De modelo a reina y madre.
Como una española intenta abrirse paso en el mundo de la moda y de la mano de su primo pequeño consigue hacerse una celebridad.
Me baje del avión un poco nervioso. Iba a pasar un año en Paris aprendiendo francés una vez acabada mi carrera universitaria.
En principio iba a quedarme en una residencia de estudiantes, pero cuando me las prometía muy feliz con mi año sabático me llegó la desagradable noticia que mi tía Lola había propuesto que me quedase en casa de mi prima Lolita que vivía en la ciudad de la luz intentando hacerse un nombre en el mundo de la moda. Protesté todo lo que pude, pero nadie me hizo caso. Casi se me cae el mundo al suelo cuando me enteré que por lo visto mi prima Lolita no estaba para nada de acuerdo con compartir su piso conmigo, pero que había tenido que aceptar pues al fin de cuentas su madre era quien pagaba el piso y de hecho la mantenía a falta de ingresos por su parte.
La desgraciada ni vino a buscarme al aeropuerto por lo que con mi pobre francés tuve que enterarme del autobús que tenía que coger y de cómo llegar a casa de mi prima una vez bajado del mismo.
Arrastrando mi maleta llegué a su portal. Llamé a la puerta y nadie contestó. La hija de puta no estaba. Me senté sobre mi maleta y me puse a esperar.
Habían pasado cinco horas siendo noche cerrada, cuando al fondo de la calle vi llegar a una chica alta con los zapatos de tacón en las manos que llegaba haciendo eses.
La chica paró a mi lado y mirándome de arriba abajo me habló:
- Ósea que tu eres el famoso Luis, como has crecido niño.
- Si, llevo cinco horas esperando.
- Lo siento hijo, he tenido un evento y no pude avisar a mi madre – sin decir nada más se dirigió hacia la puerta del portal y sin decirme ni pio abrió la puerta. Logre entrar en el portal antes de que se cerrase la puerta.
El piso no era nada grande. Un salón no muy grande, una habitación hermosa y un pequeño cuarto lleno de cosas que iba a ser el mío durante los próximos meses.
Lolita entró en su habitación y sin despedirse cerró la puerta.
Hice sitios entre sus trastos para mis cosas, despeje el camastro y me acosté.
Me levanté temprano, cogí un libro y me senté en el salón, pasaron más de tres horas hasta que Lolita salió de su cuarto.
- buenos días Lolita – le dije
- A ver chaval, Lola, me llamo Lola, si se te ocurra volver a llamarme así.
- Lo siento, Lolita
- Lola joder, Lola
- De acuerdo Lola, no lo olvidaré.
- Te voy a explicar varias cosas, por un lado no te quiero aquí y si estas es por que sino me quedo yo en la calle, segundo yo hago mi vida, tu la tuya, lo que pasa aquí no debe de salir de aquí y por último ya que estas aquí te vas a encargar de las cosas de la casa, no pienso mover un dedo.
No me quedó más remedio que aceptar todas sus condiciones.
Lola se pasó toda el día tirada en el sofá, yo fui a dar una vuelta a conocer el barrio. La verdad es que me encantó, mucho bar, mucho restaurante, gente bohemia. Me lo pasaría bien.
Volví a casa ya tarde y me entré a mi prima arreglándose para salir.
- Tengo un evento, no me esperes despierto – y no dijo más.
Salió hecha un pibón. La verdad es que la tía estaba buenísima. Alta, delgada, tetazas, piernas de escandalo, un pedazo de culo y con un algo que todo lo que se ponía le quedaba bien.
A falta de comida me baje a tomarme un kebab en un turco, volví, vi la tele un rato y me metí en la cama molido por el dueño.
Una risas y un portazo me despertaron a eso de las 4 de la mañana. Mi prima llegaba con una borrachera de la macarena, no venía sola. La tía ni debía de acordarse de que yo estaba allí por que a los pocos minutos empecé a oír unos tremendo gemidos provenientes del salón. Se la estaban follando al otro lado de la puerta.
