De la forma menos pensada. (9)
Aquí está la continuación. Perdonen la demora, espero les guste.
La verdad es que el fin de semana fue una tortura, no tenía ganas de nada.
No me levante para salir a ningún lugar, ni a comer, ni nada, solamente me la pase encerrada en mi cuarto cerrando mis ojos para poder dormir la mayor cantidad de tiempo que sea posible. Durmiendo el tiempo pasaría más rápido y eran horas en las que no tenía que soportar el dolor que sentía.
Yo se que quizás pueda sonar exagerado lo que cuento porque al fin de cuentas la profe no había sido nada mío, es más debería estar feliz porque en un principio decía que me conformaba con darle un beso y yo había obtenido más de un beso. Pero no, no estaba para nada feliz, es más si las consecuencias de lo que paso con ella son que ya no le pueda hablar nunca más, que no pueda compartir ningún momento con ella hubiese deseado que nada suceda nunca. Fue cuando me di cuenta que la profesora causaba cosas más fuertes en mi que un simple gusto, que una simple atracción.
Tenía que hacer algo pronto, no estaba dispuesta a quedarme así, después de todo, si ella hizo lo que hizo así luego se arrepienta es por algo ¿o no? No le soy indiferente después de todo… no sabía si lo que pensaba en ese momento era cierto o simplemente me estaba engañando dándome esperanzas de algo que no podía ser cierto. Tenía dos opciones, actuar hormonalmente, por impulso, sin pensar y hacer una locura que llame su atención y de una u otra forma tenerla a mi lado. O pensar y analizar que sería lo mejor, si cometía una locura o actuaba sin pensar quizás no la atraería honestamente a mi lado, ¿qué sería lo mejor?
Entonces entendí, que si lo que yo pensaba que la profesora de cierta manera se sentía atraída por mí, lo mejor sería hacerle caso, si, después de todo, si yo no le hablaba ni nada como ella quería las cosas se calmarían después de todo, como darle tiempo al tiempo a ver qué pasa y quizás después de una semana o dos todo estaría normal, como siempre, o quizás mejor.
Entonces me levanté y pensé que aunque las cosas no habían terminado como yo esperaba por lo menos la había sentido entre mis brazos, había probado sus labios, si las cosas salían realmente mal y verdaderamente no podría hablar nunca más con la profesora por lo menos me quedaría el consuelo que si obtuve algo de ella. Me llevo el sabor de sus labios, mi piel se lleva el contacto con su piel. Dentro de todo lo malo habían cosas buenas que me servían de consuelo.
Eran como las 5 de la tarde del domingo y yo me estaba volviendo a quedar dormida cuando suena mi celular, miro la pantalla para ver quién me llamaba, era Mariana, mi mejor amiga.
-Lo que me faltaba, ahora el sermón de mi amiga-Pensé mientras me acomodaba para contestar
-Hola…-Dije contestando el llamado
-Vos ¿Dónde te metes? Te estuve llamando un montón me tenias preocupada, ¿qué pasó?
-¿Por qué supones que tiene que pasar algo? ¿No puede ser que simplemente no quería hablar con nadie?
-No, no puede ser, además si no querías hablar con nadie es por algo, además te noto decaída, y eso sumándole que te vi con la profesora después de la fiesta y te dije que algo saldría mal…
-Ya para el sermón-Le dije cortándola antes que termine de hablar
-No es sermón, es que me preocupa, voy a ir a verte ahurita mismo así me digas que no, en cinco minutos estoy afuera de tu casa, más te vale abrirme la puerta.
A los pocos minutos mi amiga estaba en mi casa, no voy a negar que me hizo bien su compañía, ella siempre encontraba la forma de hacerme sonreír con sus locuras.
-Vamos, tenemos tiempo de llegar a tiempo para ver una película en el cine-Me dijo animada
-Vos estás loca, apenas quiero levantarme de la cama para que me estés diciendo que vamos al cine-Le dije desganada
-Vos siempre le decís a la gente que se tiene que distraer, que lo peor es tirarse al muere, que si salís y te distraes el dolor es mucho más llevadero, ¿será que podes seguir tus propios concejos? O me vas a hacer pensar que todo lo que decís es de boca pa afuera y no crees en tus palabras, sería una gran decepción para mí y muchas personas-Me dijo llamándome la atención, la verdad me sorprendieron la fuerza de sus palabras, tenía razón.
-Está bien, vamos-Le dije levantándome
-Te das cuenta que siempre me terminas haciendo caso-Me dijo sonriendo.
-No le veo chiste…-Le dije mirándola seria
-Ya, relájate, ya te vas a distraer y vas a ver que pronto todo estará bien, es cuestión de tiempo, ya has pasado por esto, es que solo a vos se te ocurre enamorarte de una persona que ya tiene su vida hecha
-¿Será que podes dejar de restregármelo en la cara?
