De turismo por el norte II
La segunda parte de mi ultimo relato, espero que os guste y tambien poder enlazar una temporadita contando mas de seguido
Cuando Sebastián y Kali se marcharon mi hermana se metió también en la ducha, Javier y yo nos quedamos a solas sentados en la mesa, el chico no hacía nada más que mirarme, supongo, que debido a la cantidad de leche que había soltado en mmi mano hacia pocos minutos no era capaz de que se le pusiera dura, apenas habían pasado 15 minutos desde que mi hermana se metió en la ducha cuando salió totalmente desnuda diciendo que se iba a descansar que esa n noche pasaba de salir – algo entendible por otra parte-, yo sin embargo me negaba a quedarme sin mi ración de polla de la noche por lo que cogí a Javier y plantándole y beso en todos los morros le dije: tú y yo ahora nos vamos a la ducha y después de fiesta toda la noche.
A fuerza de besos magreos y por último de arrodillarme a chuparle la polla conseguí que a Javier se le pusiera dura sin embargo poco después volvía correrse dentro de mi boca, resignada terminamos de ducharnos y me fui a vestir, para la ocasión decidí ponerme un vestido bastante corto, medias de rejilla pues por la noche aún refrescaba y un liguero de encaje negro que hacía juego con mi sujetador y mi tanguita, cuando me terminé de maquillar avisé a mi hermana por si había cambiado de opinión, pero medio dormida me dijo que prefería ir al día siguiente a tomar algo con nuestros amigos morenos, así pues la deje en paz.
Javier y yo nos dirigimos al garito de la noche anterior, al principio estábamos los dos solos a caballo entre la pista y el reservado, pero poco a poco el garito se fue llenando y con él fueron llegando varios amigos de Javier, lo que hizo en muy poco rato estuviera rodeada de jóvenes bailando a mi alrededor que aprovechaban cualquier situación para rozarme y sobarme, entre el corro de los amigos de Javier pude ver como este hablaba con uno de ellos al oído, acto seguido este chico se abrió paso hasta donde yo estaba y con descaro comenzó a bailar muy pegado a mí, yo le seguí el juego y comencé a pegarme más a él mientras bailábamos, el corro medianamente nos protegía de los curiosos por suerte porque mi nuevo amigo envalentonado por que le seguía el juego con el baile decidió ir un poco más lejos agarrándome con sus manos del culo y apretándome fuerte contra su paquete, yo me hice la sorprendida como si estuviera asustada y paralizada lo que él aprovecho para subirme el vestido por la parte de atrás dejando a la vista mis nalgas y todo el conjunto de lencería que llevaba puesto, me lance a comerle la boca mientras él se apresuraba a sobarme el culo, esto fue el pistoletazo de salido para los demás amigos de Javier que ahora estaban lanzados a tocarme y sacarme todo lo que se les atojaba, me ponían a cien pero no podía dejar que hicieran lo que quisieran conmigo.
En el poco tiempo que duró la situación de baile con sobo prácticamente todo lo que le pueda gustar a hombre de mí estuvo expuesto y magreado por prácticamente todos los amigos de Javier, sabía que si seguía así me terminarían follando allí mismo y no estaba yo para resistirme a esas alturas, más bien deseaba que lo hicieran, me acerque a Javier y comiéndoles los labios le pregunté que si no conocían algún sitio más discreto para seguir con la fiesta - estaba la casa que teníamos alquilada pero no me apetecía que alguno se pasara de la raya con mi hermana y que algún vecino escuchara ruido de más y tuviéramos el domingo problemas con nuestros maridos- pensadlo le avisé yo salgo fuera y voy caminado a casa para que no nos vean de salir juntos si llego allí se acabó la fiesta.
Apenas había doblado la esquina cuando escuche el barullo de los chicos al salir del garito, decidí esperarlos en un parque que había al lado de donde me encontraba hasta que vinieron a buscarme, una vez allí, José, chico que se acercó y me apretó contra su vientre acariciándome la cara a la vez que intentaba robarme un beso insinuó que podíamos quedarnos en el parque, ni lo sueñes le dije, si no conocéis ningún sitio al que llevarme esto será lo más cerca que estarás esta noche de mi coño, mientras lo decía le cogía la mano y llevándola hasta de bajo del vestido me la pasaba por toda mi braguita, fue entonces cuando empezaron a hablar de ir a la mansión, no sabía a lo que se referían pero les dije que a que esperaban.
Cuatro de los chicos marcharon a buscar los coches y otros cinco entre los que se encontraban Javier y José se quedaron haciéndome compañía apenas nos vimos solos los seis comenzaron el ataque, ataque que con un vamos caminando hacia las afueras frené en seco, aunque mis nuevos amigos no cesaran en el intento.
