De playa 3.

Recomendable leer "De playa" y "De playa 2". Continúan nuestras experiencias, cada vez más atrevidas, de vacaciones en la costa gaditana.

De playa 3.

Al día siguiente Alice y yo volvimos a la playa después de pegarnos un buen desayuno. Como acostumbramos a hacer los últimos días nos molestaba la ropa y nos fuimos a la nudista. Ya no nos sentíamos incómodos mostrando nuestros cuerpos. Estaba dándome un baño, intentando despejar la cabeza de todo el sueño atrasado de los últimos días, cuando Alice llegó donde mí. No tardo nada en plantarme un morreo, colgárseme del cuello y, desnuda como estaba, clavarme los pezones en mi torso. Bajó su mano para cogerme el pene.

  • Veo que ya estás otra vez pidiendo guerra.

  • Tal y como me dejasteis anoche que esperas?

  • Pensaba que te habíamos dejado completamente satisfecha.

  • No se qué me pasa, pero me encuentro en continua excitación.

  • Ummmm, así me gustas más. Veremos a ver hasta que punto estás excitada.

Salimos del agua y pasamos la mañana tomando el sol y dormitando sobre la toalla. En un momento dado, ya despiertos los dos, ella propuso jugar a algo para entretenernos. Fui a buscar 6 piedras y empezamos a jugar a los chinos. Llevábamos un rato jugando cuando le propuse pagar con una prenda el que perdiese. Ella excitada y animada por la cantidad de veces que estaba ganando, aceptó rápidamente diciéndome que ya era su presa. Jugábamos a ganar 5 veces y me había ganado 4 frente a mis 3. Decía que ya tenía pensado el castigo que me iba a dar, pero perdió la siguiente, empatando. Ya estábamos en capilla los dos y con un golpe de suerte final adiviné las cuatro piedras que teníamos entre los dos.

  • Me debes una prenda.

  • Vale, pero me reservo el derecho de no cumplirlo.

  • De eso nada. El juego es así y hay que cumplir con lo acordado.

  • Bien, pero no te pases.

Estuve un rato pensando hasta que me di cuenta que tenía hambre, y entonces se me ocurrió.

  • Ya se lo que te voy a pedir.

  • Pídeme lo que quieras. Dijo ella contoneándose. Añadiendo después:- pero que lo pueda cumplir.

-Tienes hambre?.

  • Si, mucha y también sed. Vamos al chiringuito a beber algo y comemos?.

-De acuerdo, pero antes tienes que cumplir la prenda. Quiero que desde ahora hasta que acabe la noche no uses ni bikini, ni ningún tipo de ropa interior. Aceptas?

  • Mmmmm….vale, creo que no me va a costar mucho.

Pues venga, veámonos a comer. Dije incorporándome y cogiendo mi bañador. Ella se levantó de la toalla y cuando estaba cogiendo el bikini le recordé que no lo podía usar.

  • Si, hombre. ¡Y voy desnuda al chiringuito!

  • Ummm, no estaría mal. A más de alguno y alguno nos agradarías mucho la comida. Dije riéndome.

Ella se dio la vuelta para buscar en su mochila y se incorporó con un pareo en las manos. -Ésta me la pagas- dijo. Me dio un morreo y se puso a andar con decisión delante de mí en dirección al chiringuito.

Cuando ya estábamos a la vista del chiringuito yo me detuve para ponerme el bañador. Me vestí pensando que Alice haría lo mismo con su pareo, pero cuando me incorporé, me llevé la sorpresa. Ella seguía andando con decisión hacia el chiringuito. Ya estaba a unos 50 metros cuando se paró. De cara al mar, como queriendo complacer a todo el que la mirase, abrió el pareo y poniéndolo delante de suyo, rodeó con ambas partes la cadera hasta el culo; donde las apretó fuertemente con una lazada sencilla. Después subió los extremos, cruzándolos por su dorso para volver a juntarlos detrás del cuello. “Me atas”, dijo con sensualidad mientras me guiñaba un ojo. Yo muy diligente me situé detrás de ella para darle la lazada en el cuello, pero no estaba dispuesta a ponérmelo fácil. Restregó su trasero contra mi paquete, poniendo mi bañador como una tienda de campaña. Cuando más excitado me tenía, se giró, me cogió de la mano y con una sonrisa dijo: -ala, vamos a comer. Poniéndonos en marcha para entrar en el chiringuito.

