De regreso volver a creer 33
Que haces aquí?
Salí rápidamente del coche, entré directamente al departamento y pude ver como Pedro le decía algo a Daniela y cuando me vio se metió a su cuarto haciendo que me sintiera demasiado mal. Caminé hasta su puerta y Pedro me detuvo.
–Estas a tiempo de arrepentirte Fabiola, Daniela no tiene por qué sufrir –dijo seriamente.
–Quiero estar con Dany –dije seria.
–Y porque no lo demuestras? –dijo algo molesto.
–Dame tiempo carajo! –Dije tratando de no gritar –La quiero claro que si, me siento muy bien a su lado y no te preocupes que no la pienso lastimar Pedro.
–Eso espero Fabiola porque no la quiero ver sufrir así que piensa bien que es lo que vas a hacer.
Entró a su cuarto dejándome parada en la puerta de Daniela. Me fui a la sala y me dejé caer en el sofa mientras mi mente daba vueltas.
La mirada de Melissa seguía teniendo poder sobre mi, Pero ya no quería, había sufrido tanto por ella, fueron muchas veces las que me humillé y lloré por ella que ya estaba cansada y no me sorprendió pensar que ya no quería ver sus ojos sobre mi, si no los de Daniela.
No pensaba desaprovechar esta oportunidad que Dany me estaba dando, ella era la única persona que siempre estuvo para mi y a pesar de sus sentimientos jamás interfirió en mi felicidad.
Estaba confiando en mi y yo estaba dispuesta a entregarle lo mejor de mi y no fallarle nunca.
Me levanté y fui directamente a su cuarto y entré sin tocar, estaba totalmente oscuro y ella se encontraba viendo hacia afuera por la ventana con una mirada triste, me puse detrás de ella y la abracé por la cintura haciendo que ella acariciara mis brazos.
–Perdóname por favor –dije besando su cuello
–No tengo nada que perdonarte Faby, yo entiendo perfectamente tu situación –dijo hablando despacio. –No te niego que si me desconcertó mucho ver el poder que aun tiene sobre ti.. pero se que esto va a funcionar.
–Quiero que esto funcione te lo juro –dije susurrando en su oído –Pero me da miedo lastimarte.
–Te dire una cosa –Se giró hacia mi y tomó mi rostro en sus manos –Pase lo que pase nuestra amistad es primero, y si por alguna razón esto no funciona ya veremos como lo solucionamos –Sonrió –lo único que se es que no te quiero lejos de mi.
–No entiendo como no me di cuenta antes –hablé muy cerca de sus labios.
–De eso se trataba –se rió –No tenías que darte cuenta.. pero me moría por tenerte así como en este momento –Pegó mas su cuerpo con el mío haciendo que mi temperatura se elevara de manera rápida.
–Ah si? –Susurré –cuéntame más..
–Soñaba con entrar a tu cuarto y hacerte mía toda la noche –dijo mordiendo levemente mi labio.
–Mm vaya señorita no me lo esperaba –mi voz ronca delataba mi estado.
–Siempre me imaginaba besándote en la regadera –Mientras hablaba comenzó a dar besos por todo mi cuello haciéndome perder el control. –En la sala.. en la cocina..
No la dejé terminar de hablar y la besé, era un beso lleno de deseo las dos lo queríamos y yo no estaba dispuesta a parar.
El calor en la habitación se hizo insoportable y de un momento a otro nos encontrábamos completamente desnudas. La miré fijamente mientras mi mano recorría su suave piel.
–Eres hermosa Dany –Dije besándola nuevamente.
–Me encantas Fabiola.
Los gemidos y suspiros inundaron la habitación durante algunas horas hasta que las dos caímos completamente rendidas en la cama.
–No puedo creer que esto esté pasando –dijo Dany cubriendo su cara completamente sonrojada.
–Que hermosa te ves así rojita Dany –dije tratando de quitar la sabana para verla –no te cubras quiero ver tu carita. –dije riendo y haciéndole cosquillas
Cuando pude quitarle la sabana de la cara la
Miré directamente a los ojos y vi el profundo amor que Daniela me tenía y me sentí feliz al saber que con ella podía tener la felicidad que tanto me hacía falta.
–Tu nunca sentiste nada por mi? –Preguntó Dany.
–No se, la verdad cuando te conocí me pasó esa idea por la cabeza pero la deseche porque jamás me imaginé que tu me verías de esa manera –dije riendo –siempre me pareciste una persona increíble y muy guapa por cierto!
–Callate tonta! –dijo cubriéndose nuevamente.
–Es la verdad amor.. –contesté riendo.
–Me dijiste amor? –dijo con los ojos completamente abiertos.
–Si.. no lo eres? –Pregunté dandole un pequeño beso en la nariz.
–Si tienes idea de como me tienes verdad? – Preguntó de repente
–Mm no.. como? –Pregunté inocentemente.
–Me tienes completamente enamorada de ti Fabiola, jamás en mi vida había amado tanto como te amo a ti.. –dijo sonriendo tiernamente –no tienes idea de lo que ocasionas dentro de mi cada que me miras o me tocas..
Una sensación de calidez invadió mi pecho y sentí muchas ganas de estar con ella y hacerla feliz, la quería demasiado y no dudaba que esto se podía convertir rápidamente en amor. Un amor como el que Daniela me tenía a mi.
Nos quedamos profundamente dormidas y desperté la mañana siguiente con Daniela entre mis brazos y se me dibujó una gran sonrisa al ver la tranquilidad que reflejaba su carita.
Bese tiernamente su nariz y ella abrió lentamente los ojos y dibujando una hermosa sonrisa se aferró a mi en un abrazo.
–Tenía miedo que al despertar no estuvieras aquí –dijo aun abrazada a mi.
–Aquí estaré Dany, lo prometo..
En ese momento Pedro tocó la puerta de manera un poco violenta rompiendo nuestra tranquilidad.
–Que quieres Pedro –grité molesta –Estamos muy ocupadas así que no nos molestes hasta mañana. –dije bromeando.
–Se que están muy ocupadas chicas las escuché toda la noche pero Faby tiene visitas y es mejor que venga ya..
La voz de Pedro era rara por lo que Daniela y yo nos vestimos muy rápido para salir a la sala y ver de quien se trataba la dichosa visita que había interrumpido nuestra tranquilidad.
Cuando nos cambiamos salimos riendo del cuarto y al llegar a la sala nuestra sonrisa desapareció y mi respiración se aceleró.
–Melissa que haces aquí? –Pregunté completamente confundida.