De nuevo con la cincuentona de mi vecina
Mojada por todas partes la vagina, el semental arremetía con toda su cara y lengua por todo el culo y cavidades de la chica, su cara empapada de flujos la restregaba contra las nalgas, entraba y salía de su coño con la lengua, la restregaba por toda la vagina de manera experta...
Llegué a casa después de una de mis salidas viajeras, esta vez no había ligado, ni tuve sorpresas eróticas, ni nada de nada, llevaba sin follar la mar de tiempo.
Bueno no pasa nada, me ducho me pongo el pijama, enciendo la tv. Y me preparo algo para cenar.
Son las diez de la noche y no espero a nadie ni tengo que salir de casa para nada.
Atiendo a una llamada telefónica de un amigo, después ceno opíparamente y me tumbo en el sofá a ver la tv.
Por más zapping que hago no encuentro nada que me guste, ya son las once y media de la noche y estoy lavado, cenado y sin sueño.
Rebusco entre las revistas y libros que tengo para coger alguno y entretenerme cuando oigo ruidos de gente en el descansillo de la escalera. No espero a nadie pero me picó la curiosidad de quien sería y me asomé por la mirilla de la puerta. Era la hija de mi vecina que se marchaba con unos amigos que habían venido a buscarla para salir.
Bueno se fueron y nada más
Pero cuando me volví a tumbar en el sofá me vino la idea a la cabeza de que la vecina estaba sola en casa y posiblemente admitiera compañía de un elegante tipo como yo.
Ni corto ni perezoso me desabroché unos botones de la camisa del pijama con el ánimo de resultar atractivo y saliendo de casa dejando la puerta entornada me dirigí hacia la casa de mi vecina.
Ya sabéis los que leísteis el relato con mi vecina en casa, que es una cincuentona pero está de muy buen ver, aunque para mi gusto le sobra un poquito de nalgas, tiene un tremendo culo al que no hago ascos porque es normal en su edad.
Bueno pues aquí estoy yo tocando a la puerta de mi vecina con los nudillos para no hacer mucho ruido, a nadie le interesa si me la follo o no, mejor que los vecinos no sepan nada.
Abre la puerta a mi llamada, me mira de arriba abajo como sorprendida, alarga su brazo me coge por la solapa, tira de mí y me mete para dentro. No me dio tiempo ni a pedirle la sal para la ensalada que le iba a decir que me faltaba, es lo típico, no?
Joder me sorprendió su acalorada acogida, era como si le hubiese caído llovido del cielo, hasta me asusté, pensé que el sorprendido era yo y no ella.
En realidad creo que estaba deseando que apareciera, si no yo, otro alguien para de momento desconozco que actividad privada.
Cerró la puerta y me comenzó a acariciar el descubierto pecho y comerme los pelillos desesperadamente. Esto no es normal, es como si no quisiera dejarme escapar, me acaparó, me retuvo y me secuestró.
Mi vecina es mayorcita pero está de muy buen ver, piernas esbeltas y firmes, pechos grandes aunque ya un poquito desgastados, un culito para mi gusto grandecito, y aspecto en general muy bueno, en definitiva está muy apetecible, morena y ojos marrones.
Bueno pues me acaparó de tal guisa, que tuve que escaparme de sus garras diciéndole que tenía que volver a casa pues había dejado la cena a medias, que era por lo que venía a pedirle la sal y debía cerrar la puerta que dejé abierta.
Me soltó y creo que salí corriendo pues yo llevaba buenas intenciones pero me pilló por sorpresa esta calentura inesperada.
A mi vuelta 10 minutos más tarde, la encontré recostada en el sofá, con una bata entreabierta por la que se vislumbraba una de sus piernas hasta el principio del muslo y la cacha y una botella de cava con dos copas encima de la mesita baja del salón.
También en la mesita había una revista de contenido pornográfico que miré disimuladamente como si no fuera conmigo el asunto. Ella me preguntó que si me gustaba el libro que estaba leyendo, cogiéndolo de la mesa y pasándomelo para que lo viera.
Ahora entiendo la calentura de mi vecina. En la revista se veían fotos de dos negros con dos trancas enormes, de esas de película, haciendo las delicias de una jovencita blanca, rubia, de ojos azules y pequeñita.
En el sofá de la casa de una de las escenas de la revista se ve a los dos negros sentados en el sofá uno a cada lado de la rubia, a esta se le ven las piernas y cara de “que bien me lo voy a pasar con estos sementales”.
En otra fotografía se ve a la chica tocando los manubrios por encima de sus pantalones con ambas manos mientras ellos le comen los pechos.
