De profesor a perro (6)

¡Ey Rubi!, ¿a donde vas?, unete a la diversion.

DE PROFESOR A PERRO 6

Luis tembló al ver que el centro de la plaza cívica de la escuela ya estaba ocupado por la mayoría de las estudiantes y que delante de todas ellas tajantemente estaba Susana vestida elegantemente con una falda de tela café, una blusa blanca de mangas largas y unas altas botas negras de fino tacón que le llegaban hasta las rodillas; dos cosas no pudo negar Luis en Susana y en la mayoría de las estudiantes:

Su belleza, pero ¡no mas que la de Rubí!, pues a esta el ya la consideraba una diosa; pero no podía pasar por alto la belleza y juventud de las demás chicas incluida Susana y ¿la segunda?, la mirada perversa y cruel que tenían la mayoría de ellas fijadas sobre el. Caminaron hasta llegar frente a Susana, entonces Rubí le dio una ligera patada en su costado a Luis diciéndole:

¡Saluda perro!;

Se oyeron risas por parte de las estudiantes, Luis entendió que Rubí estaba fingiendo al hablarle así pues no podía tratarlo de otra manera ante Susana y sus amigas o al menos eso quería creer el.

Luis besó humildemente las botas de Susana ante las risas y burlas de las chicas.

¡Pero que obediente te has vuelto!— dijo Susana con una cruel sonrisa. Rubí le entregó la cadena a Susana y esta jaló al profesor gritándole con un gran desprecio: ¡vamos perro! Y lo llevó ante las alumnas.

Luis estaba quieto ante tantos pies enfundados en zapatos negros y calcetas blancas el cual era parte del uniforme de las chicas, Susana al ver que Luis permanecía quieto lo empujó dándole una patada en el trasero y le dijo:

¿Qué carajo esperas para saludar a tus superiores?, agradecido deberías estar de poder servirnos. Luis de inmediato se puso a besar los zapatos de cada una de las muchachas quienes no paraban de reír, después Susana llevándolo de la cadena se dirigió a la dirección.

Ahí coloco a Luis a 4 patas y ella se acomodó en su sillón poniéndole los pies en la espalda y mientras ultimaba detalles se entretuvo clavándole los tacones de sus botas en la espalda a cada lamento del profesor le daba un taconazo aun más fuerte gritándole:

¡Cállate, estupido!, tienes prohibido quejarte.

Susana sabía que de las demás maestras ninguna estaba enterada sobre el reciente destino del profesor así que pronto eligió el nuevo hogar de este:

¡El baño que era exclusivo de alumnas!, sin pensarlo llamó a Mayra y a Rocío y fueron estas las encargadas de llevarlo, lo metieron al baño y le ataron la cadena de forma que la dejaron enganchada de la pared y así lo dejaron de rodillas y esposado en las frías y húmedas losetas del piso del baño a la voluntad y dispocision de cualquier alumna.

Apenas las chicas corrieron la voz no tardaron mucho en hacer uso del profesor, quien vio que al abrirse la puerta del baño entraban dos chicas una pelirroja y otra morena Selene y Lorena respectivamente, Selene se le plantó al frente altanera;

¿Qué tal profe?— le dijo muy arrogante. Luis no sabía que hacer o decir.

Selene le dio una cachetada gritándole: ¡cuando te hable quiero que me saludes como te han enseñado!, Luis con la mejilla adolorida se inclinó y besó los zapatos de la joven, Selene le ofreció las suelas para que las limpie el profesor sintió repulsión al ver las suelas sucias y húmedas por el piso del baño pero no quería llevarse mas golpes así que las lamió ante las risas de Selene que lo humillaba aun mas diciéndole:

¡Estas en el lugar que te mereces!, por estupido; a esto Lorena acababa de mear y llevaba en sus manos el papel con que se había limpiado y con una sonrisa se la restregó en la cara a Luis, Selene jaló del cabello al profe y lo empujó hasta pegarle la cara al suelo sin importarle el daño que le hacia pues su cadena estaba enganchada de la pared, entonces Lorena se limpió las suelas de sus zapatos en la cara del profe y entre risas y burlas se marcharon.

