DE PUTA PARA EL COMISARIO 4ta. Parte - LA VENGANZA

Freddy,mientras comíamos, por primera vez tocó el tema de la venganza con el comisario y me preguntó si tenía algún problema en hacerla esa misma noche. Yo estaba desesperada por vengarme de una vez, por lo que le dije que no, que para nada, que estaba de acuerdo. No me dio detalles, pero me aseguro que estaba todo dispuesto. Solamente me previno de que seguramente se iría hasta el amanecer, pero yo no tenía problema. A eso de las 5 de la tarde, uno de los mayordomos me llevó al departamento para que mis viejos me vieran la cara un rato. Entre las 10 u 11 de la noche el comisario me pasaría a buscar.

Cómo les decía el chofer me llevó hasta el departamento para que estuviera un rato con los viejos.

Cerca de las 11 pasó a buscarme el comisario.

Volvimos a la casa de Freddy, pero volvía con una novedad, mis viejos por una situación complicada con un banco, tenían que volverse urgente a Buenos Aires.

Me dijeron que ellos después ya no iban a volver porque quedaban 10 días y el trámite les iba a llevar tres o cuatro.

Pero, a la vez que si quería podía quedarme que me dejarían un poco de dinero, cosa que por supuesto acepté.

Para adentro yo pensaba, no se imaginan que he juntado mis buenos pesos, haciéndome garchar..

Así que iba a quedarme solita 10 días en Punta.

Cuando le comenté la noticia al comisario enseguida me respondió no te preocupes que aburrirte no te vas a aburrir, para nada.

Llegamos a la casa de Freddy y ya estaban esperándonos, él había invitado a varios amigos y estaban tomando unos whiskys.

Ya estaba allí Rosendo, el negro, pues el comisario lo había llevado antes de ir a buscarme.

Estuvimos tomando unos tragos y empecé a notar que Rosendo estaba desconocido, estaba muy excitado, conversaba por aquí, por allá.

De repente entraron dos mujeres muy exuberantes, miraron a Freddy que les hizo una seña y se arrimaron las dos al negro Rosendo.

Estaban imponentes de cuerpo y su vestimenta impactaba, el negro hijo de puta enseguida se alborotó, y poco después ya estaba a los chupones con ellas.

Antes de decirmelo nadie, me dí cuenta que eran dos travas.

El comisario se me acercó y dijo, bueno guacha, llegó el momento sentáte a disfrutarlo.

Le pregunté… Te parece que se dejará…

Su respuesta fue, con lo que le dimos… cualquier cosa…

La morocha le empezó a chupar la verga al negro… él no veía, pero el trava a nosotros nos mostraba la pija…

Después la rubia se puso en cuatro patas y Rosendo le ensartó el orto...la rubia también nos hacía notar su guasca…

Pero, cuando se desbolaron los travas, se sintió un fuerte murmullo…

tenían unos cipotes escandalosos…

No pregunté que le habían dado a Rosendo, el tema es que le dieron verga casi una hora y después terminaron haciéndosela chupar y el negro todo lo aceptó…

Lo desarmaron a pija...

El negro hijo de puta estaba muerto, le habían desjaretado el ojete con aquellas tremendas garchas.

Se quedó dormido en el sofá después de que les chupo la pija a los dos travas.

Entonces el comisario se empezó a mover para llevarselo, después que se habían ido Freddy me contó, que además al otro día el negro se iba a encontrar con una orden judicial que le prohibía volver a visitar, residir o trabajar en el departamento de Maldonado (dónde está Punta del Este) eso lo habían arreglado el comisario y Freddy con un juez de Maldonado.

En serio le dije, no va a poder vivir ni nada, entonces no tengo que preocuparme de que me moleste después de esto.

No, para nada me dijo, quédate totalmente tranquila.

Qué bárbaro…

Y el juez porque aceptó hacer eso…

Según el comisario, el negro tenía antecedentes y además nosotros le hicimos algunos comentario de ti y lo invitamos a venir para conocerte.

Pero, él está acá?

Claro que está, ahora después cuando se empiezen a ir los demás te lo presento.

Por supuesto que, ante ese comentario, mi cabecita enseguida entró a trabajar, calculé que iba a tener que devolverle el favor de alguna manera, y resolví averiguar algo más para estar mejor preparada.

Al rato volví a arrimarme a Freddy y le pregunté cuál era el juez, me lo señaló, pero antes de ir hacia él, le dije, dame algún dato no seas malo…

Freddy entonces, me dijo… mira el loco es bastante degenerado, pero... a vos te gusta todo, así que…

Haciéndome preguntas sobre qué me esperaría con el degenerado del juez, según Freddy, era un viejo pelado de 60 y pico, estaba fumando un habano y realmente tenía una cara de degenerado impresionante.

