De Puta. (3) Por un 10. Parte 2
Rafa se puso encima de mi hermana y acomodó su verga en la entrada de su panochita y se la metió. La empezó a bombear. -Que rico coge tu novio, hermana. Decía entre gemido Olga.
El novio de mi hermana, Miguel, estaba paralizado, no se movía. Mis manos estaban en su rostro, mi boca en su boca. Empecé a moverme estando arriba de él.
“No debo moverme mucho porque se va a venir y me quedo más caliente” , pensé.
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Nos besamos alrededor de dos minutos, mis movimientos eran lentos, esporádicos, estaba cuidando que no terminara. Sentí su verga erecta.
-¿Puedo… puedo… agarrarte las nalgas? –Me dijo un poco nervioso.
“Qué lindo, me pide permiso” , pensé.
Le agarré sus manos y se las puse en mis nalgas. Me las masajeó por encima de mi pantalón. No hice nada más que mirarlo, tenía una cara de lujuria. Lo hacía torpemente pero me gustaba.
Recordé que no teníamos mucho tiempo. Me quité mi camisa y mis brassier y dejé, frente a su cara, mis enormes pechos. Vi que abrió sus ojos lo más que pudo, asombrado.
-Puedes besarlos, si quieres. –Le dije. –Pero hazlo con cuidado.
Quitó sus manos de mis nalgas y se apoderó de mis pechos, los masajeaba, los besaba. Levanté mi cabeza y me dediqué a disfrutar. Yo ya estaba muy caliente y me mojé.
-Están muy grandes. –Me dijo.
-¿Habías visto otros? –Le pregunté, gimiendo.
-En los videos porno. A tu hermana solo se los he agarrado por encima de su blusa. –Me dijo. Ya no tenía pena de hablarme. –Pero no son ni la mitad de grandes que los tuyos. Los tuyos son como los de una diosa.
Solo lo escuchaba.
-Y ¿Qué cosas has hecho con mi hermana? –Pregunté de curiosa.
-Solo eso. –Casi no hablaba mucho, su boca estaba en mis pechos. –Agarrarnos por encima de la ropa. Una vez casi me la mama, pero luego se arrepintió.
Me calenté imaginando a mi hermana mamando una verga.
-Vamos a coger que no hay mucho tiempo. –Le dije. Me bajé de encima de él y me quité el pantalón y la ropa interior. Miguel estaba más que asombrado. –Quítate lo de abajo y ponte el condón. –Le dije como si supiera que traía condón.
Sacó de su cartera un condón. Mientras lo hacía, me acosté en el sillón y me abrí de piernas. Me preparé para recibirlo.
-¿Quieres probar una panochita? –Le pregunté.
-¿Cómo? –Me preguntó asustado.
-Solo mete tu lengua aquí. –Y le señalé la entrada de mi cuevita.
Terminó de ponerse el condón y se lanzó sobre mí. Empezó a lamer mi panochita.
-Sabe un poco agrio. –Me dijo.
-Así saben las vergas. –Le dije. –Aprende a darle placer a una mujer.
Lo tomé de la cabeza y lo empujé con fuerza hacia mí. No lo solté hasta alcanzar un orgasmo, no tardó mucho en llegarme.
-Y ¿Qué son esos líquidos? –Me preguntó asustado.
-Esos líquidos te los debes tomar con mucho gusto, es un premio a tu esfuerzo. –Le dije.
Se inclinó y me lamió mi panochita, mis piernas, mis muslos. Cuando terminó de limpiarme, se levantó.
Lo miré, sabía que esto era todo lo que iba a obtener de él. No iba a darme placer cuando me la metiera. Pero no iba a dejarlo así, tenía que darle un premio por calmarme.
-Ahora acércate y métemela, despacio. –Le dije.
Acercó su verga peluda a mi panochita peluda. La puso en la entrada. La metió despacio, gimió y la metió toda de un golpe. Estando adentro, no se movió, solo gemía, estaba agitado.
“Ya se vino” , pensé.
Lo tomé de la cabeza y lo recargué en mi pecho; lo empecé a acariciar.
-Muy rico. –Me dijo. –No fue como lo imaginé, pero estuvo riquísimo.
