De mojigata a puta de un Sacerdote 2
Siento su boca chupar mis pequeños labios, su lengua recorriendo desde mi clítoris hasta mi vagina, se siente tan bien, tan rico, mete su lengua en ese pequeño lugar donde hasta ayer no sabía lo que era tener un hombre tocándolo. -Ahhh padrecito siiiii asiii cómame la conchita mmmmm siiii aaahhhh
Segunda parte de "De mojigata a puta de un sacerdote"
Espero y les guste...
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Aun me parece sorprendente lo que sucedió con el Padre Pedro, no sé de donde salió ese lado caliente y perdido de mí, pero si de algo estoy segura es de que me encanto. Te seré sincera, aun cuando he sido criada en una familia devota, siempre he sentido una curiosidad por el sexo, constantemente me negaba a mí misma este tipo de pensamientos pecaminosos, pero ahora que el padrecito lo ha sacado de mí no estoy dispuesta a dejar de disfrutar.
Llego temprano al centro, miro a la madre Sofía y la saludo con mi tierna sonrisa, proyectando esa inocencia que le muestro a todo el mundo.
-Hola madre, ¿Qué tal esta?
-Hola hija, me da mucho gusto verte. Ayer ya no tuve oportunidad de platicar contigo, para cuando me desocupe me dijeron que ya te habías ido y no me dio tiempo de preguntarte como te fue con el padre Pedro.
Mis pensamientos se tornaron calientes y para nada bondadosos.
-Muy bien madre, no se preocupe.
-Te lo pregunto porque se lo difícil que puede ser ese padrecito. Ya ha espantado a otros voluntarios.
-Ya le dije madrecita que no se preocupe por nada, yo no soy fácil de espantar.
Le sonrío con seguridad y sigo mi camino.
Toda la mañana seguí con mi rutina normal, realizando las mismas tareas del día anterior, lo único diferente es la constante palpitación que se siente en mi conchita, puedo sentir al caminar como mis bragas se me pegan por lo mojadas que están.
Mi calentura no ha disminuido para nada desde esta misma mañana cuando al despertarme recordé todo lo realizado con mi padrecito favorito.
Por fin llega la tarde y ahora me toca hacerle compañía al Padre Pedro. Se me acelera el pulso, siento como mi cuerpo se va calentando, me paro ante su puerta y no puedo evitar soltar un leve gemido por el placer que mi cuerpo siente de solo pensar en entrar en ese pequeño y oscuro cuarto.
Toco la puerta y espero pacientemente.
-Pasen –Escucho que dice el padrecito
Abro la puerta poco a poco, entro, todo sigue igual de oscuro.
-Cierra la puerta y siéntate en la misma silla –Me lo dice con voz fuerte, dominante.
No puedo evitar esbozar una pequeña sonrisa, me da ternurita que se sienta con el poder de mandarme, pero seguiré su juego.
Llego hasta la silla y me siento tranquilamente, espero a su siguiente orden. Duramos unos segundos en total silencio. Por mi mente comienzan a pasar todas las fantasías que sé que el padrecito me ayudara a cumplir.
-¿De que se trata la fantasía que me mencionaste ayer? –Pregunto de golpe.
-No se lo puedo decir padrecito…. Pero si quiere se lo muestro –Lo tiento con mi respuesta, sé que se siente intrigado por mi fantasía.
-Muéstrame hija mía.
Me acerco a su lado, pongo mi bolso en el mueble que está a un lado de su cama.
-Padrecito, lo primero es calentar, no puedo hacer esto en frio, ¿Me ayuda a calentar padrecito?
-Mmm claro hija, dime que puedo hacer para ayudarte
Me voy quitando poco a poco mi ropa, que no es mucha, solo un vestido que me llega hasta las rodillas y mis bragas. Cuando al fin estoy completamente desnuda me inclino y lamo los labios del padre Pedro.
Lo voy besando despacito, chupando sus labios viejos, dejando escurrir mi saliva dentro de su boca entreabierta, me siento tan caliente, completamente desnuda, inclinada sobre el cuerpo gordo y viejo del padrecito. Nuestro perverso beso va aumentando de intensidad, abre su boca por completo y meto mi lengua, quiero que sienta que la que tiene el poder aquí soy yo. Lo beso con furia, le chupo la lengua y muerdo sus labios.
