De pequeña...

Mi primer relato, un poco largo pero espero que lo disfruten. La primera de muchas experiencias sexuales, cuando tenia 18 años. Besos Sandra XOX

Este es mi primer relato después de años de visitar la página, la razón de no haber escrito antes? No lo sé. La razón de hacerlo ahora? Que estoy extremadamente caliente

Empezare aclarando que TODO en este relato es real, exceptuando nombres y ya sabrán porqué. Continuaré presentandome, mi nombre es Sandra* y tengo 21 años; soy alta mido aprox 1.70, de los cuales la mayor parte es gracias a mis largas piernas, tengo la tez blanca casi lechosa, mis ojos son verdes, mi cabello castaño oscuro que hace un hermoso contraste con mi piel, mi cuerpo bueno nunca he sido demasiado delgada, y nunca lo estare ya que eso de que sientan mis huesos no me apetece en lo más minimo, tengo mis carnes bien proporcionadas, un culo y unas caderas que hacen voltear a mas de uno, grandes y bien formados; mis senos sin ser exageradamente grandes son de buen tamaño y bien parados, mis piernas son, aparte de largas, muy gruesas y firmes; todo esto gracias a que me gusta el ejercicio, bicicleta, tae bo, remos y uno que otro deporte de contacto. En fin, soy una chica que llama la atención.

Sin embargo tengo un pequeño secreto, y es que soy realmente cachonda, pero solo lo saben unos cuantos privilegiados; ya que por fuera parezco una chica normal aparte de linda, inteligente, tranquila, tengo un trabajo y novio; saco las mejores notas y los que no me conocen "a fondo" me podrían considerar una ñoña.

Pero en la intimidad, oh! Eso es otra cosa, soy una fiera en la cama y es muy difícil saciarme, ya que lo hago una y otra y otra vez, me encanta probar cosas nuevas, el sexo oral, anal y vaginal. Me mojo y quiero sexo a todas horas.

Mi experiencia sexual se remonta a cuando era aun algo pequeña, aprox de unos 18 años, mis padres tenían gran confianza con un matrimonio amigo, que tenían una hija aproximadamente de mi edad y un hijo de unos 18 o 19 años, más de una vez me dejaban al cuidado de ellos, para jugar y pasar el rato.

Pero para Mario*, el hijo de los amigos de mis padres, para jugar y pasar el rato tenia ideas un poco diferentes. No recuerdo bien cuando empezaron los toqueteos y los "jueguitos", pero más de una vez estábamos en su cuarto mientras jugábamos a las escondidas y su hermana nos buscaba, y pronto se abalanzaba a "hacerme cosquillas", a tocarme las pequeñas y apenas nacientes tetitas, mi culito y piernitas.

Una vez la tengo muy presente, creo que fue cuando se atrevió a un poco más.

En algún juego, terminamos solos en su habitación, él cerró la puerta con seguro y viéndome llevo su dedo índice a los labios en señal de silencio.

  • Shhh, no nos deben oír.- Susurró.

  • Es parte del juego?- pregunte inocentemente

  • Mmm, es más bien como una travesura- respondió

Seguramente mis ojitos verdes brillaron, pues siempre fui muy traviesa; y dispuesta a todo para lograr una pequeña diablura más, sonreí e hice el mismo gesto de silencio.

-Súbete a la cama- su voz fue seria y autoritaria, no me pude negar. Me senté en la cama,

-No! Súbete, párate en la cama-

Aquello me pareció aun más divertido ya que mis padres jamás me dejaban pararme sobre la cama, si que iba a ser una travesura.

Me paré sobre la cama, no sin antes haberme quitado mis zapatitos y mis calcetines, ese día llevaba unos shorts y una playera de tirantes. Él se quedó mirando mi cuerpecito, situado aun en el piso, pero no duró mucho en ese estado, ya que subió también a la cama, pero en vez de pararse completamente, solo se arrodillo, quedando su cara a la altura de mi estomaguito y de mi conchita.

  • Sientas lo que sientas no debes hacer ningún ruido, de eso se trata. – sentenció.

-Esta bien- respondí mientras con sus manos adolescentes recorría mis blancas piernitas, desde la punta de los pies hasta llegar casi a mi conchita, se detuvo y yo ya sentía una especie de cosquillas. Mientras me miraba, pasaba sus dedos por debajo de mi short, hasta llegar a mis aun infantiles braguitas, toco mi rajita y una electricidad indescriptible recorrió mi cuerpo. Instintivamente cerré los ojos.

