De hija a mujer

Como pasé de mirar a mi hija a verla como una mujer

Antes de empezar con el relato quiero decir que éste nace a raíz de la idea que me dio uno de los lectores y desde aquí quiero darle las gracias por darme esta idea para escribir este relato.

Gracias compañero.

Y sin más dilación os dejo con el relato, espero les guste.

Mi nombre es Alejandro soy rubio, delgado y mido 1,74m. Mi hija Lucía es castaña, mide 1,69m, tiene un cuerpo con unos pechos perfectos y un culito respingón que hace girar a más de uno.

Todo comienza cuando me separo de la madre de Lucía, me fui a vivir a otra casa y mi hija venía a verme algún fin de semana (no todos).

Lucía anda por la casa con una camiseta de tirantes y un pantaloncito short muy pequeño. Nunca le había dado importancia ya que así vestía siempre por casa cuando estaba casado y vivíamos todos juntos, pero, ahora en mi casa me fijé que mi hija ya no era una niña, tenía un cuerpo mucho más desarrollado que antes. Cuando está ella por casa, ya sea mirando TV, en la cocina o cuando comemos, siempre le miro las piernas, el culito y sus pechos ya formados. Pensaba que ella no se daba cuenta de lo que hago, pero no fue así.

Estamos mirando TV Lucía y yo, uno sentado al lado del otro, ella apoyada en mi hombro y abrazada a mi brazo. Y de repente Lucía me pregunta:

-      Papi, ¿te gusto?

Yo sin pensar nada extraño le contesto:

-      Claro que me gustas, eres lo más bonito que hemos hecho tu mamá y yo.

Ella me regala una de sus preciosas sonrisas y me dice:

-      He visto que últimamente me miras los pechos, las piernas y alguna vez al girarme he visto que me miras el culito.

Ante esas palabras me quedo helado por unos momentos y le contesto:

-      Lucía eres una niña muy bonita y si te miro es porqué te veo muy poco y cada vez que te veo estás más bonita.

Me interrumpe y vuelve a preguntarme:

-      Pero, ¿te gusto?

Y al mismo tiempo me pone una de sus manos sobre mi pene. No puedo creer que mi hija esté tocándome mi pene por encima de los pantalones y sólo atino a decir:

-      Si hija, me gustas.

Ella sigue con la mano por encima de mi pantalón tocándome el pene y me dice:

-      Un día que estabas durmiendo la siesta vi por debajo de tus bóxer tu pene, parece rico.

Y mete su mano dentro de mis pantalones y empieza a acariciármelo, nos quedamos mirándonos a los ojos unos segundos y ella se acerca a mi y nos besamos, juntamos nuestros labios y lenguas.

En ese momento Lucía ya tiene mi pene entre su mano y mueve la mano arriba y abajo. Mi hija me está masturbando, no me lo puedo creer, mi propia hija, la niña que he visto crecer y convertirse en mujer ahora me está masturbando, algo que llevo tiempo deseando.

Después del beso mi hija me mira a los ojos y con una sonrisa pícara me pregunta:

-      Papi, ¿Quieres ver mis pechos?

Esas palabras me excitan aún más, si se puede, a lo que le respondo:

-      Si hija, lo deseo desde hace ya tiempo.

Ella con su mano libre me agarra una de sus manos y la lleva a uno de sus pechos y empieza a frotar mi mano por encima de su camiseta. Al verme disfrutar con todo eso empieza a bajar poco a poco hasta quedarse frente mi pene vuelve su cara para buscar mi mirada y cuando se cruzan nuestras miradas me regala una sonrisa, y me pasa su lengua por la punta de mi miembro, siento una corriente por todo mi cuerpo, ella lo percibe y se lo mete en la boca.

Empieza chupando el glande y mirándome a los ojos. Se mete un poco más en la boca y empieza con un sube y baja muy lento, saboreando cada centímetro de mi pene que tiene en la boca. Se lo saca de la boca y con una mano y con la boca cerrada juega con mi pene contra sus labios y le da un beso para metérselo todo en la boca sin la ayuda de las manos. Sube y baja a un ritmo que me da muchísimo placer, de vez en cuando me mira a los ojos sin para de chuparme.

Mientras me regala una de las mejores mamadas de mi vida yo consigo meter una mano por debajo de su camiseta y jugar y estrujar sus hermosos pechos, juego con uno y paso hacia el otro amasándolo con firmeza y pellizcando sus pezones, cada vez que le pellizco uno de los pezones ella suelta unos pequeños gemidos silenciados por mi pene en su boca. Sigo jugando con sus pechos y siento como sus pezones cada vez están más duros.

Ella no ha dejado de chupármelo, sigue chupando y succionando mi glande, estoy en el séptimo cielo y no creo que pueda aguantar mucho más. Lucía siente como mi pene se poner más duro y aumenta el ritmo de la mamada y con la lengua dibuja círculos alrededor de mi glande, yo al sentir su lengua y la gran mamada que me está dando no aguanto más, le aviso de que me voy a venir y ella acelera el ritmo hasta que exploto en una grandísima corrida dentro de su boca mientras ella me miras directamente a los ojos y no deja que escape ni una gota de mi corrida.

Se saca el pene de su boca y se traga toda la corrida que le acabo de regalar, me sonríe y vuelve a meterse mi pene en su boca para dejarlo bien limpio, Lucía se levanta, nos fundimos en un gran beso y se va a limpiarse al baño.

¿Continuará?

FIN

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Tengo más de un relato pensado para subir aquí, pero, sí alguien quiere que publique alguna historia o aventura sexual suya (de forma anónima) que me mande un e-mail (lo podéis encontrar en mi perfil)

También si os gustaría que hiciese algún relato con algún tipo de fantasía que tengáis os poneis en contacto conmigo y yo lo haré en función de lo que me pidáis

Dicho esto sólo me queda daros las gracias por leer esto, dejad un comentario si queréis (siempre con respeto), también valoradlo si queréis y deciros que en breve subiré alguno de mis relatos, algunos reales y otros de fantasías que tengo

Un saludo.