La cosa me estaba poniendo a cien, evidentemente la chica se lo estaba pasando de lo lindo, intenté dormir pero aquello era imposible. Me levanté de mi catre y con sigilo abrí la puerta un dedo. Miré por el hueco que la puerta dejaba y pude ver como mi prima totalmente desnuda a excepción de unas botas que caña recibía la polla de un negro desnudo en todo su coño. Mi prima le arañaba el culo mientras el negro le daba con fuerza. Lola se derretía de placer y lo demostraba con gritos y gemidos. El negro se concentraba en su bombeo y a penas aumentaba su respiración según iba dándole.
El negro sacó su manguera del coño de mi prima, parecía increíble que le hubiese entrado tanta carne en ese parrus depilado. El negro le agarró la cabeza y de un golpe le metió la polla en la boca. El invitado se la metió todo lo que la garganta de Lola pudo aguantar y con un par de movimientos su cuerpo se tensó y empezó a eyacular.
Lola recorría su lengua por el largo nabo recogiendo la leche que aun quedaba en ella y disfrutando mientras se la tragaba. Le dejo la polla reluciente.
El chico le dio un par de golpes en la cara con su polla y sencillamente se agachó, se subió los pantalones y empezó a vestirse. Prácticamente no se despidió de ella y lo único que hizo fue dejarle una tarjeta de visita en la mesa del comedor.
Lola desnuda como estaba se metió en su habitación. Ni se preocupó de coger su ropa. Yo volví a la cama y me masturbé con la imagen de mi prima siendo follada por aquel negro. Llevaba tiempo sin follar y aquello fue como una fuente que me dejo perdido a mi y toda la colcha.
Cuando me levanté de la cama Lola seguía en su cuarto. Miré la tarjeta y vi que el negro era un representante de modelos. La muy zorra se había follado al negro por negocios.
Lola salió de la habitación y siguió sin dirigirme a penas la palabra.
Le preparé una rica cena regada con un rico vino francés que encontré muy bien de precio en un supermercado de unos tunecinos.
La comida y sobre todo el vino le abrieron la boca. Me contó que intentaba abrirse camino como modelo en Paris, aun sin suerte, iba a fiestas casi todas las noches a conocer gente.
Mi relación con mi prima empezó a ser más estrecha a partir de que ella se dio cuanta que desde que estaba yo ahí la casa estaba mucho más ordenada, la nevera llena y ella podía hacer su vida y traerse a quien quisiera. Desde que estaba allí, menos de dos meses, le había visto follar con todo tipo de personajes tanto en el salón como en su habitación. La tía estaba encantada por que había puesto internet en el piso, lo que ella no sabía es que también había puesto una mini cámara en su habitación con la cual podía seguir en directo sus polvos a puerta cerrada y que no solo me servían para masturbarme live sino que además hacerme una preciosa videoteca para las noches que no había espectáculo y yo quería menearmela.
Evidentemente Lola sabía que yo no era ni tonto ni sordo y también era consciente que cuando una polla entraba en su coño ella no podía dejar de gritar de gusto. Cenamos una noche cuando me contó lo obvio.
- A ver Luis, aun eres muy joven, pero entiendo que entenderás que una chica de mi edad vea el sexo de una manera distinta que un chico de la tuya.
- Bueno no te creas.
- No seas tonto, en serio. Pensaras que es una inmoralidad acostarme con tantos hombres distinto. Se que me espías desde la puerta y sabes que nunca es el mismo el chico que viene. Mira voy a ser sincera. Esos chicos con los que me acuesto son chicos que pueden ayudarme en mi carrera. Tu imagínate, estoy en una fiesta. En condiciones normales acabaría con uno de los invitados en la cama, pero si he de elegir entre uno que me puede ayudar y uno que no, me voy con él que si. Me encanta el sexo y los franceses son buenísimos en ello por lo que ¿por qué no? Es más deberías aprovechar por que las francesitas no son tan estrechas como las españolas.
- Ya, ¿y que tal te va en tu trabajo?
- Pues chico la verdad que un desastre, todavía no he pasado de pruebas y promesas, y llevo casi dos años aquí.
