De profesor a perro (4)
¡ni se te ocurra llorar como una nenita!, te lo advierto si lloras te juro que te doy de patadas hasta que me canse.
DE PROFESOR A PERRO 4
Sin demorarse tanto Luis se postraba de nuevo ante Rubí, ésta le ofreció un pie y Luis se dispuso a quitarle el zapato sujetando el tacón con sus dientes y jalándolo consiguió quitarlo, respiro profundo y con mucha pena sujetó con los dientes la punta del calcetín blanco y también lo quito sintiéndose embriagado por un ya clásico olor al que cada vez mas se iba acostumbrando, un olor a cuero y sudor; hizo lo mismo con el otro pie. En verdad Rubí tenia los pies sudados pues llevaba puestos los calcetines y zapatos desde la mañana, ésta movió los pies y los dejo tan cerca de la cara de Luis que este podía sentir perfectamente el olor y sin avisarlo le restregó los pies por la cara diciéndole burlonamente:
¡Te ofende el olor de mis pies!;
¡Por supuesto que le ofendía y le repugnaba!, pero Luis empezaba a ceder a cualquier burla o maldad de esta joven, así que decidió mentir moviendo la cabeza de que no lo ofendía, entonces Rubí pregunto:
¿Entonces te gusta como huelen?; Luis no respondió y Rubí decidió humillarlo mas diciendo: tomaré eso como un si, ¡caray!, pero que cerdo eres no debería dejarte que me los beses, pero para que veas que no soy tan mala ya que te gustan tanto dejare que me los huelas un rato mas y siguió restregándole los pies en la cara a Luis hasta que se secó todo el sudor mientras continuaba humillándolo ¡bésamelos!, no te de pena, le decía Rubí no le diré a nadie lo cerdo que eres y que disfrutas mucho oliéndome y besándome los pies se reía rubí de el; sin darse cuenta que el profesor estaba con los ojos llorosos por la rabia que sentía y soportando el olor y sudor de los pies de esta joven.
Hasta que por fin después de un rato interminable para el profesor Rubí dijo:
¡Basta!, vamos a almorzar, ¡bueno, yo! porque tú no comes hoy, aunque seguro que ya te has deleitado con el sabor de mis pies le dijo entre risas jalándolo por la soga y poniéndose las sandalias se dirigió al comedor.
De nuevo Luis contemplaba de rodillas como Rubí y su madre disfrutaban de su almuerzo mientras el tenia la cara impregnada del olor y sudor de los pies de Rubí, doña Gloria termino de comer y se retiro, Luis se moría de hambre y sabia que no aguantaría mas tenia prohibido dirigirle la palabra a Rubí si esta no le preguntaba algo a el primero y recordando lo que doña Gloria le había dicho muy humildemente empezó a besarle los pies a Rubí, pues esta era la única forma en que podía pedir autorización para hablar y dirigirse a ella, rubí lo sabia pero quiso burlarse de el diciéndole:
¿Qué no te dio el tiempo que estuvimos en la sala para besarme y olerme los pies?, ¿tan cerdo eres?, se rió de el. Luis no contestó y continuó besándoselos y Rubí se entretuvo viendo al profesor humillándose ante ella hasta que le dijo: ¿qué quieres?;
¡Por favor!, me muero de hambre y sedcontestó Luis sin levantar la cara;
Pero si apenas ayer despreciabas mis sobras y eso no lo tolerole respondió Rubí con una sonrisa de oreja a oreja. Luis volvió a besarle los pies suplicándole que le permitiera comer pero a Rubí le encantaba hacerlo sufrir, sentía que podía pasarse toda la vida burlándose de el e ideando nuevas formas de humillarlo y riéndose de el le dijo:
¡Ay Luis!, lo ves por ser tan tarado ahora te vas a morir de hambre por que no vas a comer nada pero te permitiré que me supliques en la noche si me convences puede que te deje cenar.
