De sexo, hombres, infidelidades en una semana loca

Esta es una segunda parte de "Mi manipuladora amiga Mercedes", pero ahora por mi voluntad accedí a sus afanes de ligarme con más tipos, y yo misma tomando la iniciativa con ellos...

Después de ver otra vez a Mercedes quedé con ella de ir a su casa el próximo sábado, y que ella contactaría con el negro para que fuera por mi, yo fui puntual a las 11 am con una minifalda cortita y una blusa de tirantes, no muy escotada pero sexy, lleve una tanga pensando que al negro le gustaría y me aplique Poison que me gustaba mucho en aquel entonces en el cuello y en el pecho. Mercedes estaba feliz de verme ahí, diciéndome que disfrutará de mi cuerpo mientras durase, y me dijo que su amigo el arquitecto quería conocerme porque ella ya le había hablado de mi, según ella le platico que era yo bonita, con un cuerpo lindo, con piernas largas y delgadas bien formadas y un trasero paradito, quede con ella que me lo iba a presentar el siguiente lunes que fuéramos a tomar un café, me dijo que el arquitecto no era guapo pero muy espléndido, que tenía buen coche y que me podía dar muchas cosas y llevarme a buenos lugares, que era casado cerca de los 50 años y que no era guapo, pero que podía sacarle provecho, tuve curiosidad por conocerlo, entonces llego el negro como a las 11:30 y sonrió al mirarme, lo pude ver mejor que la vez anterior, no era feo pero tampoco guapo, tenía facciones varoniles y una mirada pesada, de cuerpo robusto, me saludo con un beso y diciendo "hola Carinita, así que quieres más mamacita?", yo trate de ser más amable que la vez anterior y le sonreí coquetamente, en ese momento y con toda la calentura que tenía acumulada quería ser complaciente con él. Salimos de casa de Mercedes y subí a su auto, un valiant viejísimo, echo a andar el vehículo y salimos con rumbo desconocido para mi, en ese momento trate de pensar en que iba a platicar con este tipo que prácticamente no conocía nada, pero que había sido el primero en hacerme sexo anal. Él manejaba medio salvajemente, diciendo groserías y silbando trompetillas con el claxon a los otros conductores, salimos a una carretera y ya más relajadamente me empezó a hacer platica,

-Entonces mamacita, te gusto lo que te hice el otro día? - yo solo conteste con un "si" a secas, - no te dolió mucho? estabas bien apretadita – conteste con un simple "si me dolió mucho"- Tienes novio? – sólo conteste que si y se carcajeo – pobre pendejo! seguro ni se imagina que me ando cogiendo a su noviecita, bueno mientras llegamos acariciame la verga – tomo mi mano y la puso sobre su bulto entre las piernas, note que lo traía erecto y empecé a sobarlo, mi mano se lleno de placer con su bulto caliente, lo acaricie varias veces mirando hacia ese bultote, él tenía una sonrisa en los labios y volteo a mirarme, yo lo mire también tímidamente, entramos a un camino de terracería algo abandonado antes de llegar a un pueblo, se estaciono y se abalanzo sobre mi besándome primero en la boca de manera algo salvaje, luego rápidamente me beso en el cuello mientras que con sus manos subía mi blusa y buscaba mis senos, yo desabroche mi bra y quedaron al descubierto, los miro un momento y me dijo – estas bien rica mamacita – y se puso a morderlos y lamerlos, yo me sentía bien caliente y al mirar su lengua saliendo entre su boca humedeciendo mis pezones me sentí morir, gemí un poco de placer y excitación mientras sus manos se paseaban por mis muslos subiendo mi falda, llego con sus manos ásperas y fuertes a mi trasero y lo apretaba más que acariciarlo, yo estaba más que caliente y muy húmeda, se incorporo y me dijo