- La verdad es que creo que te lo montas mal.
- ¿Perdona?
- Si, creo que no te vendes bien, creo que yo tendría más éxito que tu si moviese tu carrera.
- Joder con el mocoso. ¿tu que te has creído?
- Me he creído que yo puedo conseguirte contratos. ¿qué apostamos?
- Lo que quieras.
- ¿Lo que quiera?
- Lo que quieras.
- Ok, pensaré en el que. Tu deja todo en mis manos.
Por supuesto en las siguientes semanas la cosa no cambió. Lola seguía saliendo a sus fiestas y volviendo a casa siempre acompañada.
A través de mis clases de francés había conocido mucha gente, me costó un poco convencerles pero en una semana logré recopilar a una peluquera y maquilladora rusa, a un fotógrafo danés y un estilista italiano que a cambio de unas copas aceptaron hacerle una sesión de fotos a mi prima.
Me costó convencerla, a ella incluso más que al resto, para llevarla a la sesión. Entre la rusa y el italiano hicieron un gran trabajo. La sesión de fotos duró toda una tarde y aunque no quedé muy convencido con el trabajo del fotógrafo me quedé, nos quedamos impresionados con el resultado final una vez pasado por photoshop.
Tuve un poco de suerte pues a través de danés logré presentar las fotos a una pequeña revista de moda y sinceramente se volvieron locos. Les encantaba el estilismo, las fotos y sobre todo la modelo. Como había dado mi teléfono como contacto fui yo quien recibí la oferta.
- lola perdona – llame a la puerta de su cuarto.
- Si – ella abrió somnolienta con una camiseta ajustada que le marcaba las tetas y los pezones y una mini braga.
- Te he conseguido un contrato.
- ¿Dónde?
- En una revista de moda.
- Joder ¿y como lo has hecho?
- Ya te contaré.
- Y cuando. ¿Tienes una sesión mañana?.
- Joder ¿dónde? ¿cuándo?, ¿cómo?
- No tan rápido. ¿Que hay de nuestra apuesta?
- ¿nuestra apuesta?
- La que hicimos
- Ah, si. ¿y que quieres a cambio?
- Poca cosa. Habíamos quedado que te follabas a quien te ayudaba en tu carrera.
- Ya pero…
- No hay peros, eso es lo que quiero, un polvo.
- Pero mico…
- Ni mico ni pollas, si quieres el curro, me tienes que firmar un contrato en exclusiva como tu manager y poner el culo.
- Ni de broma – yo por un momento veía que todo se me iba a la mierda, por lo que cambie la estrategia.
- De acuerdo, hacemos una cosa. Firmas el contrato y hacemos la sesión. Las condiciones del contrato son las habituales del mercado, por ahora lo he hecho mejor que tu sola. En el momento que este primer trabajo traiga otro pones el culo. Ponemos una clausula que yo puedo censurar cualquier trabajo que te ofrezcan y ya esta, de manera que si que si la cosa va no te vas a echar atras.
- Estas loco. Acepto.
La sesión fue profesional y muy muy larga. El italiano dirigió el estilismo, por lo que algo salió ganando, el danés hizo de ayudante de fotografía, lo cual le dejaba meter un pie en el negocio y la rusa se metió a puta según supe porque nunca más la volví a ver.
El trabajo quedo fantástico, mi prima no se lo creía mucho, pero al día siguiente de salir la revista, mi teléfono dejaba de sonar. Lola fue contratada para un nuevo trabajo y por primera vez llego sola de una fiesta a casa.
- Has ganado mico, no me hace puta gracia pero una deuda es una deuda. ¿Cómo lo hacemos?
- Pues mira, hoy voy a ser yo el que va a salir. Te mandaré un email cuando este a punto de volver. Quiero que me esperes en tu cama desnuda y a cuatro patas. Como te pones sobre la mesa cuando te traes a alguno – ello no dijo nada, solo sonrió.
