De nuevo en el parque
Una vez mas opte por hacerlo en el parque, pero esta vez ocurrió algo inesperado
Seré breve ya que habrá quienes hayan esperado algo de mí. La mayor razón de que escriba de nuevo es porque últimamente se me pidió que lo hiciera y porque la verdad me encanta hacerlo pese a todo, así que disfruten lo que viene.
Una mañana de octubre tras despertar, ponerme una lycra negra skinny la cual resaltaba mis caderas junto con mis nalgas haciendo notar lo voluminosas que son así como su redondez y firmeza, una blusa de tirantes deportiva también negra que hacia lucir mi delgada silueta de la cual resalto mi delicada cintura junto a mis pequeños pechos y al final hacerme una coleta quedando así lista para sacar a mi amante a un paseo por el parque el cual desde el momento que decidí salir supe que indudablemente habría acción entre nosotros pues ya hacía tiempo que no lo hacíamos fuera y esta era la oportunidad perfecta para volver a las andadas.
Como de costumbre empecé a dar vueltas en la pista de tartán para entrar un poco en calor, analizar el estado del parque para ver qué tan factible resulta el tener un encuentro con Max, para que este último y yo estemos en buenas condiciones y para disimular mis verdaderas intenciones con mí amante. Así pues me encontré con un parque un poco más solo de lo habitual pues yo era la única trotando en la pista, en la cancha de futbol no había más que cerca de diez niños no mayores de once años, en las gradas dispersos había unos pocos señores viéndolos jugar y un joven que cada que yo pasaba cerca me echaba un ojo, “De seguro le parezco linda…más aun con esta ropa” pensé tras notar sus miradas aunque al final no le di importancia dado que ya había visto lo que tenía que ver y ya iba siendo hora del apareamiento.
Entonces me senté detrás de una de las porterías para irme alejando de poco en poco ya que, siendo sincera dudo que el joven fuera el único viéndome y si bien era quien más lo hacia los otros señores también se daban el lujo de mirarme de vez en cuando, lo cual dibujaba una sonrisa en mi rostro al ser una chica deseada, pero, lo que quiero decir es que muy seguramente habrían notado que esta muchacha se fue a esconder con su perro y me vi en la necesidad de disimular aún más y alejarme cuando perdieran el interés en mí. Transcurrido un tiempo eventualmente dejaron de prestarme tanta atención lo cual fue la ventana perfecta para apresurarme a ir al escondite del amor, un amor morboso y zoofilico.
Tras llegar al lugar me dedique un breve momento a mover los arbustos para que la visibilidad fuera la mínima posible así como a añadir un poco de hierba y hojas en estos con el mismo fin, cuando termine con eso me senté en el pasto y Max se echó junto a mí y yo lo mire sonriéndole con total naturalidad mientras le decía “Hoy vas a tener a mami de nuevo, vas a entrar en ella y vas a darle de tu lechita” , dicho eso le solté un beso en su hocico al cual no dudo en responder y así comenzar a lamerme toda la cara dejándome llena de saliva y pese a mi gusto por su afecto trate de calmarlo un poco, con la finalidad de también sacar yo mi lengua y así juntarla con la suya en un frenesí de lengüetazos con apenas coordinación lo cual no lo hacía menos morboso y satisfactorio en esta especie de beso francés entre una mujer y su amante canino, más aun dado que yo comencé a gentilmente acariciar su pene y el parecía complacerse con mi tacto.
