De puta a esclava
Julieta había comenzado con la prostitución de muy joven, pero buscaba emociones más fuertes. Su primo, abogado, le ayudará.
De Puta a Esclava
Introducción.
Aclaración para los sarcásticos e irónicos y gente que se ofende fácilmente. Abogados, Julietas, Rominas, Ramonas, Julios, Martínez, Ortiz, Rialto, putas, etc. no tengo nada en contra de ellos y cualquier semejanza con la realidad es pura casualidad. Esta historia no es real ni lo pretende, es pura fantasía como tantos cuentos, novelas e historias que nos deleitan cuando los leemos.
Grande fue la sorpresa del Dr. Julio Martínez Ortiz cuando la secretaria le anunció que su prima Julieta estaba en la recepción y quería verlo.
Julio era abogado y tenía su estudio cerca de los tribunales de la ciudad. Su prima Julieta Martínez Rialto, era una ramera que trabajaba en un prostíbulo de la ciudad, por lo cual gran parte de la familia la ignoraba y no quería tener relación alguna con ella. Ese era también el caso de Julio.
Le indicó a la secretaria que la hiciera pasar. Después de todo era su prima, aunque hubiera preferido que no se apareciera por su estudio.
-Hola Julio, ¿cómo estás? Tanto tiempo sin verte.-
-Sí, desde que comenzaste con tu trabajo que no nos veíamos.-
-Bueno, sabías que trabajaba de puta desde los 16, pero de manera informal, callejeando un poco, ofreciéndome en bares, visitando el puerto, etc. Cuando cumplí 18, hace 4 años, comencé en el prostíbulo "La Casa Dorada" que es donde sigo trabajando.-
-¿Y a qué viene tu visita? ¿Problemas legales?-
-No exactamente. Quiero que me asesores porque quiero convertirme en esclava. Transformarme de puta en esclava.-
-¡Quéééééé! ¿En esclava?-
-Sí Julio. Conozco de qué estoy hablando. Quiero someterme a un amo, un varón que me haga su esclava.-
-Estás complemente loca. Ya siendo puta me imagino que te deben tratar bastante mal y encima quieres convertirte en esclava. Pero aclárame eso de esclava de un varón.-
-Es someterse totalmente a la voluntad del amo. Podrá hacer conmigo lo que desee. No solamente cogerme sino ser riguroso conmigo, castigarme duramente ante mis faltas, etc. Soy una sumisa.-
¿Y que tengo yo que ver con todo eso?-
-Necesito que redactes un contrato de esclavitud y que luego discutas con mi esclavizador las condiciones a las cuales seré sometida. Es la compra-venta y transformación de una puta en una esclava. Un poco diferente que cuando se comercializaban esclavas y esclavos, pero no muy diferente. El dinero que puedas sacar por esclavizarme y venderme, será para el pago de tus honorarios.-
-Francamente no dejas de sorprenderme y creo que estás completamente loca. ¿No quieres ser más puta?-
.No, me he cansado coger y nada más. Quiero ser sometida, castigada, pertenecer a alguien que me domine, pero que sea un varón para que me use como mujer.-
-No sé que decirte, me sorprendes.-
-Julio, te pido que aceptes hacerme ese favor. Insisto, mi esclavitud puede recompensar tus honorarios.-
-No estaba pensando en honorarios. Realmente nunca me tocó hacer una cosa así.-
-Puedes buscar en Internet, modelos de contratos y todo lo relacionados con las mujeres esclavas. ¿Quién mejor que un abogado para que intervenga en la redacción de un contrato?-
-Bien, llámame dentro de una semana que pensaré qué se puede hacer y tendré preparado algo cuando me informe del asunto.-
-Muchas gracias Julio. Sabía que podría confiar en ti. ¡No sabes lo contenta que estoy que pueda realizar mi sueño de esclavizarme!-
Así finalizaba la entrevista. Julio, aunque desconcertado, puso manos a la obra. Una semana después ya tenía redactado el borrador de contrato, pero quedaban algunas cosas para aclarar, por lo cual citó a Julieta a su estudio.