Salí con el italiano y el danés. Cenamos para celebrar nuestro éxito, Bastilla estaba fenomenal por las noches y después de muchas copas decidimos volver a casa. Tecleé un mensaje y me dirigí a casa.
Entre en casa sin hacer mucho ruido y pude ver una luz en la habitación de Lola. Entre un poco cortado y allí me encontré a mi prima a cuatro patas, desnuda y con la cabeza metida bajo la almohada. Como digo estaba un poco cortado, pero obviamente ella lo estaba más. La tía estaba buenísima. Un culazo sin un mota de grasa, unas caderas perfectas y una tetas que le colgaban apoyándose en el colchón que hacían perder el sentido.
Pase mi dedo por su raja y ella suspiró.
- Venga cabrón acaba ya.
- Quedamos que te iba a follar, pero no dijimos como.
Puse un dedo en su clítoris que mantuve sin moverlo. Ella suspiró. Poco a poco empecé a mover el dedo y ella empezó a agitarse. No tardó mucho hasta que su coño se empezó a licuar. Con una mano le masturbaba el coño y poco a poco iba metiéndole el dedo en el culo y abriéndoselo poco a poco. Había visto como la habían enculado con anterioridad y desde luego la tía no era reacia a recibir carne por ahí. Lola ya había perdido su vergüenza y movía la cadera al compas que yo mi mano marcábamos. Saqué mi cinturón y até sus muñecas al cabecero de su cama. Se las pensaba atar a al espalda, pero esos barrotes pedían ser usados. Metí mi cabeza entre sus nalgas y con mi lengua empecé a jugar con su ano, su coño y su clítoris. Lola estalló en un gran orgasmo lo que llenó mi ego. Fue un pequeño triunfo, triunfo que rematé metiendo mi polla en su ya abierto coño. Lola dio un respingo pues no se esperaba que su prima calzase 20 cm de polla. No se puede decir que la chica no estuviese acostumbrada a las pollas grandes, pero desde luego la mía no la esperaba así. Hacia tiempo que la almohada se había desplazado a un lado y no fue hasta que le penetré que Lola giró la cabeza para ver mi cuerpo que la agarraba por las caderas dándole con fuerza.
Evidementeme la chica hacia mucho que no follaba con un muchacho de 22 años, especialmente con un muchacho con mi aguante. Lola berreaba de gusto mientras yo le daba y le daba, no paraba de correrse y de exigir más.
- suéltame cabrón, quiero darme la vuelta y ver como me follas.
Sus deseos fueron ordenes, le solté, se dio la vuelta y abrió sus piernas.
- ¿a que esperas?
No me lo creía, la tía había perdido toda la vergüenza. Agarré mi polla y de un estacazo se la metí de golpe. Me hubiera gustado decir que le partí en dos, pero Lola ya tenía muchos kilómetros.
Lola gritaba de gusto y me arañaba la espalda mientras yo bombeaba como un fiera. Me quede parado cuando me metió un dedo en el culo.
- sigue cabrón, sigue o te meto el puño.
Y tanto que seguí. Le di hasta que me corrí en sus tetas. Ella me miró con cara de lujuria, se incorporó un poco y agarrando mi flácida polla se la metió en la boca y después de decir “esto es de regalo” empezó a lamerla hasta que provoco una erección en mi polla y a ella un trabajo de más de 20 minutos hasta que me corrí en su boca.
Cuando saqué mi ya muy flácida polla de aquella boca, fue una de aquellas sensaciones que había tenia más de una ocasión durante mis años universitarios en los que acababa de follarme a un pibón y sabía que con esa no repetiría, que era una y no más Santo Tomas.
El segundo trabajo de Lola volvió a ser un éxito, mi teléfono no dejaba de sonar y por primera vez en su vida eran ya no solo las grandes publicaciones quien llamaban sino que grandes marcas las que empezaban a hacer sus primeros contactos.
Por primera vez en su vida Lola ya no lograba colarse en fiestas sino que era invitada como estrella emergente de su mundo. Por primera vez la acompañe a alguna de ellas pues como manager de la modelo a mi también me llegaban invitaciones.