Después uno de ellos está de pie en el sofá con una verga descomunal que aquello es imposible que se ponga dura, solamente estaba morcillona y metida en la boca de la pobre chica que solo con una parte de ella estaba llena, la otra parte la tenía agarrada con sus dos pequeñas manos. Chupaba, y saboreaba esa descomunal verga, disfrutando de ella tranquilamente, sin prisa (yo cuento la historia basándome en lo que yo entiendo que quieren decir las fotografías).
Sacaba la lengua por debajo del capullo lamiéndole el glande, se deleitaba en ello, después la recorría toda ella con la lengua y retrocedía con los labios acariciándola, así una y otra vez hasta que consiguió ponérsela dura de cojones.
Espectaculares fotos donde se ve a una chica muy poca cosa lógicamente se ve claramente que es mayor de edad pues anda alrededor de los ventidos años y a su lado se ve un tío negro con una enorme polla que en alguna se la pone encima de la cara y sobresale por los dos lados, una tranca descomunal que contrasta con la pequeñez de la chica.
Ahora no me extraña que mi vecina estuviera como estaba cuando llegué a su casa.
Los pechos de la chica no son muy grandes pero si aceptables porque no es el fuerte de esta revista.
El otro mandingo de rodillas en el suelo ante ella, que permanecía sentada en el sofá le estaba haciendo una comida de coño en condiciones. Sacaba su lengua roja y con ella le acariciaba el clítoris, después lamía ese chochito por toda la raja de arriba hacia abajo y a continuación metía toda la lengua en la húmeda cavidad para después retirarla y seguir con este procedimiento durante un largo rato.
La chica se corrió una vez en esta postura, el negro tenía la cara llena de calientes flujos vaginales y la polla se la agarraba con una mano haciéndose una paja, mientras disfrutaba de ese encantador y blanco chochito depilado.
Mi vecina, que junto a mi ojeaba la revista, ya se había puesto semitumbada con el culito en posición para que le hiciera caricias en su humedecido coño. Le puse la mano encima, estaba muy mojado y ardiendo, lo acaricie, aparte los pelillos y con mi dedo pulgar restregaba su clítoris poniéndola encendida de placer. Ella se agarraba los pechos apretándolos y subiéndoselos con la intención de lamerse los pezones, no eran tan grandes como para eso pero ella lo intentaba una y otra vez, jadeaba, jadeaba, jadeaba y se retorcía encima de mi muslo, tenía sus nalgas encima de mi muslo izquierdo dejando ver todo su coño humedecido por los flujos vaginales y por una corrida que ya había tenido. Esto me estaba poniendo ardiente, con la palma de mi mano le aplastaba los labios vaginales y frotaba su amplio coño de arriba abajo dándole un placer que ella no esperaba pero se revolvía de gusto.
Mi polla a estas alturas estaba dura por demás, con la otra mano seguí ojeando la interesante revista que estaba sobre mi pierna derecha.
Uno de los hombres estaba tumbado en el sofá boca arriba, la chica estaba boca abajo comiéndole la tranca desesperadamente, una polla de descomunales dimensiones que seguía morcillona,¡¡¡ eso no es posible que se ponga duro ¡¡¡ agarrándola con las dos manos se la tragaba con ansias. La muchacha estaba arrodillada sobre el brazo de tela del sofá de forma que el culito y la vagina le quedaban a merced del otro semental, el que no perdía el tiempo para comerse la deliciosa almeja presentada de tal manera.
Mojada por todas partes la vagina, el semental arremetía con toda su cara y lengua por todo el culo y cavidades de la chica, su cara empapada de flujos la restregaba contra las nalgas, entraba y salía de su coño con la lengua, la restregaba por toda la vagina de manera experta, este ya sabía lo que hacía no era la primera jovencita que se follaba.
En esta postura estaban cuando se levanta el negro con la polla tiesa a más no poder y se la clava en el coño, sujetándosela con una mano y ayudándose para meterla despacio, se aprecia cómo se abren los labios vaginales para dejar paso a esta tremenda polla que juega con su vagina a entrar y salir siempre despacio, sin prisas, haciendo que el sufrimiento de la siguiente entrada aumente el deseo y con ello el placer.
La chica se volvió a correr por lo que ahora la almeja está más mojada y resbala esa enorme polla dejando caer fluidos a lo largo de sus muslos, empapándola.
