De un tiempo con mis tíos
Andanzas de una joven muy caliente...
DE UN TIEMPO CON MIS TIOS
Mi tía era un mujer realmente encantadora y simpática. Una belleza de persona. Y además una mujer increíblemente bella. Tenía unas formas muy lindas para su edad. Era un ser muy sensual. Aunque parecía que no lo hacía conscientemente siempre estaba seduciendo. Se que era su forma de ser. Después de un tiempo yo empecé a verla así, seductora y caliente.
Mi tío era fuerte de brazos, peludos, es lo que siempre noté de cuando era pequeña, eso siempre me impresionó. Tenía los ojos color café, muy intensos, de mirada tierna pero caliente. Eso lo descubrí también con el paso del tiempo y con mi propia madurez. Era un tipo atractivo, un maduro apetecible. Su voz era suave, tranquila, nunca lo vi enojado, aunque seguramente alguna vez lo habrá estado.
Recuerdo aquellos días en que no sé porque causa o razón tuve que ir a pasar un tiempo con ellos. Ahora que ha pasado ya tanto tiempo hago esfuerzos por recordar pero algunas cosas se me alejan cada vez más.
Fue un tiempo en que me la pase bien Hasta que la empecé a pasar mucho mejor. Y tal vez fue, sin querer, o tal vez no, pero fue despacio, con tics, con cositas que pasaban y que en un principio no noté, pero que al pasar el tiempo, me fui dando cuenta de las intenciones de mis tíos.
Encuentros "sin querer" en los pasillos de la casa, de mi tía en calzones, mejor digamos en tanguitas del infarto y a veces a mi tío en bóxer livianos y que notaban un pedazo de carne allí abajo que le hubiera hecho agua a la boca a cualquiera que le corriera sangre por las venas.
Por eso digo que hasta la noche en que volvimos de un pub muy lindo y coqueto que estaba a orillas del mar, no descifré del todo sus intenciones.
El pueblo donde vivían mis tíos era un lugar de ensueño. Pocas casas sobre todo en aquellas épocas era como si recién se estaba poblando. Era un lugar de veraneo. Pero ellos se instalaron y vivieron allí por siempre.
Los días pasaban tranquilos, distendidos. Tenía tareas asignadas, como hacer los mandados, tender las camas, y cosas así, nada del otro mundo. Alguna vez encontré cremas y dildos de tamaño regular, muchas veces me masturbe usando alguno de estos adminículos. Por supuesto que eran señuelos que me colocaban ellos y yo no me daba cuenta.
Teníamos por costumbre, ir por las noches, aunque sea un rato, al pub, que estaba a orillas del mar. Un lugar encantador. Un lugar de ensueño. Allí se juntaban algunas personas, no muchas, sobre todo en época invernal. Aunque en aquel invierno se habían visto algunos turistas que vagaban por las calles y los bares.
Bebimos bastante, aquella noche, veníamos cantando canciones en medio de la oscuridad. Serían las once de la noche. Abrigados y abrazados , yo en medio de mis dos tíos. Me pareció en un momento que mi tío recorrió mis nalgas a placer y yo con el frío y la emoción me percate un rato después, creo que eso le dio ánimos para pellizcarme, y yo quedé en blanco un momento, pensando para mi "me habrá parecido". Habíamos bebido pero nunca para estar perdidos, solo estábamos alegres.
Mi tía también en un momento rozo mis pechitos firmes y yo lo tome como que fue un descuido, y claro que no lo fue.
Además debo decir que mis hormonas fluían a una velocidad increíble y mi calentura estaba en un nivel de celibato de casi unos cuantos meses, es decir que desde que había llegado allí, no había tenido contacto sexual con otro ser humano. Y debo decir que mi calentura se notaría en verdad mucho.
Entramos a la casa y mi tío tomo de la cintura a mi tía Mora y le partió la boca de un beso, yo me quedé mirando, mi tía muy putona se lanzó firmemente y agarró la poronga de mi tío y la acarició por sobre el pantalón, yo era testigo privilegiado de aquel arrebato de sexualidad de mi tío Fabio.
Cuando me di cuenta me moví o quise hacerlo para alejarme y mi tía Mora me tomo del brazo no permitiendo que me fuera
__¿Donde vas preciosa?__ preguntó con los ojos negros totalmente brillantes y que lanzaban chispas.
__¡Ven aquí que te vas a perder la fiesta!__ comentó y me acercó a ella, yo la mire y la vi mucho mas hermosa que de costumbre, tenía esa mirada caliente que luego vería tantas veces.
Me besó metiendo su lengua a fondo. Me revolví muy caliente. Me gusto tanto que no correría la boca por nada del mundo. Mi lengua enseguida se cruzó con la de ella, salvaje.
Mi tío enseguida volvió a tocar mi cola, la acariciaba y de vez en cuando mordía mi oreja, la que estaba a su alcance. Aflojo mi pantalón, despacio, sin dejar de acariciar y pellizcar mis nalgas soberbias. La prenda rápidamente cayó al piso y quede con la cola al aire porque mi calzón era diminuto, un hilito , metido en mi zanja.
__¡Oh tiene el culo como lo imaginé tantas veces, es un amor, una roca, tan durito, hermoso!!__ casi gimió mi tío Fabio. Yo gemí ya de calentura mientras Mora me besaba el cuello y lo olfateaba de manera descarada, ardiente.
Quitó mi suéter azul. Y rápidamente dejo mis tetas al aire. Estaba frío aquel pasillo, así que enseguida nos metimos en la habitación de ellos, lugar que desde entonces no dejaría casi nunca, salvo cuando alguna vez vinieron mis padres de visita.
