De magreos en la piscina a una follada descomunal.

Cuándo la pluma pasaba por mis pezones no podía evitar gemir de placer y ni decir cuándo acarició mi clítoris ya crecido de mi orgasmo anterior. La única parte de su cuerpo que entraba en contacto conmigo eran sus labios cuándo me besaba. Nunca había tenido tanto placer concentrado y el hecho de no poder hacer nada al estar atada lo acrecentó aún más.

Era una mañana calurosa del mes de julio, ya no había clase y celebrábamos la típica comida de despedida  en el jardín de un amigo de la universidad.

La fiesta tenía una temática hawaiana así que me podría deleitar con los cuerpos de mis compañeros en bañador y decidí ponerme un bikini bastante sugerente sobre un vestidito de playa que apenas me cubría media pierna.

Llegué bastante temprano para ayudar, ya que Nico, el dueño de la casa y yo nos habíamos hecho bastante amigos  al compartir el coche para ir al campus al vivir en el mismo pueblo. Él, sinceramente a mí me gustaba, pero me intimidaba un poco al ser el típico guaperas al que todas se quieren follar, aunque se de buena tinta que ninguna lo conseguía, el imposible lo llamaban.

-          Nico, tu sabes en lo que te estás metiendo, al dejar a ésta jauría comer en tu casa?-  le pregunte con cachondeo.

-          Jaja ya me conoces no se decir que no a una buena fiesta, además si pillo un buen ciego yo ya he llegado a mi casa.-

-          Que tío!!, hasta qué hora podemos quedarnos?-

-          Hasta que queráis, mis padres están de viaje y hasta la semana que viene estoy aquí solo y aburrido, ya podrías hacerme una visita para asegurarte de que estoy vivo no? Jejeje.-

-          No hace falta que lo preguntes y mas con la piscina tan buena que tienes, me tendrás  aquí metida hasta que te hartes jaja.-

Y nos pusimos a organizar las sillas y las mesas, y poco a poco fueron llegando los compañeros.

La comida fue una buena fiesta, hubo bastante desenfreno, lo estaba pasando realmente bien.

Una vez terminada la comida nos fuimos todos a la piscina donde la fiesta no parecía acabar.

Cogimos una pelota y jugamos al vóley con la red que Nico tenía colocada y ahí sí que me di una buena dosis de magreos con compañeros varios e incluso pude notar la erección de alguno de ellos en mi culo al abrazarme, ya fuera por la celebración de un tanto o por simple placer, estaba un poco tonta, la verdad es que solía ser bastante retraída.

Mientras seguía mi dosis de tonteo, Nico me observaba algo serio.

Me acerqué disimuladamente y le salpique de modo juguetón para ver si se le pasaba el enfado y pareció dar resultado me abrazo y me hundió en el agua. Con el contacto le noté la polla bastante dura, al subir a la superficie vacilé, pero me dije ¿Qué demonios? Y comencé a acariciársela disimuladamente a lo que él se sobresaltó por la sorpresa de verme hacer eso.

Estuve unos instantes moviendo su tranca, que era de buen tamaño, sobre el pantalón mientras sus manos manoseaban mi culito hasta que su mano me impidió seguir, supongo que por el hecho de que estábamos rodeados de bastante gente.

Se alejó de mí y salió de la piscina para entrar en su casa.

Parecía que la cosa se quedó ahí, la fiesta siguió hasta pasadas las 11 de la noche, Nico no se acercó a mí en todo el rato posterior a la piscina, parecía evitarme.

Me quedé de las últimas con el fin de saber si había hecho algo que le molestara, los últimos se iban ya, pero no quise acompañarlas para preguntárselo o en caso de que se me presentara la oportunidad acabar la faena que con bastantes ganas me había dejado.

-Nico te necesitas que te ayude a limpiar?- me hice la inocente.

Él sin mediar palabra me cogió y me arrinconó en la pared de su jardín para besarme muy apasionadamente mientras nuestras lenguas luchaban entre si y facilitando el intercambio de nuestras salivas.

Yo no puse resistencia alguna a sus besos, aunque estaba alucinando, ya que tenía tantas ganas cómo él, o más, de que aquello ocurriera.

Bajó su mano para acariciarme las tetas aún cubiertas por el vestido mientras yo le desabrochaba la camisa de flores tipo surfera que llevaba puesta con motivo de la fiesta  para dejar de nuevo sus músculos frente a mí, su cuerpo me puso muy caliente.

-          Quieres que nos demos una ducha para quitarnos el cloro, o lo que se nos ocurra?-  me dijo al oído con una voz muy sugerente.

Yo, claro está, que no me negué, estaba bastante ansiosa de su cuerpo, me condujo por su casa hasta la ducha dónde me quité el vestido, al ir a desabrocharme el bikini me lo impidió.

-Para, quiero desnudarte yo…-  me dijo pero antes de quitármelo se puso a jugar con la braguita brasileña de mi bikini mientras me besaba, hasta que la hizo desaparecer en mi culito la movía arriba y abajo, menudo gustito me estaba dando.

Por mi parte le bajé el bañador para dejar su polla totalmente recta frente a mi comencé a pajearle suavemente, ahora nos besábamos con más ganas, si cabe.

Después de pajearnos mutuamente me metió en la ducha, me bajó las braguitas y me quitó la parte de arriba quedándonos ambos totalmente desnudos.

Cogió el jabón de la ducha y me echo por todo el cuerpo para después enjabonarme con muchas ganas hice lo mismo con él, sentí un placer tremendo cuándo  se colocó detrás de mí, mientras me besaba por el cuello, sus manos enjabonaban mis tetas que no fue nada comparable a cuándo entraron en contacto con mi coñito mientras notaba su polla, cada vez mas dura, rozando con mi culito.