Cuando llegamos a lo que ellos llamaban la mansión quedé un poco contrariada y también asustada, pues se trataba de un gran caserón abandonado a varios kilómetros del pueblo y no dejaba de estar a solas con nueve jóvenes que además de alegres por el alcohol estaban bastante salidos. Una vez dentro nos dirigimos a una de las habitaciones que había más alejada de la entrada, para llegar a ella tenías que recorrer un pasillo bastante largo con varias habitaciones a los lados, estos no era la primera vez que iban allí pues tenían varios sillones bastantes limpios y hasta un aparato de música que iba a pilas, pusieron música y comenzaron a ponerse cubatas pues al ir a por los coches pasaron a por alcohol en una gasolinera. Como si estuviéramos aún en la discoteca me rodearon bailando aprovechando cualquier excusa para sobarme yo la verdad es que no tenía ya los pies para bailecitos así que sentándome en uno de los sillones entre Javier y José le propuse quitar la música y jugar a algo, las barrabasadas que se escucharon fueron impresionantes, desde jugar a los médicos hasta el strip poker lo que os podáis imaginar, sin embargo fue José el que propuso que les hiciera un striptease, vale contesté yo, pero después te tocará a ti hacerlo ¿de acuerdo?, de acuerdo dijo.
Busqué un tema sugerente y por suerte en Kiss FM encontré el tema de nueve semanas y media, este está bien pensé, y comencé a quitarme la ropa muy despacio al ritmo de la música, despacito, contoneándome y de forma muy sugerente me fui quitando el vestido, el sujetador, los zapatos e hice varios amagos de quitarme el tanga, pero cuando más emocionados estaban, dije hasta aquí y me volví a poner los zapatos y el vestido, el sujetador haciéndome la tonta me lo dejé sin poner y entre los gritos de mis admiradores le dije a José que era su turno, sin mediar palabra se levantó, no busco ninguna canción y sin más comenzó a bailar quitándose la ropa, primero las botas, después la camiseta y por último los pantalones, cuando solo llevaba los bóxer puestos se acercó a mí y comenzó a bailarme en la cara, sin llegar a tocarme pero pasando su ya dura polla por delante de mis ojos, aún no se la había visto pero se adivinaba algo grande y duro, embelesada como estaba en aquel trozo de carne no me di cuenta de que José había cogido un trozo de tela grande y echándolo por encima de mi cabeza lo puso como ocultando lo que pasaba debajo de ella mientras él se acercaba hasta casi pegar su bóxer contra mi cara, hasta ahí había aguantado, como pude saque su polla y me la metí en la boca.
Cuando José dejo de caer la tela todos en la habitación vieron lo que estaba pasando debajo de ella, todos se acercaron acariciando mi cuerpo tres minutos después solo tenía puestas la medias y el liguero, lenguas, manos y pollas recorrían cada centímetro de mi cuerpo, a esa altura la que no había pasado por mi boca había pasado por una de mis manos o se había rozado por unos de mis pezones, fue José el primero en inaugurar mi coño , sentándose a mi lado me hizo de levantarme y clavarme yo solita en su polla hasta tenerla toda dentro, los demás seguían rodeándome reclamando su atención, imaginaba que de seguir así no tardarían en darse cuenta de que también podían entrar por detrás, no es que no me gustara que lo hicieran pero eran muchos, aun así hicieran lo que hicieran estaba dispuesta a disfrutarlo.
Como quisieron me fueron colocando y clavando a su antojo, después de todo lo que había pasado aquella tarde lo único que me pedía el cuerpo era disfrutar de lo que aquellos jóvenes me ofrecían, ahora José había dejado el hueco para que otro de sus amigos me clavara por el coño mientras que los demás seguían sobando y disfrutando de mi cuerpo, sus pollas entraban en mi boca de dos en dos y yo las mamaba con todo el cariño que me era posible, cuando todos habían pasado por mi chocho un par de veces me hicieron sentarme sobre uno de ellos que se había tumbado en el suelo volviéndome a clavar su polla hasta las entrañas, cuando la tenía toda dentro, me acerco a su boca comiéndome la mía mientras que otro de sus amigos poco a poco me la iba enchufando por el culo, así permanecimos un rato largo hasta que uno a uno se fueron corriendo donde les apetecía.
Tras un rato en el que nos fumábamos un cigarro todos los amigos de Javier y José se fueron marchando dejándonos solos a los tres en aquella “mansión” volvimos a follar y me llevaron a casa.
