De maniobras
Unos soldados se follan a una chica en unas maniobras militares.
Por aquel entonces yo estaba a punto de acabar el servicio militar obligatorio. Estaba feliz porque habia pasado un año lejos de mi casa, con veinte años, y me lo habia pasado muy bien. Ademas habia follado mucho porque mis compañeros de cuartel eran muy puteros. Eran de mi misma edad, y si no follaban con chicas de la ciudad, no les importaba irse de putas, y yo solia ser uno de los que mas ganas tenia siempre de follar.
Aquellas eran mis ultimas maniobras, en mayo en una zona de Leon. Estabamos todos celebrando la proxima licencia, aunque tambien conviviamos con otros hombres que acababan de llegar y que se quedarian a nuestra marcha, sin que pudieran reprimir bastante envidia.
Una noche que nuestro capitan nos premitio marcharnos hasta tarde, aprovechamos para ir hasta el pueblo, a un kilometro del campamento. Estabamos seis o siete compañeros, bebiendo y fumando porros discretamente. Un amigo nuestro, apodado El Cadiz, estaba hablando con dos chicas del pueblo que se veian bastante ligerillas de cascos. Eran muy jóvenes, apenas unos 15 o 16 años, mientras nosotros teniamos entre 18 y 22, mas o menos. Nos marchamos del bar cuando nos indico El Cadiz, ya que las tias no podian fumar porros alli, por si las veian.
Nos encaminamos hacia las afueras del pueblo, ya que las chicas empezaban a querer marcharse a casa. Nosotros empezamos a intentar ligárnoslas entrándoles a saco, ante lo que ellas se reian y daban codazos. Ibamos muy borrachos, no se como no les dimos miedo.
Una de ellas indico que se marchaba hacia casa, desviándose en un camino, dejándonos a nosotros con la otra chica. Seguimos andando, ya que su casa estaba muy retirada, y fumando porros. Ella empezo a soltarse un poco, y a reirse por nada. Se notaba que no tenia costumbre de fumar hachis. Nosotros cada vez estabamos mas salidos, y le deciamos autenticas burradas. El Cadiz, que era un poco el jefecillo, por ser el mas bruto, mas que nada, empezo a decirle que no podia dejarle asi, después de estar toda la noche juntos, porque se la tendría que menear al llegar al campamento. Los demas nos unimos a su suplica, diciendo que nos tendríamos que pajear a palo seco, y que no era lo mismo. La chica se reia y decia que lo sentia, pero que era tarde. Yo no la veia muy decidida a irse, y me acordaba de una mujer mayor, de unos cincuenta años, que nos pillo por banda a tres o cuatro compañeros en otras maniobras en otro sitio, y se nos follo uno tras otro. Digo que se nos follo porque la tia era una maquina. Se lo tragaba y le entraba de todo. Me empece a imaginar que igual era posible mojar el churro esa noche.
El Cadiz, que iba muy ciego y muy caliente porque hacia tiempo que no mojaba, empezo a decir que si le iba a tocar hacerse una paja cuartelera (una paja comunitaria, viendo una revista guarra), le daba igual hacersela alli mismo, mientras se terminaban los porros que habia circulando. La chica estaba sentada, muy ciega tambien, y riendo de todo lo que oia. El Cadiz empezo a decir que se estaba quedando con nosotros, y que la tia era una calientapollas, que no habia mas que ver como se comportaba. Levantándose dijo que si la tia no habia visto pollas de hombre hasta entonces, que hoy se iba a quedar satisfecha, y se saco la polla delante de ella.