– tragate mi verga putita linda, te gusta o no? – empecé a desabrochar su pantalón rápidamente, abrí su bragueta y baje su trusa, que era de una marca corriente, quedo a mi vista su pene y en ese momento lo vi hermoso, completamente erecto, durísimo, y con unas gotitas transparentes porque ya empezaba a lubricar, no espere mucho y lo metí en mi boca, me sentía tan excitada que ya no me importaba nada lo que pensara de mi, que supongo no había que pensar demasiado, mientras lo tenía dentro de mi boca su mano se poso en mi trasero subiendo completamente mi falda y siguiendo el hilo de la tanga llego hasta mi ano, donde empezó a meter un dedo, yo me sentía desfallecer de placer, metió un dedo y luego otro, moviéndolos de manera más o menos tosca en mi interior, yo estaba gimiendo pero no sacaba su pene de mi boca, que lo lamía de manera más o menos rápida mientras lo sujetaba firmemente con mi mano, estaba salado porque hacia calor y había sudado en el camino pero no me importaba, sentía un calor intenso dentro de mi boca, lo mordí suavemente en el tronco, lo succionaba y con mi lengua podía sentir la cabeza hinchada mientras él empezaba a meter otro dedo y empezaba a lastimarme pero era una sensación riquísima, alzó por los cabellos y me colocó encima de él, frente a frente, tome su pene y lo dirigí a mi vagina, sentí como se abría paso entre mis labios, entrando lentamente entre mis piernas, cerré los ojos y sólo me dedique a disfrutar su pene enorme y caliente dentro de mí, él seguía ahora con las dos manos en mi trasero, llegando sus dedos a mi ano y acariciándolo, después de un momento me levanto y me dijo – siéntate en mi verga, me gusta más coger por el culo y quiero sentir tus nalguitas suaves – me cambie de posición para sentarme sobre él y tomo su pene y lo puso en mi ano, yo no lograba acomodarme bien pero me abrazo por la cintura y empezó a empujar, el placer que sentí era intenso, como entraba lentamente, muy lentamente y como me dilataba yo, por reflejo lo expulsaba por momentos pero trataba de controlarme y dejarme penetrar, yo estaba gimiendo y con los ojos cerrados sólo sentía sus caricias, su respiración agitada cerca de mi nuca y su pene alojándose en mi interior, no tardo en llegar el dolor y empece a gemir más fuerte, le dije

– espera...me duele...hazlo más lento – pero no me hizo caso, parece que le hubiera dicho que lo hiciera más fuerte, no dejó de sostenerme y empujar hacia mi interior, hasta que de plano no podía entrar más pero aún así sentí que más de la mitad estaba dentro de mi, yo estaba gozando y disfrutando cuando empezó a meter sus dedos en mi vagina, gemí más y más hasta que después de un rato sentí llegar al orgasmo, en medio de estremecimientos y un placer indescriptible me vine, mi respiración estaba muy agitada y su pene seguía en mi interior hasta cuando lo sentí suspender su movimiento y que empezó a gemir fuertemente fue que supe que estaba eyaculando dentro de mi, me sentí tan bien, todo mi cuerpo lo sentí aflojarse y me recoste sobre el asiento, los dos respirando rápidamente, hasta que lo sentí salir de mi, con la erección ya debilitada, nos quedamos ahí un buen rato dormitando, hasta que él reacciono, me dio un beso tronado en una nalga y nada más dijo – vamonos, tengo que seguir trabajando – terminamos de vestirnos y en el camino de regreso no hablamos nada, hasta que me dijo – aquí te dejo, yo me doblo en la esquina, si quieres nos vemos el próximo sábado a la misma hora mamacita – simplemente le dije que si. Baje del auto y camine a casa sintiendo algo de dolor pero me sentía espléndidamente bien, ya no quise pensar en mi novio, ni en mis papás, ni en lo que dijera el negro o Mercedes, me daban ganas de correr, disfrutaba como me miraban los diferentes hombres en la calle a quienes por momentos miraba coquetamente, guapos, feos, jóvenes, viejos, sentí que mi cuerpo era para dar y recibir placer, para ser deseado, acariciado, besado, para tener sexo fuerte y apasionado, e inmensamente placentero.

El domingo salí con mi novio pero no sentí ningún remordimiento, sólo fuimos al cine y como lo sentí algo desganado menos pensé en lo que había hecho el día anterior.

