De niña a Mujer
Continuo cambiandome la vida de ser un niño en cuerpo de niña y me fui transformandome en mujer.
Yo tenia 13 años y los días con Osvaldo siguieron, y periódicamente cada tanto para no llamar la atención al menos una vez al mes coordinaba para que fuera a la casa de fin de semana, el hablaba con mi mama para que me dejara ir que lo acompañara.
Así las cosa, cuando el estaba en el parque siempre estaba en short, lo cual me asombraba verlo el físico que tenia, pues era mucho mas grande que yo, unas piernas bien torneadas, velludas, todo fibroso, y siempre se le notaba mucho su bulto en la entrepierna con los pantaloncitos (shorts) que el se ponía.
Yo ni bien llegaba a la casa, tomaba las prendas que habia e inmediatamente me cambiaba para ir a verlo.
Cada vez que llegábamos y me cambiaba eran todos elogios de el hacia mi, "eres una nena hermosa", "me encantas como te ves" y me invitaba a que le ayudara con alguna cosa de la casa, trababa de limpiar algo, pues como no se estaba mucho en la casa, siempre había cosas que organizar, me dedicaba a ordenar la cocina, el comedor, limpiara algo los baños y ordenar las habitaciones. Terminaba siendo la mujer de la casa.
Ya habíamos tenidos jueguitos de tocarnos varias veces, pero este era la segunda vez que yo estaba en su casa, y andaba deseosa de tener mas que un simple toqueteo o manoseos
Pues este seria un nuevo fin de semana, y lo mejor era que seria un fin de semana largo, con lo cual el me decía que lo pasaríamos muy bien y estaríamos muy tranquilos.
Estuve todo el día cambiada me había puesto un vestido solero de tela blanca blanca y dibujos de flores grandes en toda la tela, muy entallado, con cierre atrás, lo que me hacia que se ajustara bien en la cintura, era algo simple muy entallado sin mangas con unos breteles que me tomaban de los hombros y muy cortito, unas sandalias de tiritas, de tacon no muy alto apenas 5 cm, una bombachita de encaje muy ajustada color blanca, y un corpiño sin breteles que había rellenado muy sutilmente para que no mostrara mucha copa dada mi corta y temprana edad. También me había maquillado muy suavemente y peinado mi propio cabello, con un look muy fresco y salvaje, y puesto unos aritos de presión que combinaban muy bien con los piercing que ya mi mama me había dejado poner en el arco de las orejas y el piercing de brillante pequeño que ya me había puesto en la nariz.
Ese día durante la tarde me sorprendí pues había llegado el parquero quien vino ha conversar con Osvaldo, sobre algunos trabajos, quien en determinado momento yo al salir al parque me vio, y a lo que Osvaldo me llamo, y me presento como su sobrina, yo no lo podía creer, era una persona joven, se acerco, me dio la mano y un beso, yo estaba muy asustada, pero después que el parquero se fue, Osvaldo el se acerco y me comento que nadie notaba que asi como estaba yo no era una nena, mas te aseguro el parquero me dijo que tenia una muy linda sobrina, lo que me puso muy contenta cuando me lo contaba.
Podría decir que esta fue mi primera presentación en público delante de un extraño como Vivian, cosa que me hacia sentir muy bien, por como fui presentada, y al ser vista y tratada realmente como una niña.
Esa noche cenamos algo que Osvaldo hizo traer de un servicio de delivery, después de ello me ofrecí a limpiar la cocina y los platos y servirnos un te. El constantemente me manifestaba que era hermosa, que no debía tener miedo en desear ser como era.
Ya tarde por la noche luego de asearnos, yo me estaba por ir a una habitación y el me dijo ven, duerme en la cama conmigo, yo estaba contenta de hacerlo, pero no sabia que pasaría, tenia muchas dudas, me dijo ahí tienes un camisón cortito, si quieres puedes ponértelo y asi lo hice, me deje la bombachita tipo una tanguita que tenia, me saque mi vestido, y me puse ese hermoso camisón, y luego me metí en la cama con el.