Rubí se marchó a su cuarto con Luis detrás de ella siguiéndola a 4 patas, la tarde transcurrió con Rubí flojeando en su cuarto y Luis echado a sus pies con la cara pegada en sus sandalias y llegó la noche y la hora de cenar y al pasar un rato Luis volvió a su humillante letanía de suplicar besándole los pies a Rubí, mientras doña Gloria sonreía y Rubí le devolvía otra sonrisa de complicidad, rubí dijo secamente al profesor:
¡Deja ya de babearme los pies!, he decidido que no cenaras así que aparta tu asquerosa cara si no quieres llevarte una patada. Luis estaba nervioso y solo atino a decir: ¡por lo que más quieras, me muero también de sed!;
Rubí sonrió y le levantó la cara agarrándolo por su cabello,
¡Abre la boca! le dijo, Luis obedeció y esta hizo un ruido con su garganta, Luis sabía lo que se venia pero no aparto la cara y Rubí le soltó un asqueroso escupitajo le cerró la boca y le dijo: con esto tendrás dándole una cachetada y ahora deja de fastidiarmeconcluyo.
Esa noche Rubí salió a divertirse con sus amigas y apenas salió doña Gloria observaba muy atenta al profesor pues desde hace rato le rondaba en la mente un nuevo uso que podía darle al profesor y ahora que Rubí había salido no iba a desaprovechar el momento, doña Gloria dijo entonces al profesor:
Así que ¿te mueres de hambre?
Si señora contestó Luis. Doña Gloria entonces le dio de comer y sonriente le dijo: come, pero a cambio tendrás que hacer algo por mí, Luis solo asintió con la cabeza y devoró completamente su cena.
Doña Gloria lo llevó de la soga a su habitación y apenas entraron comenzó a desnudarse, Luis dio un salto de los nervios y de la impresión ¿de que se trataba todo esto? pero enseguida su miembro empezó a responder al ver el cuerpo desnudo de doña Gloria que no tenia nada de rechazable a sus 45 años estaba muy bien conservada y deseosa de recibir placer y ¿Por qué no? terminar con un buen polvo pues desde que había enviudado se había abstenido de estos placeres, pero ahora tenia al profesor y quien mejor que el para satisfacerla además de que estaba segura que el profesor seria una tumba y nadie se enteraría de esto.
¿Qué esperas imbecil? dijo doña Gloria, no te quedes como un bobo mirándome esta noche vas a darme placer y mas te vale dejarme satisfecha por que de lo contrario los golpes que te ha dado Rubí te parecerán caricias comparado a lo que yo te haga, Luis no tuvo que oír mas y se lanzo a su destino que en ese momento era el sexo de doña Gloria y se dispuso a lamérselo con mucha dedicación y esmero, con suaves y lentas caricias y sin pasar tanto rato doña Gloria estaba excitadísima y ni que decir de Luis que pensaba que por fin después de tantas burlas y humillaciones al menos estaba ya haciendo algo que no era para nada aberrante, doña gloria no escatimó mas y en su lujuria se dejo penetrar por Luis y entre gemidos paso una noche de pasión que se resume en intensos orgasmos y la satisfacción total de su lujuria.
Doña Gloria estaba exhausta en la cama y Luis a un lado de ella y mientras se fumaba un cigarrillo pensaba: ¡no estuvo nada mal!, algún chistecito tenia que tener el profersucho, creo que hasta podría alquilarlo a algunas amigas y se reía en silencio, ¡si! Eso seria un buen negocio, doña Gloria se quedo dormida no sin antes amenazar a Luis que una sola palabra que se le saliera de esto a Rubí y se lo haría pagar muy caro. Por su parte Luis se marcho a la habitación de Rubí confundido pero a la vez satisfecho pues no solo había saciado su hambre sino también su apetito sexual y ante toda una dama de sociedad como lo era doña Gloria, Luis pensó: muy dama pero no deja de ser una zorra.
Rubí llego después de unas horas y se encontró al profesor durmiendo en el piso de su habitación y lo despertó pisándole la cara y tapándole la nariz con los dedos de su pie hasta hacerlo despertar, Luis quedo como un tonto mirando a Rubí pues esta ya se había cambiado y solo llevaba una bata de seda para dormir ligeramente desabrochada que permitía ver detrás de la bata unas preciosas bragas rosadas ante Luis, Rubí se quito la bata quedando solo en ropa interior luis se sintió anonadado, quedo aplastado ante la belleza de Rubí que lucia preciosa y se sintió menos que un insecto ante ella, Rubí lo observo y le sonrió altanera y con una voz muy dulce mientras le acariciaba la cara le pregunto:
¿Aun tienes sed?, anoche fui muy mala contigo, anda sígueme y se dirigió hacia el baño caminando sensualmente.
