De sobornos y aprobados
Una joven profesora de universidad a la que le encanta el femdom, utiliza a su alumno para satisfacer sus fantasias de dominación chantajeándole con suspenderlo si no le hace caso en todas sus peticiones.
Mi nombre no lo diré por guardar la privacidad, pero en su lugar Donna di Lacrima, o solo Donna puede ser usado. Este relato es una fantasía mía, la cual, junto a mi pareja, hemos llevado al papel para disfrute vuestro.
En este caso yo hago de una profesora de universidad aproximadamente de unos 34 años con muchas ganas de satisfacer sus mas bajos instintos.
Nunca había sido una profesora normal... siempre me había distinguido por ser bastante abierta con mis alumnos. Lo que estos no sabían es que yo tenia un serio problema con el sexo, sobre todo por mi gusto por la dominación. Era un fetiche, un gusto por ver a la persona ajena sucumbir a mis más bajas fantasias.
Adentre la mano entre mi ropa interior, poco a poco, era como un pequeño juego conmigo misma, una forma de confirmar lo que ya sabia. Estaba caliente, muy caliente y necesitaba una víctima con la que satisfacerme. Miré el horario de tutorias y sonreí. Pronto podría disfrutar en condiciones, estaba deseando tener ante mi a aquel joven, un alumno del que me había encaprichado nada más verlo y del cual sabía que dependía mucho de sus notas para poder seguir estudiando ... Por eso le había suspendido el examen deliberadamente y le había citado en mi despacho aquella tarde.
Todo había sido apañado obviamente para que nadie acudiera al despacho en aquellas horas, así que era más que consciente de que no nos molestarían. Sonreí de medio lado y acaricie la fusta que se encontraba escondida en uno de mis cajones. Desde luego pasaría una tarde que jamás olvidaría. Porque si por algo se caracterizaban mis victimas es en que todas acaban repitiendo encuentro y comportandose al final como el más fiel de los perros.
A las cinco sonó la puerta y no pude más que esbozar una macabra y a la vez lujuriosa sonrisa, "adelante", dije con voz autoritaria, devorando con la mirada al joven en el momento en el que entro en el despacho. Este pareció percatarse, pues durante unos segundos vi la indecisión en sus ojos. Eso me puso aun más cachonda. " siéntate. Ambos sabemos a que vienes, pero he de decir que su examen me dejo muy descepcionada" Dije todo aquello con una sonrisa de oreja a oreja... ahora mismo el era caperuzita y yo el lobo apunto de comerme lo. Un escalofrío me recorrió solo de imaginarme follando aquel culo tan perfecto.
El joven incapaz de mirarme a los ojos comenzó a preguntarme por los fallos que ha había tenido en el examen. En realidad podría aprobarle, pero me encanta ver su desesperación en el intento de hacerme entender que no podía quedarle mi asignatura. "La cuestión es que, aunque a mi me duela suspenderte, en realidad no has hecho un examen que se merezca el aprobado" argumenté moviendo la mano para quitarle importancia a mis palabras. Luego la coloqué encima de la suya y sonreí de medio lado mientras mi cuerpo temblaba a sabiendas de lo que estaba por llegar. "Verás, se me ocurre una forma de que apruebes." Lo que sea me respondió de inmediato sin saber donde se metía.
A veces sucedía, me encontraba casos en los que mi víctima pensaba que tenía el control. Que creía saber con total seguridad cual era el camino que yo quería coger y que solo veían en mi a una mujer amargada a la que le hacía falta un buen polvo. Y eso, eso me encantaba. Que mi víctima se pensara capacitado para cumplir con la labor. Rei levemente ante sus palabras " estoy muy sola... y a veces necesito un desahogo..." baje mi mano por su cuello y mire fijamente su entrepierna mientras me relamía... era más que obvio que su cuerpo había reaccionado a mis insinuaciones.
Rápido se mostró dispuesto a colaborar, con esa confianza que derrochan los jovenes en si mismo, esa extraña fuerza que les dice que son los reyes del mundo y que no hay nada que se les interponga en el camino. Como me gustaba quebrar sus pobres mentes.Colocó su mano en mi cuello para acercarme a él dispuesto a besarme. Yo interpuse un dedo entre ambos, no pensaba dejarle tener el control en ningún momento "no, no cielo. Aquí quien lleva la batuta soy yo" murmuro mientras que bajé la cremallera de su pantalón y acaricié el evidente bulto por encima de la tela.
"Tengo ganas de comerme una buena polla" dije lasciva mientras bajaba su ropa para dejar su miembro expuesto "o si... voy a hacerte disfrutar y luego me tocará jugar a mi" de su boca por supuesto solo salían leves gemidos, palabras mal sonantes en un intento de hacerme entender que el tenía todo lo que yo pudiera querer, sin darse cuenta que lo que a mi me ponia no era precisamente su delantera y que con su insistencia de seguir diciendome profesora solo estaba adelantando los hechos.
