De lenguas y de otros utensilios (1)
Ay, como son algunas vecinas!!
-Nena, sácale la lengua al Sr. …
La nena me sacó la lengua que pareció desplegarse por tiempos de la larga y gruesa que era.
-¿La ve usted? Es cosa de familia. Mi hija lo heredó de mí y mis nietos de su Madre …
Mi vecina, la que así hablaba y me enseñaba su lengua, también enorme, era Lola. Morena, 50 años, estupenda de ver, tetona, cintura estrecha, culazo, boca ancha y carnosa, ojos pícaros, y viuda. La nena era su nieta menor, catorce años, rubita y que parecía una Lola en versión joven.
-Y Paquito, mi nieto, ídem de ídem.-Dicho esto Paquito sacó su lengua para corroborarlo. Paquito era menudo, dieciocho años, afeminado hasta parecer una chica, pero reservado y serio. Podría ser o no gay, pero no lo sabía con certeza debido a su discreción y buenas maneras.
-¡Vaya!-Comenté- es cosa digna de verse- Y pensé cómo sería sentir esas lenguas en acción. Algo de la fantasía se debió a trasmitir telepáticamente pues tanto Lola como Lolita se lo ruborizaron y Paquito, sonrió mirando hacia otro lado.
Al rato los jóvenes se marcharon a sus quehaceres y nos quedamos Lola y yo a solas, tomando café. Nos miramos largo rato, sonriéndonos con los ojos, y hablando de nimiedades.
-¿Te puedo hacer una pregunta?-Me dijo algo azorada.
-Claro. Pregunta lo que quieras-contesté.
-¿qué fantaseaste cuando nos viste sacar las lenguas?
-¡Ja! Eso sólo lo diré en presencia de mi abogado-bromeé,
-No, en serio, me gustaría saberlo-y me regaló una de sus miradas pícaras.
-¡Si quieres morbosilla!
-¡ufff! No lo sabes tú bien. Una viuda cincuentona, debe serlo …
-¡Pues eso es porque tú quieres! Porque ésta es estupenda, se termine por donde se termine, jajaja …
-¡Gracias, generoso! Pero ya soy una abuela …
-¡Pero qué dices! Tú tienes tirón y lo sabes.
- Ya… Pero una se vuelve comodona con los años.
-Pues un poco de movimiento no es malo de vez en cuando.
-Y ahí entra el morbo. Se va acumulando en tu cabeza y cuando una quiere “moverse” no encuentra al morboso necesario.
-En eso te doy la razón. A mí me pasa lo mismo. Poco a poco me funciona más el coco que la …
-ja ja ja … ¿Entonces me lo vas a contar?-Me dijo acercándose a mi.
-uumm…. Te lo contaré. Pero por teléfono. Esta noche. Con mucho morbo. Y te la vas a tener que ganar. ¿Trato hecho?
-¡Trato hecho!-Contestó con sonrisa radiante. Y me besó ligeramente la boca.
-Esta noche cuando estés lista, demandas una foto y empezamos. Según sea la foto así sabré en qué nivel de morbo quieres que le dé a la conversación.
Así nos despedimos esa tarde. Y cuando llegó la noche yo esperaba y esperaba su mensaje de inicio. Rondando la medianoche, vi la luz de su cuarto encenderse. Su silueta se adivinaba claramente a través de los visillos de la ventana. Parecía ir desnuda, pero el velo sutil de la cortina no dejaba afirmarlo, bien podría llevar un camisón a un salto de cama.
Atónito observe otra figura más que entraba al cuarto en el momento que Lola se recostaba en la cama del dormitorio. De pronto un flash … Una foto … Y el mensaje sonó en mi móvil. Era una foto de algo que, al principio no identifique, pero que al momento definir perfectamente: un ano. Con un borde gordezuelo y carnoso, y un agujerito abierto en su centro, como una puerta invitadora. Se veía limpio, sano y lubricado.
Inmediatamente conteste al mensaje.
“ me imaginé una lengua lamiendo y succionando un ano, como ese, hasta dejarlo bien abierto, dilatado y gozoso. Pero no sé si la lengua era la mía, o era mío el ano”. ENVIAR.
Al poco vi otro flash y el nuevo mensaje me llegó. Esta foto era del mismo ano. Pero una lengua de gran tamaño estaba por la mitad dentro de ese ojete abierto. Un mensaje escrito aparecía en el pie de foto:
“ … Mi ano que ahora se abre al gozo de esta lengua, sería tu ano abierto ante la mía”
Eso me puso a mil!! Imaginar que su lengua me lamía en lo más recóndito de mi recto era una delicia que pocas veces podía saborear. Escribí:
“ gustoso pondría el culo para que con tus manos lo abrieras, como una fruta ofrecida, y tu lengua explorara, obscena, sus intimidades” ENVIAR.
Ding!... Foto: unos dedos entrando en ese ano yo una lengua al lado:
“ con todos mis recursos sacaría el placer de tus profundidades”. Ding!... Archivo sonoro: “gemido-succión-succión-gemido-chupeteo-succión-gemido”. Mensaje:
“ sácate la polla y adquirir una foto apretándola fuerte, para crear sus venas hinchadas”.