-Y ¿Cómo lo imaginaste? –Le pregunté, divertida.
-Como en los videos porno, poniéndote de todas formas posibles.
-Jijiji. –Me reí. –Entre más práctica tengas, podrás cumplir esas fantasías.
No dijo nada.
Escuchamos las puertas de un auto cerrarse, vi por la ventana y habían llegado mi novio y mi hermana. Empujé a Miguel.
-Vete al baño, llévate la ropa y vístete ahí. –Le dije.
Miguel estaba asustado.
-No le vas a decir nada a Olga, ¿verdad? –Me pidió asustado. –La amo mucho y no quiero perderla.
-Claro que no. Pero corre y vístete.
Agarré mi ropa y corrí al cuarto. Lo cerré y empecé a vestirme. Escuché como entraron a la casa, estaban hablando, no alcancé a escuchar nada.
Mientras me vestía, vi en la cama de mi hermana, una cámara de video. “¿Cuándo compró una cámara de video Olga? O ¿Será de Miguel?” , pensé.
La agarré y la abrí. No sabía cómo moverle. En la pantalla salían las opciones de “Reproducir”, “Pausar”, “Grabar”, “Regresar”, “Adelantar”. Le di a “Regresar”. Ya no se pudo.
Escuché la voz de Miguel, alcancé a escuchar mi nombre.
Le di “Reproducir”. Apareció la imagen:
Se miraba arena, estaban en la playa.
-¿Está grabando? –Se escuchó una voz. Reconocí la voz enseguida.
La imagen iba subiendo. Apareció una de las mujeres más hermosas que he conocido; cuerpo perfecto, trasero bien formado y parado y sus pechos más grandes que los míos. Su rostro hermoso. Era Andrea, mi mejor amiga, estaba posando a la cámara en bikini. Se miraba realmente espectacular.
-Sí, ya está encendida. –Dijo una voz de hombre que no me costó nada reconocer: mi novio Rafa.
Andrea empezó a jugar frente a la cámara.
-Siéntate aquí a mi lado. –Dijo Rafa.
Volteó la cámara y aparecieron los dos rostros juntos: mi novio Rafa y su prima, mi mejor amiga, Andrea.
-Estamos en la playa “x”. –Empezó hablar Rafa. –Aquí vamos a empezar y te enseñaremos todo sobre el sexo.
-O lo que sabemos. –Dijo Andrea.
-Sí. Esto lo hacemos porque tú nos lo pediste, cuida bien esto. –Dijo Rafa.
Se besaron.
-Vamos al agua. –Pidió Andrea.
-Está bien. Seguirá grabando. –Dijo Rafa.
La acomodaron hacia el mar. Los vi alejarse, agarrados de la mano.
-¡July! –Escuché la voz de Olga.
Reaccioné y rápido cerré la cámara y la puse donde estaba. Aun seguía en ropa interior. Me puse la playera y fingí que me la estaba quitando.
Tocaron la puerta del cuarto.
-Estoy en ropa interior. –Le dije. –Pasa rápido.
Entró Olga.
-Ahí está Rafa, esperándote. –Me dijo. –Le digo que te espere o lo hago pasar. –Me dijo, burlándose de mí.
-Estúpida. –Le dije.
-No te enojes. –Me dijo. Caminó hasta su cama y agarró la cámara. –Bueno, le diré que ahorita sales. –Salió con la cámara.
“¿Qué era lo de la cámara? ¿Rafa y Andrea haciendo un video? De ¿Sexo? Y ¿Para quién era? Para ¿Olga?” , pensé. No lo creía. Quizá escuché mal. Me senté en la cama y empecé a analizar lo que había visto. Estaba claro, era un video de sexo de mi novio Rafa y su prima Andrea para alguien. Y si Olga, mi hermana tenía la cámara, sin duda ese “alguien”, era mi hermana.
Permitía que Rafa y Andrea tuvieran sexo, no me molestaba para nada, pero ¿Que le enseñaran a mi hermana? Eso nunca. Me enojé. Me vestí rápido con una ropa casual, iba a reclamarle a Rafa. Antes de salir del cuarto pensé: “Pero, tu si puedes salir a coger con quien quieras, ¿verdad? Mañana tienes hasta una cita con un profe.” Me regresé y me senté en la cama de nuevo a pensar.