Nos tiramos en la cama, yo en medio y mis tíos rodeándome, casi como en adoración, mi tía Mora prontamente se comió mis tetas, las besaba, las lamía, les rendía pleitesía, gimiendo, gruñendo de gusto y placer. En tanto el tío Fabio me comía la conchita que largaba jugos sin descanso. Mis orgasmos llegaron de manera brutal, urgente, mis gemidos eran bramidos de animal, casi bestia en celo.
Los tres cuerpos desnudos eran una bacanal de semidioses orgiásticos y perdidos en un lugar lejano del planeta.
Mi tía me puso su vagina depilada prolijamente, fresca y chorreante en la boca y solo estiré mi lengua y empecé a lamer, para luego chupar de forma sabrosa aquella fruta riquísima y húmeda. Los gritos de Mora y sus orgasmos sacudieron la cama y la habitación en llamas.
Fabio detrás de mí perdió un dedo en mi anillo trasero, moví el ojete intentando sacarlo, pero solo fue un instante luego me clavó dos dedos y solo movía las caderas para enterrarlo mucho más.
Mi lengua se metía escarbando la conchita de Mora que me acariciaba los cabellos y las mejillas, gimiendo todos al unísono. Yo misma clave un par de dedos en la vagina de Mora que se sacudía y gritaba, teniendo un orgasmo tras otro. Desmadejándose en la cama, dándolo todo. Le gustaba el sexo, como lo fui descubriendo día a día y a mi también.
Lentamente Fabio acercó la poronga a mis manos, yo la tomé, la acaricié, me gustó, tiernamente la llevé a mi boca. Mora se acopló a mi y juntas lo metíamos en una boca, luego en la otra, de tanto en tanto yo acariciaba las tetas hermosas de tía y ella lamía cuidadosamente a veces las bolas de Fabio que gruñía de manera feroz, como un humano primitivo, si es que gruñían así.
Su estaca pasaba de mano en mano, de boca en boca y el vibraba, se sacudía gozando de nuestras mamadas plenamente. Yo pensé que se acabaría en un momento o en otro, pero tenía aguante, a pesar de la emoción del encuentro primero conmigo, sobretodo, que era carne fresca para un hombre maduro ya.
Sin pensárselo mucho llevó su vigoroso hierro y me abrió las piernas de frente a mi, en misionero, me fue poseyendo, tierno, suave, increíble, yo volaba de la calentura mientras Mora pellizcaba mis erectos pezones y luego los mordía y después los lamía y volvía a repetir la operación y los volvía a chupar de forma maravillosa, como solo sabe hacerlo una mujer hermosa como ella.
__¡Resultaste toda una putita…no me equivoqué contigo..¿No Fabio?
__¡Claro que no cariño, tu no te equivocas nunca, ahhh, la pendeja es fantástica… eres muy hermosa sobrinita, ahh, ohhh!!
__¡Cógeme tío, anda, si me gusta, ahhh, sigue!!__ decía yo en el paroxismo total y ya habiendo perdido toda la cuenta de las veces que gocé en esos , diría, no mas de cuarenta minutos que llevábamos de sexo compartido.
Fabio me serruchaba plenamente, iba y venía se detenía y metía su lengua en mi boca, jugábamos con ella y luego seguía su posesión.
Cuando el se corría de mi boca, Mora sentada de cuclillas me acercaba su almeja chorreando jugos y la empujaba contra mi boca y yo la chupaba de manera ansiosa y frugal.
__¡Eso es preciosa, mmmhhh ohhh cariño que lengua tienes, pulposa y gorda, ahhh, ay, ay y toda metida dentro de mi ohhh siii siii!!!__ explotaba en orgasmos estrepitosos y de alto impacto. Se contorsionaba sobre mi cara hasta casi ahogarme, aullaba como loba.
Fabio se prendía de mis tetas y las mordía, las succionaba, las besaba con ardor y de cuando en cuando mordía mi cuello, traspasándome sin cesar con su ariete.
Yo levantaba las piernas y las ceñía a su cintura, para apretarme un poco más a él, para adaptarme más a su serrucho increíble y duro. Me bombeaba a discreción, cambiando de velocidad según mis gemidos y movimientos cuando podía realizarlos ya que tenía en mi boca la conchita y el ojete que me daba tía Mora sin restricciones.
Así como estaba, tío Fabio, levantó mis piernas sobre sus anchos hombros y lentamente fue calzando su gran verga en mi ojete dilatado y servicial, predispuesto ante cualquier eventualidad, siempre me gustó que me la metieran por el culo. Gocé cuando por fin entró, vibré y me sacudí, abriendo mi gran cola para el macho que me poseía, salvaje, empujando, sodomizando, dándome placer sin guardarse nada, sin esperar nada.
Tía Mora se corrió y observó un instante mientras se masajeaba la abierta hendidura suya, gozando, dando espasmos vitales y lujuriosos.
Fue corriéndose despacio y pude ver con un poco de claridad, solo un poco, como abría las nalgas de tío Fabio y hundía su cara en el ojete de aquel macho que gimió de forma descomunal, como poniendo un acento, de cuanto le gustaba, fue la frutilla del postre para aquella noche de iniciación en nuestra relación que duró por años. Tío gruñó de forma gutural, como poseído y largo chorros de su leche invadieron mi trasero explotado, conmocionado, cogido, ensanchado y feliz.
La leche chorreó por unos cuantos minutos mientras mi tía Mora volvía a comer mi boca y a hundir sus dedos en mi conchita y el tío Fabio buscaba un poco de respiro, para volver a iniciar.-