-Primero de todo debo decirte que en virtud del artículo 1327, inciso "c" del Código Civil, no puedes esclavizarte por propia decisión. Todo contrato no será más que una declaración de que quieres someterte y carecerá de valor legal efectivo.-
-Además me deberías precisar un poco más qué limitación tendrá quien te compre y esclavice. Lo que había pensado era casi sin limitaciones.-
-Eso es lo que quiero. Que mi esclavizador haga conmino absolutamente lo que quiera. Azotarme, encerrarme en una jaula, atarme, torturarme. Él será libre de usarme como quiera. Mientras no ponga en peligro mi vida, tiene todo permitido. No hace mucho vi un video que había comprado una de mis compañeras de trabajo en la que aparecía una mujer joven que era tomada por la fuerza y luego de violarla reiteradamente, le ataban las muñecas de una viga y sobre su cuerpo, completamente desnudo, descargaban una y otra vez el látigo dejando marcas en todo su cuerpo. Cuando terminé de verlo, debí hacerme una paja porque no podía más de la excitación.-
-Me resulta curioso que te calientes pensando en que te están torturando, pero evidentemente eres una sumisa masoquista. Me parece que es un caso para un siquiatra.-
-No Julio, no es así. Quizás no puedas entender lo que yo siento. ¿Qué más pudiste averiguar?-
-Me informé que la mejor manera de ubicarte es a través de un remate, que periódicamente se realiza con la mayor discreción ya que "teóricamente" está prohibido, pero se hacen de todas maneras. En cada oportunidad se venden dos o tres esclavas. Hay mejores oportunidades y se pagan mejores precios.-
-Es excitante ser subastada. Tú puedes ser mi dueño y que me vendas. Lo único que te pido es que cuides lo que te he dicho, que sea un varón y que me someta a su voluntad, usándome como puta y esclava. No me gustaría tener que chuparle la concha a una mujer.-
-Justamente he escrito el borrador. Léelo a ver qué te parece. Casi adelantándome a lo que has dicho, casi no tiene límites para que te usen.-
CARTA DE INTENCIÓN DE SUMISIÓN Por el presente Acuerdo yo, Julieta Martínez Rialto, en uso de mi facultades, expreso mi deseo de asumir el rol de esclava sumisa sometiéndome a la voluntad del varón que me acepte y quiera esclavizarme de por vida
Por este mismo acto renuncio por completo a mi identidad, aceptando en el futuro el nombre que el Amo y Señor del cual soy propiedad, decida usar para identificarme.
De acuerdo con lo antedicho acepto las cláusulas que a continuación se detallan:
Articulo 1º Para que pueda ser reconocida como esclava en cualquier momento y en cualquier situación, acepto llevar las marcas o identificaciones de cualquier tipo, que mi Amo y Señor disponga, como asimismo usar las ropas o estar despojadas de ellas según su voluntad.
Articulo 2º Al aceptar mi condición de esclava me obligo a acatar permanentemente las decisiones de mi Amo y Señor, obedeciendo todas sus órdenes. Si así no lo hiciere seré pasible de los castigos, de cualquier tipo, que mi Amo y Señor me imponga, sin apelación alguna. También podrá hacerme castigar por un tercero. Articulo 3º Mi Amo y Señor también podrá castigarme o imponerme penitencias por el solo placer que ello le cause, como único motivo del mismo. Asimismo podrá usarme o hacerme usar, como objeto sexual haciendo uso de mi cuerpo como mejor le parezca, sin limitación alguna.
Articulo 4º Acepto que mi Amo y Señor disponga de mi persona, me venda, alquile o ceda a cualquier otro varón para que continúe usándome como esclava con todas los derechos enunciados en el presente, que incluye cualquier tipo de castigo o tortura para mejor educarme. Podrá usar cualquier método para ofertarme sin limitación alguna. Su decisión no podrá ser apelada.
Articulo 5º Mi Amo y Señor podrá exhibirme en público de la manera que crea conveniente, vestida o desnuda y podrá publicar o difundir videos y fotos de mí en las condiciones que crea conveniente. Articulo 6º Acepto someterme a la voluntad y deseos de mi Amo y Señor, cualquiera sean éstos, sin limitación alguna, considerando que los mismos serán siempre para mi mejor educación y entrenamiento como esclava. Articulo 7º Dentro de mis obligaciones también estarán que mi Amo y Señor pueda ensayar y probar sobre mi cuerpo todo tipo de instrumento de castigo o tortura que exista o se fabrique en el futuro, sin limitación alguna, sea eléctrico o mecánico, a fin de probar su eficacia o por simple placer.
