De pies a cabeza 2

Después de encular a mi amigo julián, éste quería que mi primera vez fuera completa...

Después de follarme a Julián, quedamos los dos jadeando de cansancio, con nuestros cuerpos sudados y húmedos de saliva. Estuvimos unos minutos así en silencio y riéndonos un poco de lo sucedido.

-Cómo te lo has pasado- me preguntó.

-La verdad es que he disfrutado mogollón- contesté

  • Bueno, aún es pronto…

  • Qué quieres decir?- pregunté, aunque sabía a lo que se refería…

-Que ahora me toca a mí…

-Hombre, no te referirás a que quieres encularme no?- dije con un poco de temor…

-Si, eso es precisamente lo que quiero, o mejor dicho, quiero que hagas lo mismo que te hice yo a tí- contéstó con tono serio.

  • Joder tío, me pillas un poco de sorpresa, yo…

  • Callate y ven, chúpame la polla- me dijo con voz firme mientras me cogía la cabeza y la llevaba hasta su polla aún flácida.

Yo intenté resistirme, pero no con mucha fuerza en realidad. La curiosidad y la adrenalina me estaban impulsando. No pasó un minuto su polla en mi boca sin que ésta se pusiera dura otra vez. Julián me sujetaba la cabeza y hacía movimientos con sus caderas metiendo su polla hasta mi garganta provocándome arcadas, pero sin llegar a atragantarme. Estuvo un rato follándome la boca lo que al comienzo me provocó una sensación de temor, pero al rato fui cogiendo el ritmo y me empezó a gustar. Al poco rato Julián no tuvo que ejercer más fuerza para que yo metiera su polla hasta el fondo de boca, luego comencé a pajearlo mientras recorría con mi lengua su sabroso y grueso pollón de 19 cm de largo. El sabor era delicioso y el morbo me estaba excitando muchísimo por lo que mi polla se puso dura al instante.

-Chúpame lo huevos- me dijo Julián y yo obedecí. Él estaba sentado en el sofá, con las piernas abiertas y yo ya me había puesto de rodillas frente a él para comerle el rabo y lo huevos. Entonces recordé como él había levantado mis piernas para lamerme el culo, así que hice lo mismo. Yo ya estaba entregado totalmente y metí todo el morro entre sus nalgas intentando llegar con mi lengua hasta ese culo que unos minutos antes había perforado con mi verga. Julián gemía de placer y pedía más y me animaba …

  • Eso tío! , joder que bien lo haces…-Me decía…

Estuve unos minutos en ello hasta que me sentí un poco cansado por la posición, entonces me retiré un poco y tomé los pies de Julián. Los tenía muy bien cuidados y limpios, cuando los acerqué a mi boca para chuparlos vi la cara de excitación de Julián que se mordía los labios y gemía de placer. Metí mi lengua entre sus dedos y luego metí la punta de su pié derecho en mi boca mientras pasaba su pié izquierdo por mi pecho. Eso pareció poner a Julián a hervir y un intante después, de forma intempestiva, se incorporó, se puso de pié y me ordenó que me pusiera contra el sofá.

Puse mis manos en el respaldo y las rodillas en la base  ofreciendo mi culo, aún virgen, a los deseos de Julián. Él se agachó y sentí como abría mis nalgas con sus manos y soltaba un escupitajo en mi ojete. Eso me puso cachondísimo.  Luego comenzó a comerme el culo con afán, yo sentía su barba  en mis nalgas y su lengua penetrar y abrir mi culo poco a poco. El esfínter iba cediendo mientras yo jadeaba y ahogaba quejidos de dolor cuando metía sus dedos en mi ano. La sensación era realmente maravillosa, estaba disfrutando y no podía pensar en otra cosa que en el deseo de que Julián metiera de una puta vez su rabo en mis entrañas.

No tuve que esperar mucho. Julián había recogido sus pantalones y había sacado del bolsillo otro condón, el que se puso rápidamente. Luego puso la punta de su polla en mi ojete ya bien dispuesto a recibir ese hermoso y duro trozo de carne. Pero aunque dispuesto, era la primera vez que se abría de esa manera, y la polla de Julián era gruesa y larga, por lo que le rogué que lo hiciera despacio y con cuidado, y él se comprometió a hacerlo. Poco a poco fue entrando y a cada avance se detenía un poco para que me acostumbrara. Yo respiraba jadeando pensando que lo peor siempre estaba por venir, intentando aguantar el dolor que al poco rato se tornaba en un gozo increíble. Así fue hasta que a los poco minutos sentí sus muslos contra mis muslos, su ingle contra mis nalgas, y él me abrazó y sentí su torso contra mi espalda, todo él dentro de mí. Poco a poco comenzó con movimientos pélvicos unas leves y suaves embestidas que fueron acelerando y acrecentando la sensación de placer. Poco a poco mi culo se acostumbró a su visita y parecía que quería dejarlo a vivir dentro de él …Yo ya estaba totalmente entregado y a disposición de Julián, y comencé a pedirle que fuera más rápido.

-Ves?, sabía que te gustaría, siempre supe que eras de los nuestros…-me decía al oído.

-Dame duro, tío, vamos!!... Siii fóllame…

-Como lo estás gozando eh?... estás bien rico cabrón, tienes un culo delicioso…

-Vamos! Fóllame fuerte!

Estuvimos varios minutos así hasta que Julián fue bajando el ritmo. Me sacó la polla y me puso estirado de espaldas y me levantó las piernas. Me penetró en esa posición.

-Así te veo la cara mientras te doy por el culo- me dijo con una sonrisa un poco sádica.

Así parecía que su polla llegaba más adentro, o no sé, pero era una sensación deliciosa verlo gozar mientras me embestía. Yo disfrutaba de ver como a ratos cogía mis pies y los metía en su boca chupándolos, ver su cuerpo sudoroso, sus pezones y su cara contraída en una mueca de placer. Yo cogí mi polla y comencé a masturbarme y a dejarme llevar por esa energía placentera que recorría todo mi cuerpo.

Unos minutos después eyaculé sobre mi vientre, y Julián sacó su polla de mi culo, se quitó el condón y se hizo una paja acabando sobre mi vientre en poco tiempo. Luego lamió su semen y el mío y se dirigió a mi boca para besarme, saboreando los dos nuestros propios líquidos.

Luego de todo eso, mi amigo se sentó junto a mí en el sofá, jadeando igual que yo. Ambos bañados en sudor en parte por el calor de la noche y por lo caliente de nuestros cuerpos. No dijimos nada durante algunos minutos, y en realidad no era necesario.

-          Una ducha?- dijo él rompiendo  el silencio…

-          Vale- contesté y nos fuimos hasta el baño.