Pensé en lo que haría mañana y me desmotivé. Estaba mal lo que hacía. “Bueno, solo es un video. No tiene nada de malo” , pensé.
Me tranquilicé un poco, tomé aire y salí. Vi todo normal: Miguel y Olga en la mesa haciendo tarea.
-Y ¿Rafa? –Pregunté.
-Fue a dejar unas cosas a su auto.
Vi que entró a la casa. Corrí a abrazarlo y nos dimos un beso. Comimos, estuvimos un rato viendo la tele hasta que se fue. Llegó la noche y me fui a acostar.
Veía a mi hermana, con un short cortito y una blusa de tirantes. Ella era delgada, no tenía mucho pecho y su trasero era chico pero estaba bien paradito. Me imaginaba a Rafa cogiéndosela. “No, Rafa no sería capaz.”
Recordé el video. Me daba curiosidad por verlo pero la cámara ya la tenía Rafa. “Y ¿Si ya se la cogió? Soy la menos indicada para reclamarle. Yo me acuesto con el novio de mi amiga y con su primo. Y aun así sigo amando a Rafa. Si ya se la cogió, está bien, mejor Rafa que otro. Aparte, estoy segura que me ama.”
Me esforzaba por tener un pensamiento positivo.
Escuché la puerta del cuarto abrirse, miré de reojo y vi a Rafa entrar al cuarto.
-Hola amor. –Me saludó. –Vengo a coger con tu hermana. ¿Me das permiso?
Sus palabras me congelaron. No pude hablar.
-Tomaré eso como un “si”. –Me dijo.
Vi que caminó hacia donde estaba mi hermana que me miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Se desnudaron. Rafa se subió a la cama y se empezaron a besar.
Me excitó la imagen. Rafa se puso encima de mi hermana y acomodó su verga en la entrada de su panochita y se la metió. La empezó a bombear.
-Que rico coge tu novio, hermana. –Decía entre gemido Olga.
No podía creer lo que estaba viendo. “Habla, grita, levántate” , me decía en mi mente, pero no podía.
-Si la puedo embarazar, ¿amor? –Me dijo Rafa.
“¿Embarazar?”
-Sí, ya habíamos quedado en eso. –Dijo entre gemidos mi hermana.
-Bueno. –Dijo Rafa.
Se empezó a mover más rápido. Olga rodeó con sus piernas la cintura de Rafa y puso sus manos alrededor de su cuello.
-Por si te arrepientes. –Dijo Olga.
-No me voy a arrepentir. –Se agachó y se besaron.
2 minutos…
-Me vengo. –Gritó Rafa y empezó a empujar, a gritar, a gemir.
10, 20, 30 segundos se quedaron parados, sin moverse, agitados.
-¡Sí! – Gritó y festejó mi hermana.
Se levantó Rafa y se puso a un lado de Olga. Se volvieron a besar.
-Espero que pronto tengamos un hijo. –Dijo Rafa.
-Así será. –Dijo Olga mi hermana.
Por fin pude hablar:
-¿Qué les pasa? –Les grité.
Abrí los ojos, desperté. Estaba soñando. Ya era de día. Sentí húmedo en mi entrepierna. Vi el reloj, era la hora normal a la que acostumbraba a despertar. Volteé a ver a la cama de mi hermana, no estaba. “Se ha de estar bañando” , pensé.
Me odié tanto por el sueño que había tenido.
Me levanté y acomodé mi ropa. Esperé a que saliera mi hermana del baño. Cuando lo hizo, entré al baño. Recordé la imagen de Rafa y mi hermana, de Rafa y Andrea en el video. Me calenté muchísimo.
Me sentía mal por estar caliente tan temprano, pero eso me ayudaría a enfrentar este día. Salí y me vestí. Mi hermana ya estaba almorzando.
Cuando iba a salir del cuarto, vi en mi buró un condón abierto. Me acerqué y lo tomé con la mano.
“¿Qué hace un condón abierto aquí?” , pensé. Al instante sentí un nudo en el estomago.