Como prueba de mi voluntad de ser esclavizada, en las condiciones enunciadas y que elijo libremente, firmo este ejemplar a los 23 días del mes de agosto del año 2007
-Me parece que expresa lo que quiero. Es muy amplio y mi Amo y Señor, como tú lo indicas, podrá disponer de mi cuerpo a su antojo. Si quieres la firma ya.-
-¿Entonces estás de acuerdo que te ofrezca para ser subastada, agregando esta carta de intención como parte de la venta? La próxima subasta se hace dentro de 45 días.-
-Así es. Desde ya te considero mi dueño y luego transfieres tus derechos cuando me subastes. Otra cosa, ¿podrías hacer el seguimiento mío mientras permanezca en el prostíbulo?-
-No te entiendo bien. ¿Qué debería hacer?-
-Indicarle al dueño del prostíbulo que eres mi dueño y que dispones totalmente de mí. Que estás pensando que en poco tiempo deje de trabajar como puta porque tienes otros planes, que me visitarás cada diez días para verificar mi comportamiento y que cobrarás lo que me corresponde como trabajo de puta. Ya no necesitaré más dinero.-
-Bueno, puedo hacerlo. Lo que ha pedido la gente que te va a subastar son algunas fotografías tuyas para comenzar a hacer el marketing de la venta. Necesitan ofertar la mercadería para una mejor puja. Necesito media docena de fotos en formato electrónico.-
-Supongo que son fotos desnuda.-
-Creo que será lo mejor. Seguramente mostrando tu concha abierta, por lo menos en alguna.-
-Uno de mis clientes habituales de la casa de putas es fotógrafo. Le pediré a él que me haga las tomas.-
Así finalizó la segunda visita de Julieta al estudio de Julio. Al día siguiente se presentó al dueño del prostíbulo para comunicarle las novedades respecto de Julieta.
-Buenas tardes. Soy el doctor
Julio Martínez Ortiz, actual dueño de Julieta Martínez Rialto, la puta que trabaja habitualmente aquí.-
-No me había dicho nada Julieta que ahora tenía un dueño. Mucho gusto en conocerlo.-
-He venido para comprobar el comportamiento de mi pupila y comunicarle que todos los dineros que le corresponden por su trabajo, los recaudaré yo de ahora en adelante y que pronto dejará de trabajar aquí ya que tengo otros planes.-
-Lamento que Julieta se vaya de aquí. Es una muy buena puta, joven y que atrae clientes. No es fácil encontrar mujeres jóvenes y con experiencia en la prostitución. O vienen jovencitas sin ninguna experiencia como putas o mujeres ya maduras con experiencia pero que despiertan poco interés entre los clientes. ¿Usted quiere más dinero por cada servicio que ofrece la puta?-
-No, no es una cuestión de dinero. Tengo otros planes. Volveré en diez días. Mientras tanto no le entregue a Julieta el dinero que le corresponde. ¿Qué tal se comporta? ¿Satisface a los clientes adecuadamente?-
-Sí, como le dije es la mejor puta que tenemos aquí. Sus clientes pagan muy bien sus servicios y desde un tiempo a esta parte no pone reparos en hacer todo lo que el cliente le requiere, desde una chupada hasta que se la metan por el culo, pero bueno, supongo que usted se la habrá cogido varias veces ya y conoce sus habilidades.-
-En realidad no la he cogido nunca, pero tiene muy buen cuerpo y no me cabe duda que habrá muchos interesados en cogerla.-
-Ya que no la ha cogido, si quiere puede hacerlo aquí. Esta es una hora de poco movimiento y ella está libre. Por supuesto sin costo alguno. La busca en el salón y se la lleva a alguna de las habitaciones.-
-Acepto la invitación. Será un polvo rápido.-
Julio se dirigió al salón. Allí se encontró con Julieta. Vestía un corsé que dejaba gran parte de sus tetas a la vista y una mezcla de bombacha con bañador que apenas tapaba su concha. La mayor parte de su culo estaba expuesto. Su figura era por demás provocativa. Julio, aunque lo disimuló, tuvo una erección. ¡Qué buen cuerpo tenía su prima!
