrodille en la cama y ella apretando con las manos las sabanas recibía mis embestidas. Sus gemidos guiaban mi ritmo y poco a poco pedía más y más.
Las embestidas cada vez se volvían mas duras y fuertes, golpes secos que la hacían gemir cada vez mas, su vagina húmeda y caliente presionaba mi pene cada vez mas anunciando que su orgasmo estaba cerca. No sospeche mal ya que en un espasmo se empezó a retorcer con un gemido seco aferrándose a las sabanas mas aun, tal imagen acabó conmigo y mi orgasmo se soltó dentro de ella, caí rendido a su costado, besándola y acariciándola.
Después de varias charlas y risas empezó de nuevo el toqueteo. En pocos minutos ya había aprendido cómo ponerme erecto otra vez y listo para la acción. Esta vez yo me puse encima de ella besando su boca, su cuello, sus senos y tomándome mi tiempo en cada caricia. Con cada succión y leve mordisco me respondía con gemidos. Bajé mas, ya no podía parar, mis besos llegaron a su vagina la cual empezaba a humedecerse. Mi lengua se poso sobre la parte superior y un dedo empezó a hundirse en su interior, q calor se sentía, mi lengua rebusco su clítoris entre sus labios moviéndola de un lado a otro y excitándola mas, a los segundos ya me encontraba lamiendo delicadamente su punto de placer, haciendo círculos pequeños mientras marcaba el compas con dos dedos míos q la penetraban, lo hacía bien pues sus gritos y gemidos eran mas constantes "si por favor sigue" "no pares" "mmmm que rico bebe".
Después de un rato de este placentero arte ella cogió mi cabeza y me separo diciendo "métemela por favor, no aguanto mas" moviéndose para quedar dándome la espalda en esa posición de perrito clásica. Con todos los sonidos que había en mi mente y su sabor aun presente en mi boca mi pene había crecido al máximo y yo también deseaba metérsela, sentí toda su humedad de nuevo en mi pene, su calor, "mas fuerte" "cógeme como perrita" cada palabra le daba mas fuerza a mis embestidas, "ya no doy mas papi me corro, sigue así" yo tampoco podía mas y su vagina volvió a hacer esas contracciones a las cuales aun soy adicto. Esa presión hacía mis embestidas mas difíciles, era como sentir que la desvirgaba de nuevo…y después de unas cuantas embestidas mas sus contracciones volvieron, se recostó en la cama mientras la penetraba para poder recibir su orgasmo lo cual hizo que yo también estallara dentro de ella volviéndola a llenar y acto seguido caímos rendidos en la cama.
Las alarmas de los celulares nos despertaron, eran las 7am, no habíamos llegado a casa y no queríamos salir del hotel, a fuerzas y reniegos, entre besos y abrazos nos dimos un duchazo juntos donde tuvimos nuestro tercer orgasmo haciendo el amor mientras el agua nos caía.
Salimos y ya eran como las 8am. Besándonos y agarrados de la mano caminamos a nuestras casas. La despedida en su puerta duro una media hora con nuestros besos. Al llegar a casa caí rendido en mi cama y dormí hasta tarde, no fui a la universidad ese día, pero conseguí a la mejor novia que podía tener.