El siguiente lunes Mercedes me presentó al arquitecto Sepúlveda, no era precisamente lo que yo habría deseado, era un tipo de unos 1.75, moreno casi negro igual, gordo, con unos cachetes y papada infladas, de cabello medio quebrado, como de 45 años con 3 hijos, fuimos al café y desde el principio se veía interesado en mí, no me quitaba la mirada y no dejaba de halagarme, mis ojos, mi boca, mi sonrisa, por momentos me sentí abrumada por la empalagosa actitud de este tipo, aunque en cierto modo me hacia sentir bien, no iba muy arreglada simplemente con pantalón de mezclilla a la cadera apretado y una blusa de manga larga, me tomaba la mano me decía que se sentían muy suaves, me hizo prometerle que al siguiente día iríamos a comer, lo que más me gustó de él fue su stratus color vino. Al día siguiente lo deje plantado pero supongo que Mercedes le dió mi número de teléfono porque empezó a llamarme en la tarde, diciéndome que no fuera así, que le diera una oportunidad de conocerme mejor, que sentía una atracción especial por mi, que había quedado fascinado, etc., le dije que qué esperaba sí él era casado además de que me llevaba más de 20 años, salió con el rollo de que quería que fuéramos buenos amigos y bueno, accedí a salir en la noche a cenar, no me puedo quejar me llevo a un buen restaurante, igual fui de mezclilla con una chamarra, lo que me divirtió un poco es que la gente nos miraba, tal vez pensando que yo era su amante, igual que el día anterior se deshizo en elogios hacia mi. Al llevarme a la casa se estacionó y yo ya me disponía a despedirme y darle las gracias por la cena pero me sujeto del brazo y me pidió aunque fuera un beso, vi sus ojos suplicantes y con angustia y accedí a besarlo, fue breve pero me dió las gracias, yo me sentí bien pensando lo traía loco por mí.

Al día siguiente fuimos a comer a un buen lugar otra vez, y antes de dejarme de vuelta en el trabajo nos besamos más intensamente, lo deje acariciar mis rodillas pero nada más, prometí cenar con él jueves. Para entonces me decidí a provocarlo más, para ver que pasaba, me puse un vestido negro con la falda a medio muslo, la espalda descubierta y algo escotado, en el camino al restaurante puso su mano sobre mi rodilla causándome una sensación placentera, fuimos a un lugar de ambiente romántico, con un trío tocando y entonces saco un regalo para mí, unos aretes de oro preciosos diciéndome que no se había resistido a comprármelos pensando que se me iban a ver muy bien, no los rechace y me los puse en ese momento, durante el tiempo que estuvimos en el restaurante no dejamos de besarnos, al subir de regreso a su stratus me senté de forma algo desenfadada, habíamos tomado un poco y me recoste casi, mi falda se subió y dejaba ver mis piernas más allá de medio muslo, él las miraba cada que podía en medio del tráfico, al estacionarnos se inclino y empezó a acariciar y a besar mis piernas, yo lo deje mientras acariciaba su cabello, me decía – preciosa tus piernas me vuelven loco, mi amor te deseo tanto – yo me sentía muy halagada y era muy rico sentir sus besos y sus manos entre mis muslos, subió buscando mis senos y lo deje que los acariciase y que me besara, bajo los tirantes del vestido y descubrió mis senos, vi en su expresión de la cara que realmente disfrutaba besándomelos y lamiéndolos y yo también sentía delicioso, me beso después en el cuello y en la boca, mmmmh era tan rico todo eso, pero no lo deje hacer más, eran casi la 1 am y mis papás ya iban a estar preocupados, así que lo deje a medias quedando de vernos la siguiente tarde. Antes de dormir me dedique a estar lista para la siguiente cita, me depile las piernas, recorte mi vello pubico teniendo cuidado de dejarlo en forma de triángulo y cortito, también depile el vello de mis brazos y exfolie mi piel, quería verme muy bien para él.

