De todo menos inocentes y puros I.

• Dijiste que era tu primera vez conmigo...
• No te mentía...
• Eso es evidente, rubio. - La mano del moreno se deslizó por la desnuda espalda de su amante.
• ¿Entonces?
• ¿Con quién fue tu primera vez? - Y tres segundos después unos enormes y sorprendidos ojos azules le miraban fijamente.
• No puedes estar preguntando eso en serio...
• Y, sin embargo, lo estoy haciendo... ¿con quién dejaste de ser un jovenzuelo casto y puro? ¿Quién, demonios, penetró por primera vez ese estrecho culo que tan dura me la pone? - había cogido su rostro con ambas manos y lo había acercado al suyo para poder susurrarle tan incandescentes palabras. Sus dientes mordieron suavemente uno de los lóbulos de su oreja. El otro gimió quedamente.
• Si sigues así no te podré responder... - el oyó decir entre jadeos.
• Si tengo que renunciar a follarte ahora mismo ya puede ser por una buena y tórrida historia. Como empieces a aburrirme te voy a atar a la cama hasta que a mi me de por quedar saciado de ti...
• ¿Y si eso no sucediera nunca?
• Pues te tendría siempre como mi prisionero... - le vio sonreír pícaramente. No parecía desagradarle la idea de permanecer en su lecho para toda la eternidad. Y a decir verdad a Ikki tampoco.

En medio de Asgard. Menos mal que ya no conspiraban contra Atenea porque estar follando y planear el asesinato de una divinidad no eran actos demasiado compatibles. Hyoga jamás hubiera creído que un guerrero de Odín como Hagen que dijo odiarle estuviera arrancándole gemidos... Y no de dolor precisamente.

Y menos se hubiera imaginado que su primera vez no sería en la intimidad de dos personas. Sino que hubiera un tercero en discordia. Y todo porque la que siempre le pareció virginal y sosa Fler había querido cumplir una fantasía. Tirarse a su novio y que se tiraran a su novio. Y a ser posible que se lo tirara otro tipo del género masculino.

Hagen había resultado ser un guerrero de lo más complaciente. Lo que no se hubiera imaginado tampoco Hyoga es que le llamara a él para cumplir la perversión de su chica. Cuando le preguntó porqué el rubio asgardiano le respondido con una escueta frase; será un placer romperle el culo a quien más odio...

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El ruso se propuso sacarle aún más de sus casillas haciéndole disfrutar como jamás una mujer lo haría.

Lo único que le jodía es que su virginidad no se la fuera a llevar quien más le ponía. Pero bueno como esto último era más bien improbable que sucediera follar con todo un atractivo y sensual guerrero de Odín tampoco estaba nada mal. Lo de Fler era un añadido que tampoco es que le desagradara mucho. Mientras no le tocase demasiado, claro. Más que nada porque se le bajaría la polla automáticamente si se veía en la tesitura de tener que follarse a la muchacha. Porque si algo tenía claro en esta vida que los dioses habían dictaminado que viviera de una determinada forma es que género del sexo le gustaba y las tías no eran.

Pero en fin... quizá el control de la lava en ebullición pudiera asemejarse de algún modo a las alas ardientes del fénix...

• ¡¡¡Con Hagen!!! - Hyoga se echó a reír al escuchar el tono de su chico. - ¡¿de verdad pensaste que mis alas ardientes podrían compararse con cualquier cosa de ese mequetrefe?!
• Que quieres que te diga... la verdad es que me follo muy bien follado... pero...
• ¡¿Pero qué... - le espetó.
• Pero... no eras tu... - notó como los ojos del norteño se oscurecían. El mayor de los Kido se mordió el labio inferior sintiendo una punzada de dolor en el corazón. Nunca se había atrevido a preguntarle al otro desde cuando sentía algo por él sin embargo cada vez le era más evidente que esos sentimientos se hundían en el tiempo. Se inclinó sobre él y le besó suavemente los labios.
• Pero ahora sí soy yo... ahora estoy contigo. - Le retiró un mechón de pelo que le caía sobre la frente. - Sigue contándome... así que en tu primera vez te apuntaste a una orgía... Eres un pervertido...