A pesar de que mi hermana desde que se levantó no había parado de dar por el culo conseguí estar en la cama hasta pasadas las doce, nos fuimos a tomar unas cañitas para hacer tiempo hasta la hora de comer y después de hacerlo decimos escribir a Sebastián para que nos diera la localización del garito y así lo hicimos, no eran las seis de la tarde aun cuando estábamos entrando por la puerta de aquel pub.
Tras pedir unas copas en la barra me dirigí al reservado donde me dieron el homenaje la primera vez que estuve allí, en esta ocasión con Kali y Sebastián había otro chico además de Mamadou el sobrino de Sebastián, nada más llegar adelantándome a la jugada de mi hermana me senté sobre Kali y empecé a comerle la boca, los demás no tardaron en unirse a la fiesta incluido el chico que se encontraba con ellos, como locos se aferraban a mis pechos intentando desnudarme y haciéndome caer de rodillas en el suelo, allí entre pollas pude ver como Mamadou se llevaba a mie hermana hacia la zona donde se encontraba el billar, pero eso, mejor que lo cuente ella.
Apenas habían pasado unos minutos con las pollas de mis tres amigos entre mis manos cuando estas se encontraban totalmente duras, me hicieron de levantarme y desnudarme por completo y apoyándome en el respaldo de sillón le ofrecieron mi culo al nuevo amigo, ofrecimiento que acepto con tan poco reparo como cuidado al ensartarme, el primer grito fue de dolor, un dolor intenso cuyo grito enseguida ahogó Sebastián poniendo su polla en mi boca.
Las embestidas que me daba aquel hijo de puta impulsaban mi cuerpo adelante tan fuerte que la polla de Sebastián chocaba contra campanilla provocándome arcadas que me hacían salivar de forma abundante llenado de saliva la polla de mi amante. Cuando Rodolfo salió de mi culo Kali ocupó su puesto mientras él pasaba adelante para compartir mi boca con Sebastián.
Las embestidas de Kali eran bastante menos agresivas, pero aun así eras mucho más salvajes que de costumbre, aunque empezaba a notar el placer de su polla, otra cosa eran las pollas en mi boca, entre los dos me apretaban la cabeza contra ellas haciéndome hasta daño en la garganta, sin embargo, sentirme sometida por aquellos tres cabrones me empezaba a gustar.
Cuando Kali Salió de mi culo fue Sebastián quien sentándose en el sillón reclamo su atención, me hizo sentar sobre su estaca clavándola yo misma esta vez por delante, me senté de espaldas a él por lo que quedé de frente a Rodolfo y Kali que siguieron alimentándome con sus falos, [e1] después de nuevo Rodolfo me empujó contra Sebastián para para compartir la ubicación con su amigo.
Según iba entrando aquella polla en vagina notaba como si esta se fuera abriendo en dos a su paso, el dolor que sentía era indescriptible y la polla de Kali clavada hasta la garganta impedía que lo manifestara, mientras aquellos tres cabrones disfrutaban de mí a su antojo, yo rota de dolor aguantaba lo que hacían, cambiaban de agujero cuando querían hasta que casi al unísono se corrieron dentro de mí, y por sorpresa para mi notar aquellos dos pollones descargando su espesa y caliente lefa en el interior de mí chocho me provocó el mayor de los orgasmos que nunca había tenido, para terminar saboreando la lechecita de Rodolfo que sin sacarla de mi boca la descargó enterita.
Después de un rato los tres tirados en el sillón me llevaron a la barra donde estuvimos tomando una copa desnudos y después me llevaron al baño, donde pude confirmar que Mamadou había llevado a mi hermana al billar.
Hola, soy Encarna la hermana de Bolita, creo que ella ya ha descrito como soy en alguno de sus relatos así que comenzaré con Mamadou llevándome hacia el billar donde se encontraban algunos chicos casi todos de color y un par de ellos latinos.
Nada más llegar donde ellos les dijo: chicos esta es Encarna y quiere jugar con las bolas, me dieron un taco y me dejaron de tirar un par de veces supongo que para observar lo que después se iban a comer, intrigada por lo que harían la segunda vez tiré de forma que la bola blanca quedara hacia el costado del billar donde estaban la mayoría de ellos de esta forma al inclinarme para tirar les daría un primer plano de mi culo pues aunque mi falda no era muy corta si era lo bastante ceñida, apenas había golpeado la bola con el taco cuando noté dos grades manos golpeando mi trasero, se quedaron ahí, masajeando mientras yo me incorporaba, no me dejaron girarme, pero poco a poco fueron levantándome la falda hasta que esta quedó por encima de mi cintura después destrozaron mis braguitas pues para quitármelas tenían que desabrochar el liguero me giraron y comenzaron a comerme la boca.