Ella se lo quedo mirando, y su expresión le empezo a cambiar, dándose cuenta de que estaba en peligro. El Cadiz se la pelaba delante suyo y de todos nosotros, que le reiamos la gracia animándolo. Bajándose los pantalones hasta los tobillos le dijo a la tia: "mira, estamos solos y lejos de cualquier sitio. Tu ya sabes de que va esto. Tienes la oportunidad de pasártelo muy bien haciendo lo que quieras, y nadie se va a enterar". Ella parecio comprender y se relajo. Dijo que nunca habia visto una polla asi, que habia estado con chicos de su edad, pero qu eno la tenian asi. El Cadiz le pregunto si habia pajeado a algun chico. Ella nego, pero dijo que se la habia tocado a alguno. Yo, que estaba al lado de ella, me saque la pirula y tambien empece a pelármela. La tia me la miro tambien, porque aunque no la tenia tan dura como El Cadiz, si que tengo un enorme capullo que suele llamar la atención. El Cadiz le dijo "ya ves que pollas tenemos. Paco, sacatela". Era otro compañero, apodado el berraco, que tenia la mayor polla que yo he visto nunca. Le media 25 cms en erección, y cuando la tenia flaccida le llegaba hasta la mitad del muslo, era como la de un caballo. La chica miraba los rabos de todos, sin ningun pudor. Cuando yo la tuve dura del todo, otro de los tios me señalo el rabo y dijo "la parabolica tiene cobertura", que era una broma que hacian con mi peculiar carajo.
Ella me lo miro, y la verdad es que mi capullo era el mas gordo de todos. Por la punta asomaba una gota de liquido preseminal. Me menee un poco el rabo y le dije a la chica: "puedes tocármela, que no muerde". Ella acerco un par de dedos a mi capullo, presionándomelo un poco. Me encanto sentir aquellas manos. Le dije que tenia que agarrarla con los dedos con suavidad, apretando un poco. Le movi la mano arriba y abajo con suavidad, para que aprendiera. Cuando le solte la mano deje que siguiera ella sola. Yo saque las caderas hacia fuera, para facilitar la paja, ante todos mis compañeros, que ya estaban con sus pajotes respectivos, mirando como me la pelaba la tia. Paco se acerco y le dijo que con la otra mano podia aprovechar con el suyo. Solo abarcaba la mitad de su polla, pero su caricia hacia que Paco gimiera de gusto, como yo. El Cadiz, que ya andaba totalmente desnudo, se le acerco diciéndole que igual tambien era el momento de comerse un platanito, refiriéndose a su rabo, que era pequeño, pero muy duro y bastante arqueado hacia arriba. La tia dijo que no sabia como hacerlo.. El solo le dijo que lo lamiera como si fuera un helado, pero sin morder, y se descapullo el rabo justo delante de su boca. Su lengua empezo a tantear el capullo. El Cadiz gemia con cada toque, aunque se le veia que queria mas. Le dijo que se metiera el capullo en la boca, pasando la lengua despacio por encima.
Otro compañero, que se jactaba de correrse en menos de un minuto si hacia falta, dijo que ya valia de tonterías, que el tenia ganas de mojar el churro. Ella dijo que no, que eso no. Creo que ya era demasiado tarde. Todos queriamos tirarnosla. La agarramos y le bajamos los pantalones y las bragas. Ella se resistia, pero su estado no le permitia defenderse frente a seis o siete tios.
La agarramos entre dos tios, y otro sdos le mantenian abiertas las piernas. Su coño aparecia peludo y muy mojado. La muy guarra habia mojado las bragas al pelárnosla y al mamarsela al Cadiz. Uno de mis colegas se situo entre sus piernas y le masajeo el conejo, para prepararlo para la follada. Se dio saliva en el rabo y se lo llevo a la entrada. Comento lo cerrado que lo tenia, tanto que la polla se le arqueaba. La tia iba a tener suerte, porque el rabo de mi colega no era muy gordo, poco mas que un dedo, ni muy largo (lo llamábamos "el boli"). El tio enculo con fuerza y la polla le fue desapareciendo dentro, el tio mugio como un toro cuando la tuvo entera dentro, cuando noto como el vello del pubis y los huevos le hacian tope. La chica respiraba entrecortada, arqueando la espalda. La culeada fue corta, con el tio haciendo movimientos muy pequeños, como un conejo, hasta que el tio empezo a decir que se la estaba echando dentro. Después me dispuse a clavársela yo, que estaba a punto de correrme, pero mis compañero sme dijeron que no, que si se la metia yo la reventaba para los demas. Me resigne a ser el ultimo, junto con Paco, que seguro que la iba a desfondar con su verga.