Comencé a masturbarle con lentitud. Disfrutando de cada gesto que se perfilaba en su rostro. Era evidente que estaba disfrutando. Sonreí, a ese ritmo ni siquiera me duraría una ronda "calma vaquero que esto solo acaba de comenzar..." susurré antes de llevarme el miembro a mi boca y comenzar a chuparlo como si fuera un helado. Todo eso sin despegar mis ojos de los ajenos masajeando sus huevos con suavidad, apretando su perineo y deleitandome cada vez que se curvaba para penetrar aun más mi boca.
Me encantaba el tacto de aquella polla... sentir el movimiento continuo de su cadera intentado entrar todo lo posible. Mi entrepierna chorreaba sin duda, me ponía, pero por un motivo muy distinto a lo que el joven podía imaginar, lo que me gustaba de esa situación era el saber que solo era el comienzo de una larga tarde, así que no dude en llevar una de mis manos a mi humedad para comenzar a tocarme. Dios cuanto me ponía aquella situación.
Aumente la velocidad de mis movimientos, quería llevarle al límite antes de parar y ordenarle que se desnudara para mi. Por eso chupé y lamí esa verga como si no hubiera mañana. Sintiendo claramente como mi propio cuerpo me pedía mas. El joven no tardó mucho en decir entre gemidos que estaba apunto de venirse... Así que pare antes de que lo hiciera. "No creerás que dejare que un simple alumno se venga en mi boca verdad?" Dije aquello mientras me levantaba y aquel chiquillo me seguía mirando sin entender muy bien el por que de mis actos. Le había dejado descolocado, pobrecito.
"Desnúdate" dije con voz autoritaria mientras sacaba un cinturón de castidad y la fusta del interior de mi cajón "si quieres aprobar harás exactamente lo que diga. Dime ¿alguna vez te han follado ese culo que tienes?" Ver como abría los ojos en su máxima expresión fue toda la respuesta que necesité.
Rei levemente mientras me acercaba a el y le ponía el cinturón de castidad para después azotar le con la fusta esas nalgas que tenia. " cuando acabe contigo créeme que no volverás a ver el sexo de la misma forma" me mordí los labios extasiada y volví a azotarle. Verle así, a cuatro completamente rojo de la humillación era algo que me tenía chorreando literalmente.
Me acerqué a el cuando me preguntó que pretendía hacer y le puse por delante los dildos que había cogido de nuevo de mi cajón. "Voy a hacerte disfrutar baby". Murmuré aquello con tanta delicadeza que al pobre le recorrió un escalofrío cuando me vio colocarme a sus espaldas.
Con cuidado separé sus nalgas y observe aquel agujero que no tardaría mucho en sufrir la invasión de mis diversos juguetes."Relájate, te puedo asegurar que lo vas a disfrutar" dije antes de acercarme y pasar la lengua por ahí. El, no pudo evitar que un gemido escapará de sus labios. Sonreí y escupí en aquel lugar para lubricarlo antes de comenzar a tantear el terreno con mi lengua. El se revolvía entre el placer y la vergüenza que sentia.
Cogí los dildos y los acerque lentamente al lugar. Dándole tiempo para que asumiera lo que iba a pasar a continuación. Primero una bola luego otra y así poco a poco fui introduciendolo mientras que con mi otra mano le masturbaba y el gimió pues por mucho que la situación le hiciera sentir indefenso en el momento en que toque su punto g su cuerpo no tardó en reaccionar al placer, poniéndole duro."parece que tu cuerpo adora lo que estoy haciendo contigo" murmuré mientras comenzaba a meter y sacar aquel juguetito. El joven, mientras tanto, dejaba escapar varios gemidos con ello. Por mucho que lo intentará disimular aquello le estaba gustando.
Quería follarme a aquel joven por todos los lugares posibles así que saqué el dildo de su interior y cogí el vibrador "tranquilo, esto es para que te vayas acostumbrado a lo que vendrá después" mi voz sonó acaramelada, suave sin duda, como si le estuviera arrullando. Comencé a penetrarle hasta que el vibrado llego a su máximo y entonces lo encendí. Basta decir que hasta a mi se me escapó un gemido cuando le vi temblar de aquella manera, teniendo incluso que hacer fuerza con los brazos para mantenerse en la posición en la que se encontraba.
Me pidió por favor que le hiciera terminar. No pude más que reírme. El juego acababa de comenzar. Y desde luego, aun quedaba mucho por delante antes de que él pudiera si quiera pensar en correrse.
