De running por la montaña.
Dos colegas cuarentones hacen realidad sus fantasías
Le conocí en el polideportivo, en las clases de spinning. Nos poníamos siempre uno al lado del otro y lo mejor de la clase era cuando me miraba, completamente exhausto y sudado, me guiñaba un ojo y seguía “dándolo todo”, como solíamos decir.
En más de una ocasión terminé la clase con un inicio de erección, tras imaginarme a mi colega “dándolo todo” en la cama.
Mi colega es Policía Nacional, cuarentón, como yo, de vida pública heterosexual, como yo, aunque hoy os voy a contar algo que nos sucedió un día mientras salíamos a correr por el monte.
Tras el spinning vinieron las cervezas, las risas y las confesiones de casados. Un día me propuso salir a correr por la montaña que está en nuestro pueblo. Accedí, como no, entre emocionado y asustado.
El día en cuestión hacía más calor de lo normal, quedamos en la ladera del monte. Rubén, como voy a llamarle, estaba imponente. Sus 100 kilos de hombre fuerte, moreno, saludable, sonriendo como siempre y haciendo bromas con todo.
Su ropa le quedaba ajustada; la camiseta y las mallas de licra dejaban ver claramente sus pequeños pezones y sus genitales, colocados hacia un lado, dejando entrever el surco del capulllo.
Su masculinidad sin complejos me aceleraba el pulso y me ponía nervioso. No quería que se me notara pero sentía como llevaba una erección. Disimulé lo que pude, pero Rubén lo notó. Ví como bajaba la vista a media altura y dejaba la mirada fija en mi paquete, que empezaba a engrosarse de manera evidente.
• Bueeeeno, - me dijo – ¡¡ Así estamos !! .. ¡Qué mal te trata la chati, que te tiene a dos velas!! Me debí poner colorado como un tomate, y sólo pude balbucear un “ !Ya ves!”
• Venga vamos a correr, que para eso hemos venido, ¡no?- me dijo mientras me guiñaba el ojo.
Quería morirme de la vergüenza, pero.. ya que estaba allí, sólo quedaba una opción: “darlo todo”
Media hora pasaría, a pleno sol. Estaba agotado y sudoroso. Tenía que parar un minuto para coger aire.
-Espera, Raul, dame un minuto.
-Ok!. Sin problema – me respondió
Estabamos sudando como “cerdos”, el calor no perdonaba.
En ese momento, Rubén se quito de un rápido gesto la camiseta y empezó a secarse el sudor de la frente y el cuerpo con ella. Su pecho relucía al sol, sudado, sin un solo pelo, salvo los de la axila, muy densos y negros. Me fijé en sus pezones, pequeños, rosados con una aureola más grande de lo habitual. Mientras le admiraba, una ráfaga de viento le dió frío y sus pezones se pusieron duros de golpe.
Uhhh – Qué frío, - dijo Rubén – mientras se secaba el pecho junto a mi.- ¡Mira… como se me han puesto la tetillas…! jejeje – sonreía mientras se apretaba los pezones….
• Ya te digo, - respondí de forma tímida. ¡Dame un minuto que necesito mear!, le dije para cambiar de tema y alejarme unos metros.
Me separé unos metros, dándole le espalda. Desabroché las mallas y bajé el calzón, sacando mis huevos y mi polla para hacer pis, o al menos intentarlo.
En esta posición estaba cuando siento como Rubén se coloca a mi lado y empieza a bajarse las mallas, dejando al descubierto su polla y sus huevos al completo para mear a mi lado.
• Es esto lo que querías, ¿no?… mear …
Me dijo mientras empezaba a lanzar una enorme meada enfrente nuestro.
• Dale, a ver si la superas !! - me dijo.
Pero yo estaba paralizado y desconcertado por la situación. Mi colega estaba casi en pelotas a mi lado y yo nunca he podido mear “bajo presión”.. ya me entendéis.. jeje.
Rubén continuaba meando y a mi no me salía una gota… tanto meaba que empezó a jugar con el chorro.
• Anda, mira cómo le doy a las piedras aquellas.. !!.
Joder.. yo no podía dejar de mirarle mear medio en bolas… sus mallas estaban por sus rodillas y podía ver por fin a mi colega en todo su explendor.
Su rabo era bien grueso, no largo, pero sí recio y descapullado, como se intuía bajo sus mallas. Su pubir era muy peludo, oscuro y muy denso, dejando entrever sus huevos, muy redondos y algo colganderos.
Rubén se reía y agarraba la polla mientras meaba junto a mi, al menos hasta que de pronto, dejó de salir el chorro aquel y se hizo el silencio.
Yo seguía con el rabo fuera, con una incipiente erección, mientras Rubén, consciente de su semidesnudez, parecía sentirse tímido por primera vez.
• Joder.. que buen rabo, le dije. Eres un meador de primera !!. - le dije, sin poder dejar de mirar sus genitales, tal era la atracción que sentía hacia ellos…
• Bueno, no está mal – me respondió mientras estrujaba su polla para sacar hasta la última gota de meado. - El tuyo no anda mal tampoco… - me dijo señalando mi pene casi erecto por la excitación que me había supuesto verle mear a mi lado.