Me corroía la envidia cuando volvía de la primera fiesta y un par de horas después oí como Lola entraba en casa. No pasaron ni 10 minutos cuando oí el cabecero de su cama empezar a golpear la pared y a mi prima gemir sin cortarse un pelo. Encendí mi PC y contactándome a la cámara de su habitación pude ver como Lola disfrutaba debajo de un desconocido que resulto ser el subdirector del Elle. Lola se tocaba las tetas mientras el hombre se la metía con ansias. Me pajeé mientras veía como el hombre se corría en un plis. Aunque Lola no dejaba de sonreír, se veía perfectamente que hubiera querido más.
Me levanté temprano y siendo sábado y sin ningún plan me tiré en el sofá. Lola no tardó en salir al oír el ruido de la tele. No dijo nada, simplemente se sentó a mi lado, metió su mano dentro del pantalón de mi chándal y de un golpe sacó mi polla. Se la metió en la boca y mientras movía la mano de arriba abajo empezó a pasar su lengua por mi nabo. No me lo creía, se volvían a alinear los planetas y a mi me tocaba el premio gordo.
Ni siquiera permitió que me acercarse a correrme. En el momento en que la tuve dura y sin sacársela de la boca, se quitó su short y de un salto se subió en mi minga y empezó a cabalgar sobre ella. No tuve ni oportunidad de chuparle las tetas pues simplemente tenía el coño al aire, pero disfruté de aquella cabalgada como si no hubiese un mañana.
La carrera de Lola estaba lanzada, poco a poco yo fui dejando atrás mis clases de francés y asumiendo más mi roll de manager de la artista.
Poco a poco empezaron a llegar los contratos fuertes y con marcas de primera línea. Lola seguía follando con desconocidos, pero lo cosa había cambiado pues esos amantes solo eran altos gerifaltes de la industria, por mi lado fui yo el que empecé a ligar con modelos que como mi prima meses antes se colaban en fiestas del sector y buscaban en mi una oportunidad. Visitaba constantemente apartamentos y estudios muy similares a los míos, ahora era yo el que después de montarme a la aspirante se subía los pantalones y con una breve despedida quedaba en que las llamaría.
En más de una ocasión cuando volvía de esos polvos me encontraba a Lola en nuestra casa desnuda abierta de piernas y pidiendo guerra pues no había encontrado al tío de nivel que se la quisiera follar.
Al principio mi polla se ponía como un tótem y me la follaba sin piedad pero con el paso del tiempo y la falta de sueño, mi polla pedía un descanso. Fue después de un reproche de Lola por no haber quedado saciada conmigo cuando decidí dar un paso adelante con ella.
Había ido a casa de una sevillana aspirante a modelo aquella noche, Lola había hablado durante la fiesta con unos y otros pero la veía que esa era una de las noches que no. Me follé a la sevillana de todas las maneras y formas posibles, me hacía mucha gracia por que estaba seguro que estas chicas me daban lo que le negarían a su supuesto novio. Si quería darles por el culo, simplemente les daba, ellas apretaban los dientes y se dejaban hacer. Si me la estaban chupando no solo acababa en sus bocas sino que además les hacia tragarse el plastón.
Abrí la puerta con cuidado de no hacer ruido, pero allí estaba Lola, desnuda, con las piernas abiertas y acariciándose lentamente el clítoris.
- joder lo que has tardado.
- Ya ves
- Se habrá quedado satisfecha la pedorra esa.
- No lo sabes muy bien.
- Pues ahora ya sabes lo que te toca.
- Ponte a cuatro patas – Lola me miró con curiosidad pero se puso. Yo me dirigí a mi habitación y de una bolsa empecé a sacar juguetes. Tarde un poco por que no me había molestado en abrir las cajas ni ponerles pilas antes, pero después de un par de minutos de abrir, cargar y oír a mi prima impacientarse volví a salón.
Le puse un antifaz
- ummm, el pequeño Luis me viene con novedades-
Pase un dedo desde su clítoris hasta su ano.
- ummmm
Cogí sus dos muñecas dejándola apoyada con la cabeza en el sofá y la espose.
