De regreso a México (capítulo 7)

Café

Desperté tarde, cerca de las 10 a.m. No tuve sueños esa noche, algo que agradecía porque no quería más confusiones, me vestí con un pantalón corto y una blusa blanca, bajé hasta la cocina y me serví un poco de jugo de zanahoria, después me fui directo a trabajar, sin Alexa las cosas serían un poco complejas.

Cerca del mediodía me llegó un mensaje de texto de Alexa, me contaba su regreso a clases, cómo la puso nerviosa su amiga en cuestión y aproveché para contarle que me sentía extraña sin ella en la Hacienda, quedó de ayudarme el fin de semana que volviese, más tarde me fui con mi abuelo de regreso a la casa y comimos con mi abuela que estaba atendiendo unas cuestiones legales de la Hacienda.

Comimos platicando amenamente respecto a todo y nada a la vez, me comentaban que extrañaban ver a mis papas, claro que también yo lo extrañaba, y aunque les marcaba casi diario, no era lo mismo. Mi abuela propuso que los invitáramos a México unos días, agradecí ese gesto, todo era aceptable menos la idea de regresar a España, no quería ni pensar en Lucía, simplemente me bloqueaba mentalmente para que no me cruzara por la mente algo así.

Terminamos de comer y nos quedamos un rato platicando, después mi abuelo fue por una baraja y jugamos un poco, como a eso de las 5pm me retiré a mi habitación, me decidí a escribirle un mensaje a Luna.

-Hola guapa, espero estés teniendo muy bonita tarde, aunque nada comparado contigo-

Envié el mensaje y trabaje un rato en los planos de una pequeña maquina mecánica que pensaba construir. Por fin tuve internet en casa y aproveché para avanzar en mis proyectos personales, como a las ocho de la noche recibí un mensaje de Luna.

-Gracias Ileana, tuve un día muy ocupado, cuando nos veamos te contaré a detalle. ¿Sabes? Eres muy dulce conmigo-

Termine de leer el mensaje de luna y contemple la pantalla con una enorme sonrisa, por primera vez sentía más calmada a Luna, no sabía hasta qué extremo podía ser malo, o quizá podía ser bueno, lo que si sabía era que Luna sabía cómo ponerme loca. No respondí al mensaje, me contuve, y aunque fue difícil porque me hubiese gustado hablar toda la noche con ella de ser posible, preferí dejar las cosas así y no tratar de forzar algo.

Me dormí cerca de la media noche, estaba muy a gusto trabajando en mis bocetos, de hecho hice algunos dibujos para mi satisfacción personal. Tomé un poco de agua y me metí a la cama, coloqué una alarma en el celular y me concentré en quedarme dormida.

Por la mañana el despertador hizo su trabajo, me di un corto baño y me fui a desayunar, me sentía hambrienta. Mis abuelos comentaban que por la tarde irían al pueblo, preferí no acompañarles pues quería ver a Luna. Me fui a a destiladora, y para mi suerte, el día estuvo bastante ocupado. A eso de las 2pm decidí enviarle un mensaje de texto a Luna:

quizá fue un poco seco mi comentario, esperaba que no lo tomara a mal.

Unos minutos más tarde, recibí su respuesta:

Y de inmediato le respondí:

<¿Me aceptas un café por la tarde?>

Y me quede esperando su respuesta, moría de ganas de verla, quería saber más de ella, pasar tiempo con ella, quizá si no se daba algo, por lo menos podíamos ser buenas amigas, en ese momento recordé nuestra sesión de besos de dos días antes, sonreí como tonta, luego un mensaje llegó.

<¿te parece bien a las 6? Estaré en el local que estoy acomodando>

Sonreí y de inmediato teclee:

Termine mi jornada de trabajo a eso de las 4:30 p.m. Y me fui a casa, comí rápido y me fui a dar un baño, decidí ponerme un palazzo anaranjado, unos tacones altos y una blusa sin mangas, me maquille un poco cuidando que no se mirara exagerado, antes de salir de la habitación, tome una chaqueta de mezclilla y mis lentes de sol, bajé y mis abuelos ya se habían ido, tomé el coche y me dirigí al pueblo, me sentía ansiosa, eran las 5:50 p.m.

Llegue hasta las calles del pueblo y trate de ubicar el loca que Luna me había comentado que estaba por abrir, estaba en la esquina de una calle así que no fue tan complejo encontrarlo. Me estacioné fuera y tomé el móvil, me tensé cuando recordé que no había señal, tendría que valerme de mi misma para buscarla.

Me cercioré de verme bien y bajé del auto, guarde las llaves en una bolsa de la chaqueta y el celular en otra, acto seguido me dispuse a entrar en el local, era un espacio amplio, quizá unos ocho metros de frente con una cortina en una gran ventana y otra cortina como acceso. Entré y el lugar estaba solo, me pude dar cuenta que la obra estaba casi terminada. Había una cortina más al otro lado de la esquina, estaba cerrada, medía escasos dos metros, por la que accede media casi tres.

El lugar estaba pintado de blanco en las paredes, había una cenefa como a un metro del piso, con huellas de animales, me pareció muy tierno. A la derecha de donde entré se veía un pasillo, solo alcance a ver cuatro puertas, dos de cada lado de este, las de la derecha eran amarilla y azul y las de la izquierda eran verde y rojo, colores muy vivos, me agradó el ambiente del lugar.