Ya teníamos la mesa reservada y nos disponíamos a tomarnos la segunda cerveza en la barra. Cuando ella se volvió a coger los vasos que nos servían me fijé en que el camarero dudaba entre mirarla a los ojos y a las tetas.

-A éste, como siga intentando verte las tetas, se el van a caer todos los vasos- dije riéndome.

-Si, me las ha visto- contestó ella.

-No puede ser, si no se te ve nada.

-Mira.

Alice hinchó el pecho, tensándose el pareo. Se apreciaba perfectamente todo el contorno de sus pechos, y los pezones erizados, queriendo romper la tela del pareo.

-Entonces no te las ha visto, se las has mostrado tú. Te ha gustado?.

-¿Tú que crees?, dijo ella mientras se pellizcaba el pezón a través de la tela sin ningún tipo de vergüenza.–A ti parece que también te ha gustado, dijo señalando mi paquete, que no daba síntomas de querer descender.

Nos sentamos a comer y después volvimos a la toalla con mucha calentura, pero también mucho sueño, y aprovechamos para dormir el resto de la tarde.

Ya en el hotel ella entró en la ducha antes que yo y pasó bastante rato antes que terminara. Cuando salí de la ducha ella estaba desnuda, con una toalla en la cabeza y varios vestidos encima de la cama. –No se cual ponerme para esta noche, ¿tu cual prefieres?

  • A mí me gusta el que llevas ahora puesto, pero si ese no puede ser…entonces mejor el blanco del cordón.

  • Ese es el mejor para llevarlo sin sujetador, pero si me muevo mucho se me va a ver el culo.

-Y que más da, si hoy ya te lo ha visto todo el mundo en la playa. Además aquí salvo Nadia, no nos conoce nadie. Por cierto, a mi me gustaría verlo, lo tienes muy bonito. Dije yo mientras ella pasaba el vestido por la cabeza.

Sus pezones se pusieron tiesos al instante. Vino hacia mí y me dijo:-Mira como me tienes. En dos días por el pueblo hemos follado dos veces con una chica, una de ellas en la playa, he probado tú semen de la boca y tetas de otra, mi culo, mi coño y mis tetas son de visión pública en toda la playa y hoy lo pueden ser de todo el pueblo, estoy continuamente excitada y además con los dos dildos de anoche me habéis dejado el culo completamente dilatado.

-¿Como?, dije yo.

-Pues eso, que cuando he entrado en la ducha, me ha picado la curiosidad, he probado y ha entrado muy fácil. Como ese entro tan fácil, he probado con los dos y al principio costó un poco, pero después entraban y salían con facilidad. Y ya que estaba he aprovechado para hacerme una limpieza.

-¡Dios mío, he abierto la “caja de Pandora”!.

-Pues el viento sopla fuerte, y de momento viene húmedo y “muy caliente”.

La cena en el pueblo fue muy divertida. Después de tomarnos unos vinos con sus tapas encontramos una terracita apartada donde había intimidad. El vino se fue subiendo a la cabeza y veía a veia a mi novia muy contenta. Hinchó el pecho tensando el vestido y esto hizo que se apreciasen sus pezones abultados.

  • Se te ven las tetas.

  • Ups, es verdad. ¿Prefieres que no lo tense?. Dijo ella mientras que se ahuecaba el vestido inclinándose hacia mí para darme una visión preciosa de su canalillo.

  • Estás preciosa, pero como sigas así, pasamos de las copas y nos vamos directamente al hotel.

  • Ya te lo dije esta tarde, me tienes continuamente excitada. Mira como tengo los pezones, tengo los labios y el granito continuamente hinchados. ¿Quieres verlo?. De todas formas…nada de marcharnos al hotel. Tengo ganas de bailar y tomar unas copas contigo.

Llevábamos dos mojitos y mucha noche cuando llegamos al Pub 80s. Fue cruzar la puerta y la música ya nos invitó a quedarnos. Se escuchaba la lambada en ese momento. Todo fue entrár y Alice se puso a bailar meneando la cadera. Yo la miraba y pensaba que como se moviese mucho algo se iba a ver. Cuando acabó la canción fuimos a pedir, dos mojitos, para no mezclar.