Esto marcó el principio de otras terribles humillaciones que Luis sufrió, no tenia descanso las chicas entraban y desde ese momento hasta que salían a Luis no le faltaba una que no lo escupiera, lo pateara, lo golpeara, se hiciera limpiar los zapatos con la lengua del profe, lo quemara con un cigarro; Luis estaba deshecho sintiendo en sus labios el sabor a mugre y meados a los que aun no se acostumbraba, en eso entro otra de las crueles muchachas Isabel se llamaba y no pudo ocultar su risa al ver el estado en que se encontraba el profesor ella se divertía viéndolo y llevaba en sus manos los restos de tortas y frutas que ella y sus compañeras habían desayunado y tirándolos al piso húmedo en frente del profesor le dijo o mas bien le ordeno:

¡Cómaselo todo!, debe tener hambre; Luis intentó oponerse pero en ese momento entraron otras dos chicas y al ver lo que ocurría se unieron a Isabel y pisotearon los restos de comida obligando después al profesor a limpiarlo todo con su lengua y no contentas todavía entre las tres lo cundieron a golpes y patadas; Rubí estaba a punto de entrar al baño pero al abrir la puerta y ver lo que le estaban haciendo a Luis sintió un golpe en el corazón Luis la vio y la miro suplicante pero Rubí le movió la cabeza haciéndolo entender que no podía intervenir y decidió marcharse de ahí; para la mala fortuna del profe Isabel vio a Rubí y le dijo:

¡Ey Rubí!, ¿a donde vas?, únete a la diversión. Y sí la mala fortuna fue para Luis por que Rubí no se hizo del rogar ni tampoco le costo mucho hacer a un lado los sentimientos mas bien de pena que empezaba a tener por el profe y sin pensárselo mas contribuyó con unas cuantas patadas para el profesor para el final decirle:

¡Carajo!, solo me he ensuciado los zapatos, ¡dale perro!, ya sabes que hacer, esto desato terribles y crueles carcajadas de las otras chicas y Luis llorando amargamente mas por la humillación a la que Rubí lo sometía que por todas las patadas que había recibido limpió con la lengua, mas bien con sus lagrimas los zapatos de Rubí doliéndole que no solo no había recibido ayuda por parte de esta sino que también se había unido a las otras crueles chicas.

Esa noche Rubí se las ingenió y entró a la escuela burlando a los vigilantes llevaba el cabello amarrado, pants negros, una sudadera gris y unos tenis blancos llegó hasta el baño y abrió la puerta gracias a una llave que había robado a Susana y al hacerlo cerró los ojos de pena al ver a Luis al parecer la paliza que ella, Isabel y compañía le habían dado no había sido la última del día.

Luis estaba tirado en el piso ¡sucio!, tenia en el cuerpo huellas de pisadas y suelas de zapatos pero ¡lo mas triste!, es que tenia la cabeza metida dentro del bote de basura y apenas podía respirar de no ser por Rubí que llegó en ese momento quizás habría muerto, rápidamente Rubí le sacó el bote de la cabeza y sintió nauseas al ver la cara de Luis manchada de toda la suciedad del papel higiénico que había en el bote, Luis pudo entonces escupir un bollo mas de papel que le habían introducido en la boca empapado de orina.

No habló, tan solo lloró como un niño ante Rubí esta llenó una cubeta con agua y shampoo que ella había llevado pues ya se imaginaba esto y se puso a asear al profesor una vez limpio lo sacó a la parte de atrás del baño y ahí ambos se sentaron. Rubí le dio de cenar y en ese momento el profesor pudo haber intentado escapar pues Rubí lo había liberado de las esposas de sus manos para que pudiera cenar y aunque le quedaban las esposas de los pies en la mente del profesor desapareció rápidamente cualquier vaga idea de escapar de este tormento pues esto significaba no volver a ver a Rubí y eso era algo que bien sabia que no iba a resistir tan atraído se sentía por esta chica que por ella estaba dispuesto a soportar todo lo que había sufrido y lo que faltara a cambio de recibir algunos gestos compasivos por parte de Rubí; pero ¿quién le aseguraba al profesor que esta vez Rubí cumpliría su palabra?, ¿cómo sabia si a lo mejor en la mente de Rubí ya rondaban otros planes hacia el como el volverlo a traicionar?. Esos eran pensamientos que atormentaban aun más al profesor.