Al levantarme me puse una minifalda azul muy cortita y una blusa muy pegada, llevaba encima una chamarra ligera y me puse perfume en casi todas partes, en mis piernas, mi pecho, y estuve en el trabajo esperando la hora en que fuera por mí, deseando tener una sesión intensa de sexo con este hombre, paso por mí y en su coche me quite la chamarra, me miraba con ansiedad y note que tenía una erección, empezó a manejar sin rumbo aparentemente y yo le preguntaba que adonde íbamos, sólo decía – por ahí princesita – hasta que se desvió y entro en un motel no muy bueno, yo fingí sorpresa pero lo mire "inocentemente" pero no le dije nada. Pasamos a la habitación y él se dirigió rápidamente al baño, yo me quite la ropa y me quede sólo con la tanga, me acosté boca abajo en la cama y espere con los ojos cerrados, pensando en que si lo veía desnudo posiblemente me quitara las ganas, lo escuche salir del baño y sentarse en la cama junto a mi, empecé a sentir sus manos subir por mis piernas y él se inclino para besarme en el cuello, y lentamente me besaba la espalda, sentía su lengua tocando mi piel, su respiración cálida paseando por toda mi espalda mientras una de sus manos acariciaba suavemente mis nalgas, siguió besándome hasta llegar a mi trasero, donde me empezó a dar mordiditas suaves mientras murmuraba cosas como – mi amor, princesa, niña linda – yo ya estaba bien caliente, entonces me dijo - voltéate amorcito – me senté a la orilla de la cama y lo pude ver, como lo había imaginado, el pecho flácido, panza prominente con estrías, piernas flacas, hombros caídos, un poco de vello en el pecho, y su pene erecto, no muy grande pero ancho, pero sentí desearlo como si fuera un tipo buenísimo, entonces metió su cabeza entre mis piernas y poniéndolas sobre sus hombros se acercó y me beso suavemente entre mi vello, bajando un poco más y pasando la lengua por encima de mi labios, yo ya estaba bien mojada y me excitaba más mirándolo, como sacaba más la lengua para ir abriendo mis labios, luego con sus dedos los abrió y se dispuso a buscar mi clitorís hasta que lo empezó a chupar, a besarlo, ahhh yo estaba a mil gimiendo y mojándome más y más, empezó a meterme sus dedos en mi vagina y sentí tanto placer que me tumbe de espaldas en la cama y deje que hiciera lo que quisiera con su boca sobre mi vagina, parecía no cansarse de estar lamiendo de mi, yo con los ojos cerrados y gimiendo, retorciéndome de placer, durante un rato largo pero cuando sentía que iba a venirme se incorporó, levante la vista y tenía mis piernas en sus hombros, me levante un poco más y vi como dirigía su pene hacia mi vagina, lo vi desaparecer dentro de mi y sentí una delicia de penetración, lentamente, empezo a meterlo y sacarlo sosteniéndose de mis piernas, embistiendo una y otra vez muy despacio, me gustó mirarlo así, en su expresión podía ver el placer que sentía él, vi su frente brillar de sudor y lo escuche gemir y su respiración entrecortada, - mi amor no sabes cuanto deseaba esto – dijo y yo me sentía en éxtasis, entrecerrando los ojos vi que su sudor empezaba a escurrir de su cara y caer sobre mi pancita, su pene ancho me lastimaba un poco y entonces empezó a moverse más y más rápido, de manera algo violenta ya, sus testículos golpeaban contra mi y sentí venirme, me deje caer de espaldas y tuve un orgasmo riquísimo, sentí una oleada de placer en todo mi cuerpo hasta que prácticamente no sentía mi cuerpo sólo un placer super intenso, medio sentí un poco cuando él iba a venirse cuando reaccione y le dije – adentro no adentro no! – a tiempo para que se saliera y pude ver como eyaculaba semen muy blanco y mucho cayendo casi hasta mi pecho y después sobre mi ombligo, cálido, viscoso, muy espeso, mire como se veía sobre mi piel, como se sentía resbalando, calientito, me sentí tan deseada, entonces se dejó caer sobre mi y me beso en la boca, sentí mi sabor y mi olor pero no me importó, así se quedo encima de mi un momento, con nuestro sudor mezclándose con su semen, él me decía – te amo Cari, te amo – después de un rato se levantó y tocándose el pene flácido me miro diciéndome – por favor amorcito – y lo llevó hacia mi cara, subiendo a la cama y poniéndolo directamente en la cara, yo empecé a sacar la lengua para tocarlo, sentía su calor muy cerca de mi cara, su pene empezó a reaccionar y lo metió en mi boca, yo lo chupe lo mejor que pude, quería darle placer a este hombre, como no era muy grande pude meterlo todo en mi boca, hasta toparlo en mi garganta y mi cara en su vello y su panza, él tenía los ojos cerrados y yo hacia lo mejor que podía con mi lengua y mis labios, yo lo sentía tan caliente, tan rico, tan duro como si fuera de madera, mmmhhhh, él ya no aguantó más y empezó a eyacular sacando mucho semen otra vez, lo coloque un poco de lado para que no llegara a mi garganta y sintiera que me ahogase, recibí todo su semen en mi boca, lo moví con mi lengua y abrí la boca para que él mirase que lo tenía todo dentro de mi, él estaba sudando y gimiendo, mirándome con unos ojos entre perversos y agradecidos, entonces lo trague todo, y lo bese un poco más hasta que perdió la erección completamente, nos recostamos otra vez y me abrace a él con ternura, besándolo en los hombros y en la mejilla, él acariciaba mi brazo hasta que se quedo dormido.

