De regreso a México (capítulo 4)

Digamos que es un mini capítulo, tomémoslo como regalo de día de San Valentín :3

Capítulo 4 (mini)

Puse música y me metí en la cama, pronto llegó un profundo sueño. Por la mañana me levanté más temprano de lo habitual, me puse shorts y me fui a caminar un rato, necesitaba contrarrestar mi ingesta de alcohol de los últimos días. Nuevamente vino  a mí el recuerdo de Lucía, no podía engañarme, si bien no la amaba, o no al menos de la misma manera, tampoco podía decirse que la odiase, hasta la extrañaba. Extrañaba sus besos por la mañana y el suave roce de su piel. Quizá era hormonal puesto que no todos los días la recordaba.

En una ocasión fuimos a comer a un pequeño restaurant y cuando nos dimos un corto beso una mujer que estaba a una mesa de la nuestra derramó agua del botellín que sostenía en la mano, nos miraba fijo mientras que el agua chorreaba por su mentón, me percaté de ello y me acerqué a Lucia, le dije que literalmente esa tía se había mojado al vernos, ambas soltamos una tremenda carcajada.

Me pregunté qué estaría haciendo en ese momento, qué estaría pensando, si sabría que estaba en México.

Regresé a mi habitación después de una hora, me di un baño lento y después bajé a desayunar, eran las 10 a.m. mi abuelo ya estaba en la destiladora así que tomé rápido mis alimentos y me fui para allá.

El día de trabajo pasó rápido, prácticamente no tuve tiempo de nada, Roberto y Alexa me explicaban a detalle lo que serían mis labores a partir de ese día, al igual que el correcto proceder de cada empleado.

Por la tarde nos fuimos a comer y luego salí a ensillar un caballo, mi favorito hasta ese día. Fui a buscar a Luna y para mi sorpresa, estaba en casa. Me invitó a pasar y no quise negarme, fuimos a la sala de su casa, era un lugar amplio y muy bien iluminado, las paredes estaban en un tono aperlado que por poco daba al blanco, los muebles eran contemporáneos, en general todo estaba actual, me extrañaba porque esa Hacienda no era reciente.

-Tienes un hogar muy bonito Luna- exclamé con nervios.

-Mis papás decidieron la decoración de la casa, compraron los muebles por encargo en un catálogo hace algunos años- me explicaba- me gusta... pero me gustan más los muebles rústicos- nos sentamos ambas en el sofá.

-La Hacienda de mis abuelos es muy rústica gracias a que ninguna persona se ha tomado el tiempo de renovarla- sonreí- quizá sea hora de algo así-

-Oye no- me interrumpió- así está perfecta- percibí un ligero tono rosado en sus mejillas- a mí me gusta- acto seguido tomó un mechón de su cabello y lo acomodó detrás de su oreja.

-Luna- traté de darle seriedad al asunto- creo que tenemos una platica pendiente- ahora la ruborizada era yo-

-Lo sé, pero quizá éste no sea el mejor momento...- miraba hacia los lados mientras yo valla venía expectante- ni el lugar... -¿vamos a dar un paseo?-

-Claro- respondí con calma, luna se mostraba seria, y yo no sabia en que estaba metida.

-Bueno- se incorporó - vamos- me levanté enseguida.

Estaba muy nerviosa, solo atinaba a acceder o declinar, el terreno en el que estaba no era estable y lo único que deseaba era terminar con esa angustia.

La seguí por la casa hasta llegar a la puerta, me miró directos los ojos y le sonreí de la manera más tonta que alguien puede hacerlo.

Comenzó a caminar, me descolocaba el hecho de no saber sus próximos movimientos, a veces sentía que me seducía, otras sentía que solo era una ingenua haciéndose ilusiones con una chica que ni en el mundo la hacía. Me desesperaba sentirme así.

Caminamos algunos minutos en silencio, mi respiración estaba alterada, no sabía lo que sucedería, me encontraba nerviosa.

Cuando nos encontrábamos ya lejos de la casa, me acerqué más a ella, a escasos centímetros sin dejar de caminar, y decidí jugármela.

-Luna- respiré profundamente- Sé que esto va a ser lo más extraño que hayas escuchado, pero quiero que sepas algo- se paró en seco y se colocó frente a mí-

-Dime- su intensa mirada aprisionaba los movimientos de mis ojos.

-Nos conocemos hace poco, lo sé, pero me atraes de una forma incesante, me agrada verte, me alegra el día, me pongo como una cría- Para ese entonces ya sentía mis mejillas más que calientes. Luna me miraba inexpresiva, no sabia si continuar o dejarlo así. Esperé un poco y al no obtener respuesta, proseguí- claro que no tienes por qué lidiar con esto, no significa que tengas que corresponder, sé que ni siquiera tienes la obligación de acceder a vernos, me pareció necesario venir y deci...- de pronto los labios más cálidos que he sentido en mi vida se posaron sobre los míos.

Un tanto aturdida por todo lo que sentía, reaccioné lentamente al beso, abrí la boca para intensificar el beso, nuestros labios se intercalaron, danzaban al mismo ritmo, mis ojos se cerraron por inercia y me dejé llevar, le beso era lento pero muy cálido, era como reconocernos, como si hubiésemos estado diseñadas una para la otra. Posé mis manos en su rostro para cerciorarme que la estaba besando, Luna colocó lentamente sus manos en mis hombros, me acerqué cuanto me fue posible a ella, quería sentirla cerca, conmigo.

Separe un poco su labio inferior e intenté entrar en su boca, ella lo permitió con un movimiento de labios casi inmediato, con un poco de miedo comencé a acercar mi lengua a su boca, lo primero que hice fue rozar con la punta su labio inferior, la sentí estremecerse al contacto, bajé mis manos y las pasé a su cintura, traté de pegarla más a mí, una descarga de electricidad me recorrió todo el cuerpo, era alucinante la experiencia.

Luna sacó la punta de su lengua hasta sus labios y de un momento a otro chocó con mi lengua, provocando así que mi cuerpo se cimbrara ante el contacto, moví lentamente mi lengua contra la suya, Luna aferró sus brazos en mi cuello, la diferencia de estaturas me daba pauta a controlar mejor el beso, sin más decidí entrar en su boca y conocer cada rincón de ella. Nuestros labios estaban pegados, nuestras bocas abiertas y nuestras lenguas comenzaron un dulce juego por chocar con la otra, hacia círculos con su lengua sobre la mía, peleábamos intensamente por ser quien marcara el ritmo del beso, cuando el aire empezó a faltar a causa de la intensidad de nuestras respiraciones, nos separamos.

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donde aparecen los capítulos más rápido gracias a que no tienen que esperar por ser revisados.

Estaré actualizando más rápido ahí.

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