-Mírame- me ordeno mientras uno de sus dedos intentaba introducirse en mi conchita, pero mis bragas se lo impedían; abrí los ojos un poco asustada ya que parecía haberse molestado, pensé por un momento que no íbamos a seguir con nuestra travesura; pero no fue así.

Sacó sus manos y desabrocho mi short, lo bajo rápidamente, y observó mis bragas, acerco su cara y olió mis partes intimas, mientras yo sentía un calor insoportable y mis mejillas se tornaban rojas. En seguida me bajo mis bragas, yo a estas alturas aparte del calor que sentía, me encontraba tremendamente confundida, no entendía pero nada de lo que estaba haciendo, pensaba por una parte que no estaba bien y tenia deseos de subirme mi ropa y salir corriendo, pero en vez de eso solo me quedaba parada, equilibrándome sobre la cama, sintiendo como Mario me miraba y me tocaba. Supongo que desde entonces tenia un poco de putita. Mario me saco mis braguitas y las lamió mientras se reía, ese detalle me pareció gracioso y no pude evitar una risita. Él me recordó no hacer ruido y me lleve una mano a mi boca, levanto un poco los brazos y me quito mi playerita, la única prenda que me quedaba.

Llevo sus labios a mis tetas y empezó a chuparlas como si fueran un dulce, las cosquillas por poco me vencen y casi suelto una carcajada, pero Mario se detuvo y me dejo descansar.

-Abre las piernas y levanta los brazos, ponlos sobre tu cabeza, y haga lo que haga no te muevas ni hagas ruido-

Le obedecí y conservando el equilibro, separe mis piernitas y me lleve las manos atrás de la nuca. Que imagen debió de tener, quien sabe que retorcida fantasía cumplió viéndome en esa postura, completamente desnudita, con los brazos levantados, las piernitas separadas, completamente sonrojada y a disposición de lo que él deseara.

En esta postura obviamente, mi conchita quedo si protección y un poco abierta; se mojo uno de sus dedos con saliva y lo dirigió a mi rajita; primero me acaricio los labios exteriores, de adelante hacia atrás, llegando a mi culito en el cual se detenía unos momentos para regresar al frente, luego lo fue introduciendo lentamente, no pareció costarle mucho, no lo introdujo completamente por lo que no alcanzo a romper mi himen ni nada por el estilo, pero lo sacaba y lo metía, primero lento y después aumentando la velocidad, mientras me besaba y lamía mis tetas y con la mano libre tocaba mi culito, me sentía desfallecer, sentía muy rico! No quería que parara, pero lo hacia por unos momentos solo para llevar su lengua hacia mi conchita y lamerla como una paleta. Llegó a meter uno de sus dedos a mi ano, mientras me lamía o bien me introducía otro dedo en la concha, siendo prácticamente penetrada por los dos lados al mismo tiempo.

Yo ya notaba que su cara se ponía roja, sin perder nunca ese gesto mezcla de seriedad y cachondez, sus pantalones parecían explotar, le apretaban ya.

Que te pasa ahí?- pregunté

Es que me gustas, eres una niña muy linda y por eso mi cuerpo reacciona así, a ti también te gusta lo que te hago?

Sí, me gusta mucho- respondí.

Entonces yo te gusto. no? Lo que hacemos solo lo hacen las personas que se gustan y se quieren. Yo te quiero

Si me gustas y te quiero también – apenas sabia de lo que estaba hablando

Cuando le respondí de esa forma, ocupó sus manos en sacarse su verga, yo quedé impresionada pues ni siquiera me había imaginado que algo así existiera, la tenia casi a reventar, me tomo de la mano y me jaló hacia él, por lo que termine en cuclillas, dirigió mi mano a su pene, la movió de arriba abajo para que lo masturbara. Como había quedado en cuclillas con su otra mano siguió su labor en mi concha.

Esa posición era más difícil para mí y termine cediendo y cayéndome de espaldas sobre la cama, no tardó nada Mario en hundir su cara entre mis piernas mientras se masturbaba frenéticamente.

Sentía como todo mi cuerpo se calentaba aun más y como de repente sentía que me estaba haciendo pipi. Mi primer orgasmo, inmediatamente después Mario llegó al suyo mientras descargaba todo su semen en mis piecitos.

Me dio un poco de asco ya que sentí que se había orinado en mi, pero pronto me limpio con su playera, y me dio un besito en la mejilla.

Esto es una travesura y como tal no debes decirle a nadie. De acuerdo?

De acuerdo, no lo diré.

Y no lo hice, y por algún tiempo más seguí disfrutando de las visitas, hasta que nos pillaron, pero eso es otra historia, que si quieren que la cuente, manden sus comentarios a mi correo kastran_k@hotmail.com

Un beso

Sandra XOX