Así lo hice. Saqué mi polla durísima, la atenacé con mi mano y saqué una foto de ella cuando las venas se pusieron a reventar. Adjunte un mensaje:
“ imaginó mi rabo bien adentro de tu boca, mientras tu lengua relame mis huevos ”. ENVIAR.
Ding!... Foto: una polla, de buen tamaño, hinchada, y una lengua enroscada en su capullo.
“ Vaya!. Así que Lola se lo está montando con su nieto”-pensé.
Cuando mucho más tarde terminamos la sesión, y yo me había corrido dos veces, ya había visto de todo: lamidas de culo, tanto de ella como de el, mamadas, lechadas … Lo único que no vi fue ningún cunnilingus.
A la mañana siguiente, bien temprano, el timbre me arrancó del sueño. Al abrir Lolita se abalanzó sobre mi y me comió la boca. Cerré como pude la puerta y le pedí explicaciones.
Anoche vi todo lo que paso, pero como estaba castigada no pude participar con la abu y mi hermano…- soltó de corrido sin parar de besarme - …pero me masturbé mirándote por la ventana mientras te lo hacías tú. Así que hoy te toca compensarme.
Espera, pequeña, espera…-dije entre besos y chupeteo.
-¡Es que estoy muy caliente!- sus pezones se marcaban duros bajo la tenue camisola que llevaba puesta, y su corta falsa dejaba ver buena parte de sus nalgas, pues se le había subido con el ímpetu del abrazo inicial.
La cogí en brazos, como a una novia, y la llevé a mi cama.
–Pues eso habrá que solucionarlo- le dije mientras la depositaba sobre el colchón.
- Espero que lo soluciones con una polla… a ser posible bien gorda- me dijo mientras se estiraba como una gata dándome la espalda y sonriendo con lujuria por encima del hombro- Vamos. ¡haz que grite de gusto!
Subí por sus piernas con mis manos hasta sus generosas nalgas y se las separé de golpe atrayéndolas hacia mi cara con el mismo movimiento.
Jadeó fuerte y dio un gritito cuando le hundí mi boca entre sus cachetes, buscando su vaginita por entre su tanga mojado. La encontré y la perforé con mi lengua con fuerza y comencé a retorcerla dentro de su chapoteante y sabroso coño.
La muy guarra se removía buscando más profundidad en la caricia y aproveché para hundir, por turno, mis pulgares en su ojete. El primero tuvo algo de resistencia, no mucha, pero el segundo le entró como la seda, demostrándose que esta pequeña putita estaba más que trabajada.
Al cabo de un rato en estas maniobras digito-linguales, gruñó y comenzó a correrse en mi boca mientras me decía:
- ¡Cabrón, chúpate todo el jugo de mi chochito!.... aahh!...verás cuando coja tu rabo, te lo voy a mamar hasta sacarte la última gota de leche… aahh!... te voy a dejar seco…me tragaré toda tu lefa de pervertido y la saborearé como una guarra…aahhhmmm…..sí, sí!!.. te lameré el ojete y te meteré la lengua dentro del culo, cerdo….aaahhhmmmggg…- y cosas así de obscenas que no dejaban de sorprender en alguien tan pequeño. Terminó con un grito y se desmañó en el colchón.
Yo no la dejé que recuperara su energía, iba dado si lo hacía, así que me abalancé sobre ella y, de un golpe seco, le metí todo mi rabo dentro de su lindo y abierto culo. Comencé a follármela con fuerza mientras le lamía el cuello, o le chupaba los bonitos morros, y ella se dejaba hacer como traspuesta.
En una de mis bestiales embestidas ella irguió su espalda, lo que aproveché para cogerle de la coleta y tirar de ella, arqueando su espalda hacia mí. Con la otra mano, por encima se su camisola, busqué y encontré uno de us pezoncitos y lo atenacé con fuerza, tirando de él.
-¡Ay, bruto!- exclamo con coquetería, la muy zorra- …Pero tira más fuerte, muchacho…
Obedecí y se lo pincé entre las uñas del pulgar y el índice. Ella se arqueó del todo y me buscó la boca, besándome con pasión. Luego noté como su ano y su recto comenzaban a pulsar a lo largo de toda mi polla, con lo que supe que se estaba corriendo de nuevo.
- ¡Aaahhgg, que ricooo!
Poco después me salí de ella, la giré, y le enchufé el cipote en su boca, a lo que ella, con un par de cabezadas, se la tragó hasta el fondo de la garganta. Comenzó a ahogarse y a succionar a la vez, haciendo ruiditos de mamona y me estiraba de los testículos, y yo me corrí abundantemente en su boquita. Sorbió y trago todo mi jugo de rabo sin que desperdiciara ni una sola gota de lefa.
Cuando terminó de tragar leche, sacó mi polla de su boca y, con su gruesa lengua, me lamió desde el glande hasta el ano durante un rato.
Al poco tiré de ella y la situé a mi lado, sonde quedamos tumbados en un sabroso abrazo mientras nos acariciábamos.
- No creas que he terminado contigo, tesoro…- musitó. Y se quedó dormida.