- uuuuhy, Luisito se pone nasty.
No dije nada, simplemente metí mi cabeza entre sus piernas y empecé a chuparle el coño a la vez que poco a poco empecé a meterle un dedo en el culo. Lola gemía a gritos mientras yo me concentraba en lamer su vulva. Se corrió rápidamente mientras daba los últimos lametazos e introducía un tercer dedo en ese culo perfecto.
Era el momento del vibrador. Había logrado comprar una reproducción de la polla de Rocco con motor. Le iba a doler, pero ella lo estaba pidiendo a gritos. Sin más le abrí las cachas y de un golpe de muñeca se lo metí hasta el fondo. Lola se quedo quita y rígida. No gritó, no se quejó, solo se quedó quieta.
- eres un bestia – y trago saliva – rompe me el culo sin piedad.
Y no la tuve. Me acabó doliendo la mano después de más de 20 minutos metiendo y sacando aquella polla de goma con el motor a máxima velocidad. Ver a mi prima gimiendo y babeando mientras el vibrador le llevaba de un orgasmo a otro fue demasiado para mi y con mi polla dura como una vara sencillamente eyaculé en su costado. Era la primera vez en mi vida que me pasaba, pero ver a esa hembra altiva totalmente entregada y gozando como si no hubiese un mañana fue superior a mi. Pensé que Lola se quejaría, pero muy al contrario y después de 5 minutos más de tormento se lanzó hacia delante y apartándose el antifaz con el cojín se volvió hacia mi y se introdujo mi ya morcillona polla en la boca. Mi herramienta y no iba a volver a su mejor forma, pero Lola no lo esperaba, solo quería limpiármela e irse a la cama con un buen sabor de boca.
La carrera de Lola estaba siendo imparable. Nos mudamos de piso, en principio yo pensaba que nos iríamos uno a cada piso ya que yo ya no solo llevaba a Lola sino a un par de chicas más, entre ellas a la sevillana, pero con el pretexto de que le hacía mucha compañía Lola siguió utilizándome a su antojo mientras no encontraba nada mejor que llevarse al coño. Yo lo acepté por que a pesar de tener a autenticas diosas a mi alcance, Lola era para mi especial. Una diva inaguantable en la calle y una autentica sumisa desde el momento en que le tocabas algún punto rosado de su cuerpo.
Habíamos conseguido un gran contrato en Nueva York para Prada, la empresa nos pagaba de lujo y nos ponía un jet para viajar hasta la gran manzana. No era la primera vez que esto pasaba, pero si la primera vez que viajábamos solos. Logré meter en el vuelo a Roció, la sevillana. Me interesaba enseñarla en USA para ver si podía crecer profesionalmente. Su carrera no acababa de despegar a pesar de que no se podía quejar.
Aunque Roció tenía novio formal en Jerez, un pijo repeinado y estirado, me la pasaba por la piedra cuando quería, incluso cuando no quería pues la chica sabía que a más contento su manager más contratos y más fama.
Lola se quedó dormida nada más despegar. Roció y yo jugamos un rato al ajedrez, la verdad es que siempre le ganaba, pero la chica se debió de cansar de dejarme hacerlo cuando se planto y me retó a una partida apostando algo.
El premio era un deseo, empezamos a jugar y en 10 minutos me liquidó. La desgraciada jugaba de puta madre y era más que obvio que había perdido adrede conmigo desde que la conocí.
- y bien, ¿qué deseo tienes?
No dijo nada, miro a Lola para asegurarse que estaba dormida, giro mi butaca, desabrochó mis pantalones y sacando mi polla empezó a lamer.
La verdad es que la chica era una experta mamadora y eso le hacía ganar muchos puntos. Sencillamente me relajé y echando la cabeza para atrás decidí despreocuparme de Lola y disfrutar la lengua de la chica.