Yo me sentía muy bien ahí con él a mi lado, sintiendo que lo había complacido del todo. Después de una hora quizás me levante y me puse frente al tocador, mirándome en el espejo, estaba despeinada, con el maquillaje algo corrido, veía cerca de mi ombligo las marcas de su semen, veía mi cuerpo y me sentí muy bien, mi cintura bien definida, mis senos no muy grandes pero firmes y mis caderas y mis piernas con curvas bien delineadas, y mi piel suave y de color moreno claro, él se levantó y me pregunto que estaba pensando, me abrazo por atrás y empezó a besarme el cuello diciéndome que estaba preciosa, apretó mis senos y sentí que empezaba a tener otra erección, yo me incline y abrí un poco las piernas esperando que me empezará a coger otra vez, pero él fue besando mi espalda hasta quedar hincado y besando mi trasero, yo sentía muy rico cuando con sus manos abrió mis nalgas y sentí su lengua que empezaba a tocar mi ano, me estremecí y él empezó a mover su lengua más fuertemente sobre mi, sentía como me humedecía atrás, era algo que nunca me habían hecho y me estaba gustando mucho, así estuvo un buen rato y me preguntaba – te gusta amorcito? – yo no respondía solamente gemía de placer, se levantó y empezó a penetrarme por atrás, su pene era más ancho que el del negro por lo que empecé a sentir dolor pero no me resistí, me abrazó firmemente con todo y mis brazos y lo sentí entrar en mi más y más, con fuerza y esta vez no muy delicadamente, me decía – te gusta? así te gusta mi amor? dime que te gusta muñequita – yo sólo respondía con entre cortados – si.....si...ahhh...ahhh – sin salirse de mi nos acostamos en la cama y sentí todo su peso encima de mi, hasta que se vino después de un rato no muy largo, me dijo – esto lo pensé desde que te vi preciosa, que ganas tenía de cogerte así, desde el principio me imagine que apretabas riquísimo

-. Me llevo a mi casa y en el camino íbamos como novios cariñosos, yo recargada en su hombro dormitando, estaba cansada y adolorida, pero sintiéndome maravillosamente bien.

Desperté casi a las 11 y recordé que había quedado de verme con el negro en casa de Mercedes, medio me arregle y apenas me puse la misma falda y una sudadera, llegue casi a las 12 a casa de Mercedes y ya estaba ahí el negro hablando con ella, subí a su coche y otra vez se puso a manejar como loco sin decirme nada, yo no estaba segura de querer tener sexo y en el camino le dije que mejor lo dejáramos para otro día, él se puso grosero y casi gritándome me dijo – estas pendeja! no estuve esperándote todo este tiempo para que me salgas con esta mamada, te voy a dejar pero bien cogida – ya no quise discutir, esta vez se metió a un motel horrendo, sin estacionamiento, dejo su coche en la calle y entramos mientras sentía que la gente en la calle adivinaba adonde íbamos y a lo que íbamos, entramos en una de las habitaciones que olía muy mal y se puso como loco el tipo gritándome y tratándome de lo peor – es cierto que le andas dando las nalgas a otro cabrón? vas a ver pendeja que le voy a partir su madre, tu vas a ser mía nada más, pinche puta! – me sostuve fuertemente del brazo y me llevo frente al tocador, frente al espejo diciendo – empínate putita!, así frente al espejo quiero ver la cara que pones cuando te meta la verga, quiero ver como la gozas – rápidamente me subió la falda y bajo mis bragas, saco su pene y lo dirigió a mi ano que aun estaba adolorido del día anterior y empezó a penetrarme sin ningún cuidado de manera violenta, en el espejo pude ver su cara de enojo o no sé de que, sus ojos echaban fuego, sentí que entraba en mi pero lastimándome mucho, como lo hacia rápidamente le dije – no no....espera me estás lastimando – y trate de separarlo con mi mano pero me la detuvo, mis fuerzas eran nada comparadas con las de él y siguió penetrándome más y más duro, vi mi expresión y era notorio el dolor y creo que era lo que a él le excitaba más porque la cara se le cambio a una sonrisa medio burlona, supe que no podía hacer nada y entonces trate de calmarme, y empecé a disfrutar la situación, efectivamente me sentí una puta, cogiendo un día con uno y al siguiente con otro, empecé a gemir porque me sentí excitada con la idea, me penetraba con mucha fuerza y yo empecé a decirle