-Está bien, tranquila-Me dijo dándome un abrazo
Llegamos al cine y estábamos esperando que sea hora de la película dando vueltas por el lugar cuando siento que alguien me abraza de la cintura
-¡Eliana! ¿Cómo estás?-Me dice la hija de la profesora con una gran sonrisa. Yo no podía creerlo, definitivamente tenía mala suerte
-Mi amor, bien, ¿y vos?-Le dije dándole un beso en la mejilla
-Bien, vine con mi papá, mi mamá y mi abuela a ver una película.
-Aaah…que bueno-Le dije poniéndome nerviosa al saber que estaba en el mismo lugar que la profesora
-Vení a saludarlos-Me dijo tomándome la mano. En ese momento mi amiga reacciono sabiendo que no sería buena idea
-No creo que pueda ir, es que nuestra película ya está por comenzar-Le dijo mi amiga a la hija de la profesora y entonces la niña me soltó la mano.
Cuando me estaba por despedir veo que se acercan la profesora, su esposo y la madre de la profesora, o de su esposo, no lo sabía.
-Papá mira ella es mi amiga Eliana-Le dice la niña mirando a su padre, yo estaba con mi amiga al lado y en ningún momento quise mirar a la profesora.
-Buenas tardes-Me dice el esposo de la profesora extendiéndome su mano con una sonrisa
-Buenas tardes-Le dije correspondiendo al saludo tomándole la mano con una sonrisa fingida. Le estaba tomando la mano al hombre que podía estar todo el tiempo que quisiera con la profesora, era el mayor obstáculo para que ella sea solamente mía y allí estaba yo, tomándole la mano.
-Abuela, ella es mi amiga, te la presento, yo la quiero mucho-Le dice la hija de la profesora a su abuela.
-Mi nieta habla mucho de vos, es un placer conocerte-Me dice la señora tomándome la mano y con una gran sonrisa, que mal me sentía, si esa niña supiera lo que yo quería con su madre, ahí tenía frente a mí a toda una familia que yo no podía destruir.
-Mamá ¿no saludas a Eliana?-Le dice a la profesora.
-Claro que si-Le dice la profesora sonriéndole a su hija- ¿Cómo estás Eliana?-Me pregunta casi sin mirarme.
-Bien, gracias-le dije algo nerviosa igual intentando no mirarla, el corazón se me estaba rompiendo en ese momento.
-Vamos Eliana-Me dice mi amiga tomándome de la mano y alejándome de ahí y no disimulo su mirada con desprecio a la profesora.
Me saco del cine y estábamos en el estacionamiento, me sentía terrible, mi amiga me abrazo y me decía que me tenía que tranquilizar, que después de todo la tendría que ver todos los días en el colegio, que las cosas no serían fáciles pero que con el tiempo todo pasaría, que todo se arreglaría.
-Tenes razón, tiempo al tiempo-Le dije secándome unas pocas lágrimas que habían caído de mis ojos
-Pero Eliana, yo digo tiempo al tiempo para que pueda pasar lo que sentís, no para que esperes que en un tiempo la profesora este con vos, deja de engañarte por favor.
-¿Por qué siempre sos tan dura?
-No es eso Eliana, es que te quiero demasiado y no te puedo hacer ilusionar con algo que realmente es casi imposible que suceda.
-Tenes razón, vamos a ver la película, tampoco es que no la vamos a ver solo porque la profesora anda por ahí, ya vinimos hasta aquí.
La verdad es que no le preste nada de atención a la película, simplemente pensaba en que mi amiga tenía razón, la profe no dejaría a su familia para estar conmigo, además lo que paso entre ella y yo no significa que ella me quiera, quizás simplemente fueron efectos del alcohol, o yo que sé, quizás la profesora no estaba pensando en lo que hacía, y lo mejor para ella y para mí sería hacer lo que ella me pidió, simplemente ignorarnos lo más que se pueda, después de todo ya no faltaba tanto tiempo para que terminen las clases en el colegio y ya tendría que ir a la universidad y así sería más fácil olvidarme de ella porque no la tendría que ver todos los días.
Luego de la película deje a mi amiga en su casa agradeciéndole por todo, siempre me animaba y me hacia entrar en razón. Llegue a mi casa, me di una ducha, arregle mis cosas para ir al colegio al día siguiente y luego me recosté decidida a sacarme a la profesora de mi cabeza, por mi propio bien, y también por el de ella, no podía poner en riesgo su estabilidad familiar. Lo mejor sería hacer lo que ella dijo que hagamos, ya estaba decidido a partir de ese momento la profesora no existiría para mí.