-Hola Julieta, ¿cómo estás?-
-Bien señor, aguardando algún cliente. Me comuniqué con el fotógrafo y en un rato vendrá por aquí a tomarme algunas fotos tal como usted me lo ha ordenado.-
-Bien Julieta, ya hablé con el dueño y hemos quedado en que no te entregue más dinero a ti y me lo reserve para mí.-
-Como usted diga señor. ¿Las propinas también debo entregárselas a usted, verdad?-
-Sí, por supuesto. Todo lo que recaudes será para mi beneficio. Además me ha ofrecido probarte como puta, por lo cual pasaremos a una de las habitaciones.-
-Como usted diga señor, estoy a su disposición. Por aquí.-
Se dirigieron a una de las habitaciones. Para Julio era una sensación muy extraña. ¿No se habrá metido en problemas?, se preguntaba Estaba tratando a su prima realmente como la pupila de un cafisho (proxeneta). Para Julieta era un cliente más. Qué más daba que fuera un desconocido o su primo. Todos querían lo mismo, cogérsela.
Apenas entraron en la habitación Julio le preguntó por qué esa distancia al tratarlo.
-Para los demás eres mi dueño y te debo respeto. Yo aquí soy solamente una puta.-
Sin mediar otras palabras y casi como un ritual se arrodilló frente a su primo, le bajó el cierre y liberó la pija. Se sorprendió que ya estaba bastante grande. Sin dudarlo se la puso en la boca y comenzó a acariciarla con la lengua.
Julio estaba comenzando a gozar del momento y lamentaba el distanciamiento que había tenido tanto tiempo con su prima. Podría haber gozado de ella mucho antes. En definitiva no era más que una puta, aunque reconocía que cada uno se gana el dinero como puede o quiere.
Una vez que había adquirido las dimensiones y rigidez necesaria se ubicó sobre Julieta, que levantó sus piernas para facilitar la penetración.. La joven tenía, en esa posición, la concha bien abierta y se la observaba brillante por la humedad que bañaba las paredes vaginales.
La penetración fue rápida, entró sin dificultad. Comenzó a moverse dentro de ella y poco después ambos, luego de haber llegado al orgasmo, quedaron abrazados por un momento.
-Julio, no pensé nunca en que quisieras cogerme. Ha sido un verdadero placer haberte servido. Estoy a tu disposición para cuando quieras volverlo a hacerlo aquí o dónde me indiques.-
-Yo tampoco pensé que alguna vez te iba a coger. Te diré que tienes un cuerpo muy apetecible y que ha sido una verdadera satisfacción haberlo hecho contigo. A pesar que la has usado muchas veces tienes una conchita estrecha. De todas maneras creo que no volveré a cogerte. Ésta es tu manera de ganarte la vida y no quiero abusar.-
-Pero si todo lo que podría ganar será para ti. La Casa Dorada no me pagará más a mí y te dará el dinero a ti. Incluso las propinas serán tuyas. Ahora soy tuya, te pertenezco.-
-Es cierto, había olvidado eso, pero volviendo a tu concha, que estrecha que la tienes.-
-Hago diariamente ejercicios para mantener la concha en forma. Ese es parte del éxito que tengo con los clientes.-
Ambos se vistieron y luego de saludarse, Julio, satisfecho por el inesperado polvo, se retiró de La Casa Dorada. Volvió a sorprenderse cuando se despidieron de la manera formal en que Julieta se dirigió a él mientras había otra gente presente. Asumía perfectamente el papel de pertenecer a alguien, tal como ella lo había explicado.-
Unos días más tarde la misma Julieta le llevó las fotos al estudio de Julio.
-Aquí te traigo diez fotos mías. En todas estoy desnuda y tomada desde todos los ángulos. Supongo que será lo que necesitabas. Aquí están las copias y aquí las tienes en formato digital. ¿Te parece que pagarán buen dinero por comprarme?-
-Supongo que sí. Sabes que no conozco este mercado. Déjame verte desnuda y mostrando tu concha. Te repito que tienes una figura que no pasa desapercibida, y desnuda, más.-
-¿Podrás venir a verme después que me vendas, mientras mi futuro Amo y Señor me está castigando?
