De regreso al país- reencuentro con Camila
Un reencuentro después de unos meses con mi ex pasante Camila. Queda claro que quiere continuar escalando y yo voy a aprovechar que se ofrezca
Cómo les he contado en otro de mis relatos Camila era mi pasante. Tuvimos un gran encuentro en que finalmente pude disfrutarla en la fiesta de fin de año. Ella tomo la oportunidad para crecer de la mano de favorcitos sexuales. Cumplí con nuestro acuerdo tácito y la presente al directorio para que la vieran antes de partir a mi nuevo destino.
Habiendo pasado diez meses en el exterior me convocaron a una reunión en Argentina.
Al arribar al aeropuerto estaba Cami que tenía un mejor puesto que el que le había propiciado yo. Inmediatamente la abracé y le susurré al oído
- Y ahora con quien te revolcas ratoncita?
Me miro y me dijo
- Con nadie Jose, siempre voy a ser tuya.
Me alegre por esa respuesta porque no tenía ganas de buscar a nadie nuevo con quien pasar mi estadía.
Durante el viaje hablamos sobre su relación que pendía de un hilo por todo el tiempo que tenía que dedicarle al trabajo.
En la oficina todo estaba igual. La reunión se extendió hasta después de las 20 así que le pedí a Camila que me esperara en el hotel.
Cuando llegue realmente reventada y la pequeña sabía perfectamente lo que quería. Yo estaba sentada en el sillón y la vi acercarse desnuda hacía mi con un plato de sushi para darme en la boca. Me gustaba verla así, siempre tan atlética, delgada y firme. Sentada sobre mí mientras comíamos me sacaba la camisa y me tomaba los pechos, como ella ya no llevaba nada puesto yo le masajeaba el culo y le buscaba algún orificio por donde meterle algún dedo.
Así arrancamos la noche, proporciónanos placeres mutuamente, solo con nuestras manos. Ella se había vuelto más juguetona conmigo y me metía su mano como una mujer adulta al tiempo que yo hacía lo mismo. Cami es de esas mujeres que no dan puntada sin hilo pero en ese momento nada me importaba más que poseerla. Así que la voltee boca abajo sobre la alfombra del hotel y comencé a besarla. El cansancio se había ido. Con mi lengua la recorrí entera, no dejé espacio sin humedecer. Me centre en chupársela de forma delicada al principio hasta que me fui entusiasmando y se la empecé a comer como una loca. Ella gritaba. Mi lengua le daba mordisquitos a su clitoris y le metía mi mano en su concha, la penetraba y ella más se retorcía. Sentí como se venía por cómo contraía el cuello del utero. Ahí fue cuando ella comenzó a hacérmelo a mi, era muy suave y delicada. Sentía su lengua en cada rincón de mi sexo, notaba como tímidamente me metía hasta dos dedos. Me gustaba sentir ese temor que le daba saber que sino lo hacía correctamente me enojaría. Eso me excitaba aún más y de sólo imaginarlo acabe. Nos quedamos ahí desparramadas, hasta que le dije que me iba a dar una ducha. Nos metimos juntas. Me enjabono, me puso el duchador entre las piernas así sentía el cosquilleo al mismo tiempo que me masturbaba con sus hábiles manos. Cuando me sentí satisfecha la puse en cuatro en la ducha y comencé a meterle mis dedos por su culo. No se resistió, incluso le gustaba porque lo paró así que mientras que le metía dos dedos por su culo con mi mano libre le tocaba el clitoris que está más empapado que antes. Estuvimos así en esa posición hasta no dar más. Le temblaban las piernas así que la lleve a la cama en donde saqué un pene con dos entradas y se lo metí al tiempo que me lo introducía yo. Comencé a moverme e inmediatamente sentí los calores de los cuerpos. Nos arañábamos las tetas, nos la chupábamos . Nos movíamos con ritmo cada vez más fuerte. Veía cómo ese pene de plástico entraba en ella y entraba en mi cada vez más profundo. Los gemidos se hacían más extensos. Era una sensación maravillosa, poder darle y recibir placer de esa forma a esa mujer tan hermosa. Estuvimos alrededor de treinta minutos, le mostraba cómo hacer para que golpeara en su pared y alcanzara el punto g . Nos hundimos en explosiones de orgasmos. Perdí la cuenta. Nos dormimos abrazadas para ir al otro día juntas a la oficina.
Sin dudas Cami esperaba algo a cambio pero no se imaginaba lo qué vendría.