De la gloria al abismo III

Continua el proceso de crecimiento de mis cuernos

DE LA GLORIA AL ABISMO III

No dormí bien esa noche, para que negarlo. Excitado, impaciente, e incluso un poco enfadado. No podía creerme que Sofía había cumplido una de nuestras múltiples fantasías, quedando con otro hombre para follar, y que después me había dejado con las ganas.

Pero como suele decirse, todo llega, y finalmente terminó amaneciendo. Cuando desperté Sofía ya llevaba un rato despierta.

-Buenos días mi cornudito.- Me dijo sonriendo. Verla sonreír me relajó un poco, la verdad que viendo el estado de ánimo con el que se acostó la noche anterior, pensé que tal vez había tenido una mala experiencia, y conociéndola, sabía que algo así pondría fin para siempre a nuestra vida como pareja liberal… y mi fantasía de hacer un trío con otra mujer.

-Buenos días Sofía, ¿qué tal has amanecido?, ayer me dejaste preocupado, ¿te pasó algo?

-Ja, ja, si, muy preocupado, lo último que recuerdo de ayer es que me estabas comiendo el coño.

-Ya bueno, la verdad es que estaba muy excitado… ¡Pero si todavía no sé ni con quien te acostaste ayer!

-Con Javier.- Contestó con sonrisa burlona.

-¿Y cómo te fue? ¿dónde quedaste?, cuéntamelo todo por favor Sofía. – De nuevo me estaba excitando y notaba como mi polla crecía rápidamente.

-Jajajaja, tranquilo Sergio, deja que me duche, y desayunamos, luego te cuento todo.

Me hubiera gustado follármela allí mismo, recién levantada y todavía oliendo a otro hombre, pero para que engañarme, no suelo funcionar bien por las mañanas, era sábado y teníamos todo el día por delante.

Nos duchamos por separado y desayunamos, yo cada vez estaba más impaciente, pero Sofía se hacía de rogar, con la intención clara de provocarme. Espera que tengo que ordenar el cuarto… espera que tengo que mirar mi facebook… espera que…

Así me tuvo casi una hora después de desayunar, hasta que finalmente me dijo:

-Ven cornudito, sígueme al cuarto. – La seguí hasta el cuarto, avanzaba despacio, sensualmente y quitándose la ropa. Cuando llegamos al cuarto ya estaba completamente desnuda. Los dos estábamos desnudos, y yo con una erección de caballo. Se tumbó boca arriba y me ordenó.

-Ven a la cama cornudito, cómeme el coño, que ayer lo estabas haciendo muy bien. – Su voz autoritaria y su sonrisa burlona reforzaron mi erección. -¿Te gusta? ¿o te gustaba más ayer cornudito?

-Me gustaba más ayer. – Alcancé a reconocer entre lamida y lamida.

-Me alegro. ¿Sabes que ayer dejé que Javier me follara sin condón?

-¡Pero Sofía!, ya lo habíamos hablado. – Contesté con falsa indignación. Puede que después me cabrease, pero la verdad que en esa situación la idea de Javier follándose a pelo a Sofía, y de estar comiéndole el coño a esta, sabiendo que hacía menos de 12 horas la polla de Javier había estado ahí metida hacía que me excitase más y más.

-Tranquilo cornudito, no dejé que se corriera dentro ni una sola vez. – Contestó con sonrisa burlona.

-Ya, pero aún así…

-¡Ni pero ni peras, leche!, ¿quieres que te cuente o no la historia?

-Si bueno, pero…

-Pues calla de una vez y sigue chupando. -  Obedecí y seguí comiendo el cada vez más húmedo coño de Sofía.

-Después de que Javier me follase, ha estado mandándome mensajes, pidiendo que vuelva con él. Ya sabes que aunque reconozco que folla de muerte, creo que es un gilipollas y que yo te quiero a ti. – Sin dejar de hablar apretaba con sus manos mi cabeza contra su coño. – Yo le insistía en que lo que pasó fue un error, pero él no dejaba de mandarme mensajes.

Ayer por la mañana en uno de sus mensajes me pidió quedar para tomar algo y hablar. Acepté quedar con él después del trabajo para dejarle claro de una vez que no quiero nada con él. Según iba transcurriendo el día, venían a mi mente nuestras fantasías, y me calentaba yo sola imaginándome chupándosela a Javier en los baños del bar donde habíamos quedado. Al instante borraba la imagen de mi mente y pensaba; - ¿estás tonta Sofía?, si ahora no te deja en paz, después no va a haber manera de que se olvide de lo ocurrido. Pero poco a poco, cuanto más se acercaba la hora de quedar con Javier, más me excitaba la idea de que me follase otra vez.