Ya estábamos un poco tomados y no nos cortábamos de restregarnos y morrearnos. Empezaba la bachata “darte un beso” cuando ella me miró fijamente y me dijo: me tienes muyyy puesta, compruébalo.

  • No te puedo meter mano aquí, delante de todo el mundo.

Me cogió la mano y me arrastró a mitad de la pista a bailar. Mas que bailar nos restregábamos con ritmo el uno con el otro. La gente nos miraba y, en especial, un grupo de chicos y así se lo hice saber. Ella los miró y lejos de amilanarse, dio media vuelta, dándome la espalda. Yo estaba detrás de ella, marcando el paso con mis manos en sus caderas.Cogió mis manos y las fue subiendo poco a poco por su cuerpo, arrastrando con ellas su vestido. No sabría decir si se vio algo de su coño o de su culoantes de darme cuenta y soltar el vestido. Ella siguió arrastrando mis manos hasta ponerlas sobre sus pechos. Fue rozar sus pezones a través del vestido y dio media vuelta para terminar la canción con sus manos cruzadas en mi nuca para darme un beso de los que no se olvidan.

Después volvimos a la barra para seguir con nuestros mojitos.

-Qué te ha pasado en la pista, no querías meterme mano? Dijo ella sonriendo.

-Tú lo que querías es mostrar a los chicos tu coño depilado. Respondí yo.

-Está depilado para tí y para quien queramos que lo vea. Además, no me engañas, se que te gustó.

Esto último lo dijo mientras acariciaba mi, ya abultado paquete, por encima del pantalón.

Hubo un momento en que uno de los chicos del grupo se nos acercó y se presentó:

-Hola soy Marco.

  • Hola soy Nicola y ella es mi novia Alice. Dije dándole un apretón de manos.

  • Hola Marco. Dijo ella antes de darle un par de besos.

  • Perdonad que me haya presentado así, pero es que me ha encantado como bailabais. No quiero molestaros, pero ¿me aceptáis una invitación a un chupito?

Marco era un chico alto, de pelo castaño y muy bronceado. Iba vestido con un pantalón de mezclilla beige y una camisa blanca. Nada más mirar a mi novia, ella me guiñó y ya pude leer en su mirada que el chico le gustaba.

Tomamos dos chupitos con Marco. Nos comentó que le gustaba mucho el baile, que bailábamos muy bien y era un placer vernos en la pista. Nosotros le quitábamos importancia diciendo que somos unos aficionados que nos dejamos llevar por los mojitos. Él insistía en que eso no era sólo por el alcohol cuando empezó a sonar “Pégate un poco mas”.

-Venga vamos a bailar- me dijo A muy animada.

  • ¿no quieres bailar con Marco?. Pregunté yo.

-¿Quieres bailar conmigo?- Le dijo a Marco mientras le ofrecía la mano.

Marco se incorporó y cogiendo su mano se dirigió con A hacia la pista.

La canción era un merengue con partes más movidas y otras más tranquilas. Marco se defendía muy bien y en las partes movidas imprimía giros sobre ella. Esto hacía que su vestido se levantase, pero no se llegó a ver nada.

La parte más lenta de la canción es muy sensual y bailaban abrazados. Las manos de Marco fueron descendiendo desde la cintura de Alice, por su cadera hasta tocar el culo. En ese momento Marco perdió el ritmo, pero ella enseguida se lo hizo recuperar. Era evidente que Alice no llevaba sujetador, pero Marco se acababa de dar cuenta que tampoco llevaba bragas. Yo lo estaba observando todo y tenía una mezcla de envidia con mucha calentura.

Terminó la canción y Alice vino donde mí. Cogió el mojito y le dio un trago largo. Después me abrazó y me dio un beso.

  • Habéis bailado muy bien. Dije yo.

  • Y te ha sobado. Continue tras una breve pausa.

  • Si, me ha sobado. Marco se ha dado cuenta que estoy desnuda por debajo del vestido. El quiere seguir bailando, pero yo estoy segura que me quiere meter mano. Relató ella.

  • ¿No querías pasarlo bien y bailar?.