Cuando me separo está jadeando por aire, me subo en la cama, quedando acostada encima de él.
-Ahora padre así como probo mis labios, también va a probar mi conchita –Le doy un beso pequeñito y me reincorporo, me acomodo de manera que mi concha esta sobre su cara.
-Vamos padrecito, chúpeme, métame la lengua en mi conchita.
-Mmmmm sii mi hijita putita te voy a tragar
Siento su boca chupar mis pequeños labios, su lengua recorriendo desde mi clítoris hasta mi vagina, se siente tan bien, tan rico, mete su lengua en ese pequeño lugar donde hasta ayer no sabía lo que era tener un hombre tocándolo.
-Ahhh padrecito siiiii asiii cómame la conchita mmmmm siiii aaahhhhh
-¿Te gustas putita? ¿Te gusta como este padrecito se traga tus jugos? Eres una güarra niñita, eres una putitaa
-Sii siii padre soy una puta, siempre lo he sido, siempre he querido que me cojan como perra .
Me mete un dedo y me masturba mientras su lengua le da pequeños latigazos a mi clítoris.
-Chúpeme más atrás padrecito, ahí en la parte más oscura de mi cuerpo, vamos padre mámeme el culo.
-Que sucia eres niña, mmmm pero claro que no voy a negarte este placer.
Me chupa el culo, ciento su lengua queriendo entrar en mí, con su dedo me lo mete despacito, de poquito a poquito, pero yo no quiero eso, yo quiero duro.
-No padrecito, no tenga piedad de esta pecadora, denme duroo aaah!!
-Mmm por pecadora te daré duro como me dices, por puta sucia –Me mete el dedo de golpe, siento un dolor intenso, pero no puedo evitar sentirme más caliente al sentirme tomada así de brutal.
-Ahhhh!!! Hijo de puta
-No querías que te lo metiera, pues ten por pecadora, ten por puta, por venir a provocar a un pobre padrecito.
-Ahhh siii siii soy una puta zorra, mmmm
El dolor se fue, llego un placer que no había sentido antes, cada vez mi cuerpo reaccionaba con mayor fuerza, solo quiero en cabalgar su verga por mi culo.
-Ya padrecito, ahora si vamos a cumplir mi fantasía
Cambio de posición nuevamente, recorro mi cuerpo hasta quedar sentada sobre el regazo del padrecito, dándole la espalda, le saco la verga ya bien parada, la restriego por mi conchita mojada, mmm se siente tan rico, la embarro con mis jugos. Me siento sobre él y meto la punta de su polla poco a poco en mi ano, puedo sentir como me estira, la presión, pero estoy tan caliente que no puedo soportar más.
Me clavo de una sobre esa polla dura y parada, siento que me voy a reventar, me muerdo con fuerza el labio para no gritar, me quedo un momento quieta, esperando a que el dolor disminuya lo suficiente para poder moverme.
-Que no querías esto puta, ahora muévete zorra que no falta nada para que te eche todos mis mecos encima.
Me nalguea fuerte y me muevo despacio al inicio, arriba-abajo, siento como entra con mayor facilidad, pronto estoy que no puedo por el placer y cabalgo como endemoniada esa verga que se pone dura por mí, esa verga que juro guardarse por el resto de su existencia, y ahora está gozando dentro del culito de una pequeña devota.
-Ahhh!! Puta me vas a matar con ese culazo que tienes aaahh
-Mmm siiii puto cabrón siiiiii te cojo, te mato con mi culo, toma toma a esta putaaa tomaaa aaah!!
Me embrutezco sobre la polla y lo reviento, cada vez más violenta, más fuerte, más puta; hasta que me vengo, me siento convulsionar y no puedo soportar el peso de mi cuerpo, caigo sobre las piernas peludas y viejas del padrecito mientras derrama su leche sucia dentro de mi culo.
-Ahh siii padre vente dentro de esta puta
-Ay hijitaa, estas tan rica que es un pecado no cogerte.
Después de unos instantes de reposo, me levanto, me limpio y me visto.
-Muy bien padrecito, ya cumplió una de mis fantasías, ¿cree que pueda cumplir más?...