Me invitó a tomar un whisky en un salón aparte y realmente estaba acostumbrado a mandar porque enseguida me planteó cuáles eran sus intenciones para pasar un buen rato conmigo.

El tipo estaba enroscado en el tema de la dominación,

Yo estaba para la novelería y jugando a la putita. Y con un par de píldoras recién tomadas.

Tenía mucho que agradecerle al juez, y además él me dijo que me iba a ser un muy buen regalo, que no me iba a arrepentir, así que al poco rato estaba posando de gatita mimosa y el culo ensartado.

Luego de que Freddy y los otros amigos del juez (que eran 4 o 5, no me acuerdo) habían sacado unas cuantas fotos me hizo cambiar de lugar.

Me hizo poner de rodillas sobre una mesa, y cuando quise acordar me había puesto dos aparatos que yo nunca había visto antes, uno en cada pezón, que me los succionaban de manera tal que me los pusieron con una excitación de locos que nunca había tenido.

Mis tetas parecían infladas, estaban enormes y duras.

Sacó de un bolsillo otras cosas que no conocía, resultaron ser unas pinzas con una cadenita. Me prendió una pinza en cada pezón y a partir de ese momento tuve que seguirlo como una mascota cuando él tiraba de la cadenita, pues realmente dolía, aunque también me gustaba.

La cadena tenía un control desde donde el juez manejaba la presión que hacían las pinzas o me daba choques eléctricos.

Aquellas suaves descargas eléctricas, en mis pezones parecían latigazos, los tenía durísimos y estirados como nunca.

Era la primera vez que estaba en esa situación, y no me hubiera imaginado que me resultaría tan excitante …

Me sentía totalmente entregada a los antojos del juez.

Y cuando él, delante de todos los demás, me preguntó…

Guachita, qué estás dispuesta a hacer?

Mi respuesta, fuerte y clara (para que todos la oyeran) fue…

Lo que a vos se te antoje…

Cualquier cosa?....

Si, cualquier cosa …

Se acercó Freddy con un vaso de whisky y la bandeja de píldoras, metí dos en mi boca y las tomé junto a un largo trago de whisky.

Una mirada de Freddy me hizo ver que aún quedaban varios rayones peinados en la otra bandeja.

Tomé el billete de 100 enrollado que me ofrecía y me mandé un par de rayas.

Vacíe de un par de tragos lo que restaba de whisky y apenas lo hice un tirón estiró mis pezones y debí acompañar obediente al señor juez…

Antes de salir el juez me coloco un collar con cadena, una mordaza con una pelota metida en mi boca, unas anchas pulseras de cuero y en los tobillos igual.

Desnuda como estaba , llevada de una cadena y a gatas, tuve que acompañarlo hasta una camioneta grande con vidrios ahumados, también fueron los demás que eran cuatro tipos más Freddy, o sea 5. Subieron todos y a mi me pusieron en la parte de atrás, donde no habían asientos, y arrancaron conmigo allí en cuatro patas, en bolas y les juro… RECALIENTE.

No sabía para dónde me llevaban, 5 minutos después llegamos a una casa grande rodeada de parque, me hicieron bajar y me llevaron adentro.

Los que nos recibieron no eran los típicos mayordomos o mucamos que yo había visto siempre, eran unos tipos más bien forzudos vestidos de cuero, llenos de tatuajes.

Enseguida bajaron por unas escaleras una vieja canosa y una gorda tetona más joven.

Los tipos vestidos de cuero, a una señal del juez, me llevaron sin muchos miramientos hasta un rincón de la sala.

Mientras uno empezó a meter cosas dentro de un bolso, el otro conmigo en cuatro patas como estaba, sacó un consolador-vibrador y empezó a hacerme una paja, enseguida sentí que me metía algo frío en el culo, después supe que era una especie de gancho.

Dejó de pajearme, me sacó el gancho del culo para ensartarlo con un consolador impresionante de grande

Me dejaron allí con el ojete desjaretado y se arrimaron el juez y Freddy.

Me preguntaron si tenía hora para volver, mi respuesta fue que como ya sabía Freddy, estaba sola en mi casa, por lo que tenía total libertad.

Entonces el juez dijo, entonces a partir de ahora, salvo que tú pidas que paremos, arrancamos a hacerte de todo.

No voy a mentir, sentí algo de temor, pero también deseo, además Freddy me susurro al oído… Tranquila, disfruta y goza, que te vas a ganar 1.000 dólares.

Esto terminó de decidirme, pero de cualquier forma no sabía lo que se venía.

Después la sigo

Chauuu