Estaba a punto de correrme en sus fauces cuando noté que un gemido venia del otro lado de la cabina, miré y vi a Lola con la falda levantada, el tanga a un lado y masturbándose como si el mundo se fuese a acabar. Rocío y yo nos quedamos mirándola pero ante los gestos de Lola agarré la cabeza de la sevillana y le hice seguir. Lola no se estuvo quieta y levantándose de su sillón se tumbó en el suelo detrás de la mi mamadora y apartándole la falda y el tanga empezó a lamerle a su vez.
Solo deseaba correrme en la boca de Rocío, pero en vez de ello, recapacité a tiempo y decidí que era mi oportunidad de hacer mi primer trio. Saqué la polla de la boca de Ro y levantándome y poniéndome detrás de mi prima le penetré su encharcado coño.
Pasamos las cuatro horas que quedaban de vuelo follando como salvajes. Ambas se comieron, ambas me comieron, profané sus dos culos y coños y finalmente me corrí sobre sus caras
En la aduana se quedaron alucinando del olor a sexo que irradiábamos cuando pasamos el control de pasaportes.
El trabajo en NYC resultó un éxito. Quedaron encantados con Lola y también con Rocío que a partir de entonces empezó a trabajar mucho más en Estados Unidos y menos en Paris. Su tipo de belleza gustaba mucho en aquel país y llegó un punto en el que yo casi solo tenia que poner la mano por que el trabajo con ella se hacía solo.
Nos presentaron en una de las ultimas jornadas, en una fiesta al príncipe heredero de Belgica. El chaval era un muermo de tío, pero guapo, alto, forrado y muy conservador. El tío no me hizo ni caso una vez presentados y todas sus atenciones se depositaron en Lola.
Michael, que así se llamaba no dejó de mandar flores en las semanas siguientes, yo por supuesto apartaba esas flores y me follaba a mi prima con la misma carencia que antes de ver las flores o a Michael, o a Bélgica.
La verdad es que notaba cierto interés en el joven por parte de Lola. Se veían a veces pero a juzgar por como volvía de salida a casa no le ponía la mano encima. Llegaba a casa como una perra deseosa de ser empalada, algo que yo hacia gustoso disfrutando de ese cuerpo creado para la lujuria. Me follaba a Lola ante semejantes situaciones con más saña que nunca, primero por que la tía lo merecía y segundo por que Lola reclamaba un tratamiento especial que yo aplicaba no solo con mi polla sino con los mil y un juguetes que habíamos ido comprando a lo largo de los últimos años. Su noviazgo con el príncipe ya era algo vox populi, pero según me contaba a lo máximo que llegaba era a besarla y pasar su mano cerca de sus pechos.
La boda se anuncio a bombo y platillo en toda la prensa rosa de Europa. Al igual que “Phillip” de España había sacado de los estudios de grabación a una periodista, Michael de Bélgica sacaba a una modelo de las pasarelas. El anuncio daba solo un mes antes de la boda. Boda a la que por supuesto estaba invitado, más como parte de la familia como el manager de la ya acabada carrera.
Sinceramente por un momento pensé que se acabó lo que se daba y que desde ese momento Lola, Dolores para los belgas, era inalcanzable. Mucho me equivocaba.
A nivel trabajo no me podía quejar, el era el manager de referencia de la moda europea. Llevaba a cuatro de las 10 top models del momento, cinco hasta hacía unos días. Las marcas requerían más de mi que yo de ellas. Era rico, tenia mujeres, era famoso, pero añoraba ya el sentir mi polla entrando sobre apretado ano de mi prima o apretarle los pezones mientras con mi polla le provocaba un rio de orgasmos.
La verdad es que vi poco a Lola en los días siguientes al anuncio del compromiso, evidentemente su carrera como modelo había acabado de sopetón, quedaron contratos por finalizar, pero las firmas se dieron con un canto en los dientes sabiendo que la futura reina de los belgas había sido su imagen durante mucho tiempo, por lo que ninguna demanda o reclamación fue hecha.
La boda fue de cuentos de hadas, por un lado la realeza mundial y por otro todo el glamour de la moda. Yo como familiar directo de la novia viví los faustos muy de cerca siendo incluso testigo del enlace.
