De regreso a México (capítulo 5)

Confusión

Abrí los ojos y la miré, por inercia ambas sonreímos levemente, me sentía sonrojada, ella lo estaba.

-Ileana-hablaba con la respiración entrecortada-yo...- me quedé viéndola.

-Luna no tienes que decir algo- me apresuré a hablar-

-No, si tengo que decir- la vi seria, muy firme en lo que decía- no soy tan tímida o retraída como lo crees- esas palabras me cayeron como balde de agua fría- pero trato de contenerme porque no sería simple tener un problema con alguien que vive al lado de mi casa- ahora era yo quien no sabía qué decir- me gustan tus ojos.

-gracias- respondí luego de unos segundos de mirarla fijo- Luna, no tengo muy claro ningún aspecto de mi vida, pero me gustas, me atraes muchísimo...

-Pues tú también me caes bien- me sonrió. Me sentía confundida, un poco molesta, parecía que Luna quería jugar conmigo.

-No pues, ya la hice- mire hacia el horizonte, no sabia que hacer, no sabia si irme o quedarme, y de quedarme, no sabia que hacer.

-Anda- sentí sus labios en la comisura de los míos-vamos que se está oscureciendo y te puedes perder de regreso a casa- comenzó a caminar-

-¿me estás corriendo?- dije molesta, ella sonrió.

-Estoy cuidándote- se giró y caminó- eres muy enojo a, relájate- Luna estaba lunática, jugaba conmigo y eso le divertía, era como una niña jugando con palabras, cosa que creo se le da muy bien. Caminé detrás de ella.

Llegamos a la entrada de su casa y tomé mi caballo, Luna me observaba y cuando estaba por montarlo, habló.

-¿Te vas sin despedir?-en automático puse los ojos en blanco y luego la miré fijo, sonrió ampliamente y sus ojos se llenaron de un hermoso brillo. Me acerqué a ella.

-Nos vemos Luna-

-¿Así eres siempre de seria?- preguntó divertida.

-¿así eres siempre de loca?- le respondí molesta.

-ay- fingió voz de niña- creo que estás molesta, no te preocupes, el camino y el aire hará que te calmes- me dio un corto beso- adiós- se metió en la casa y me quedé más confundida de lo que había estado en toda la vida.

Me subí al caballo y lentamente me retiré, me sentía tonta, me quiso dar risa porque esto parecía un jueguito de adolescentes, o yo era muy intensa o a ella le valía todo, esa mujer me confundía, un día muy tímida, al otro aventada, luego desaparece y después se burla de mi, en qué lío estaba metida.

Llegué a mi habitación muy confundida, quería dejar de pensar, mi abuelo subió con una bandeja con comida, me dijo que ocupaba alimentarme bien, así que obedecí y comí. Luego me tiré en la cama y me sumergí en un profundo sueño.

Desperté  con mucho frío, revisé en el reloj, eran las 5 a.m. Me metí bajo las cobijas y seguí durmiendo, cerca de las 9 a.m. Me levanté y me di un rápido baño, me vestí y bajé a tomar el desayuno, estaba muy hambrienta, traté de bloquear mentalmente a Luna, no quería romperme la cabeza pensando en qué la hacía actuar de esa forma.

El desayuno estuvo delicioso, nos sirvieron un wrap de queso fresco con pico de gallo y trozos de carne en salsa, ensalada de verduras crudas, frijoles, totopos, jugo y café. Al terminar mi desayuno tomé un trozo de pan y le coloqué un poco de mantequilla encima, disfruté bastante el desayuno. Cuando terminamos mi abuelo me mandó a la destiladora, me dijo que él se quedaría en casa pues tenía otras cosas que hacer.

Me fui en moto, al llegar el papá de Alexa me esperaba, estuvimos trabajando hasta las tres de la tarde, el trabajo en la destiladora no era pesado, no al menos físicamente, pero era muy agotador mentalmente. Después me fui a casa y me tiré en el sofá que estaba en la planta baja, estaba agotada. Me quedé dormida un rato.

Eran como las cinco de la tarde cuando mi abuela me despertó y me fui a comer, al término tomé la moto y me fui a dar un paseo, esta vez llevé mis audífonos puestos, en mi iPod puse música a todo volumen y disfruté el aire golpear mi piel. Dejé mi bloqueo mental para después y me puse a pensar en Luna, era una chica linda, con un sentido del humor que aún no comprendía del todo, me agradaba. Por el otro lado estaba Lucía, ese era tema a parte.