Luis tenía tantas cosas que decir pero Rubí no se lo permitió;

¡Ni una palabra!— le dijo, no quiero oír nada solo limítate a cenar todo lo que tengas que decirme ya lo se y te entiendo pero ahora no es el momento.

Estas palabras fueron suficientes para calmar a Luis, su diosa había hablado y obedeciéndola devoró todo con mucho apetito, Rubí de nuevo lo regreso a su lugar y le dijo: si alguien te pregunta mañana di que alguna estudiante a la que no conociste te sacó el bote de la cabeza y por compasión decidió asearte se agacho y de nuevo le ofreció su mano la cual Luis besó con absoluta devoción y para sorpresa de esta sin decirle nada también besó humildemente sus pies, Rubí solo le dedico una sonrisa mas bien de pena que de aceptación y acariciándole la cara se marchó.

Parecía que nada extraño ocurriría en esa semana para Luis mas que recibir el mismo trato a diario de quienes iban a verlo pero al tercer día esto iba a ponerse peor, Selene y Lorena entraron y esta ultima solía comportarse muy cruel con Luis ambas reían en complicidad Lorena de nuevo se puso a mear y al terminar entre Selene y Rocío que por pura casualidad acababa de entrar llevaron al profe hasta el inodoro en donde estaban los meados de Lorena y de quien sabe cuantas chicas mas y con una mueca de burla y asco Lorena le dijo:

¡Lo vamos a refrescar profe!, espero que no se ahogue y lo disfrute y entre las tres le metieron la cabeza al profe en el inodoro, lo dejaban sumergido por segundos y lo sacaban cuando pensaban que se podía ahogar. Luis estaba hecho un asco, un guiñapo y las tres chicas estaban locas por su sadismo y maldad; Lorena le daba de cachetadas para hacerlo reaccionar y de nuevo volvían a hundirle la cara en los meados, lo sacaban y lo volvían a cachetear y a escupirle en su rostro, así se divertían hasta que Susana entró al baño las chicas se intimidaron pues pensaban que Susana no permitiría esa humillación tan extrema al menos por la integridad y la salud de Luis.

Pero Susana al ver el despojo humano que era el cuerpo de Luis sonrió y felicitó a las chicas por el trato que le daban y mirando al profe burlona les dijo a las chicas:

¡Ya le dieron liquido!, bien ahora yo le daré algo sólido ¡sujétenlo!,

Las chicas obedecieron y ante ellas y Luis Susana defecó en el mismo inodoro, las chicas y hasta la misma Susana sintieron un asco terrible por el fétido olor y se tapaban las narices ¿y Luis? el ya no importaba lo que sintiera.

Susana se levanto y viendo al profe con un desprecio inexplicable le dijo:

¡No sabes cuanto soñé con este momento!,

¡Fui yo la que le dio la idea a Rubí de fingir que la querías violar!, y ahora voy a tratarte como a una miarda por que precisamente vas a ser parte de ella;

Y dándole la espalda sentencio algo inaudito para Luis:

¡Hagan que me limpie con la lengua y si es preciso con la cara!,

Luis intento gritar pero Lorena lo pateó en el estomago sacándole el aire y sin perder tiempo entre Selene y Rocío lo llevaron por los pelos y sin compasión y riendo como unas locas ¡le embarraron la cara a Luis en el trasero de Susana!;

Eso rebasó los limites de Luis que ya ni sentía si estaba en este mundo, Susana se deleitó al ver el aspecto de Luis diciendo: ¡perfecto! y para concluir entre ella y Lorena lo sujetaron de sus piernas y burlescas le introducieron la cara en el inodoro con las heces y meados de Susana, Lorena y compañía hasta que lo dejaron tirado en el piso hecho un asco al igual que el baño, la misma Lorena se limpio sus zapatos en el cuerpo de Luis al igual que todas y salieron de ahí.