  • Si, pero estoy muy caliente y necesito que me lleves al hotel.

Yo negué con la cabeza y a la vez le guiñé un ojo.

  • ¿En qué estás pensando? Preguntó ella.

  • No se, un deseo que se me pasa por la mente. Prueba a bailar otra canción con él y luego si quieres nos vamos. Respondí yo.

  • ¿Sabes lo que va a pasar, no? Y yo con lo que traigo no se si voy a poder pararlo. ¿Hasta donde quieres que llegue?. Preguntó ella.

  • Por mí puedes llegar hasta donde desees.

  • Esa respuesta no me vale.

  • Vamos a ver, ¿te pone? Pregunté yo.

  • Si, mucho.

  • ¿Te gustaría besarlo?.

  • Si.

  • ¿Te gustaría tocarlo a ver cómo lo tiene? .

  • Ya lo he hecho por encima del pantalón, y lo tiene muy duro.

  • Te gustaría que te metiese mano.

  • Ummm, si.

  • Te lo follarías.

-Ahora mismo estaría encantada de follármelo si tú me lo pidieses.

  • Bien, pues vete a bailar y déjalo que haga.

A me dijo: ¿Sabes que eres lo que más quiero en el mundo? Después me dio otro beso y se fue para la pista de baile sin mirar atrás.

Empezaba la canción de “Canaria soy”. Esta canción tiene unas partes de salsa combinada con reggaeton. Empezaron a bailar haciendo los giros de la salsa. Eran giros muy rápidos y el vestido de Alice lo mismo estaba en su sitio que mostraba el inicio de su culo. Las tetas amenazaban también con abandonar la cubierta de tela con cada parada brusca. Hasta ahí era sólo parte del baile, pero cuando llegó la parte del reggaetón se pegaron mucho para marcar el ritmo.

Me fije que Marco no tardo en meter la mano por debajo del vestido hasta llegar al culo de mi novia, mientras, la otra mano estaba entre sus cuerpos, “descansando” encima de una teta.

Ella no perdía el tiempo. Con una mano se abrazaba a él mientras con la otra le sobaba el paquete. Ella le buscó el cuello con sus labios y él, cuando lo sintió, bajó su cara para besarla. Fue un beso breve pero sus manos siguieron donde estaban hasta que cambió otra vez el ritmo.

Ahora otra vez con la salsa se movían con más seguridad. A ella ya le daba igual lo que se viera con el vestido y él le imprimía los giros agarrándola firmemente del culo.

Llegó la segunda parte de reggaetón y Marco, coló una pierna entre las de ella, subiéndole el vestido. También coló una mano junto con su pierna para tocar bien su chocho. A se dejaba hacer con tremenda excitación.

Cuando terminó la canción, se fue rápidamente al baño y Marco vino a hablar conmigo.

Alice salió del baño, vino donde mí y me preguntó por Marco.

-Se ha ido ya, porque se iban sus amigos.

-Me hubiese gustado despedirme.

-Estoy seguro que a él también le hubiese gustado.

-Pues me he quedado muy caliente, o me llevas al hotel, o te follo aquí mismo.

En el taxi que nos llevaba camino del hotel nos empezamos a meter mano. Al intentar tocar su coño me llevé la sorpresa. Tenía un pequeño tanga puesto todo mojado.

-¿Y esto?.

-Jo, me lo he puesto en el baño, y es que estaba tan caliente que mis flujos iban a bajar hasta las rodillas.

-Pues has incumplido la prenda y vas a pagar por ello. Amenacé yo.

Ella estaba muy excitada y respondió con aire retador. –Si, adelante, soy toda tuya-

No dijimos nada más hasta que pasamos por la puerta de la habitación.

Nada mas llegar al cuarto, fui a buscar la bolsa de los placeres. Saqué unas muñequeras que se unen con una cinta y un antifaz. Le tapé los ojos con el antifaz y saqué su vestido por la cabeza. Después le puse las muñequeras y la lleve de la mano hasta la pared. Allí había un perchero colgado de la pared, no muy alto. Até la cinta de las muñecas al perchero dejandole movilidad pero con las manos por encima de su cabeza. Después, bajé el tanga hasta sacarlo por los pies. Sólo le quedaron los tacones.