Pensé un rato en ambas, cuando los recuerdos de Lucía me abrumaron una lagrima brotó de mi ojo izquierdo y esta vez decidí bloquearlas a ambas, no permitiría que ninguna me afectara. Además, bajo la advertencia de mi abuelo, si algo salía mal, no podría irme tan fácil de México, debía enfrentar ahora sí todo lo que sucediera.

Regresé a casa y estaba Alexa esperándome, era viernes y al día siguiente no trabajaría, me propuso hacer algo para divertirnos, acordamos ir a nadar un rato al lago y preparar algo de comida, me dijo que invitaría a Roberto y algunos amigos, el plan sonaba bien así que me fui a dormir con la esperanza de pasar un sábado agradable.

Un beso muy ardiente me despertó, era mitad de la noche y alguien me besaba desesperadamente, cuando recobré la conciencia identifiqué los labios, me limité a tomarla del cuello y seguir el beso, me mordía los labios y aprisionaba mi lengua, extrañaba bastante algunas de sus habilidades, Lucía me tomaba del cabello y lo jalaba, comencé a excitarme demasiado, quería estar con ella, necesitaba eso más que nada y no tenía tiempo para explicaciones o remordimientos, me posé sobre ella y besé su cuello desesperada.

Un tremendo golpe se escuchó, abrí los ojos, ya había sol, era cerca de mediodía. Alexa me miraba confundida.

-¿Estás bien?- todo había sido un sueño

-No- tapé mis ojos con las manos- estaba a punto de darme a Lucía-

-No pues si quieres regreso al rato- soltó una carcajada- anda, es mi último fin de semana de vacaciones y quiero pasarla a lo grande-

-Voy- levanté la sabana que me cubría y me senté en el borde de la cama- no sé por qué carajo soñé a Lucía-

-Se te va a poner celosa la Solecito- rió

-Se llama Luna- le dije simulando estar enojada

-Jajaja- lo sé tonta, levántate, hay cosas por hacer- de mala gana me metí a la ducha, cuando salí ya no estaba Alexa, me vestí con un short rojo y una camiseta verde, tomé mis tenis blancos y me peiné, después bajé a tomar el desayuno, todos ya habían terminado de comer, saludé y me fui directo a la cocina, Martha, la señora del servicio insistió en que ella me servía, la ignoré y llevé mi plato a la mesa, regresé por jugo a la cocina y le agradecí sus atenciones pero en la medida de lo posible quería ser independiente, se limitó a sonreír, era su trabajo pero no me molestaba, por el contrario, me sentía inútil sin siquiera servir mi comida.

En cuanto terminamos el desayuno, Alexa me apresuró para irnos al pueblo, compramos algo de carne, vegetales y refresco, nos regresamos a la hacienda donde cargamos todo en la camioneta para llevarlo cerca del lago, ella se tomó la molestia de invitar a algunos amigos suyos, yo aún no hacía amigos en el pueblo y aunque me hubiera gustado, me contuve de invitar a Lisa y Luna, estaba aún molesta por su actitud de un día anterior.

Unos minutos después llegó Roberto con un amigo, Luis. Y más tarde llegaron Alejandro y Kevin con sus respectivas novias, a esos chicos los conocí el día de la cena con mi abuelos, recién llegando a México.

Alexa y Roberto colocaron el asador y encendieron el carbón, yo me divertía observándolos pelear, qué hubiese dado por tener ahí cerca a mis hermanos, llevaba menos de dos semanas en México y ya los extrañaba, así como a mis padres.

Para calmar un poco el ambiente entre ellos y tratando de que el juego no se pasará a un problema de verdad, me acerqué y le comenté que yo podía preparar la carne, que alguno de los dos me ayudara y el otro preparara las bebidas, habíamos llevado lo necesario para preparar algunos cocteles.

Alexa me ayudó mientras Roberto servía bebidas, por mi parte me limité a algunos shots de tequila, Alexa se acercó a mí oído cuando estaba colocando más carne cruda en el asador, me alertó que Luna estaba llegando, que no me sorprendiera al verla. Tragué saliva, eso no lo esperaba. Me giré un poco y la miré con Lisa y un chico más, llegaron hasta donde estábamos y nos saludaron uno a uno, Luna faltaba de saludarme, al final, se acercó a mí.

-Hola- la vi tan tranquila decidí seguirle el juego-

-Hola guapa- le dije animada mientras volteaba unos trozos de chistorra-

  • ¿qué?- rodó los ojos - ¿ya estás mejor que ayer?- me miraba expectante-

-Claro, mejor que nunca- le sonreí

Esta iba a ser una larga tarde.

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Estaré actualizando más rápido ahí.

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