Luis confundió sus pensamientos y por la forma en que Rubí le había hablado tuvo la remota idea de creer algo que no era y mientras la seguía pensaba:
¡Por dios!, apenas unas horas acababa de follar con doña Gloria, ¿seria posible que ante todas las circunstancias también pudiera poseer a la hija?, nada mas lejos de su realidad.
Ante el asombro de Luis, ya en el baño Rubí se bajó las bragas Luis pensaba que estaba soñando y despertó de su sueño cuando Rubí se fue sobre el y sujetándolo del cabello se llevo su cara hacia su vagina y comenzó a orinarlo, cuando Luis consiguió despegarse Rubí ya había conseguido que el pobre profesor se tragase algo de sus meados pero el resto había quedado en el suelo y mirándolo con desprecio le dijo:
¿No que te morías de sed?, ¡bueno!, pues no deja de ser liquido, además ya es hora de que pruebes el néctar de tu diosa ¿no te parece?;
¡Anda!, pásale la lengua a lo que quedó en el piso no quiero ver una sola gota. El profesor vio las asquerosas manchas que habían quedado en el piso y sintió nauseas y lanzo una mirada de coraje hacia Rubí que le sonreía burlona por que le encantaba jugar con la mente del profesor, confundirlo hablándole dulcemente y haciéndole creer que se compadecía de el para después regresarlo a su realidad y divertirse mas al humillarlo.
Rubí intento ponerse seria pero en realidad apenas y podía contener la risa al ver la cara enfurecida del profesor y acercándose a el volvió a jalarlo del cabello y le restregó la cara en su sexo para limpiarse de algunas gotas de orina que le habían quedado y ya mas seria le dijo: ¿que coño esperas para limpiar el piso?;
Luis comprendió que si no obedecía solo iba a conseguir hacer enojar más a la cruel Rubí, así que decidió optar por suplicarle e intentar ablandarla para que no lo sometiera a tal humillación pero Rubí no lo dejo ni comenzar:
¡Cállate! le dijo solo dices estupideces, debería prohibirte hablar y solo dejarte ladrar y limpia eso con la lengua por que te juro que te puede ir peor.
Luis resignado se acercó a las manchas de orina y comenzó a lamerlas intentando no vomitar, mientras que Rubí se burlaba cruelmente de el, el profesor no pudo mas y unas lagrimas recorrieron sus mejillas, intento hacerse el fuerte pero no pudo Rubí lo había quebrado por completo y la miro buscando en ella algo de piedad pero lejos de eso Rubí sonriente le dijo:
¡Ni se te ocurra llorar como una nenita!, te lo advierto si lloras te juro que te doy de patadas hasta que me canse.
Rubí por primera vez voltio a ver las manchas de orina que habían quedado por el suelo y le repugnó y mas al ver al miserable profesor lamerlas solo por un capricho de ella y fue la primera vez que sintió pena por el profesor pero esto no fue suficiente para impedir que el pobre de Luis terminara de lamer hasta la última gota. Rubí se sentía poderosa y orgullosa por haber obligado al profesor a ingerir sus meados.
¡Vamos a dormir! dijo Rubí, quizás mañana te permita desayunar.
¿Quizás? contesto Luis reprochándole si el haberlo humillado a ingerir sus orines no hubiese sido suficiente como para que ya le permitiera probar alimentos. Rubí se viro y le soltó una bofetada gritándole:
¡Acaso me cuestionas imbecil!, y le dio otra bofetada entiende de una puta vez yo hago contigo lo que se me antoje. La joven se acostó en su cama y Luis pidió permiso para poder lavarse la cara a lo que esta grito:
¡Nooo!, pensaba permitírtelo pero ahora ¡te jodes!, a ver si así dejas de decir estupideces y burlonamente le dijo además sirve para que te acostumbres a la esencia de tu dueña.
Luis se contuvo y se limito a acomodarse en el piso a un lado de la cama y al querer acomodar la cara entre las sandalias de Rubí como solía hacerlo al dormir, esta las apartó con su pie y riéndose le dijo:
¡Esta noche no!, me das asco y no vas a pegar tu apestosa cara en mis sandalias. Luis quedó rojo de vergüenza y humillación y Rubí dedicándole una sonrisa burlesca le dijo: ¡sueñas conmigo! y se dispuso a dormir.
Luis tardó un poco mas en conciliar el sueño pensando en que ya tan solo quedaba un día y su vida volvería a la normalidad, desafortunadamente para el Rubí y sus amigas no compartían la misma idea.
Continuara