Me aleje de él lentamente y me fui desnudado de camino a mi escritorio. Cuando llegué saqué el Strap y me lo coloqué. Me encantaba porque era de estos dobles en los que no sólo le penetraba a el. Si no también a mi misma. Gemí con fuerza cuando lo deslicé en mi interior. Me encantaba sentirme llena. Sobre todo cuando estaba tan sumamente caliente y mojada
Me acerque a el de nuevo. Esta vez poniéndome frente al él disfrutando de su tartamudeo cuando vio todo lo que le iba a meter. Le agarré del pelo y le obligué a abrir la boca "méjala bien. Por que te partire con ella tal y como tu la dejes", seguido de aquello inundé su boca una y otra vez sin reparo. Haciendo así que la parte que estaba dentro de mi me masturbara a mi también haciéndome soltar más de un grito de placer.
Esta situación me estaba volviendo loca más aún al ver como aquel joven temblaba sin parar debido al vibrador que tenía follando su culo. Sabía que aquello se le quedaría marcado en la memoria y por eso no pude más que acelerar el ritmo de las embestidas hasta casi atragantarle. Sólo cuando yo necesité más, salí de su boca y me dirigí de nuevo a su trasero "Relájate y disfruta cielo". El se limitó a pedirme que por favor parara me puse aun más caliente solo de oírlo. Aún más cuando al retirar el vibrador su cuerpo se estremeció y un grito escapó de su garganta.
No tarde mucho en penetrarle sin piedad gimiendo yo misma al sentir como el consolador se clavaba aun más en mi cuerpo. Deleitandome con las convulsiones que invadieron al joven, para luego azotarle y arañarle sin piedad. "Estoy quieta, ves?" Murmuré dejando que su cuerpo se acostumbrará al nuevo intruso. Era mejor así, pues entonces su propio cuerpo aceptaría el placer que estaba apunto de proporcionarle. Así que poco a poco comencé a moverme. Con suavidad, dejando que el Strap rozara su punto g para que él mismo se diera cuenta de todo el placer que aquello le aportaba.
"Sabes que te gusta... tu propio cuerpo lo dice a gritos " murmuré mientras tiraba de su pelo con cierta fuerza en una embestida algo más profunda que las anteriores. Eso hizo que el joven se rindiera a la evidencia y me suplicaba que le dejara terminar. Yo negué suavemente mientras que aumentaba el ritmo de las embestidas intensificando así mi propio placer. Primero acabaría yo y luego ya podría terminar el.
Basta decir que no era yo la única que disfrutaba. El también lo hizo incluso comenzó a adaptar sus caderas a mi ritmo. Yo le azote como buen perrito que era "¿Has visto lo bien que entra? Al final va a resultar que solo eres un pervertido al que le gusta que le follen sin piedad" a lo que gimió levemente y aumente a un más el ritmo de las embestidas, el joven ya perdido por el extasis me pedía que le diera más y más fuerte, comportandose como un autentico perro pervertido.
Yo no tardé mucho en sentir como mi cuerpo comenzaba a temblar. Estaba a punto de terminar, podía notarlo en cada centímetro de mi ...Dios como me gustaba hacer aquello. Pronto un gemido ronco escapó de mi garganta y mi cuerpo convulsiónó con fuerza mientras que yo hundía el Strap en su culo con fuerza. El gimió y me suplicó que siguiera.
Pero yo tenía otros planes. Cuando mi respiración se calmó, me quité el Strap dejando la parte que a el le correspondía dentro. Le quité la jaula que aprisionaba su miembro y me senté delante de él con las piernas abiertas "¿Ves lo mojada que estoy? Esto lo has hecho tu. Por eso seré buena y te daré un minuto para que te toques y termines... si lo consigues te aprobaré la asignatura".
Terminé aquellas palabras y el joven inmediatamente comenzó a tocarse. Se notaba que su cuerpo le pedía con fuerza llegar al orgasmo. Su mirada clavada en mi entrepierna. Sus labios entreabiertos y su culo aun partido con el strap. Sin duda la imagen era muy provocadora.
"Te quedan 40 segundos" le dije con la voz ronca y el soltó un gemido de desesperación mientras aceleraba aun más el ritmo. Pronto su cuerpo comenzó a tensar se e incluso sus ojos se pusieron en blanco ante el inminente orgasmo.Basta decir que su cuerpo tembló entero cuando su semen salio disparado y que no le quedaron fuerzas más que para dejarse caer al suelo. Yo aplaudí con lentitud y me acerqué a el para quitarle el Strap de su cuerpo. "Creo que podre subirle al cinco", murmuré aquello divertida mientras le veía en el suelo rojo por el esfuerzo, el placer y la vergüenza. "Ya puede irse" terminé de decir antes de terminar de vestirme y salir yo misma de mi despacho.
Espero hayan disfrutado el relato, y no olviden dejar en los comentarios vuestras impresiones, pensamientos y consejos, somos nuevos en esto y cualquier ayuda es bienvenida. Muchos besitos pervertidillos :P