–Ahora si que estás bonita- Dije.

  • Pues fóllame ya- contestó ella.

Yo hice caso omiso, me quité los zapatos, abrí la puerta de la habitación y los saqué a la terraza. Después volví a entrar y me desnudé entero. Me acerqué a mi novia sin que ella se diera cuenta y le mordí un pezón. Ella gimió y se retorció. Después le chupé el lóbulo de la oreja, la intentaba apartar pero no podía. La abandonaba un momento y volvía a alguna parte de su cuerpo que no esperaba. Así después de un rato le había chupado y mordido los pezones, sus orejas, cuello, vientre, y le había chupado el clítoris mientras metía mis dedos en su coño, hasta casi correrse.

-Sigue- Pidió ella.

-De eso nada, date la vuelta y saca el culito. Repliqué yo.

Ella se dio la vuelta, pero no sacó el culo. “Zass”, sonó el fuerte azote en la nalga. Entonces sacó el culo todo lo que la percha y los tacones permitían.

-Ahora quiero que me cuentes todo lo que ha pasado hoy, las cosas que has hecho y que te han excitado, mientras yo abro tu culito.

-Ahhh, vale, pero no hace falta abrirlo, me lo habéis dejado abierto anoche. Y también me habéis dejado muy excitada, tanto que hoy no he controlado mucho mis impulsos. Te hubiese follado en la playa, te hubiese follado en la cena, te hubiese follado en el Púb. y te estaría follando ahora mismo si no me tuvieses atada. Y no me importó quien me viese. Me gusto mostrarme en el chiringuito, en la cena, y sobre todo, en el Púb. Y me puse mucho, pero no por mostrarme, si no, por tu reacción en cada una de las situaciones. Sólo ver tu cara de deseo y hace que me moje entera. Después los bailes sensuales del Púb., y Marco. Como nos hemos manoseado y tocado a escondidas y nos hemos besado al descubierto y tú siendo cómplice de ello. Me mojo sólo de pensarlo.

Y así fue, dos gotitas descendían por dentro de su muslo.

  • ¿Qué pasó en la ducha?. Le pregunté.

-En la ducha me masturbé y me follé el culo con los dildos hasta que me corrí. Preparé mi culo por si acaso tocaba, pero Marco no ha querido. ¿Lo quieres ver?.

  • Si, quiero ver tu culo abierto.

Le puse el dildo más gordo untado en lubricante en la entrada de su ano y ella empujó hacia atrás. Su agujero se iba estirando a medida que iba entrando, y cuando parecía que no iba a dar más de sí, pasó la parte más ancha. Ella me dijo que lo agarrase fuerte por la base y yo así lo hice. Fue echándose hacia delante hasta asomar la parte más ancha del dildo. En esa posición se estuvo un rato quieta y luego se dejó ir hacia atrás de golpe. Repitió varias veces hasta que ya entraba y salía con facilidad.

Dejé el dildo metido en su culo. Desaté la cinta del perchero y le quite las muñequeras. Dejándola sólo con el antifaz y los tacones. La llevé de la mano hasta la cama y me tumbé en ella.

-Muy bien. Hoy me hubieses follado en la playa y en el pueblo, pues aquí me tienes. Dije yo.

Sin pensárselo dos veces se echo encima de mí, buscó mi pene con las manos y se sentó encima metiéndoselo en su vagina. Empezó a cabalgarme como si estuviese poseída.

-¿Te hubiese gustado que Marco estuviese aquí? Cuéntame que te estaría haciendo. Le pedí yo.

  • Ummm, si. Ahora me estaría cogiendo las tetas.

Le agarré las tetas apresando los pezones con los dedos, y se excito más.

Yo estaba tumbado en la cama con las manos en sus tetas y las piernas colgando en el borde de la cama mientras ella me follaba, de cara a mí y con un dildo bien metido en su culo.

-¿Le hubieses dado el culo? Pregunté.

-Si. Me hubiese gustado que me hicieseis una doble entre los dos. Esta noche he soñado varias veces con ello. Respondió ella.

Me incorporé y, a la vez que me cabalgaba, aproveché sus movimientos para follar su culo con el dildo. Lo sacaba del todo y después de un momento se lo volvía a meter. En una de sus envestidas lo dejé fuera. –Mételo- dijo ella.