Salí de trabajar y fui al bar donde habíamos quedado. Javier me estaba esperando, cuando me vio se acercó e intentó besarme, la verdad es que me costó resistirme. Nos sentamos en una mesa y comenzamos a hablar.

Me insistía en que volviese con él, que él sabía lo que yo quería y otras típicas chorradas de macho. Yo le decía que lo del otro día fue un error, que yo te quiero a ti.

Poco a poco, el alcohol que estábamos tomando comenzó a hacer efecto en mí, y mientras hablaba con Javier volvían a mi mente las fantasías en las que me dejaba llevar. Le dije que considerara lo del otro día una despedida definitiva.

Ese fue mi error, me conoce y vio mi debilidad, empezó a convencerme de que si de verdad no quería nada más con él, nos despidiésemos a lo grande, no con un miserable polvo de media hora. Finalmente no pude más y acabé diciéndole que sí, que nos acostábamos una vez más y que no quería saber nada más de él.

Fuimos a un hotel cercano, mientras Javier pagaba la habitación te envié el mensaje.

-La verdad que me excitó mucho el mensaje, no sabía si era broma. – Contesté abandonando brevemente la labor que estaba realizando.

-¿De verdad? Casi esperaba que contestases enfadado y pidiéndome que volviera a casa. Cuando me respondiste que me lo pasara bien yo también me excité mucho.

-Si claro, seguro que hasta el hotel fuiste llorando y acordándote de tu pobre maridito. – Respondí sarcásticamente. Sofía se rió y dijo:

-Bueno cornudito, ¿quieres que siga contándote?, pues ya sabes lo que tienes que hacer.

Antes de subir a la habitación, Javier pasó por el bar del hotel y compró una botella de whisky. Subimos en ascensor y el aprovechó para meter su lengua en mi boca y estrujarme fuerte el culo con sus manos.

Cuando llegamos a la habitación, lo primero que hicimos fue servirnos unas copas de whisky, yo ya estaba un poco tocada por las copas que nos habíamos tomado en el bar, pero reconozco que me ayudó a desinhibirme aún más.

Después de las copas me senté en la cama, y él se puso frente a mí. Ya se podía notar lo empalmado que estaba viendo el bulto de su entrepierna. Le bajé la bragueta, se la saqué y me la metí en la boca. Estaba sabrosísima, tal y como recordaba, tal y como llevaba tiempo fantaseando.

Me agarró del pelo y dijo. – Chúpame los huevos zorra. – Me la saqué de la boca y empecé a lamerle los huevos mientras le miraba a los ojos. Estuve un rato así, hasta que me volvió a agarrar del pelo y me la volvió a meter en la boca. Se la chupé hasta que empezó a follarme la boca. Me la metió hasta la campanilla, casi terminé vomitando en más de una ocasión.

Al final se corrió, y no me la sacó de la boca hasta que me tragué la última gota. ¿Ves cornudito como no tienes que preocuparte por que Javier me follara sin condón?

  • Joder Sofía, que cabrona eres, luego a mi no me dejas ni que me corra en tu cara.

-Jajajaja, claro cornudito, porque no soy tu zorra, soy la zorra de Javier. –Dijo riéndose, pero a la vez se notaba que con solo mencionarlo, la idea le excitaba. – Seguí chupándosela hasta que volvió a ponérsele dura, entonces me tumbó en la cama y nos besamos mientras nos desnudábamos y nos magreábamos.

Cuando estuvimos totalmente desnudos, me la metió y empezó a follarme fuerte mientras me comía las tetas, no lo recuerdo muy bien, porque a esas alturas ya estaba bastante borracha, pero creo que fue ahí cuando me hizo los chupetones en las tetas. – Mientras le comía el coño a Sofía alcancé a levantar la mirada para verle las tetas, y contemplar los chupetones que el cabrón de Javier le había hecho, lejos de molestarme me excitó la idea de imaginarme a Javier chupando y retorciendo las tetas de Sofía.

-¿No te hacía daño? – Pregunté, aunque conocía la respuesta.