– más....ahhhh....dame más fuerte papacito! – él dijo – no que no pendeja? – yo casi estaba gritando, creo que ya tenía todo su pene dentro de mi y el dolor era muy fuerte pero me sentía bien caliente otra vez, me sentí perversa, gozando como este tipo violento me sodomizaba, sentí un erotismo intenso, un deseo irresistible se metió en mi, mi mente estaba en blanco disfrutando no tanto la penetración, sino la idea de que era yo un objeto de placer, una mujercita complaciente, entonces se salió de mi y me dijo – híncate que me vengo, quiero que te tragues mis mecos putita! – me hinque pero no metí su pene en mi boca, deje que toda su semen cayera en mi cara, lo echo en mi mejilla y en mis labios, después otro tanto cayo en mi lengua, me sentí tan puta, me pidió que los tragara y le obedecí sumisamente, él sonreía y me dijo – que puta eres me caí, se ve que te encanta la verga – yo le sonreí. Nos fuimos y me dejo otra vez a unas cuadras de mi casa diciéndome antes "no quiero volver a oír que andas cogiendo con otros cabrones, ya bajate!" iba caminando en la calle y sentía algo de molestia y dolor, me lo había hecho muy fuerte, en mi boca sentía aun el sabor de su semen y pensaba que como me lo había hecho el arquitecto me gustaba porque me hizo sentir muy bien, me hizo sentir hermosa e irresistible, y la manera en que el negro me trataba, déspotamente y de manera violenta también me gustaba pero de manera diferente, me hacia excitar mucho porque me sentía como una puta completamente, como su juguete de placer, su putita decía él.

En la noche fueron a visitarme mi amiga Ivonne y su novio Armando, él siempre me había gustado porque era alto, blanco de cabello negro quebrado, de buen cuerpo y hasta entonces mi mayor referencia hacia él era que tenía bonita boca, pero en ese momento y con todo lo que había pasado empecé a mirarlo de otra forma, vi que sus pantalones de mezclilla se ajustaban bien a sus muslos gruesos, que entre su entrepierna se formaba un bulto bien marcado, y pensé "sería riquísimo mamarsela, sentirlo dentro de mi, sí ya estuve con esos tipos no tan atractivos y fue excitante, con él debe ser más que bueno", además que era mucho más joven que aquellos dos, y pensé que podría seducirlo si quisiera, me sentía en ese momento muy deseable. Aprovechando que Ivonne fue al baño le dije a Armando si podía visitarme al siguiente día, que quería hablar con él, me miró extrañado y como pensando que era en referencia a Ivonne, y me dijo que si, a las 10 am. Ivonne me había dicho que lo que más le gustaba a él de ella eran sus piernas, así que escogí unos pantalones de mezclilla que me ajustaban bien en el trasero y los recorte haciéndolos shorts, pensé que valía la pena con tal de ligarme a Armando. Llego puntual y yo salí con el short y una playera que me había regalado mi novio, pensé que yo era el colmo del descaro, noté que por un momento me miró de arriba a abajo y como no sabiendo como reaccionar, le dije que fuéramos a caminar y empezamos a hablar de cosas intrascendentes, el clima, el trabajo, el tráfico, mientras tanto yo lo miraba y lo deseaba más y más, hasta que me pregunto de que quería que hablásemos, que si era algo de Ivonne, yo le pregunte si la quería mucho, él dijo que si subiendo los hombros, ya nos habíamos alejado de la casa y entonces me puse frente a él, para no verme muy descarada le dije como dudando y agachando la cabeza un poco "es que quiero decirte algo...no tienes idea de cuanto me gustas......." y puse mis brazos alrededor de su cuello y le pregunte "yo te gustó?" él estaba como sorprendido, contestó solamente con un "claro, estás muy bonita" y dirigí mi boca hacia la suya, besándonos suavemente, pero un momento después me rodeo con sus brazos fuertes por la cintura y empezamos a besarnos más apasionadamente, nuestras lenguas se tocaban y nos quedamos un buen rato así, sentí como sus manos querían ir más abajo y yo me acerque más a él de tal manera que pudiera sentir mi cuerpo, le dije al oído casi susurrando "...hazme tuya....", seguimos caminando hasta llegar a un motel medio feo pero ahí nos metimos, antes de entrar con tono preocupado me dijo "ni una palabra a Ivonne" – "claro que no" le conteste.