Cuando ya estábamos en la cama el me dijo me gustaría jugar, tu sabes, asi que empecé a acariciarle su pija, y estaba enorme, hasta parecía mas grande que otras veces. Al rato me dice sabes que, a las nenas le gusta lamerla, deberías chapármela, yo media asustada, pero había visto en muchas revistas porno, que eso era habitual que las chicas lo hicieran, asi que me agache dentro de la cama, y comencé a chapársela, al principio me dio algo de arcadas, pero seguí y enseguida me acostumbre, además habia perdido el sabor que tenia al principio con lo cual me había empezado a gustar el jueguito sensual que yo le estaba haciendo, sentirla suavecita, cada vez mas dura y jugar con mi boca chupandola.
Lo miraba a el mientras se la mamaba y sentía que estaba desesperado, cerraba sus ojos, los habría y me miraba a los míos, y me decía eres hermosa, me encanta como la chupas, con lo cual yo me motivaba más me gustaba que el estuviera diciéndome, que le gustaba, se la chupe un rato, me levanto, me dio un beso, y me dice te pido por favor, si sale algo no debes dejarla, debes lamerla, mamarla bien, sigue por favor.
Me encantaba la ternura de sus ojos, sus palabras, la suavidad con la que me trataba, y me decía serás toda una mujer, ya sos una mujer para mi, mientras yo seguía chupando, hasta que de pronto, empezó a salir chorros de semen a borbotones, el me tenia mi cabeza y por favor me pedía que no la soltara.
Me tuvo apretada contra su pija hasta que casi termino de acabar adentro de mi boca, yo ya casi no podía más casi me ahogo en leche, trague lo que pude, pero otra caía por mi boca, me levanto, y me dijo sos hermosa, me encanta lo que haces, como lo sabes hacer y como aprendiste.
Yo estaba orgullosa de mi, y de que el estuviera contento, me dijo vamos a dormir un rato, me recosté, me di vueltita, y el se arrimo a mi, se apretó contra mi cola, y lo sentía calentito, nunca antes me había acostado con un hombre, sentía algo especial tenerlo arrimado contra mi cola, contra mi espalda, y que me tomaran de la cintura.
Asi las cosas, sentí, que el me acariciaba las nalgas, y me dijo que le gustaba tocarme la cola, pues a mi también me gusta, me toco casi toda la noche, y jugo con su mano en mi cola, al punto que yo acabe, pero no me penetro, aunque si metió su dedito.
Seguimos asi todo ese fin de semana, aunque yo sentía, que no me había penetrado, no entendía bien por que, pero había visto en algunas revistas que las a chicas se las penetraba, concretamente se las cojian.
Paso el tiempo, y seguimos yendo a su casa cada tanto, seguimos con nuestros juegos, aunque habíamos avanzado más yo ya se la lamía bien, se la mamaba por completo, y al el le gustaba mucho.
Empezamos a hablar de cosas, contarnos cada vez mas cosas, y empezamos a hablar de temas de que a las chicas le gustaba que se las cojan y esas cosas, el tema salio hasta que yo un día le dije que quería que me cogieran, entonces el Osvaldo me aclaro, bueno ya vamos a ver como hacemos pues eres muy chica, pero yo ya tenia 14 años, y el me agrego si hacemos eso ya serás toda una mujer, esas palabras me encantaron.
Después con el tiempo entendí por que no me penetraba, y es que sentía temor de que me pasara algo, pues el tenia una pija bastante grande y tenia miedo de lastimarme y yo era muy chica, según el.