Mi macho comenzaba a mover la pata mientras yo seguía con las caricias a su miembro en señal de agrado y después cortamos nuestro beso ya que el comenzó a jadear pues su mami comenzaba a excitarlo; con una expresión de ternura en mi cara apreciaba como mi bebe disfrutaba y entonces en tono de mimo le dije “¿Eso te gusta corazón? Si así es te encanta porque sabes que va a pasar después” acto seguido con mi mano rodee su verga aun en su funda tomándola con firmeza y comencé a mover mi muñeca, lentamente de arriba hacia abajo haciendo que su rojo miembro se dejara ver de a poco en poco a la vez que mi entusiasmo se intensificaba al ver como mi premio iba saliendo de su escondite, en respuesta a eso y por puro instinto acelere la manualidad y le dije “Como me calienta verte la verga mi amor…ver cómo te la voy sacando, haces que te imagine dentro de mí, pronto lo estarás, estarás dentro de tu mami” poco tiempo después logre sacar su pito completamente otorgándome aún más placer tras ver su hermoso miembro, con su nudo fuera, rojo rebosante de venas, soltando uno que otro chorro de lubricante y listo para ser endurecido por mis labios.
“Me encanta tu verga bebe, de veras que sí y voy a demostrártelo” le dije mientras bajaba mi blusa en la parte del pecho para tenerlos de fuera a la vez que me mordía los labios mientras se lo decía pues la lujuria me salía hasta por los poros y mi mirada lo demostraba, era enfocada, frunciendo ligeramente el ceño y con una gran sonrisa a la cual acompañaba mi lengua recorriendo mis labios para humedecerlos. Me puse de rodillas junto a él sosteniendo su verga para conducirla a mis pechos y chocarla junto a estos diciéndole “Esta verga es de tu mami, ella es tu única perrita y siempre te consiente” entonces me puse debajo de él prácticamente en cuatro pero no con el culo en dirección a su verga siendo más bien mi boca a la que le apuntaba. Mis labios inmediatamente se dirigieron a su verga la cual fue besada por estos desde su punta, pasando por su tronco hasta llegar al nudo, después volví a la punta y mientras la rosaba con mis labios le dije “Hora de darle de comer a mami” para proceder a introducirla lentamente hasta el fondo de mi garganta observando cada instante en el que su pene iba siendo engullido hasta el tope de mi garganta y no quedo más que su nudo fuera de mi boca.
Max al sentir eso enseguida comenzó a empujar levemente haciéndome atragantarme por lo cual solo tuve que resistir a medida que comenzaba a empujar con más naturalidad como si de mi vagina se tratara. Y es que imagino que mi amante apenas y le importo que no lo fuera ya que no tardo en aumentar el ritmo y comenzó a cogerse mi boca mientras yo lo sostenía con una mano y la otra solo rasgaba el pasto dado el placer que me daba estar siendo alimentada con la verga de mi perro, el a su vez seguía implacable dándose gusto cada vez más rápido mientras yo sentía como su verga iba creciendo y endureciéndose mientras la recorría con mi lengua a medida que la pasión y el morbo me invadían tanto que con la mano que se encontraba sosteniendolo comencé a tocar mi vulva, introduciéndola al interior de la lycra para así meter un par de dedos dentro mío imaginando que era la verga de mi perro a la vez que el pene de este chorreaba lubricante y comenzaba a palpitar. Todo eso me hacía ponerme cada vez más caliente lo cual se reflejaba en mi mano que ya era más rápida dentro mío dado el goce al que me veía sometida, poco después de eso solo sentí un tibio chorro deslizándose por mi garganta el cual era obviamente la lechita que Max tenia para mí y tras esa sensación mi mano se volvió loca por la lujuria y frenéticamente la introducía a mi hasta hacerme venir en muy corto tiempo, mi lycra incluso se llenó de mis jugos pero no me importaba yo lo único que quería era un macho fuerte e indómito ansioso de una voluptuosa perra con ganas de sobra por ser montada.