• Ahh. !!. no te creas !!. Ya está casi al máximo, jeje. No más de 17 cm – le dije.
-¡17?. Yo no sé cuanto me mide todo burraco. - me respondió.
-Así, como la tienes después de mear, ya debe medir sus 15 cm.
-¡15?. No jodas , ¿solo?…. Espera… dame un minuto. - y entonces, Rubén empezo ha sacudir el rabo, en un intento de alcanzar una erección.
-Ya verás como llego a 20! - me dijo, mientras continuaba dándole masajes.
Evidentemente, yo estaba a 1000, con el rabo entre las manos, viendo como mi amigo se masturbaba delante mío, intentando alcanzar una erección… El sueño de mi vida… jajajaja.
Así que yo también me puse a masturbarme y de pronto, ahí estábamos los dos, haciendonos una paja.
Lo cierto es que la experiencia es un grado. Rubén en breve alcanzó unas dimensiones más que notables y la mía estaba en máximos absolutos, yo diría que de record. !!
Empezamos ambos a gemir… Rubén me miraba mientras se masturbaba, parecía gustarle mucho lo que estaba viendo. Mi corazón y mi pulso estaban tope. Rubén empezó a acercarse, hasta estar justo enfrente mío. Tan cerca, que de pronto, hizo además de coger mi polla, lo cual yo le dejé con el mayor de mis placeres, claro…
No dejaba de masturbarse y a la vez, tenía cogida mi polla con la otra mano. Yo estaba en la gloria y parecía que él también.
De repente, Rubén paró de masturbarse. El resultado era espléndido. Una polla erecta de unos 20 cm, a escasos 15 cm de mi.
No lo dudé… me arrodillé y le pedí que me diera polla, a lo cual el respondió en silencio pero obediente, a sabiendas que le esperaba la mejor mamada de su vida.
Ya sólo su olor era lo más.. A macho sudoroso, limpio pero sudado como pocas veces he visto un rabo. Su pelo púbico estaba empapado, sus huevos casi chorreaban sudor, pero su rabo era todo para mi y nada podría evitarlo.
Me acerqué hasta un milímetro, oliendo, acariciando con la lengua… subí la mirada y le vi con su vista fija en mi y en lo que estaba a punto de suceder. Su rabo daba saltos de alegría y su mirada decía lo mismo….Síííí… Chúpamela…
Obediente, introduje suavemente su glande en mi boca. Sabía delicioso a mi entender. Acre, fuerte, denso, algo ácido tras la enorme meada… la gloria sin duda. !!
Empecé a bajar hacia el surco, que sin duda relamí hasta dejarlo limpio de impurezas… y por fin.. su tronco, erecto, grueso, lampiño hasta llegar a su pubis, negro, mojado y con olor a macho sudoroso… Uffff. No podía creer lo que estaba sucediendo…
Seguí metiendo y sacando mi boca, con su rabo cada vez más empalmado. Le agarré los huevos, apretando suavemente, disfrutando de su tacto suave, lampiño, agrandándose a cada instante por la excitación mutua.
Oía como Rubén gemía, y mucho. Estoy seguro que no le habían comido nunca la polla así. Hay cosas que sólo un honbre sabe hacer bien… jejeje.
Sus gemidos me ponían a 1000, me suplicaba que no parase, que lo hacía muy bien… y que se iba a correr como siguiera así.
• Córrete, Rubén, córrete en mi cara, le supliqué…
Y joder.. si lo hizo…
Grrrruuuff… Ahhhh!!: --Me cooorro !. Me coooorro !!. ..gritó , mientras un chorro de lefa salía de su pene, con una fuerza similar a la de su meado
• Ahhh… Ahhh. Dios, que gusto !!!: gemía Rubén…
Yo sólo le decía.. sí, sí, “dámelo todo”… expresión que había adquirido de repende un nuevo sentido para nosotros.
-Dios mio JODER. … Que bueno.. !!: pudo articular Rubén una vez que hubo eyaculado hasta el final sobre mi cara.
Yo estaba en una nube, casi paralizado por el placer y la satisfacción por lo que acababa de ocurrir.
-Gracias Rubén, ha sido muy especial! - le dije. Mientras terminaba de limpiarme.
-No te emociones, chaval !!. jajaja – respondió algo tímido Rubén mientras se subía las mallas. -Sólo ha sido una mamada.. bueno, una gran mamada… pero yo me he quedado con ganas de más…
Me dijo Rubén mientras empezaba a alejarse de mi e iniciaba la marcha. Su espalda brillaba del sudor. Su culo se movía de una forma un tanto especial… o al menos eso pensé.
“Ganas de más”.. esa expresión rondaba mi cabeza.
Segúi los pasos de Rubén. Estabamos sin lugar a dudas, satisfechos.
Continuará….