Al día siguiente fui al colegio bastante desganada, si bien tenía decido cual sería mi actitud con la profesora, me causaba tristeza saber que la había perdido para siempre ¿perdido? Pero si nunca fue mía, de todas formas, extrañaría conversar con ella, sentirla cerca, en ese momento hubiese deseado que nada hubiese sucedido, no habría podido besar sus labios pero al menos podría seguirla admirando como antes, hablando con ella, haciéndole bromas, pero bueno, lo hecho ya estaba hecho, no podía hacer nada, con desear regresar el tiempo no lo lograría simplemente me sentiría peor, lo mejor sería aceptar las consecuencias de mis actos.
El día estaba bastante normal, yo estaba con Mariana conversando sobre muchas cosas, ella se esforzaba demasiado por distraerme y hacerme sonreír y yo apreciaba demasiado eso.
Llego la clase de historia y ni siquiera levante la miraba de mi cuaderno mientras ella hablaba, durante toda la clase no la mire un solo segundo, solo Dios sabe el esfuerzo que hacía para no mirarla, para no contemplarla un momento. Escuchar su voz, saber que estaba cerca de mí, recordar todo lo que había sucedido y saber que no podía ni mirarla era una verdadera tortura.
Terminadas las clases estaba camino a mi casa cuando suena mi celular, miré la pantalla para ver quién me llamaba y era Viviana.
-Hola-Digo contestando la llamada
-Vos sí que te me perdes, no hay derecho, te extraño, ¿hacemos algo?
-Lo siento, es que de verdad he tenido tantas cosas en mi cabeza últimamente, pero está bien, hagamos algo más tardecito
-Vamos a tomar un café por ahí, tipo 5
-La verdad es que no tengo ganas de salir, más bien, te espero en mi casa y tomamos ahí un café
-Me parece perfecto, muero de ganas de verte
Viviana me caía muy bien, era una buena persona, las cosas serían mucho más sencillas si pudiera enamorarme de ella y dejar de estarme babeando con la profesora, pero sobre el corazón no se manda. No quería lastimar a Viviana, no quería ilusionarla, pero eso no significaba negarle mi amistad y quizás con el tiempo eso se llegue a convertir en algo más, quien sabe, no puedo pasarme la vida esperando por la profesora porque eso es algo imposible.
Viviana llego puntual como siempre y nos pusimos a conversar, hablábamos de todo y de nada a la vez, reíamos bastante, la verdad que mientras estuve con ella no pensé en ningún momento en la profesora, estaba bastante distraída con Viviana, estaba disfrutando ese momento.
-¿Qué pasa Eliana?-Me dice Viviana en determinado momento
-¿Qué pasa de qué?
-Quizás no te conozca hace tanto tiempo, pero soy muy observadora y estas decaída, como si algo te afectara, alguien te lastimo ¿verdad?
-No, nadie me lastimo, me lastime yo sola-Le respondía sería, nunca me gusto echarle la culpa de mis problemas a otra gente, nadie me había obligado a enamorarme e ilusionarme con la profesora, nadie me mando a besarla y que suceda todo lo que hicimos, fui yo solita que caí en eso.
-¿Puedo ayudar en algo?
-No creo, ya has ayudado bastante, la verdad gracias por estas horas tan divertidas, me hiciste olvidarme de todo por un momento, la pase realmente bien
-Gracias a vos por dejarme pasar tiempo con vos, y ya sabes que cuando queras lo repetimos, yo siempre estoy disponible, ahora me tengo que ir, tengo cosas que hacer, me avisas cualquier cosa y ya vemos cuando lo repetimos, no olvides que te quiero mucho-Se despidió de mi con un abrazo y salió de mi casa.
Luego de unas horas estaba dando vueltas en la cama, no podía dormir, por más que lo intentaba no podía sacar a la profesora de mi cabeza, eso me estaba matando, recordé las palabras de una antigua amiga que tenía que siempre decía que por eso es mejor no dormir sola. Ella siempre que pasaba por un mal momento se involucraba con chicas por una noche y decía que así sus noches no eran tan tormentosas, la pasaba bien y de paso pasaba el tiempo necesario para que su corazón se recupere y deje de sufrir. La verdad yo no compartía mucho esa teoría no tenía porque usar a nadie, pero quizás si otra persona buscaba lo mismo que yo no tendría nada malo ¿verdad? Total estaba desesperada y ya no podía soportar más lo que sentía, estaba decidido, intentaría lo que sea para sacarme a la profesora de la cabeza antes de que me vuelva loca.
PD: Si queres conocerme un poco más aquí hay un vídeo en el que hablo sobre la infidelidad y algunos de sus mitos, miralo a ver que te parece, te dejo el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=BYik0JaBmt8