De las redes sociales a la realidad 5

Milán, orgasmos y el comienzo de una vida juntas...

Amanecí llena de ansiedad. A pesar de poder hablar con ella cada día, la distancia me hizo sentir que no importaba por cuanto tiempo, ni cuanto durara la relación, quería atreverme a todo con ella. Quería no sólo darle gusto sino dármelo a mi misma, que estaba deseosa de ella. Esta vez no anhelaba hacer el amor con ella, aunque extrañaba y añoraba locamente su cuerpo, besos y caricias, lo que más anhelaba era su compañía, su presencia, su mirada, respiración, todo su ser, como una parte vital en mi vida.

Siento una molesta y agradable sensación a su vez en mi oreja, al pensar que se trataba de mi propio cabello, muevo la mano torpemente para moverlo, cuando siento un respingo a lo lejos que me hizo caer en si. Al abrir mis ojos perezosamente veo aquel rostro angelical con una gran sonrisa, ese rostro que tanto me había hecho falta. Fue tan sólo dos días atrás que lo había tenido cerca de mí y me había parecido una eternidad.

L: Buenos días mi bella durmiente, una bella durmiente que en vez de despertarse sonriendo y con un beso me ha dado un golpe en mi barbilla mientras le soplaba suavemente en el oído.

K: Mmmmm, buenos días, disculpa beba, dame un besito. - Le dije mientras me estiraba y sonreía torpemente, aún estaba adormilada pero la felicidad brotaba de mis poros. Me sentí flotar cuando sentí sus labios rozando los míos, me miraba con cariño, un cariño que era totalmente recíproco. A ella no le importaba mi aliento matutino, para ella, yo no tenía, solo deseaba besarme y abrazarme, cosa por la cual yo me sentía totalmente agradecida.

Sentir ese aroma, ese olor a tulipán que siempre tiene su shampoo después de dos días me hacía inmensamente feli

z.

Me acerqué a ella suavemente y la besé, tiernamente, penetrando bien mi lengua en su boca, saboreando sus carnosos labios, mientras mis manos rodeaban sus nalgas por debajo de la saya  de su uniforme, se veía realmente sexy en el, recordándome la primera vez que la vi personalmente, cuando no creía lo que mis ojos veían y pensaba que era sólo una imaginación. Lentamente fui rasgando sus medias panties y hacía hueco entre sus braguitas. De una manera simultánea ella también empezó a acariciar mi espalda con sus dedos, haciendo que me estremeciera ante sus caricias, mientras continuaba  subiendo suavemente por mi columna buscando el broche de mi sujetador, el cual soltó habilidosamente como si le estorbara enormemente. Seguí besándola por el cuello, saboreando su piel como si fuera un helado, ella definitivamente era mi sabor preferido… Abrí la cremallera de su saya y la dejé caer, después algo más agitada, comencé a besarla y a lamer su cuello, hombros, pecho y senos mientras desabrochaba su blusa, la verdad que el nuevo uniforme de los tripulantes de Iberia Express le asentaba de maravillas. Ese azul marino hacía que su piel se viera más tersa y bronceada, al alzar la blusa completamente quedaron ante mí sus hermosos senos que parecía pedir a grito que los liberara de ese sujetador negro, entre sus senos y bajando hasta su ombligo… Se movía mi lengua hábilmente, mientras que mi boca dejaba pequeñas mordidas en todo su cuerpo. La lujuria se había apoderado ya de mí y sentía que no podía contenerme. La tumbé en la cama y dejé sus senos en libertad para poder empezar a saborearlos, rozando sus pezones erectos, los cuales devoraba como si fueran caramelos y de vez en cuando los mordía y estiraba, lo cual le producía una excitación especial que la obligaba a arquearse de placer. Mientras devoraba sus senos o más bien mis senos, porque los sentía míos, mi mano izquierda estaba por encima de sus de su ropa interior, posada en su monte de Venus notando esa humedad producida sin duda alguna por sus flujos… Agarré su tanga y tiré de ella metiéndosela en sus labios mayores, sus labios asomaban a través de la tela, esto la excitó mucho y para que negar que a mí también. Comencé a estirar y a aflojar y, en cada embestida sus senos se movían obligándome a buscar sus pezones una y otra vez...