-No creo. Luego que te venda, es posible que no te vea nunca más. No es frecuente que una vez transferida se tenga trato.-
-Lástima, me gusta tu pija. Sin embargo sé que algunos Amos organizan fiestas a la cual son invitados los antiguos dueños de las esclavas. Pero,¿necesitas algo más? ¿Quieres algo más de mí? ¿Algún servicio, aunque sea rápido, tal vez?-
-Nada, solamente que me firmes la carta de sumisión para iniciar los trámites de tu venta.-
Julieta firmó el documento. En los días sucesivos Julio continuó con los preparativos de la venta de su prima y visitó regularmente La Casa Dorada para recaudar los beneficios que producía Julieta, incluyendo las propinas, aunque no volvió a tener contacto íntimo con su prima. Le hubiera gustado cogerla nuevamente pero consideraba que era mejor no hacerlo. No fuera a ser que se aficionara a la concha de su prima y luego no quisiera venderla.
También visitó la casa donde sería subastada, acordando detalles del proceso y negociando la comisión que cobrarían por rematarla. Se interiorizó de la calidad de los que frecuentaban aquel lugar y consideró que su prima sería tratada acorde a su condición de esclava, pero por gente que no pasaría los límites de lo acordado.
Llegó el día de la subasta. La foto de Julieta había circulado por Internet y había despertado cierto interés. Tres fotos de cada una de las esclavas a ser vendidas estaban apenas se trasponía la puerta de entrada. Esa mañana Julieta debió estar temprano en el lugar de la subasta para que la prepararan para la venta que sería por la tarde. Ese mismo día saldría a remate no solamente Julieta sino también Romina, de 35 años y con marcas de castigos en todo su cuerpo y Ramona, de 38 años, algo entrada en kilos sin mucho atractivo físico. No cabía duda que Julieta era, por lejos, lo mejor de la subasta.
Estaban ya ubicados los compradores en el salón, incluido Julio, cuando hicieron su entrada las tres mujeres. Estaban completamente desnudas y con sus muñecas esposadas en la espalda. Sus tobillos estaban también encadenados con grilletes, más por adorno y para mostrar su sumisión que por necesidad. Tenían además un collar metálico del cual pendía una cadena La única que tenía su concha depilada era Julieta. El aspecto que presentaban las tres era, indudablemente, de esclavas.
Por ser la que más despertaba interés, sería la última en ser subastada. El trámite para las otras dos fue bastante rápido y fueron vendidas a bajo precio. Quedaba Julieta en el estrado. El encargado del remate comenzó haciendo el perfil de la joven.
-La esclava que ahora vamos a subastar tiene 22 años de edad. Ha trabajado de puta en La Casa Dorada y hace muy poco ha decidido convertirse en esclava. Para ello ha cedido todos sus derechos al actual dueño, el Dr. Julio Martínez Ortiz, aquí presente.
El mismo Dr. Martínez Ortiz ha redactado la Carta de Intención de Sumisión que pasamos a leer. Cualquier consulta podrán hacérselo directamente al Dr. Martínez Ortiz.-
Leyó toda la Carta de Intensión.
-Como podrán apreciar se trata de un muy buen ejemplar, muy difícil de conseguir. Dispuesta a esclavizarse por su propia voluntad con la única limitación de ser la esclava de un varón, lo cual demuestra su apetito sexual, que seguramente el nuevo dueño aprovechará.-
-Por su actividad anterior como puta, está acostumbrada a recibir vergas de distinto tamaño y tipo y por cualquiera de sus agujeros.-
-Debido a la extraordinaria calidad de la esclava aquí expuesta, su dueño nos ha autorizado que los posibles compradores puedan examinar de cerca, palpar y evaluar el cuerpo a ser rematado y así hacer una oferta elevada.-
Varios de los asistentes se levantaron de sus sillas y se acercaron a Julieta, que feliz, exponía y prestaba su cuerpo para ser investigado. Algunos se acercaron a Julio para hacerle algunas preguntas respecto de las condiciones de la Carta de Intención.
-Usted sabe que legalmente la Carta no es un documento válido ante la justicia, pero sí un antecedente que le permitirá disponer cómodamente de la esclava.- Aclaró Julio.