Aquello nos estaba excitando a ambos demasiado y mi cuerpo necesitaba sentir su polla ya.

Nico pareció darse cuenta de ello por lo que me dijo: - ¿Que quieres que te folle?, no debería por lo que me has hecho en la piscina sabes? Has sido muy mala y lo he pasado mal con tanta gente por mucho que me gustara que me tocaras…-

-           Te lo recompensaré, pero ahora clávamela que lo necesito.-

Sonrió al oírme decir eso y sin avisar me empotró contra la pared para comenzar a follarme sin piedad sentí de golpe toda su polla dentro de mí, pero estaba tan húmeda que entro muy fácilmente.

-Diossss que gusto!-gritaba de placer mientras él me agarraba del culo para poder follarme.

Sus envestidas cada vez aumentaban de velocidad provocándome un gran placer, su polla entraba y salía cada vez con más deprisa mientras el agua corría por nuestros cuerpos.

Estaba al borde del orgasmo y me puse a gemir cómo una loca cuándo este me vino, él también parecía que iba a correrse pero de repente paró y me hizo arrodillar para poner su polla ante mí.

-          ­¿Querías compensarme no? , cómetela es toda para ti.-

Dicho y hecho después de la follada que me acababa de pegar no podía negarme aunque fuera la primera polla que comiera así que me puse a chupársela  y a succionar su glande lo que hizo que soltara varios gemidos, estaba a punto de correrse y, aunque no estuviera bastante segura, seguí chupando hasta que soltó toda su corrida que chorreaba de mis labios.

-          ¿Te ha gustado? es la primera vez que se lo hago a alguien…-

-          Me ha encantado! No me creo que la mía fuera la primera es un privilegio jeje.-

-          Privilegio el mío que estoy con el imposible jaja-

-          Y nunca te has dado cuenta de que si no me fijaba en las demás era porque me gustaba una en particular? Adivina quién es.-

Me besó muy dulcemente y nos secamos, me llevó a su cuarto dónde me recostó en su cama y se puso a lamerme las tetas succionándomelas mientras su mano buscaba de nuevo mi coño.

-          ¿Así que la mía es la primera polla que te comes no?- Dijo mientras me acariciaba muy suavemente mi coñito, me producía leves espasmos – hoy es un día de privilegios-.

-           Mhh siiih ¿te gustaría comérmelo a mí? Tengo muchas ganas…- dije entre gemidos.

Me sonrió mientras iba bajando besándome el vientre y cuándo parecía que iba a ponerse manos a la obra se lo pensó.

-¿Sabes que te has portado mal no? De alguna forma he de castigarte.-

-Sólo quería darte gusto, o es por algo más?-

  • ¿Sabes? Me he puesto algo celoso al verte con los otros tonteando, por eso mereces castigo-

Me vendó los ojos y me ató las manos al cabecero de la cama.

Salió del cuarto y volvió con lo que pareció ser una pluma y se puso a acariciarme todo mi cuerpo, no puedo decir lo ansiosa que me puso haciéndome eso, nunca había tenido tantas ganas de que alguien me follara.

Cuándo la pluma pasaba por mis pezones no podía evitar gemir de placer y ni decir cuándo acarició mi clítoris ya crecido de mi orgasmo anterior. La única parte de su cuerpo que entraba en contacto conmigo eran sus labios cuándo me besaba. Nunca había tenido tanto placer concentrado y el hecho de no poder hacer nada al estar atada lo acrecentó aún más.

Me hizo girarme colocando mi culito a su alcance para acariciarme el ano con la pluma, me excitó tanto que mi coñito goteaba mis jugos por mis piernas.

-Nico por favor fóllame o tócame que no puedo aguantar más- le pedía ansiosa mientras mi coño goteaba de excitación.

  • Aún no preciosa, tendrás que esperar un poquito más.-

Hubo una pausa, parecía haberse ido, pero de repente le noté en la cama y también cómo su lengua iba abriéndose paso entre mis muslos para entrar en contacto con mi sexo, no le hizo falta estar mucho tiempo metiendo y sacando su lengua de mi agujerito y lamiendo mi clítoris porque me corrí enseguida dando gritos de placer.

Me soltó las manos y me descubrió los ojos para darme otro beso impresionante, su polla estaba ya enormemente hinchada y me puse a pajearle, mientras él me pellizcaba las tetas.

Le senté al borde de la cama y me coloqué sobre su polla para ponerme a saltar y gritar cómo una loca mientras él dirigía mis movimientos cogiéndome de las caderas.

Mis movimientos no cesaban y con lo mojada que me había dejado le dejé chorreando la polla de mis jugos.

Me hizo cambiar de postura colocándome a 4 patas sobre la cama ahora me penetraba más profundamente, el dirigía las embestidas cogiéndome de mi culito mientras me venía otro orgasmo, que me hizo arquear mi espalda de gusto…

Parecía que su orgasmo también se acercaba así que le acosté con la espalda apoyada en el respaldo de la cama.

-          Quiero que me mires a los ojos en todo momento -  le dije tomando el mando de la situación.

Me coloqué encima de él cabalgándole y volvimos otra vez a la carga sólo que ahora no hicieron falta mucho rato para que se corriera soltando su leche en mi interior, me puso muchísimo que me mirara mientras se corría de gusto.

-Diossss que plovazoo! – gimió mientras se corría.

Nos estuvimos besando bastante rato después hasta quedarnos dormidos. Desde ése día estamos juntos, y éste es uno de los mejores polvos que habían echado hasta el momento, aunque luego ha habido otros mejores con él y en diferentes situaciones, pero son cosa de otras historias.