La chica ya se dejaba follar sin agarrarla. El segundo se la tiro muy rapido tambien, y el tercero fue el Cadiz, cuya polla ya tenia un tamaño considerable. La tia se quejo por lo curvada que la tenia, pero cuando se coloco bien, con las piernas levantadas, vimos como la tia le agarraba el culo a nuestro compañero para empujarle mas en las clavadas. Cuando llego mi turno la tia tenia dentro ya tres o cuatro lechadas, y tenia el coño bastante abierto, casi como algunas putas que me habia tirado. Le propuse que fuera ella la que se sentara encima mio, metiendose la verga según pudiera. Al hacerlo el semen le empezo a correr por las piernas, rezumandole por el coño. Empezaba a tener ya alguna lechada seca, y los pelos aparecian pegados unos a otros. Cuando se sento en mi carajo pense que me moria. Vi como la punta, el agujero, le desaparecia entre liquidos que provenian de ella y de los huevos de mis colegas. La tia empujaba hacia abajo, y sus labios se abrian intentando acoger mi polla.
Sabia lo que iba a ocurrir cuando el capullo entrara. Me habia follado bastantes conejos estrechos, y una vez alojaba el capullo dentro ya no podia sacarlo, por lo que mis culeadas eran tambien muy cortas. Me enganchaba a las tias como los perros con la bola que se les forma en la verga, pero yo utilizaba el capullo directamente. Cuando penetraron los borden del glande los labios de la vagina se cerraron en torno a mi polla. La chica gemia de gusto, pero me pedia que no me moviera. Empezo a subir y bajar ella, sin dejar que mi carajo se le saliera en ningun momento, hasta que le dije que me corria. Después de la lechada tuve que esperar un momento para que se me empezara a bajar el rabo y poder sacársela si hacerle daño. Me pasa con cierta frecuencia, como a los perros.
Cuando por fin pude desengancharme de ella, a mi polla le siguió una cantidad importante de semen, que a la tia se le salia por la vagina totalmente inflamada. Le quedaba el rabo de Paco, que decia que estaba apunto de correrse por todo lo qu ehabia visto. Como habian comentado la similitud de mi rabo con el de los perros, Paco le propuso ponerse a cuatro patas, cosa qu ela chica hizo. El chaval se situo detrás y le paso la polla por la raja, extendiendo el semen que le salia a la chica por todo su conejo, hasta que empezo la clavada. La chica se iba bajando, para aliviar el dolor qu ele provocaba, hasta que quedo tendida en el suelo. Ya no podia retirarse mas, y todavía quedaba rabo por entrar. Mi compañero empezo a encular despacio, metiendo y sacando mas o menos la mitad de su polla en cada clavada. Cada vez entraba mas adentro en ella, a lo que la chica respondia con gemidos y pequeños gritos, moviéndose para intentar zafarse de mi colega. No fue posible hacerlo, porque con una enculada tremenda Paco empezo a soltarle leche dentro. Cuando se la saco, el coño de la tia estaba empapado de liquidos y totalmente dilatado, tanto que no se cerraba.
Nos vestimos todos deprisa, y ella dijo que se sentia francamente mal. Ya se le estaba pasando el efecto de los porros y del alcohol que le habiamos dado, y casi no podia andar por la follada. La acompañamos un rato, hasta el desvio de su casa, y nos despedimos de ella. Alguna vez me he visto con algun compañero, y puedo decir que hemos comentado esta jugada, y ninguno nos hemos olvidado. Estoy seguro que ella tampoco.