L: Mmmm… Mami, no sabes cuanto te extrañé y cuanto añoraba tus manos, tus caricias tu cuerpo, no hay nadie como tú para hacerme perder el control en segundos.

Sus gemidos hacían que yo me excitara cada vez más, sintiendo que sobrepasaba el nivel cien, transportando al más allá. Lili al percatarse de mi extrema excitación llevó su mano hasta mi entre pierna y me apretó por varios segundos, para después comenzar a mover su mano, acariciándome lentamente mientras seguía dejándose llevar. Mi excitación hacía que yo halara cada vez más su tanga, haciendo que el roce de la tela siguiera dándole goce. Lili encogía las piernas y se movía rápidamente mientras apoyaba su cabeza en mi hombro, mordiéndome el cuello y otras veces succionando mientras que su mano libre se aferraba a mi cintura. Yo notaba como se empezaba a correr, mientras que ella para no dejarse ir sola a la deriva, me introdujo dos dedos, yo sentía que mi iba morir, no sólo por sus dedos, sino también por la excitación que me provocaba ver a tan hermosa mujer, mi mujer, gozar conmigo, disfrutando de todos los placeres que le doy. - Ohhhh, sí, sí, por favor no pares… Bésame… - Musité mientras que le halaba sus cabellos y traía su boca hacia la mía para ahogar nuestros gemidos en nuestros besos.

Sin habernos quedado completamente desnuda, nos dejamos caer totalmente en la cama, besándonos mientras nos quedábamos dormidas. Vinimos a dar en sí a las 12 Pm cuando sonó el teléfono de la habitación. Era otra de las modelos que me preguntaba curiosa por la chica del restaurante, mi amiga, que había visto entrando en mi cuarto. Ninón se refería claramente a Lili, ya que la había visto en la cena de bienvenida que tuvimos en el Bar Bamboo en el Hotel Armani, hacía pocos días. Animadamente, nos invitó a las dos para salir con las demás chicas a pasar el día juntas. Le pregunté primero a Lili y la idea le pareció bien, por lo que nos apresuramos a bañarnos, entre risas, besos, caricias y nalgadas. Por primera vez escogimos la ropa de la otra, ese acto tan simple, permitió que pasáramos el día entero entre risas y a pesar de no mostrar abiertamente que estábamos juntas, no hacía falta nada más, nuestras miradas cómplices disfrutaban y se reían siempre que se encontraban entre si. Comenzamos el día paseando todas juntas en el City Bus que tomamos para recorrer y ver la ciudad, tomamos muchas fotos y hacíamos bromas interminables, cada vez subían más de tono. En ocaciones el ambiente se tensaba debido a Anya, no podía evitar sentirme incómoda siempre que ella me miraba o se cruzaban las miradas de ella y Lili. Toda la situación era incómoda pero las chicas hacía que esos momentos fueran esporádicos. En la noche, fuimos a cenar todas juntas al restaurante Iyo, un restaurante asiático con muchas fusiones y mariscos, todo era delicioso la verdad, delicioso, el ambiente era acogedor, un hermoso Buda, las paredes de piedras y las luces a media luz, hacían todo perfecto para 7 chicas que pasaban el día juntas.  En medio de la cena, no me percaté de que Lili se había dirigido al baño por estar inmersa en la platica con las demás chicas. Cuando me doy cuenta, otra de las chicas que regresaba de fumarse un cigarrillo me dijo que la había visto irse al baño. Como me parecía que se estaba demorando mucho, me disculpé con las demás y me levanté para ir en su búsqueda. Al entrar al baño sentí unas voces que me eran conocidas, pasé la parte de los lavamanos y ahí estaban Lili y Anya discutiendo. No sabía que había sucedido. Sólo pude escuchar una parte de la conversación.

L: ¿Qué demonios te pasa? Ya he aguantado demasiado y no pienso seguir tolerándote a ti y mucho menos tu prepotente actitud tanto hacia mí como hacia Kaori. Entiende que ella y yo tenemos una relación y la que sobra eres tú. El hecho que no supieras que yo existía no significa que no haya estado. Tuvieron sexo, maravilloso, espero que lo hayas, disfrutado pero eso ya pasó. No puedes tenerla y ahora te acercas a mí seguro con la intención de que yo te deje acercarte a ella así que olvídalo. Si vuelves, no a besarme, sino, tan solo a rozarme maldita loca, juro por Dios que te vas arrepentir. Mantén tu distancia.