A mi derecha había una tira de sillas que daba hasta lo que parecía un mostrador, estaba cubierto con hules y por eso no supe bien, detrás del mostrador había algunos estantes, luego una pared que formaba parte del pasillo que atravesaba desde las puertas de colores hasta la cortina del otro lado, frente a mí se encontraba una puerta con una ventana, ambas en cristal esmerilado, era un trabajo precioso y aunque no estaba terminado, realmente me gustó. De pronto unos pasos me sacaron del trance en que estaba al contemplar aquél local.

-Ileana- mi nombre pronunciado de sus labios era como oír música

-Luna- giré de inmediato para verle de frente- ¿lista?- di mi mejor sonrisa

-Lista- pude dejar de mirarla a los ojos y me dediqué a detallarla, llevaba un vestido corto azul intenso, con un patrón de círculos bancos y corte casual, zapatillas de piso y un cinturón de piel delgado.

-Bien, pues vámonos- estaba un poco ansiosa -tienes sed?- qué pregunta tan tonta

-No, de hecho no, pero sí tengo calor- caminó y pasó de largo de mí, ahora no sabía como acercarme a ella y de alguna forma pedirle que me saludara de beso, quizá estaba marcando límites.

-Bien, yo tengo sed- y miedo, pensé. Tomó su bolso y caminó hasta donde yo estaba, se acercó lentamente a mí y me dio un suave beso en la comisura de los labios, cerré los ojos tratando de atesorar el momento.

Salimos del local y Luna se encargó de cerrar todo, subimos a mi auto y avanzamos algunas calles, algún me indicó de un buen lugar donde servían café rico, me estacioné justo afuera y entramos al lugar.

Pedimos algo de tomar y un poco de bocadillos, el lugar era bonito, una construcción antigua con poca iluminación, había una vela en medio de la pequeña mesa, la construcción tenía pequeñas habitaciones en las que había dos o tres mesas, había poca gente y para nuestra suerte, estábamos solas en esa habitación.

Platicamos largo y tendido, fue como sin el tiempo no existiera, me contó de su consultorio veterinario, próximo a abrir, sus ganas de poner un albergue para animales en situación de calle, las ganas que tiene de acabar con el maltrato animal, sus metas personales, me dijo que quería estudiar una maestría, soñaba con aprender cada día un poco más para así ayudar a los demás, me sentí conmovida por ese enorme amor a la vida animal, ese respeto que ella mostraba, además de ser una chica guapa, era muy capaz en su área.

Me contó anécdotas de tus vida en la universidad, cómo lloró la primera vez que un gato murió en sus manos, la impotencia que sintió, incluso estuvo llorando algunas noches, todo eso me enterneció, estaba a poco de soltar una lágrima, verla conmoverse así era hermoso.

Por mi parte, le comuniqué de mis planes de quedarme en México, le confesé que venía se una situación de acoso de mi ex en España, le confesé que siempre había amado es tierra y mi gente, y que jamás cambiaría mi México, pese a todo.

Pudo enterarse de lo que me apasiona mi profesión, las ganas que tengo de desarrollar productos, le dije que mi pasión es bocetar productos aún no creados o modificaciones de productos existentes, Luna me comentó que ella era poco creativa, que no sabía cómo hacer algo así, le refuté diciéndole que la creatividad es cuestión de práctica, ejercitas el cerebro y aprende a hacerlo, conlleva algo de disciplina, no es nada inspiracional, lo que sí le dije fue que era admirable su labor, saber que cargabas con la responsabilidad de una vida, conllevaba más esfuerzo y muchísima ética profesional, le dije que lo mío era simple, lo suyo, conllevaba algo más que práctica, amor.

Cuando nos dimos cuenta, y bajamos de la burbuja en que estábamos, en la habitación había más personas, llevábamos varias bebidas y seguíamos comiendo bocadillos, la plática fluyó de forma natural, los temas de conversación eran diversos, política, economía, educación, arte, cine, música, debatíamos y aunque no teníamos gustos muy similares, terminábamos llegando a acuerdos de percepciones mutuas.

Me miraba intensamente a los ojos, le sostenía la mirada, me sentía ansiosa, nerviosa, habían pasado algunas semanas desde que la conocía, y eso que algunos llaman alma, se sentía fuertemente atraída por ella, de repente sólo quería congelar el tiempo, que esa velada no tuviera fin, me di cuenta que más allá de lo cambiante que era en algunas ocasiones, era una chica increíble, era una gran mujer.

Como dice la canción, nos dieron las diez y las once y nos corrieron del café, claro de forma amable, luna y yo reíamos, prometimos volver otro día más temprano y nos sugirieron viernes o sábado, cerraban a la 1am, por mi mente cruzó pasar toda una noche platicando con ella, era exquisita la sensación de saberla ahí, de saber que tenía tanto por dar.

Subimos a mi auto y fui a dejarla a su casa, estando afuera hablé.

-Luna-me aclaré la garganta- lo he pasado muy bien, ha sido una hermosa velada- en la oscuridad de la noche veía sus hermosos y enormes ojos brillar

-Gracias por hoy Ileana, me la pasé increíble-

-Espero podamos repetir más seguido- dije un tanto nerviosa

-Claro, yo también lo espero- estábamos frente frente sentadas en el auto- Ileana- respiró profundamente y tomó mi mano- eres una mujer hermosa- su respiración era entrecortada- no lo sigo físicamente, tienes un alma bella- no resistí.

Me acerqué con la mayor delicadeza que pude a sus labios y cerré los ojos, por primera vez nos dimos un beso lento, dulce, muy tranquilo, como reconociendo y tratando de guardar memorias de ello.

Los invito a leerme también en wattpad https://www.wattpad.com/user/ClaudiaGmez968

Gracias por sus valoraciones y comentarios, en especial gracias a quiene se toman la molestia de escribirme un email. Felices vacaciones :3