Seguí saboreando su verga un breve momento y al sacarla de mi boca le di un último chupete dejando un rastro de saliva en la punta y después le dije “Ya estás listo para tu perra mi amor, y ella está que revienta por tenerte montándola” así pues me retire un poco de él solo para darme espacio y acomodarme en mi posición natural, me baje la lycra hasta la espinilla para poder abrirme bien de piernas y sentir todo el pene canino dentro de mí. Justo en el momento que iba a acomodarme como perra escuche unos pasos cerca, mi corazón se detuvo y se me helo la sangre, aunque Max ni se inmuto y comenzaba a gruñirme impacientemente pues no pretendía quedarse caliente sin obtener lo que quería hasta comenzó a instigarme buscando mi húmeda puchita con su hocico y después de asumir que no había riesgo le dije “Perdón por eso corazón, pero me tenía que asegurar que no nos vean” luego le mande un besito y no perdí más tiempo para ponerme en cuatro a la vez que con tan solo verme de perrita, abierta de piernas para él, encorvando mi espalda para que su miembro llegue más profundo, agachando la cabeza para que note que es el quien me domina y diciéndole mientras me daba unas nalgadas a mí misma “Por favor métesela a tu mami, por favor ya te quiero adentro” . Max dio un brinco y enseguida se aferró a mis caderas rasguñándome ligeramente lo cual no hizo más que excitarme de sobremanera y como el macho experto que es no tardo nada en penetrar a su hembra para comenzar a embestirla con fuerza, mientras que yo resistía a sus fuertes empujes y tirones que le daba a mi cadera para poder ensartarme mejor y yo sin más que poder hacer salvo rasgar el pasto haciendo que la tierra se metiera entre mis uñas además de gemir despacio y calmarlo cada que intentara ladrar, era difícil no gritar de placer y más con ese sabroso sonido que se producía con el choque de su pene en mi vagina mojada que no hacía más que aumentar mi lujuria.
“Eso mi amor…mmmm…métele toda la verga a la puta de tu dueña…hazla tuya de nuevo” le dije entre gemidos durante sus fuertes embestidas en las cuales finalmente logro entrar su nudo y entonces solté un grito muy por apenas dado que me contuve pero era demasiado mi goce al sentirlo dentro mío, penetrándome con soltura, llenándome de placer al sentir su miembro arremeter rápidamente a mi vulva, chocando hasta el fondo de esta, inundándome de morbo al sentirme toda una perra siendo cogida entre pasto y tierra al natural. Todos esos lascivos sentimientos hicieron que al final me chorreara de nueva cuenta pero esta vez no eran mis dedos sus detonantes si no lo que estos habían pretendido ser, la verga de mi perro.
Max se encontraba gruñendo y tratando de sujetar mi pelo con su mandíbula pero esta vez no me deshice la coleta puesto que estaba ansiosa de tenerlo encima, “Perdóname amor…pero te quería bien adentro ya…ahhh… eso, dame tu lechita…préñame” le dije tras notarlo y tras sentir su verga palpitando en mi interior, en un último esfuerzo mi macho cargo contra mi embistiéndome con toda velocidad y potencia mientras yo sentía su nudo dilatando mis labios y su pene lanzando lo que quedaba de leche tibia, “Si mi amor…soy tu puta perrita, voy a tener a tus cachorritos por esto” comente durante su eyaculación la cual me lleno de placer mientras yo ponía mi cabeza en el suelo en señal de sumisión y tras mi amante notarlo puso sus patas en mi espalda y en respuesta le dije “Tu mami siempre será tuya” , enseguida de eso escuche una leve voz decir con asombro “Que perra” a lo cual yo asustada grite diciendo “¡No mames!” y apenas alcance a ver quién era entre los arbustos que habían sido movidos un poco (Por mi distracción y ganas de ser montada no lo había notado), luego escuche como corría mientras que yo estaba ahí pegada a mi perro sin poder hacer nada repitiendo “No mames, no mames, no mames…” .
Y eso sería todo esta vez e imagino que ya suponen que esto no acaba ahí así que les pido que apoyen este relato para traerles a la brevedad su continuación y por favor comenten lo que gusten, debido a mi ausencia tratare de contestar sus comentarios los cuales siempre leo pero rara vez respondo. Me disculpo si hubo alguien esperando nuevos relatos de mi durante este periodo pero en un comentario explicare un poco por qué y con esto me despido pidiéndoles nuevamente que dejen sus opiniones y apoyen mi relato, sin más pues ¡Bye!