K: ¿Qué sucedió? Lili, dime que pasó. Perdónanos Anya pero…  ¿Puedes dejarnos solas, por favor?

A: ¿Por qué me debo ir? Quiero explicarte lo que ocurrió, no quiero que pienses mal. No quise incomodar a tu amiga.

K: Ella no es mi amiga y lo sabes.

L: Soy su novia, su mujer, su amante, por si aún te queda dudas, te lo aclaro.

K: Anya por favor vete. ¿Sabes qué? Olvídalo cualquiera puede entrar en cualquier momento. Beba vamos, nos despedimos y nos vamos, así podemos hablar tranquilas.

La besé, un beso largo y profundo, para que Anya se sintiera incómoda y se fuera, además para dejarle claro que Lili era mi pareja. Pero a Anya pareció importarle poco, más bien malinterpretó todo  y se acercó intentando abrazarnos.

K: ¿Qué demonios te sucede Anya? ¿Perdiste totalmente la cabeza o qué? Lili vámonos. Voy a llamar un taxi.

Nos despedimos de todas y salimos como alma que llevaba el diablo. Tomamos un taxi y terminamos yendo a la piscina del hotel. De noche, estábamos solas, solamente nosotras dos, bebiendo champán, cortesía del hotel  y riendo como bobas, entre besos, caricias, terminamos discretamente, tocándonos más de la cuenta y dejándonos llevar. - Ahhh… - soltó un gemido y rápidamente la besé para evitar cualquier percance. A pesar de la privacidad que brindaba el Hotel Bulgari, no podíamos correr riesgo, después de todo no era una playa o algún lugar abierto y sin restricciones, había que respetar q los trabajadores y a los huéspedes. No obstante, para ser sincera aquello más allá de preocuparnos, daba cierta adrenalina, toda aquella situación. La penetración de sus dedos bajo el agua era totalmente diferente a cuando estaba en la ducha o seco. Nuestros interiores se sentían calientes pero era difícil sentir los jugos que emanábamos  debido al agua, se podía decir que siempre entraba algo de agua y hacía que el roce fuera más seco a pesar de la humedad, pero la fricción, aquella situación y nuestro cariño, sobrepasaba todo lo demás. La sensación era exquisita y entre gemido, besos, caricias y pequeñas convulsiones, terminamos de corrernos y nos pusimos a jugar como dos niñas en la piscina interior del hotel. Luego de un rato decidimos subir a la habitación, envueltas en el albornoz y tomadas de las manos. Al entrar a la habitación nos fundimos en un abrazo y no sé por qué pero en ese momento le dije… - Sí quiero que vivamos juntas. Vamos a vivir juntas, no quiero separarme de ti.- Se empezó a reír y me bes, mordiéndome el labio inferior con más cariño que rudeza.

