De safari con mamá

Madre e hijo emprenden un viaje a Kenia para ver lo que nunca verán...

DE SAFARI CON MAMA

Mi madre había planeado aquel safari durante un par de años. Era su sueño. Ir al África. Me había transmitido en cierta parte aquella pasión y aquellas ganas de ver a los animales salvajes de cerca o lo más cerca posible.

Vivíamos solos ya que no tenía hermanos. Era hijo único. Mi madre se había separado ya hacía unos cuantos años y mi padre se había marchado a otro país. Venía muy de vez en cuando de Europa, mas precisamente Barcelona. Alguna vez yo había pasado una temporada con él, pero la verdad es que no la había pasado nada bien, ya que nunca pude llevarme  con mis  hermanastros y la nueva esposa de mi padre.

Así es que me había alejado tranquilamente de aquella relación y solo de vez en cuando hablábamos vía skype o por teléfono o a través de mensajes.

Mi  madre era una mujer valiente y muy bella. Elegante con buenas formas, a mi la verdad es que su culo me encantaba y más de una vez me había pajeado soñando con su culo, con besarlo y chuparlo y morderlo porque no.

Los ojos son pardos y de una fiereza y un brillo muy especial, son seductores. Ella se ha abierto camino en un mundo de hombres ya que le va muy bien en el mundo de los negocios. Por eso nuestro pasar económico es holgado sin preocupaciones mayores, aunque ella siempre se ha encargado de recordarme que no somos ricos ni mucho menos y que lo que tenemos se lo ha ganado con el sudor de su trabajo.

Bueno armamos las valijas y nos fuimos una madrugada de agosto que es la mejor época del año, dicen los que saben para ir a Kenia. El viaje fue placentero. Dormí la mayor parte del viaje, mientras mi madre, por supuesto, hacía buenas migas con gente que iba cerca de nuestros asientos.

Debo decir que era mujer muy simpática y que siempre entraba fácil en confianza, por eso sé, que a lo largo de todos estos años a tenido amantes por doquier, aunque nunca los trajera a casa.

Llegamos a aquel extraño país africano. Era alucinante para mi. Me encanto de inmediato aquellas tierras, aquellas gentes muy amables, quizá acostumbradas al trato con gente extraña, con turistas. Nos trataron muy bien desde el principio.

En el hotel todo estaba organizado, comidas, paseos, Expediciones, avistajes.

Hacía calor y extrañamente para mi, mi madre no había contratado dormitorios separados. Era una gran suite donde nos alojamos con una inmensa cama.

Apenas entramos en ella, mi madre, otro movimiento extraño para mi, que nunca lo había hecho en casa, se quitó la ropa y quedó en ropa interior, con una tanguita blanca metida dentro de su zanja que me conmocionó de forma inmediata, provocando, lo que ella seguramente quería provocar, una inmediata y tremenda erección.

__¿Estas cómoda mamá?__ pregunté algo molesto

__¡Si cariño!¿Te molesta?__ contestó ella de manera muy sensual

__¡No, digo, ehh!!__ balbuceé muy caliente

__¿Y tú qué haces que no te quitas esos pantalones?__ me preguntó mientras se acercaba a mí, con sus melones casi saliéndosele y moviéndose de un lado a otro con los pezones muy duros, se notaban exquisitos, y mi erección era cada vez más notoria. Ella se pegó a mí y sonriendo desabrocho mi cinto, en unos movimientos el pantalón estuvo en el piso y se hizo más que evidente mi pija muy dura y rocosa.

__¡Pero mira que tenemos aquí!¿Mama te provoca esto cariño?¡No te avergüences de eso, es lo que mama quiere!__ diciendo esto rozó la cabeza de mi verga por sobre la tela, creí que iba a desmayarme de calentura y excitación. Aquello era un sueño o qué, me dije para mis adentros.

Ella seguía frotando mi verga rocosa y dura.

__¡Mamá…esto no…esta bien!__ alcance a balbucear como un último reparo de falsa moralidad. Ella me hizo callar y mordió mi cuello, marcándolo y gimiendo, mientras apretaba mi verga y bajaba mi slip.