  • ¿Echas de menos a Marco en tu culito? Pregunté.

-Siiiii.

-Pues pídele lo que quieres que te haga.

A se termino de desatar y se puso a gritar

-Fóllame cabrón. Necesito otra polla ya. Marco dame por el culo hasta que me corra tan fuerte que no me pueda volver a levantar.

Y entonces pasó. Una dura polla se abrió paso por su esfínter empujando su cuerpo hacia mí. Alice tardó todavía un momento en darse cuenta que éramos más de dos en la habitación. La polla nueva imprimía en ella movimientos rápidos y profundos. Yo estaba pendiente de su reacción, pero ella se dejó llevar empezando a correrse superada por la situación. El de atrás empezó a gemir dándole aún más fuerte mientras la corrida de Alice parecía no tener fin.

Por fin, él se terminó de correr, y se salió del culo de mi novia. Ella se dejó caer hacia delante y me dijo –Quiero más.

Nos incorporamos mientras el tercero se quitaba el condón. Él se tumbó en la cama y yo eche a Alice encima. Después se la metí en el culo y empecé a bombearla con fuerza. Tenía el culo muy dilatado pero aún así, me estaba gustando y el morbo me tenía consumido. Me empecé a correr soltando toda la leche dentro de su culo. Ella me dio el dildo y me dijo que se lo pusiese.

Me fui a lavar y cuando volví al cuarto, el cuadro no podía ser más erótico. Alice, con el dildo bien metido en su culo y los ojos tapados, exploraba con las manos y la boca el cuerpo del tercero, que ya tenía una erección considerable.

Yo, a pesar de haberme corrido me puse duro con lo que estaba viendo y me acerqué a la cama. Cogí la mano de mi novia, la dejé sobre mi pene y ella empezó a pajearnos y a chuparnos. Cuando se la chupaba al uno se la pajeaba al otro y viceversa. Hubo un momento que se las intento meter las dos en la boca. Estaba claro que no iban a caber pero ella puso las dos cabezas juntas y las chupo a la vez. Siguió alternando nuestras pollas hasta que ya nos tenía a punto de corrernos otra vez.

Me separé, me puse detrás de Alice y, sin sacarle el dildo, se la metí por el coño. Empecé a bombear profundo y ella, sobre el tercero, se la mamaba al ritmo de mis embestidas. Paré su cuerpo y llevé los dedos a su clítoris. El tercero comenzó a gemir y fue la señal inequívoca que se empezaba a correr. Alice, al sentirlo, se dejó ir corriéndose fuertemente contrayendo mi pene en su interior. Yo, que estaba en la gloria con ella apretándome y el dildo apretando también, me corrí como nunca llenando su vagina de semen.

Tal y como estábamos nos dejamos caer los tres en la cama, haciendo un cuadro caótico de piel y de leche. Quité la venda de sus ojos y, a pesar que tenía restos, la besé y le dije que la quería.

Ella contestó: -Yo a ti también, y gracias.

Se dio la vuelta hacia el tercero y mirándolo a los ojos le dijo: -Gracias a tí también Marco.

La noche recién comenzaba en ese momento...

Este relato es fruto de nuestra colaboración con "Marco" y "Marieta" (nombres  ficticios). Ambos se pusieron en contacto, por separado, con  nosotros tras leer nuestros relatos. Tuvimos una primera experiencia en la que ejercieron de nuestros mirones en la playa. Marco tuvo una segunda experiencia con nosotros haciendo de mirón en una pradera rural. Tuvimos una tercera experiencia en la que nos ayudaron los dos. Habiamos acordado previamente que hicieran de mirones en una habitación de hotel, pero con la calentura del momento les solicitamos que tocaran y Marco se animó a tocar a Alice, La experiencia fue muy placentera y ahora estamos organizando la próxima, La idea es salir a cenar los cuatro, tomar unas copas y hacer un trio con Marco mientras Marieta hace de mirona, o lo que ella quiera. Nos gustaría que participaase en allgo más que mirar, pero eso será su decisión. Cuando la pandemia del Covid se normalice retomaremos nuestros encuentros, pero de momento es un placer colaborar los cuatro dando salida a nuestra imaginación a traves de todorelatos.