-Por lo que veo, no ha recibido castigos visibles. ¿Cree que resistirá un entrenamiento y doma?-
-Estoy seguro de ello. Está ansiosa de pertenecer a un Amo que la trate como a una verdadera esclava y dispuesta a recibir cualquier tipo de castigo. Vea el Artículo 7.-
"
Articulo 7º Dentro de mis obligaciones también estarán que mi Amo y Señor pueda ensayar y probar sobre mi cuerpo todo tipo de instrumento de castigo o tortura que exista o se fabrique en el futuro, sin limitación alguna, sea eléctrico o mecánico, a fin de probar su eficacia o por simple placer
".
Luego se acercó otro de los posibles compradores.
-Dígame doctor, ¿No pondrá objeciones en cuanto a su uso como puta se así lo decido? ¿Qué garantías tengo?-
-El artículo 3 es muy claro en eso. Dice:-
"Articulo 3º Mi Amo y Señor también podrá castigarme o imponerme penitencias por el solo placer que ello le cause, como único motivo del mismo com. Asimismo podrá usarme o hacerme usar, como objeto sexual haciendo uso de mi cuerpo como mejor le parezca, sin limitación".
-Es decir que si quiere usarla como puta callejera o ponerla a trabajar en un prostíbulo, puede hacerlo sin problemas. Por eso dice "usar por terceros". Además tiene experiencia como puta.-
Otro de los asistentes le preguntó:
-El artículo 5 dice que podrá ser exhibida desnuda o vestida con las ropas que se considere conveniente. ¿Ello implica que puedo comercializar por Internet videos y fotos aun cuando está siendo torturada?-
-Por supuesto. Ese es el espíritu del artículo 5. La joven que va a ser subastada ya no es una persona, es simplemente un objeto de uso personal y como tal puede hacer con ella lo que quiera.-
Otro de los presentes se acercó preguntando:
-Usted conoce lo que está vendiendo. Si logro comprarla quiero, además de usar sus agujeros para vaciar mis huevos, tenerla atada, enjaulada o inmovilizada de alguna forma por varias horas. ¿Cree que podrá resistir?-
-Seguro que sí y si no, hay un método infalible. El látigo. Por lo que me he enterado, cuando se ponen un poquito rebeldes, el látigo lo corrige.-
-Deja marcas muy visibles y a veces no se la puede presentar así a los amigos.-
-En ese caso nada mejor que pegarles con el puño cerrado en las tetas. También pegarles en el bajo vientre es efectivo. Eso también las calma.-
Julio hablaba ya como acostumbrado a manejar esclavas aunque no había hecho nada ni siquiera parecido.
Así terminaron los preparativos y la apreciación de la mercadería a ser vendida. Comenzaba la puja.
Las ofertas que subían sin detenerse. Julieta estaba sorprendida del precio que estaban dispuestos a pagar por disponer de ella como esclava y le alegraba que su primo fuera tan generosamente retribuido por haberle ayudado a alcanzar su sueño de convertirse en la esclava de un varón.
Por otra parte imaginaba que quién finalmente la comprara la usaría de manera intensiva de las distintas maneras. Con solo pensarlo se le mojaba la concha y esposada como estaba, ni siquiera podía lograr algún alivio. La excitación se notaba en su cara.
Julio también estaba satisfecho con lo que estaba ocurriendo. Si bien era un ingreso no planeado ni pensado, lo que recaudaría le solucionaría algunos problemas financieros y podría ampliar su estudio. Por otra parte algunos familiares se verían definitivamente desprendidos de esta joven que había decidido, varios años atrás, en puta.
Finalmente el rematador bajó el martillo y Julieta fue vendida. El precio era realmente alto. El comprador era un inglés, el mismo que había preguntado por tenerla atada o encerrada en jaulas. Era un hombre acostumbrado a tener esclavas y esclavos pero ya entrenados. A Julieta le esperaban, seguramente, días muy duros.
Nota: Espero que sea del gusto de: mfatal, sifaxnumida, zorracolorada, HombreFX, Seldon1, Bilitis5, Carlos, Kirilla, Dalai; susita3, abigailesclava y de tantos otros que han leído mis otros relatos.
Continuará