Apenas cerró la puerta y no quise esperar más, me hinqué frente a él y empecé a desabrochar su cinturón, su bragueta, baje sus pantalones y quedó en boxers ajustados, sus muslos eran gruesos y velludos, completamente deseables, los acaricié un momento sintiendo su piel dura y sus músculos, pero después mis ojos se concentraron en ese bulto que se formaba, baje los boxers y como saltando en medio de mucho vello salió su pene, mejor de lo que había imaginado, grande, grueso, con la cabeza prominente, con las venas formando varios caminitos, lo acaricié con mis manos un momento y alce los ojos para ver su reacción, parecía más sorprendido que excitado pero ansioso, toque la punta de su pene con la lengua y en ese momento él jaló aire y levantó la cabeza como mirando al cielo pero cerro los ojos, supe que le había gustado ese primer contacto y seguí con mi lengua tocando suavemente su cabeza, pase mi lengua por el borde y en la parte inferior, sin meterla completamente en mi boca, pero dejando toda la cabeza llena de mi saliva, su respiración se ponía más inquieta y tenía la boca abierta, como conteniendo un gemido de placer, metí con cuidado su pene en mi boca y con mis labios aprete su tronco, y usando mi saliva como lubricante digamos succione su pene que se deslizo al interior de mi boca, yo lo disfrutaba muchísimo porque el día anterior cuando se fueron era lo que imaginaba con mayor frecuencia, el momento en que tuviera su pene en mi boca, el pene de este tipo que me encantaba, seguí haciéndolo así unas cuantas veces y no sé si Ivonne lo habría tenido en abstinencia pero se vino pronto, sentí su descarga dentro de mi boca y como por reflejo me separe y otra descarga cayo directamente en mi cara, tuve que mantener un ojo cerrado porque cayo ahí y en mi nariz y mis labios, abrí la boca y otro poco cayo directamente en mi lengua, sentí ese olor y la calidez en mi cara, resbalando un poco hacia abajo y lo que tenía en mi boca lo trague, me supo delicioso, me limpie el ojo y lo pude abrir, de su pene colgaba una estela algo larga entre blanca y transparente, me acerque y lo tome en mi boca, él estaba gimiendo todavía y mirándome, yo me sentía super excitada mirándolo desde abajo, en primer plano su pene y su cuerpo arriba, su cara y sus ojos reflejando placer, me gustó mucho eso, le di unos besos más mirándolo a él, le pregunté "te gusto?" y él apenas murmurando "...mucho....", me levante y fui al baño a enjuagarme la cara y la boca porque pensé que no iba a querer besarme, me desnude completamente y salí otra vez, él estaba sentado en la cama quitándose los zapatos y el pantalón, me miró y fijó sus ojos en mi vello, camine lentamente y tratando de ser sensual hacia él hasta que pude tomar su cabeza y acariciar su cabello, él empezó a pasar sus manos por mis piernas y las colocó en mis nalgas acariciándome, yo sentí un placer que me recorrió todo mi cuerpo porque sus manos eran grandes y duras, me acostó en la cama y se puso encima de mi, nos besamos primero en la boca mientras sus manos seguían en mi trasero, abrí las piernas dejándolo que se colocará entre ellas pero aún no tenía una erección hasta que bajo a mis senos y se puso a comérmelos algo desesperado, le dije "con calma" y bajo el ritmo, mi pecho se inundó de placer, subió un poco hasta mi cuello y yo me abrace a su espalda que era muy amplia, empecé a sentir ahora su erección rozándome hasta encontrar mi entrada y empecé a sentir como entraba en mi, yo me sentí desfallecer exclamando un largo "ahhhhhh" y