En la siguiente foto se ve al semental que ha sacado la polla de la vagina de la chica y abriendo con las dos manos el agujero de ese precioso culo, le pone la punta de la polla en la entrada y comienza a introducirla penetrándola lenta pero eficazmente, se la mete solo hasta la mitad y lo raro es que no la parta en dos pues es la sensación que ella tiene, que la están partiendo, por eso dice “cabrón , sigue que me rompes, sigue, sigue, cabrón rómpeme, rómpeme, rómpeme” y diciendo esto se corre de nuevo chorreando fluidos vaginales por sus muslos otra vez, los tenía empapados.
Debido al éxtasis que ha alcanzado la chica cuando le rompen el culo, el otro semental se excita de tal forma que no aguanta más y chorrea semen en la boca de ella en tal cantidad que se ve como chorrea a cada latigazo, por el largo pene el banco liquido hasta llegarle a los huevos, ella saca la lengua y con ella le limpia el capullo recorriéndolo como si de un chupa chups se tratara hasta dejarlo seco por completo.
Con la boca llena de semen se da la vuelta, se arrodilla encima del sofá y ofrece su boca ya rebosante de semen para que el otro le lance sus calientes golpes de semen en la cara, cayendo este por la boca y resbalando hacia sus pechos y vientre, chorreándole hasta el monte de venus.
Os podéis imaginar cómo estoy en este momento, la polla me llega al pecho y el capullo me va a reventar. Sigo frotando el coño de mi vecina, ahora con más énfasis, le aparto el vello vaginal y le abro con mis pulgares los labios para introducir mi lengua en ese coño empapado de flujos. La postura no es buena, se me hace difícil por ser pequeño el sofá, entonces la agarro por las piernas y tiro de ella de tal forma que la coloco las nalgas encima del apoyabrazos del sofá. Me arrodillo en el suelo, le abro las piernas hasta que logro introducir mi cara en su coño, la restriego con pasión, no sé dónde estoy lamiendo, me da igual, solo quiero comerme todo lo que pueda y pasar el total de mi lengua por todo lo que esté chorreando flujos pues ya he notado que se acaba de correr y ese olor me vuelve loco, he perdido la conciencia, la levanto con mis manos en sus nalgas y meto aún más adentro mi boca en su coño, absorbo todo lo que encuentro, muerdo los labios, los abro, se los cierro, me he vuelto loco de placer. Ella se retuerce en el sofá, me agarra la cabeza y no me deja sacarla me aprieta mientras dice “cómeme, cómeme hijo de puta, “ aprieta mi cabeza y aprieta su pelvis hacia mí, está enloquecida, se vuelve a correr y chorrean los fluidos hasta el apoyabrazos del sofá, mi cara está empapada y sigo y sigo y sigo..
Hasta que oigo el ruido de una puerta que se abre, me mosqueo y retiro mi empapada cabeza de ese rico coñamen, miro hacia donde se produjo el ruido y veo a la vecina del tercero D, en bolas parada frente a nosotros.
Esta había estado viendo todo el desarrollo del polvazo que estábamos echando. Tiene aproximadamente 45 años y por lo que veo o entiendo la copa de champan que seguía sobre la mesa no era para mí, sino para esta lesbiana que ya tenían el asunto preparado entre ellas.
Claro la calentura inicial de esta guarra de mi vecina venía dada no por los negros de la revista sino por la excitación de las dos lesbianas que al llamar yo ésta se escondió para que quien fuera no la reconociera.
Bueno tan caliente estoy que me levanto y cogiéndola de una mano, le invito a unirse a nosotros. Mi polla dura como ya sabéis, eufórico y desenfrenado, aparté a mi vecina del sofá y me senté en él, puse a la del tercero que estaba bastante mejor que la otra y me apetecía por la entra triunfal que había tenido, encima de mis muslos mirando hacia fuera, hacia la tv. De tal forma que directamente le puse la polla ensalivada primero con mi mano, en el agujero del culo y esta solita entró hasta dentro cuando ella se sentó.
Joder que caliente está, que estrecho es, que polla más gorda tengo, juntándose todo esto y las arremetidas que le hacía metiéndole las manos por debajo de las cachas y levantándola para después dejarla caer, entraba ella solita hasta los huevos.
Al estar en esta postura el coño le queda al descubierto y en posición de “cómeme” por lo que la vecina no perdió el tiempo y viendo que yo me iba a correr de un momento a otro, comenzó a comerle el coño con suaves lamidas hasta que salió mi polla chorreando semen en los labios de las dos.
Mi vecina lamía ese coño con su semen y jugos de avernos corrido al mismo tiempo la del tercero y yo.
Mi semen chorreaba por la barbilla y cuello de mi vecina, dejando caer al suelo el sobrante.
La del tercero se levantó, se fue al baño y mi vecina y yo nos tomamos esa botellita de cava que nos estaba esperando aunque se había calentado un poco.