Como marca la tradición, los novios abandonaron el enlace los primeros rumbo a lo que sería una larga luna de miel. Yo me quedé un poco chafado viendo como se llevaban a mi chica y ni siquiera sodomizar a Roció toda la noche me hizo olvidar la imagen de mi prima siendo penetrada analmente y respondiendo a gritos mis acometidas.
Volví a Paris apesadumbrado pero alegrándome por Lola, ella había conseguido mucho más de lo que había soñado, pasaba de ser una reconocida modelo a la futura reina de los belgas. Retomé mi trabajo el cual había pasado en pocos años de ser un juego para mi a ser un imperio del sector.
Volví de NYC según lo previsto en un jet privado y en una limosina me dirigí a mi casa. A mi llegada era más que obvio que tenía visita en casa esperándome. Dos coches de policía y un montón de “armarios” con pinganillos en sus oídos que daban vueltas a la manzana, me indicaban que mi prima había venido a visitarme. No tenía ni idea como sabía que yo iba a llegar ese día ni a esa hora pero ahí estaba.
Abrí la puerta de casa esperando un afectuoso saludo, pero lo que vi me paralizó. Mi prima desnuda se estaba metiendo a cuatro patas por el culo nuestro ya muy usado vibrador de Rocco. Yo no dije nada, la tía había dejado sobre la mesita del salón todo nuestro arsenal de juguetes, me dirigí hacía ella, retiré el monstruo de látex y sacando mi polla se la empecé a meter lentamente en su culo. Era realmente una gozada ir metiendo poco a poco mi dura polla en ese ya dilatado ano y viendo como mi prima aceleraba su respiración y se estremecía ante mi incursión.
- joder que ganas de recibir una polla de verdad.
Solo dijo eso. Realmente solo basto que dijese eso. Empecé a darle carencia a mis embestidas y notando como mis huevos chocaban con el monte de venus de mi antigua representada. Lola estiró su mano y cogiendo un vibrador se lo incrustó en su clítoris causando aún más opresión en mi excitada polla.
Casi sin hablar la estuve jodiendo con dureza durante más de dos horas, sacando de ella los orgasmos que obviamente no había recibido en toda su luna de miel. Le até, le puse pinzas en los pezones, la abofeteé mientas se corría, la humille a pollazos, creo que ese día di el mayor recital de sexo en mucho años de follarmela. Me corrí en su boca festejando nuestro reencuentro y caí derrotado mientras ella con su lengua fue recorriendo mi cuerpo.
- No sabes lo jodido que ha sido Luis.
- No sería para tanto Lola.
- No sabes lo jodido. Solo me ha follado tres veces en tres semanas. Tiene un picha enana, es torpe, no aguanta ni cinco minutos e incluso me reprendió en cuando me puse a cuatro patas para que me tomase así.
- Pero hombre, una buena mamada tuya sé que arreglaría esas cosas.
- ¿Mamada?, intenté que me comiese el coño y me preguntó si estaba loca. Lo de la mamada ni lo entendí.
- J aja ja, me imagino que la casa real estaría buscando a otra católica Fabiola para su católico sobrino.
- Efectivamente, creo que de follar aquí va a haber más bien poco… o mucho.
Y efectivamente, la vida de Lola en palacio se convirtió en un sinfín de actos públicos, portadas de revistas del corazón y obras de caridad pero lo que es sexo nada.
Lola venía verme a Paris al menos una vez cada dos semanas donde evidentemente me la follaba de todas las maneras y posturas. Nos hubiera gustado meter a Roció o alguna persona más en nuestros encuentros pero eso hubiese llamado mucho la atención. A nadie le sorprendia que Lola visitase a su primo, su ex.manager y confidente, pero lo que nunca nadie, ni siquiera sus guarda espaldas imaginaban las duras sesiones de sexo que recibía su princesa en mi casa. Lola recibía en Paris lo que no recibía en su casa, y no solo por cantidad.
Años después asistí emocionado a la proclamación como príncipe heredero del hijo de la reina Dolores, Pierre. El chaval se parecía curiosamente mucho a mi.