Antes de que pudiera reaccionar me encontraba tumbada en el billar con un montón de pollas rodeándome, no sabía quiénes eran tan solo conocía a Mamadou y tampoco desde hacía mucho, pero algo dentro de mí me obligaba a disfrutar de aquello y tal como estaba dejaría que hicieran conmigo lo que les diera la gana. Las primeras pollas se acercaban a mi boca que las recibía con la lengua con la fuera, durante más de un cuarto de hora permanecí tumbada tan solo con el liguero y las medias puestas siendo sobada por un montón de manos y pollas que recorrían todo mi cuerpo, trataba de disfrutar de las pollas que se acercaban a mi boca con mi legua y en ocasiones conseguía meterme alguna dentro de la boca, el cumulo de sensaciones que sentía rodeada de tanto tío fue tan que un fuerte orgasmo sacudió mi cuerpo antes incluso de que llegaran a penetrarme.
La polla de Mamadou me sacó de mi aturdimiento mientras pugnaba por entrar hasta en fondo de mi coño, tan solo dos empujones le hicieron falta para endiñármela entera, sus movimientos eran rápidos y duros pero saliendo hasta la puntita para clavármela de nuevo hasta el fondo, permaneció un rato fallándome hasta que uno de sus amigos ocupo su hueco, los demás seguían restregándome sus pollas por todo el cuerpo, cuerpo que notaba ya pegajoso debido a mi saliva y supongo que el líquido pre seminal de los chicos. Poco después un chico gordito se tumbó a mi lado en el billar e hizo que yo misma me ensartara en su estaca, me costó levantarme pues a esas alturas me había corrido ya al menos tres veces, como pude me senté sobre su vientre con el miembro clavado dentro de mi chocho y comencé un lento movimiento hacia arriba y hacia abajo no tardaron en pararme para meter otra polla en mi culo y una tercera en mi boca, con los tres moviéndose dentro de mi volví a correrme.
Este último orgasmo provocó en mi un atontamiento que nunca antes había sentido, solo recuerdo gozar de un placer nunca antes vivido y de un gran número de pollas que se turnaban para ocupar mis agujeros, disfrute esta nebulosa hasta que me colocaron de rodillas y se pusieron todos a mi alrededor, sabía lo que venía y nunca me ha gustado tragarme el semen de nadie ni siquiera el de mi marido las pocas veces que se la había mamado, el primero de los chicos respetó mi negativa y toda su descarga fue a parar a mis tetas, el segundo hizo lo propio descargando casi todo en el pecho y dejándose el último chorro para mi frente, el tercero tapó mi nariz para obligarme a abrir la boca, después me la metió dentro y agarrándome la cabeza descargó por completo dentro, la cantidad fue tal por mucho que intentaba tragarlo restos de la corrida se escapaban por la comisura de mis labios, apenas tuve tiempo de saborearla o dar arcadas pues todas las demás corridas fueron de seguido y todas en mi boca, pude saborear el jugo de aquellos nuevos amigos y estoy convencida de que no serán los últimos que saboree.
Cuando pude levantarme me dirigí al baño donde me encontré a mi hermana recibiendo el caldo de cuatro tíos entre los que se encontraba Sebastián y Kali, este último me agarro para ponerme de rodillas al lado de mi hermana y ante nuestra sorpresa comenzaron a orinarse encima nuestra, me sorprendió ver como bolita abría la boca recibiendo la meada, para cuando me lo pude explicar yo también disfrutaba en la mía aquellas meadas.
Durante toda la noche permanecimos desnudas en el local recibiendo los masajes y sobeteos de aquel que se le antojaba sobarnos incluso mi hermana Encarna recibió alguna enculada más cuya descarga trago con gusto. Pasadas las siete de la mañana volvimos a nuestro chalet de alquiler nos duchamos y esperamos a que volvieran nuestros maridos, no fue hasta pasados unos días de haber vuelto a Madrid cuando hablé de lo ocurrido con mi hermana, las dos sabíamos que esto se nos estaba yendo de las manos y que debíamos dejar de hacerlo, pero las dos sabíamos que nos gustaba demasiado hacerlo y no lo íbamos a dejar, aquella noche ambas hicimos cosas que nos habrían hecho vomitar solo de pensarlas y lo extraño es que lo disfrutamos como no os podéis imaginar, por eso las dos decidimos no volver a ver más a ninguno de nuestros amigos morenos, y aquella misma tarde los bloquee de mi teléfono y borre sus números