Mi pija apareció y ella la tomo con su mano caliente. Jadeaba yo y ella gemía besando mi cuello. La calentura de ambos iba creciendo, el sol de la tarde de Kenia se iba muriendo en el horizonte y a nosotros nada nos importaba.

__¡Ohhh cariño, que linda verga tienes, bien dura, y esta así por mamá…ahhhhh y esas bolas tan cargadas!!!__ mamá me decía y mordía mis labios mientras acariciaba y sopesaba mis bolas llenas y una corriente eléctrica se posaba en mi columna vertebral y un hormigueo creciente se iba apoderando de mi cuerpo caliente y activo.

Pronto ella me tiró sobre la cama y colocándose entre mis piernas se aferró a mi pija, la metió en su boca pasional y lujuriosa. La babeó y la mordisqueó, en tanto la meneaba, la sacudía de arriba hacia abajo. Tragaba y la hundía hasta el fondo de la garganta. Le daba pequeños besitos y la volvía a engullir. La saliva chorreaba y la verga dura se iba humedeciendo, mientras yo gemí ardientemente, acariciando los cabellos de mamá que chupaba y succionaba de forma increíble mi pija.

Las bolas fueron comidas por aquella puta desquiciada de mi madre. Me transportaba a otro mundo. Sacudía mi verga mientras comía las bolas gordas y llenas. Las disfrutaba de manera sensacional, perversa.

Con los dedos la lujuriosa mujer, mi madre, hacía círculos por el ojete mío. Lo rodeó con deseo, se ensalivó aquel dedo y lo fue hundiendo, yo gemía de forma enloquecida, y sabía que no podía aguantar más y le largaría  mis jugos en cualquier momento.

__¡Ohhh siii, cada vez más gorda y dura, me gusta tu pija, me vas d a dar tu lechita, ahhh, cariño, si , mama la va a tomar, dale la leche a mami, si, si, ahhhhh!!!__ repetía de forma enfermiza aquella mujer que me volvía loco, aguantaba lo mas que podía pero ese dedo en mi cola era insoportable. Lo llevaba y lo traía, abriendo mi ojete, y chupando mi verga duramente, salvaje, aquella mujer era tremenda, me gustaba, esperaba mi leche, apuraba los masajes, me iba a ir en su boca.

La leche salió en escupitajos violentos, abundantes, salobres, pegajosos, inundé su boca, ella tragó, dando un largo gemido de placer, casi al borde del desmayo, yo grité unas diez veces, porque ella no largó mi caño en ningún momento.

Lo siguió mamando hasta dejarme seco y tirado buscando aire, ella estaba desnuda por completo, no me había dado cuenta de eso, por lo tórrido de aquel encuentro.

__¡Ohhh amor me has hecho gozar!¿Te ha gustado?__ preguntó tirada a mi lado y acariciando mis tetillas

__¡Sí claro mamá, eres muy puta!

__¡Pero te gusta que tu madre sea tu hembra!__ dijo ella y mordió mis labios y luego metió su lengua hasta lo más profundo de mi garganta. Su boca era tremenda y lujuriosa. Caliente. Jugó con su lengua en mi boca y tomando una de mis manos la llevo a su entrepierna que chorreaba jugos. Yo acaricié lentamente aquellos pliegues, aquel botón endurecido. Ella empezó a gemir un poco mas alocadamente, no se había calmado en lo absoluto. Fui bajando hasta su concha y metí mi boca, chupando, besando, mordiendo, lamiendo hasta lo más profundo. Sacaba su miel y ella tenía un orgasmo tras otro. Mi mandíbula se empezó a poner dura de aquel ejercicio hasta que tuve que detenerme casi paralizado. Casi no podía abrir la boca ni decir palabra. Ella suspiraba y se tocaba las tetas fenomenales, sus pezones se veían alargados y duros.