-Si, pero bueno… ya sabes que me excita mucho Javier cuando me trata como una zorra. – Me contestó Sofía entre avergonzada y excitada.- Me folló un buen rato así hasta que cambiamos de posición. Entre cambio y cambio de posición, Javier cogió de nuevo la botella de whisky, primero le daba un trago él, y luego tomaba otro trago y me besaba a mí pasando el licor de su boca a la mía.

Ven cornudito, fóllame un rato. – Me dijo en ese momento Sofía. Notaba por la fluidez de su coño que esta parte de la historia le estaba excitando especialmente. Para ser sinceros, ya estaba casi tan excitada como yo, por lo que no tardé ni un segundo en atender su petición, dejé de comerla el coño, me puse encima de ella y empecé a bombear.

-Esos tragos de whisky terminaron con la poca voluntad que me quedaba, -continuó Sofía-  todo lo que pasó después lo recuerdo como a pequeños flashes. Sé que me estuvo follando en varias posiciones, que incluso le estuve cabalgando yo un rato, pero realmente, Lo siguiente que recuerdo con algo de claridad es que me puso a cuatro y me la metió por el culo.- Sofía no era virgen por el culo, habíamos practicado en más de una ocasión sexo anal, pero la verdad que pocas veces, y que siempre me había costado mucho convencerla.- Lo recuerdo porque el cabrón de Javier me la metió sin avisar, y me dolió mucho, ya sabes que Javier la tiene más grande que tú.

-Que cabrón, podía por lo menos haberte lubricado un poco.- Le contesté a Sofía mientras la miraba a los ojos, esperando su respuesta, que era evidente. Ella sonriendo me contestó.

-Ya sabes cornudito, soy una zorra… soy SU zorra. Le grité que me la metiera más. – A pesar de saber lo que me iba a contestar, la respuesta me excitó – Javier no se lo pensó y aceleró sus embestidas. Me cabalgó el culo otro buen rato hasta que se volvió a correr, esta vez dentro de mi culo.- Imaginarme la situación, a Javier taladrando el culo de Sofía mientras esta gritaba, y Javier llenándola de leche hizo que no pudiera más, y terminé corriéndome dentro de Sofía.

Rememorar la situación también había excitado a Sofía, así que después de mucho tiempo los dos nos corrimos al mismo tiempo. Después de corrernos, le pregunté, con más calma a Sofía.

-Bueno, ¿y después qué?, ¿Cómo terminasteis?, ¿cómo os despedisteis?

-La verdad es que no se cuanto tiempo estuvimos follando en total, pero después de correrse en mi culo, nos tendimos los dos exhaustos en la cama. Tampoco recuerdo cuanto tiempo estuvimos así, pero fue lo suficiente para que poco a poco a mí se me pasara la excitación inicial y empezara a recobrar un poco el juicio.

No dudo que si Javier hubiese querido, podría haberme vuelto a excitar y seguir follándome toda la noche, pero en vez de eso se puso melodramático, y empezó a decirme cosas del tipo “ves lo bien que nos lo pasamos juntos”, “deberíamos volver a intentarlo”, “yo te sigo queriendo”…

En ese momento di por terminada “la despedida” y así se lo dije Javier, me levanté de la cama y me vestí como pude. A Javier no le sentó muy bien, y empezó a insultarme y decirme tonterías, y así le dejé en el hotel. Cogí el autobús y vine a casa, el resto ya lo sabes, como comprenderás cuando llegué no tenía muchas ganas de follar.

-Pero en su conjunto, ¿disfrutaste de la experiencia?

-Claro que si, la verdad que hay pocas cosas que me exciten más que sentirme como una puta en la cama, y Javier es un especialista en eso. ¿Y tu cornudito? ¿has disfrutado con la experiencia?

-La verdad que si, Sofía. Sigue sin hacerme gracia que sea con Javier con quien estemos cumpliendo nuestras fantasías, pero la verdad que ha sido la experiencia más excitante de mi vida.

-Bueno, pues tendremos que buscar a otro con quien jugar. – Contestó con sonrisa pícara.

-U otra.- Respondí yo guiñándola un ojo.

Continuamos hablando un rato más hasta que volvimos a excitarnos. Me es imposible recordar la cantidad de polvos que pudimos echar ese fin de semana rememorando la experiencia pasada, y fantaseando con otras posibles futuras, pero sin duda debimos batir algún record.

CONTINUARÁ…