Ese día nadie mas pudo ocupar el baño, pero esto era el principio de otro perverso plan de Susana pues ocultó lo que en verdad ocurrió y haciéndose la desentendida al igual que sus cómplices dijo que no sabia que había pasado pero ¡si sabia quien era el culpable! ¡Luis!, ¿cómo se atrevía a dejar en semejante aspecto el baño de señoritas?, ¡merecía un castigo ejemplar! y disculparse ante cada una de las estudiantes.

Rubí no estaba enterada fueron sus amigas: Tania, Mayra y Rocío las que le informaron aunque esta ultima no habló mucho pues había sido cómplice con Susana.

¡Rubí estaba furiosa!, solo ella podía hacerle algo tan extremo al profesor, ¡pero nadie mas!, ¡y ni siquiera ella se había atrevido a defecar en el profesor!, ¡Susana la iba a escuchar! y se enteraría al otro día quien era Rubí Torres Panty.

Pero Rubí y sus amigas ignoraban que esa misma tarde el profesor recibiría su castigo; Susana sabia que Rubí no iba a estar de acuerdo en esto y ocultó sus planes a esta y a sus inseparables Tania, Rocío y Mayra, todas las demás asistieron a una "invitación recreativa" y estaban la mayoría vestidas con ropa deportiva y en el campo al centro estaba Luis desnudo de rodillas encadenado a un poste todas reían y estaban lejos de mostrar algo de caridad ante Luis.

Susana se dirigió a ellas:

¡Como saben!, este malagradecido ha ensuciado nuestras instalaciones y las ha ofendido, pero he decidido darle otra oportunidad así que pueden hacer fila y cada una de ustedes puede darle un golpe o hacer con el lo que les plazca hasta otorgarle su misericordia para perdonarlo, ¡para eso esta el!, ¡para implorar su perdón a una por una de ustedes!;

Las chicas se sentían felices y no dudaron en hacer uso del profe y empezaron a desfilar.

Una joven alta y bella se planto frente al profe arrodillado y desnudo y burlesca le dijo:

¡A que esperas estupido!— ¡perdón señorita!— dijo Luis sin mirarla.

¡Te perdonare si limpias el polvo de mis zapatos con tu lengua!— respondió la altanera jovencita.

Luis obedeció ante las burlas de las estudiantes, la chica se divirtió un rato humillando al profesor hasta que le dio un pisotón en la cara con su zapato diciéndole irónicamente: ¡perdonado!;

Enseguida continúo Selene con los brazos en su cintura, Luis de nuevo dijo sin mirarla a la cara: ¡perdón señorita Selene!, esta le dio ¡un puñetazo en el estomago!, haciendo doblar a Luis y caer a sus pies y se retiró.

Le siguió Rebeca una preciosa chica blanca de color y cabello negro largo y ondulado, Luis se disculpó ante ella mientras esta comía una manzana y algo fastidiada dijo:

¿Eso es todo?, ¡No estoy satisfecha!, ¡quiero que se humille mas!— le reprochó a Susana quien enseguida le soltó un cintarazo con una rama de un árbol que ella tenia en la espalda al profe.

¡Ya oíste a la señorita imbecil!— le gritó Susana al profe, este cerró los ojos ahogando un grito de dolor y arrojándose a los pies de Rebeca continúo humillándose:

¡Por piedad señorita Rebeca, le suplico que me perdone se lo imploro!,

Rebeca le dijo: ¡alza la cara!, Luis lo hizo mirándola temeroso y la vio riéndose de el masticando su manzana y sorpresivamente le escupió en la cara los restos de manzana que masticaba y tirando lo que le quedaba de la manzana al piso la pisoteo y le dijo: ¡cométela! Y te perdonare;

Luis se apresuró a tragarse esa bazofia mientras le decía a la cruel joven:

¡Gracias señorita Rebeca!, a lo cual esta le respondió riendo:

¡De nada lamemiarda!;

Para Luis siguió más de lo mismo hasta que tocó el turno a Susana, Luis humildemente le besó los pies pero esta le dio la espalda diciéndole:

¡Bésame el culo!, ante las risas de las chicas Luis obedeció mientras Susana se decía: ¡bien!, ¡bien!; ¿qué hacer contigo?, ¿qué hacer? Y de pronto agarró a Luis desprevenido soltándole un cintarazo en la cara con la rama del árbol, Luis cayo agarrándose la cara de dolor pero Susana no contenta le asestó una patada en sus huevos, en verdad Susana gozaba haciéndole verdadero daño al profesor; hasta que Rebeca intervino:

¡Licenciada Susi!, tengo una idea para divertirnos mas con este cerdo y acercándose a ella le contó su idea dibujándose una perversa sonrisa en el rostro de Susana, entonces varias chicas junto con Rebeca trajeron unas sogas y amarraron a Luis de los brazos a la parte trasera de la camioneta de Susana y sin mas se dedicaron a darle vueltas por el campo siendo Luis arrastrado y obligado a seguir el vehiculo las chicas y Susana no tuvieron piedad y le dieron varias vueltas en las que Luis ya ni gritaba hasta que detuvieron la cruel tortura.

Luis estaba destrozado físicamente y con heridas sangrantes por el cuerpo, las chicas se dieron por satisfechas y poco a poco se fueron marchando hasta quedar solo Luis y Susana ¡quien aun quería más! Y se dedicó a pisarle con el tacón de sus zapatos las heridas en la espalda de Luis hasta que oyó:

¡Basta maldita! Y viró; ¡era Rubí! Con el cabello suelto, pantalones de mezclilla azules y unas altas botas de tacón grueso.

¡Ah, Rubí!— exclamó Susana, aquí divirtiéndome un rato y le soltó otro cintarazo al profesor ¿me acompañas?— le dijo burlesca Susana a Rubí ofreciéndole la rama, pero Rubí muy molesta le dijo:

He dicho que ¡ya basta!, mira en que estado me lo has dejado y además me has ocultado muchas cosas así que ¡ya lárgate!, Rubí se agachó a un lado de Luis y le acarició las heridas, este solo se quejaba en silencio.

Susana se burlo de Rubí:

¡Oh, pero que tierno!, ¡aguarda!, voy por mi cámara y dándole la vuelta a Luis le pisó la cara, Rubí la miró furiosa y le gritó:

¡Todavía estas aca!, entonces Susana le respondió: ¡cuida tus modales Rubí!, recuerda que se muchas irregularidades de tu madre y de ti también con las leyes que acabarían con la buena imagen en sociedad de la que tanto gozan así que no me fastidies, esto es personal y continúo pisándole la cara a Luis.

Rubí estaba muy molesta, ¡me importa una miarda lo que sepas de mi y de mi madre!, he dicho que no lo tocarás una sola vez mas y diciendo esto le soltó una fuerte bofetada a Susana quien no se esperaba esta reacción por parte de Rubí y que no le dio tiempo para reaccionar pues enseguida Rubí le asestó otra bofetada para después darle un rodillazo en el estomago.

Susana cayó quejándose del dolor, Luis no daba crédito a lo que veía,

Susana se dolía mucho y Rubí acercándose a ella observándola tirada a sus pies la humilló pisándole su bello rostro y restregándole ¡la sucia suela de su bota en la cara a Susana! para terminar dándole un fuerte pisotón con el tacón. Susana gritó más por la humillación que por el dolor y amenazante dijo:

¡Te vas a arrepentir!, ¡voy a acabar contigo maldita!; pero Rubí sonriente le contestó:

¿Y como lo vas a hacer?,

¡Arrastrándote a mis pies!— se burló de ella por que es lo único que has hecho y en verdad Susana se arrastraba por el dolor del rodillazo y por el ardor en la cara a causa del pisotón, pero en su camino se topó con un bate de béisbol tirado que quizás las chicas habían usado antes de divertirse con Luis.

Susana miró desafiante a Rubí y esta no le apartó la mirada; Susana no se lo pensó dos veces y agarrando el bate se levantó diciéndole a Rubí:

¡Como que empiezas a suplicarme clemencia!, si no quieres que te mate a golpes junto con tu querido profesor, Luis estaba desesperado al ver el peligro que corría su amada Rubí pero nada podía hacer pues apenas y podía moverse.

¡Arrodíllate, Rubí!— sentenció Susana,

¡Arrodíllate ante mí! Y ¡suplícame perdón! Le grito amenazándola con el bate.

Continuara