__¡Sabes que hace un tiempo sueño con esto!

__¡Debo confesarte que muchas veces me hice algunas pajas pensando en ti madre!

__¡Ohh cariño, me gusta tanto eso, que tu mama te caliente, eres mi machito a partir de ahora, mi hombre! ¿Quieres?

__¡Claro mamá, tú me pones la verga como nadie, mira si no!__ dije porque mi pija estaba dura como una estaca otra vez. Ella la acarició con los dedos, de forma sutil y más calmada que anteriormente. Mirándome a los ojos me besaba tiernamente los labios, con su lengua los repasaba de manera caliente y perversa. Mi verga bombeaba sangre y se ponía más rígida.

Hizo un movimiento y se sentó de un golpe en mi estaca, hundiéndola y sonriendo, se mordía los labios. Sus melones jugosos saltaban delante de mí y acercando mi boca empecé a besarlos y succionarlos

__¡Ahhh chúpalos bebe son tuyos, ahhh así, dame verga, dame tu verga mi machito, ohhh!!__ gemía ella saltando sobre mi poronga que reventaba de placer. Abría con mis manos sus nalgas y jugaba con el anillo de mamá. Hundí un dedo en su culito y luego dos. Mamá gemía y tenía un orgasmo tras otro. Bañaba mi pija con sus fluidos.

Saltaba sobre mi miembro. Se movía de una manera casi animal. En uno de esos movimientos llevó la pija hasta su agujero trasero y se lo fue metiendo mientras yo gemía en llamas.

__¡Mira bebito, mamá te da su colita, ahhh, mete tu verga en  mi ojete, ohh, si, me encanta, ahhh!!!__ ella comió con su ojete mi pija ardiente y cada vez mas dura. El túnel de mama era fogoso y yo explotaría en cualquier momento. Ella besaba mis labios y los lamía, aceleraba y ralentizaba sus embestidas, con su culito, parecía apretarme y soltarme. Era una sensación increíble. Un gozo que nunca había experimentado.

Mi madre se presentaba como una exquisita amante. Nunca la hubiera imaginado gozando como perra con mi pija clavada en su cola que tanto desee durante años. No tardé en llenar su agujero con mi leche. Ella se movió hasta vaciarme por completo, mientras hundía su lengua dentro de mi boca sedienta.

__¿Te gusta lo que te ha dado mamá?__ dijo luego de un rato

__¡Ohh mamá eres una mujer salvaje…sabes que soñé tantas veces con tu cuerpo desnudo!

__¡Bueno ahora lo tienes cuando quieras amorcito!!__ dijo sonriendo y enseguida beso mi boca otra vez, de forma muy profunda y caliente. Hervíamos, nuestra sangre no estaba calma para nada.

Ella mientras blandía su lengua por mis dientes, y la lengua y los labios , hurgaba en mi cola, extasiada y provocadora, hundía un dedo jugando con mi anillo dilatado y muy fogoso.

__¡Eres un diablillo!__ dijo ella

__¡Y tu eres una viciosa putita!

__¡Así…ahora veremos quien es una viciosa…!!__ dijo y se levantó moviendo su hermoso culo para un lado y otro. Se acerco a su valija, a una de ellas, y extrajo algo de ahí. En realidad dos cosas, en una mano y un dildo con un arnés al cual ya se lo estaba colocando, mis ojos brillaron y la sonrisa pícara se dibujo en mi rostro.

Ella llegó a la cama me giro de una vez y unto mi ojete con una crema fragante y que olía a menta.

__¡Ahora veremos quién es la puta, hombrecito!__ comentó. Restregó el objeto duro, flexible y gigante en la entrada de mi cola. Empujo y yo gemí sintiendo como se abrían mis carnes. Entró con ese magnífico objeto y empezó a serruchar y bombear, suspirando, gimiendo, yo lloriqueaba y mi verga se tensó otra vez, p0oniendose muy dura, ella la tomo y empezó a masturbarme sin piedad.

__¡Ohhh que putita eres, te gusta que mami te penetre, eres mío, lo oyes, ahhh, dulzura, eres mío!!__ entre esos gritos y aullidos de placer acabe otra vez desparramando leche por todos lados.

Ella sudando como yo, sacó aquel pene gigante de mi ojete y me volvió a besar en la boca.

Ese fue el comienzo del safari con mamá. Creo que no vimos un solo animal salvaje en toda nuestra estadía.-