De la pasión al amor

Como Ruben conocio el amor.

-De la pasión al Amor-

por phenix

Los párpados caen. Una casa conocida se empieza a formar frente a los ojos de Rubén, la reconoce como suya, pero al mismo tiempo, tiene una sensación de total desconcierto, las imágenes que pasan ante sus ojos se ven difuminadas.

Se oyen voces del piso inferior, son sus amigos pero… ¿Qué hacen allí? No lo entiende. De una forma casi ilógica hablan con Ruben, este sin prestar atención a sus palabras tiene la sospecha de que algo raro va a suceder, siente miedo, un sudor frío cae por su espalda y la sensación de agobio crece por momentos.

De nuevo sin explicación alguna se encuentra en una habitación distinta, un dormitorio, todo de madera un lugar acogedor en el que solo ve claro un escritorio y mas claro aún, un cajón, sabe que lo tiene que abrir, sabe lo que tiene que hacer pues algo en su cabeza le obliga a ejecutar un extraño guión que el desconoce pero intuye. Un par de armas aparecen en el, dos pistolas, sabe de antemano que no hay balas y que tampoco están cargadas. Tiene seguro que las necesitará en algún momento. De la misma forma de antes, casi por obligación decide salir a la calle. Se encuentra ahora en un lugar conocido, es su barrio, pero otra vez, todo lo que lo rodea se ve poco claro, irreconocible.

-¿Vamos a por las balas?- pregunta Juan como si todo el tiempo hubiese permanecido a su lado – no creo que tarde en llegar los demás están preparados, nos esperan en casa de Verónica-

-Si vamos- sus palabras temblaban pues la situación era inverosímil, ¿Quién iba a venir? y ¿Por qué todos lo sabían menos él?

Una nueva orden rondaba ahora su cabeza, montó en su coche y él y Juan se fueron… la vista de Ruben se quedo en blanco y de forma sorprendente se encontró delante de lo que parecía una gasolinera. Bajaron del coche y compraron las balas, la tensión era insoportable no sabía ni por que estaba reaccionando así ni lo que estaba pasando, todo parecía irreal. Otra vez en el interior del vehículo Ruben y Juan cargaban las armas, el miedo se reflejaba en sus ojos, el miedo quizá a lo desconocido.

El camino de vuelta no coincidía con el ritmo del resto del día, era lento y solo se vislumbraba la silueta de la carretera. El silencio permanente entre los dos compañeros y el largo trayecto inquietaban a Ruben pues tenía la extraña idea de que el camino era más largo de lo que debería, como si se estuviera retrasando a propósito para planear los momentos siguientes. Una curva cerrada a la derecha mostraba una casa de lo más típica, de planta cuadrada y tejado a dos aguas, poseía un balcón en la parte delantera y su desvencijada pintura le daba un toque triste, casi humano. Al pie de la puerta de la casa tres amigos, verónica, y dos más, que a pesar de ser conocidos no podía definir bien ni su rostro ni su figura. Ruben y Juan pararon al lado de la casa y descendieron del coche, los cinco entablaron una conversación que no se fijaba en la mente de Ruben cada palabra entraba y salía sin ningún sentido.

Para Rubén faltaba alguien, no sabía quien pero lo que si tenia claro es que lo necesitaba a su lado, lo esperaba sin él no podía ir nada bien… el momento se acercaba.

La oscuridad bañaba ya el cielo y la luna roja no traía buenos augurios, uno a uno se fueron apostando en la parte trasera de la casa al lado de un campo de maíz. La escena ahora era clara, como si de una cueva se tratara todos se fijaban en un mismo punto, pero pese a que sabía que algo iba a suceder no conocía la identidad de quien el llamaba miedo… ¿A que? ¿A quien?

La espera era interminable y el silencio aun mas claro… el sonido de un disparo, la figura de una persona en el punto fijado y un tremendo escalofrío que estremeció el cuerpo de Ruben rompieron el silencio… ¿Qué había pasado? En la cabeza de Ruben daban vueltas millones de ideas pero todas ellas apuntaban a algo que no le gustaba, la sensación de que faltaba alguien ya no estaba, ¿Qué pasaba entonces? Esa figura era quien Ruben necesitaba a su lado y ahora estaba, sin una explicación clara, tendida en el suelo con un disparo en el pecho. Ahora lo veía claro era él, Dani, la persona que amaba, lo sabía

En un abrir y cerrar de ojos la escena había cambiado por completo ahora no tenía miedo, tenia claro lo que tenía que hacer , salvarlo… lo cogió en brazos y echó a correr, esa carrera se transformo en un mar de recuerdos: Ruben veía claramente como había conocido a Dani, como se convirtió en su amigo, como se fijo en el y finalmente como se enamoro de él… también recordó que su amor no era posible, que era un error, que era sutilmente rechazado… pero aun así no podía perderlo no podía dejar que desapareciera de su lado, no lo iba a permitir.

Apareció entontes una sala con una cama en medio y muchas figuras a su alrededor, Ruben tendió el cuerpo de su amigo en ella.

  • ¡Fuera! ¿Que queréis ver? ¡Fuera!- grito jadeando Ruben, los ojos se le humedecieron y una tras otra las lágrimas comenzaron a caer como presagio de lo peor.

Quedaban solo dos figuras en la sala, médicos –pensó para sí- se acerco a la cama y lo vio más hermoso que nunca, se agacho, lo abrazo y obtuvo respuesta.

  • Estoy bien, no te preocupes- la voz sonaba lejana pero muy segura, Dani le estaba hablando pero Ruben no reconocía su tono

Ruben alzo la vista hasta llegar a su cara, no podía mantener la mirada, pero tampoco podía dejar que se "fuera".

-quédate- susurró Ruben – no puedes…, tengo que intentarlo- debía decirle lo que de verdad sentía en ese momento –Te amo-

Dani agarro la cara a Ruben, parecia que esas palabras le habían dado fuerzas, sus ojos se cruzaron y Ruben contemplo en ese momento la mirada mas sincera que jamás hubiera visto y a la vez los labios mas hermosos. Lo beso, una sensación tibia llenaba ahora cada rincón de su cuerpo. Pero no podía dejar de llorar, le era imposible… la alegría y la tristeza en ese momento se fundían en un solo sentimiento imposible de describir. Una última lagrima se arrastraba ahora por la mejilla de Ruben, pero algo había cambiado, todo estaba más claro… se encontraba en un lugar totalmente diferente, era su cama… un sueño, había sido un sueño. Se giró y Dani estaba durmiendo a su lado, se quedo contemplándolo un buen rato mientras pensaba en ese sueño que le había enseñado otra forma de amar, se abrazó a él y se quedó dormido con el aroma de la piel y el acompasado ritmo de respirar de Dani. Fue una de las mejores noches de su vida.