sentí su pene grande y grueso llenándome toda, deslizándose entre mis paredes húmedas y su vello mezclándose con el mío, sentía las prominencias de sus venas saltadas cuando entraba y salía, cierta aspereza que era indescriptiblemente placentera, empezó a embestirme más rápidamente y a mí me volvía loca sentir el vigor y la fuerza con que me estaba tomando, yo acariciaba su espalda y sus nalgas bien formadas y él tenía sus brazos sosteniéndome por la cintura, era el paraíso, yo tenía los ojos entre abiertos y él tenía su cara junto a mi cuello, respirando agitadamente y con cortos "ahh...ahh..ahhh" y de vez en cuando diciéndome "...me encantas...Carina....me encantas..." su sudor y el mío se mezclaban en nuestro pecho y nuestros vientres, y en sus embestidas sonaba un "plop! plop! plop!" a veces muy fuerte, no cabía el placer en mi cuerpo porqué su pene no perdió rigidez en ningun momento y se sentía deliciosamente duro, no cambiamos de posición durante varios minutos hasta que me sentí venir, me aferré a su espalda y mis piernas lo apretaron y tuve unos espasmos de placer maravillosos, gimiendo más bien gritando tuve el orgasmo más intenso de esa semana, eso lo pensé un momento después y me sentí sucia, puta, casi al mismo tiempo él cerro los ojos y empezó a eyacular dentro de mí, muy profundo, no quise pensar en nada y disfrute el momento en que él gemía y gruñía reflejando un placer intenso también, me llenó de su semen cálido, y yo me sentía sin fuerzas en ninguno de mis músculos, un poco adoloridas entre mis piernas por el largo rato que las mantuve abiertas, y en mi vagina cierta irritación por el enorme pene que me había penetrado durante todo ese tiempo, pero aun sentía sus brazos musculoso alrededor de mi y me provocaba una sensación placentera, se recostó a un lado y dijo "estuvo riquísimo, mejor que con Ivonne", sonreí complacida, en parte porque Ivonne era un poco presumida con el novio que se había ligado y me abrace a él, acurrucándome otra vez entre sus brazos, y poniendo una de mis piernas encima de las suyas. Dormitamos un momento mientras recordaba cuando era niña y veía los penecitos de mis primos me causaban curiosidad porque eran como una cosita indefensa, graciosa, sin imaginar que ahora me excitaba mucho mirarlos erectos y grandes, que de cierta manera me intimidan pero me llenan de deseo, de ganas de tenerlos en mi boca, en mis manos, en mi interior, por atrás y por delante, sentí que no podría vivir sin penes y pensaba que lo mejor era que esos penes se ponían erectos cuando sus dueños me miraban, cuando me veían vistiendo algo sexy y cuando volteaban a mirar mi trasero cuando pasaba caminando.

Salimos del hotel y me acompaño a la casa, le pregunté que pensaba de mi, que si me consideraba una puta, contestó entre dudando "pues....pues si no?...un poquito nada más"

Me bañe y vi a mi novio en la tarde, tratando de disimular el dolor que todavía tenía, alegue sentirme mal y preferí irme a mi casa a dormir bien, y pensar en esa semana en la que había tenido 3 diferentes penes penetrándome, o llenando mi boca, eyaculándo sobre mi o en mi interior, tenía el pendiente de Armando que lo hizo en mi vagina y que podía quedar embarazada, por suerte no fue así como pude darme cuenta después, pero ahora no podía contenerme, hombre que me gustaba era hombre con el que quería tener sexo, así durante un tiempo seguí teniendo sexo con el negro, con el arquitecto, con Armando, y algunos otros que se me fueron presentando, pero sería muy largo contar todo aquí.