De noche y en la playa

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DE NOCHE Y EN LA PLAYA

La verdad es que nunca se le había pasado a la cabeza a Maria follar con nadie fuera de su matrimonio pero desde hace unos meses cuando colocó la conexión a Internet había descubierto un mundo increíble que cada vez que cerraba el ordenador sentía la necesidad de buscar el sexo con su marido o masturbarse porque estaba tremendamente mojada incluso un día lo había hecho con un amigo cibernético y se había masturbado acariciándose las tetas y frotando su clítoris mientras su "amante" virtual la follaba sobre la arena de una playa urbana a la noche.

Cuando su "amante" la propuso quedar y conocerla solo se plantearon conocerse y dar un paseo o tomar un café, algo inocente pero lo que iba a ocurrir iba a pasar de inocente a indecente, bueno esta palabra era la que hubiera usado ella hacía unos pocos meses pero ahora ya no estaba segura de nada. Ahora creía que la red de redes la había hecho liberarse sexualmente o por lo menos tener menos prejuicios sobre su sexualidad.

El chico era de su misma ciudad y se habían citado al comienzo de la playa que tanto habían imaginado en su polvo virtual. La verdad es que habían quedado a propósito en ese lugar pero no con el propósito de follar. El llegó antes y la estaba esperando sentado bajo el faro que vigilaba la entrada de la bahia y estaba al comienzo del dique ante el cual se abría el gran arenal. Ella se fue acercando nerviosa, le distinguió a distancia, en un momento determinado quiso darse la vuelta, olvidarse de todo aquello, pensaba que era una locura pero a la vez notaba como sus braguitas se iban humedeciendo.

Llegó donde el chico, se presentaron y se dieron dos besos castos en las mejillas, comenzaron a caminar y al llegar a las escaleras que bajaban a la playa, el propuso dar un paseo por la orilla del agua, hacía buena noche, era verano y el día invitaba a ello. Ella aceptó, se quitaron los zapatos y comenzaron a andar por donde rompen las olas, una de ellas rompió muy cerca y se acercaba, él jugando la cogió de la mano para correr y alejarse de la rompiente de la ola.

Cuando pararon se miraron a los ojos, una chispa saltó e inflamó sus cuerpos, esa sexualidad que tenían al rojo solo a la espera de que uno de ellos diera el paso. Se besaron apasionadamente, él dibujaba el cuerpo de Maria pasaba sus manos por las curvas de la mujer como si calentase una guitarra con una mano llegó a su hombro y bajó uno de los tirantes del vestido, ella le levantó la camiseta y la tiró al suelo para después comenzar a quitarle el cinturón, él ya había bajado el vestido de la mujer dejando ver sus pechos voluptuosos como dos cantaras de leche y el coño tapado solo por una braguita negra.

Seguían besándose apasionadamente, prodigándose en caricias cada vez menos delicadas y mas sexuales, ella comenzó a bajar al cuello, le dio un mordisco en el cuello suave primero, fue bajando por su torso y al llegar a los pezones los beso, les pasó la lengua alrededor muy lentamente, consiguió que se excitase terriblemente, la polla ya pugnaba por salir de los pantalones, descendió hasta el ombligo y lo besó, luego bajó hasta la cintura y soltó el cinturón quitándolo.

Le bajó los pantalones y subió al boxer, acarició la polla por encima de la tela, la notó muy dura y dispuesta a saltar de su escondite para enterrarse en otro escondite, su cueva, un lugar oscuro y humedo entre sus muslos, un lugar menos provisional. Con las manos bajó el boxer hasta los tobillos y lo quitó, luego con la mano acarició la polla masturbándola muy suavemente. Cuando la vió lo suficientemente dura comenzóa meterse los huevos en la boca alternativamente y acariciarle el perineo.

El la separó y se tumbó en la arena boca arriba, ella se tumbó encima con el coño en su boca y la boca a la altura de la polla, sintió la lengua del chico en los muslos haciendo pequeños circulos que la daban mucho placer por la excitación y el morbo de que se iba acercando a su coño. Con los dedos él la acariciaba íntimamente, ella cogía la polla y la daba lametones muy suaves, muy ligeros mientras le iba acariciando los testículos y luego se metió la polla de un solo golpe en la boca comenzando una mamada de vértigo.

El chico la separó y la hizo tumbarse en la arena y cogió sus piernas y las colocó en sus hombros acercando la polla a la entrada del coño y fue empujando muy suavemente para que ella pudiera sentir la penetración mientras la decía obscenidades de lo buena que estaba y de lo cachondo que le ponía. Ella intentaba acariciarle las nalgas y apretárselas para que la penetrase más a dentro. Abrió mas las piernas hasta colocarlas en la postura del misionero.

El se apoyaba sobre sus antebrazos elevando su torso pero de vez en cuando bajarlo y lamer sus pezones de forma suave para después mordisqueárselos mientras la penetraba profundamente y ella le abrazaba íntimamente apretando con sus piernas y con los talones clavarlos en las nalgas del chico para sentirlo todavía más adentro y sentirle bien.

Rodaron sobre la arena hasta quedar ella encima sentada como si se tratase de una amazona cabalgando sobre un caballo. El la sujetaba de los pechos magreandoselos, la acariciaba los pezones, primero muy delicadamente rozando las aureoalas y luego pellizcarlos. Ella por otra parte apretaba los muslos atrapando la polla en un abrazo intimo.

Asi, cabalgame más fuerte----decía él.

Ella no paraba de genir y de jadear, primero era un trote suave penentrandose muy profundamente, luego era un galopar mas rápido.

Follame más fuerte cariño, damela toda----- gritaba ella.

Sigue así quiero más----- respondía él.

Ella cada vez cabalgaba más rapido y después de haber tenido un orgasmo estaba al borde del segundo y de que se desencadenase una cadena sucesiva de ellos. El chico lo intuyó y la echóa hacia detrás empujando de los pechos para que el roce fuera más fuerte. Ella montaba como una experta pero quería más.

El la hizo bajar y la colocó a cuatro patas con el culo bien en pompa, con la polla fue recogiendo los fluidos del coño de la chica para luego untarlos en el culo de ella y empezar a empujar lentamente y penetrarla hasta que la polla estuvo toda dentro. Cuando eso ocurrió empezó a follarla cada vez más fuerte, la decía al oido lo bien que se lo estaba pasando y como la iba a joder ese culo, ella no paraba de genir, de apretarse las tetas mientras el chico la sodomizaba y la masturbaba el coño.

Estaban los dos desatados y el chico comenzó a sentir que se iba a correr y la apretó de las tetas sacando la polla y eyaculando sobre su espalda.

Este relato es imaginario pero va dedicado a una lectora que me felicitó por mis relatos.

Si quereis podeis escribirme como lo ha hecho ella a:

Picante100@hotmail.com