Lili entreabrió sus labios al sentir acercarse los míos y abrió sus piernas al sentir mi mano deslizarse por su cintura. Mi lengua se introdujo en su boca y mi mano se deslizaba hacia su parte más íntima, buscando su sexo húmedo tal vez aún por el último pipí de la noche. Mis dedos se ensortijaron entre sus labios y su clítoris. Doblé el corazón para introducirlo lentamente, mmm ¡qué delicia! húmeda y dulce. Metí mi pierna entre sus piernas y ella hizo lo mismo. Luchábamos las dos por provocarnos antes el orgasmo procurando que la otra no nos arrancara antes el orgasmo. Ese día parecíamos niña que siempre terminaban jugando, sólo que esta vez no tenía necesidad de controlar nuestros impulsos. De la forma en que la tiré a la cama inhabilitaba su mano, ya no alcanzaba mi sexo, pero su rodilla se me clavaba. Yo lamía sus pezones… Sintiendo endurecerse y sobresalir más aún la punta de sus pezones, que sostenía entre mis labios y lamía con la punta de la lengua y estiraba de ellos, para volverlos a lamer. Bajé mi cabeza hasta su sexo y comencé a succionar el clítoris y los labios de su sexo, como antes lo había hecho con los pezones. Su sexo rezumaba humedad y yo sentía el mío igual de mojado y con un gran calor dentro de mí, un peso en mi sexo que sentía inundado de sangre, mientras que sentía mi pulso en el clítoris, sentía que palpitaba tanto como mi corazón. Lili hizo un esfuerzo por llegar a mi vulva, y cada vez nos íbamos acercando más. Al final, estaba mi sexo tan cerca de su boca que me pidió.- Dame tu cosita mami, pónmelo en la boca, por favor .- Me encantaba escuchar lo ansiosa que estaba por saborearme, me hacía desearla cada vez más. Coloqué mi sexo encima de su cara, que quedaba entre mis piernas y pronto sentí sus manos agarrarme las nalgas, un dedo apoderarse de mi ano y su lengua lamer mi sexo como si de un helado se tratara. Hundí mi cara entre sus piernas y saboreé su sexo golosamente, quería que el placer fuera recíproco. Comencé a correrme silenciosamente, sintiendo clavarse su barbilla en mi clítoris y su nariz en mi sexo. Me afané en hacerla llegar al orgasmo, se me acababa el orgasmo y sentía que debíamos explotar en el al mismo tiempo. Empecé a sentir su vientre moverse bajo mis senos, haciendo que su fricción hiciera gritar a mis pezones de placer. Ella se olvidó de lamer aunque su dedo no me dió tregua y siguió embistiendo con fuerza mientras que ambas gritábamos felizmente mientras llegábamos a un nuevo orgasmo.

Nos pasamos la noche entre besos, caricias y varios orgasmos. Conversando sobre como haríamos para vivir juntas, su trabajo, el mío, nuestros apartamentos, en fin, todas esas cosas que se deben organizar. Terminamos decidiendo que mantendríamos ambos apartamentos, el de ella en España y el mío en Austria. Según nuestras obligaciones viviríamos unos meses en uno y otros meses en el otro, comenzando por vivir en España.

El lunes había llegado, después de un intenso fin de semana y yo me encontraba una vez más viajando pero no a mi casa, sino a nuestro apartamento en España, esta vez estaba compartiendo el vuelo nuevamente con Lili, pero no como aeromoza, más bien como mi amiga, compañera, como mi novia. Habíamos acordado que dentro de una semana después de mirar todo, viajaríamos juntos al país donde yo residía para que ella también viera donde íbamos a vivir y supiera que iba a necesitar, a su vez sirvió para que yo pudiera tomar conmigo algunas pertenencias, las cuales no podía simplemente comprar en España y luego de 5 días, regresamos finalmente a nuestra casa, nuestro apartamento.

Ya era 5 de diciembre cuando finalmente comencé a vivir junto con Lili en España, a sólo días de mi cumpleaños y de navidad. Se aproximaban grandes eventos, mi cumpleaños y real bienvenida a la casa y ciudad, así como la navidad y el regalo sorpresa de Anya… Muchas cosas cambiarían definitivamente en nuestras vidas, pero lo más importante, es que estábamos juntas.

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Contaré todo eso en el próximo relato. La parte número 6 y que también será la última ya que escribiré otros acontecimientos y momentos de nuestras vidas pero aparte de esta historia. Me gustaría también tomar un momento para agradecerles por todos los correos que he estado recibiendo de su parte. Los agradezco mucho y seguiré respondiéndoles a todos siempre que tenga tiempo.

Recuerden que para comentarios, quejas, preguntas, sugerencias y chicas que quieran una amistad virtual, (aclaro y repito SOLAMENTE AMISTAD, realmente estoy en una relación con Lili chicas y no estoy buscando pareja) me pueden escribir a kaoriribeirooficial@gmail.com

PD: He estado presentando problemas con mi Mac así que les pido a todos su comprensión si hay algún problema de escritura, ortografía, alguna palabra que sientan que está de más o sobre o quizás que falte. Mi Mac se ha vuelto un poco loca y termina escribiendo dónde y como quiere. Gracias a todos.