Habrían pasado apenas tres era la cuarta vez en su casa, desde esa primera vez en que el me llevo a su casa de fin de semana, volvimos a ir, el ritual que siguió fue el mismo, yo me cambie, esta vez con mas ganas y sin ningún tipo de duda, enseguida estaba hecha una nena. Era la tarde la hora de la siesta, y me dijo vamos a dormir un ratito, nos fuimos a la cama, nos recostamos se recostó atrás mío y me rodeo con sus brazos, sentía que su pija se paraba y también la mía. Al oído despacito, me dijo hoy vamos ha hacer algo nuevo mi amor, lo cual me puso muy contenta, después de todo lo que habíamos conversado sobre la penetración.
Saco un brazo afuera de la cama, se paso crema por sus manos y me puso crema en mi cola, mucha crema.
Yo solita, toda voluntariosa, me di vuelta, nos besamos, y baje a buscar su pija con mi boca, apenas tenia 14 años, pero ya me sentía habilidosa en ese tema, se la lamí bien, con muchas ganas, hasta que el me levanto, y me dijo bueno vamos a ver, ahora vas a empezar a ser toda una mujer, me puso en cuatro patitas, se puso detrás mio, me siguió acariciando la cola, yo medio me daba vuelta para verlo, y el jugaba con su pene acariciándome, sentía que estaba reduro, con su pene tocaba mis nalgas, y lo acercaba a mi agujerito, mientras me acariciaba bien, me lo puso en el centro, justo a la entradita de mi cola, yo sentía que estaba abierta, pues el me había dilatado bien con sus dedos, pero la realidad era que nunca había sido penetrada.
Arrimo cada vez mas su pija hasta que la empujo con fuerza dentro de mi, al principio sentí un dolor terrible, pero no paro, yo gemía casi lloraba de dolor, pidiéndole que me lo hiciera despacito, pero el siguió empujando, hasta que la tuvo toda adentro, y me la dejo puesta un ratito bien adentro, después se empezó a mover rítmicamente hasta que yo me afloje y en forma conjunta empezamos a movernos.
Al principio la cosa fue despacio, pero después el movimiento cada vez fue mayor al punto que sentía como el transpiraba, y sudaba me tenia tomada por la cintura con mucha fuerza. Y en ese momento, sentía que cada vez me gustaba más y más, me tenia tan fuerte que aunque no me hubiera gustado no me hubiera podido salir, era increíble la presión que sentía en mis nalgas, y la manera en que me apretaba de la cintura, los empujones que recibía, y semejante apretón de cintura, parecía tomada por un llave de esas de judo que te inmovilizan y no puedes salirte.
Osvaldo me dio con fuerza sin parar, yo de tanto deseo acabe casi enseguida y el seguía teniendo su pija dentro mío cola, al sentirla nuevamente seguí moviéndome rítmicamente en un nuevo movimiento de cuerpo que nunca antes había hecho ni experimentado nunca.
Tal fue el ritmo que me imponía sentirme penetrada de tal manera, que ya casi sentía que estaba por tener otro orgasmo pero esta vez interno, mis gemidos salieron de mi boca de manera natural, como si los mismos fueran generados por mi cuerpo de manera inconsciente.
Jamás en mi vida había me había sentido de tal manera hasta que sentí que exploto en mi interior, llenando con mis gemidos y gritos de placer el silencio de la habitación, juntos en ese momento yo también acabe nuevamente; acabar los dos juntos, fue algo increíble, algo que no nunca en mi vida había pensado que me generaría tanto placer, pero fue tal orgasmo junto a el que jamás lo olvidare.
En forma lenta me saco su pija de mi cola y se recostó junto conmigo, sentía una sensación única en mi cuerpo, comprendía que eso de ser mujer, de estar con un hombre era lo mío, me encantaba haberlo hecho acabar dentro de mi cola, sentir ese chorro caliente en mi vientre, y sentir que luego estaba toda floja, que me corría el esperma por mis piernas, me sentía una mina, una nena, una mujer, y también me encantaba sentirme que podía ser una puta, como le gustan a los hombres.
Esa tarde dormimos juntos abrazados, yo con el hombre de mi madre Osvaldo, besándolo y dándole cariño, sintiéndome calentita y contenida a su lado, al punto tal que le empecé a decir papi.
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