De Gibraltar a Barcelona (BbC Onfire II)
Orgía, trío, morbo, salidez y porque no también un poco de frustración acompañaron mi periplo en BlablaCar por Andalucía.
Perdón a todos por el megaretraso en seguir publicando. Espero ser mas constante en esta nueva temporada de publicaciones. Un abrazo!
El despertador de mi móvil sonaba sin descanso, introduje su estridente sonido en el sueño que estaba teniendo por ello tardé más de la cuenta en apagarlo.
Me desperecé pesadamente y me sonreí pensando en los polvazos que me había metido el jovencito Joaquín esa madrugada…
Etapa 3. Gibraltar
Me levanté con un salto de la cama y corrí a la ducha. Eran ya las once y quería aprovechar el día antes de la cita con el usuario de BlaBlaCar que me llevaría desde La Línea hasta Málaga.
En menos de quince minutos ya estaba en la recepción de mi hotel en La Linea para dejar mi maleta y poder ir tranquilamente caminando hasta la Verja. Me llevé una mochila en la que en el último minuto había metido una muda completa de ropa, no se si inconscientemente pensando en que la acabaría necesitando.
El día estaba realmente soleado y el paseo desde mi hotel a la frontera del Peñón fue realmente agradable, además de gustarme mucho caminar, el estar en un lugar que no conocía previamente me hacía más placentero si cabe el paseo. Iba totalmente erotizado mientras caminaba, después de los dos polvos que me había metido Joaquín con su pollón hacía solo unas horas tenía mi zona trasera sensibilizada en grado sumo, supongo que quien me viese no sospecharía nada, más allá de la sonrisa que iluminaba mi barbuda cara.
No paraba de ver tiarrones y hombres atractivos por el camino y así fue igualmente al cruzar la Verja, tanto los policías de la parte española como los “británicos” daban para que mi cabeza pudiese imaginar cualquier tipo de fantasía sexual.
En esos pensamientos “pecaminosos” iba cuando vi lo primero que me sorprendió de la colonia británica, que para poder ir al centro tenías que cruzar la pista de aterrizaje de su aeropuerto caminando. Fue extraño pararse a ver aterrizar un Airbus A320 para a continuación pasar caminando por donde había aterrizado.
Llegué a la colonia en media hora y callejeando pude disfrutar de la sensación de estar en las Islas Británicas sin salir de la Península Ibérica, además de, cómo buen fumador, comprar algunos cartones de tabaco a muy buen precio.
Tras callejear un buen rato fui consciente que los horarios de comida del peñón son totalmente británicos y decidí encaminarme a un restaurante por el que había pasado y que tenía una terraza con muy buena pinta.
Afortunadamente tenían la cocina abierta y pude comer sin problemas, y además como tenían conexión wifi pude conectarme a la red y me llegó un mensaje por el Grindr. Era la invitación a una orgía en un piso de Gibraltar para esa misma tarde. Quien la convocaba era John, un negrazo rapado de sesenta años residente en el peñón. Contesté que me apetecería sumarme y me envió la localización de su piso. No me quedaba nada lejos por eso convine con el que allí estaría a la hora de la citación, en media hora desde que le contesté.
La verdad es que los polvazos que me había echado Joaquín me tenían en la cresta de la ola de la salidez y el plan tarde orgía me apetecía bastante. Además de practicar mi lamentable inglés podría también practicar la lengua jajajaja.
Fui caminando hacia la dirección enviada, en Europa Road, y descubrí que no era un edificio, sino que el convocante John vivía en una gran casa blanca con vistas al mar. Timbré en su interfono y me abrieron la puerta.
Quién me abrió se me presentó como Austin, pareja de John, era un hombre de treinta y dos años, eso lo sabría después, muy claro de piel, rubio y pecoso. Era originario de Manchester pero desde los veintiséis vivía con John en el peñón y trabajaba de programador para una de las muchas páginas web de apuestas que operan desde la colonia británica por las exenciones fiscales que ésta ofrece. Mediría un poco más de un metro ochenta y vestía de chándal corto azul, camiseta de tirantes que dejaba ver unos fibrados y pecosos brazos y una gorra del Manchester United.
Me acompañó a un amplio salón donde había un grupo de hombres tomando cervezas y fumando. Me los presentó pacientemente, siendo consciente de mi bajo nivel de Inglés. Además del anfitrión John que era lo que prometía y más por la foto de su perfil, el grupo lo completaban José, un atractivo gitano de veintidós años de La Linea, Solomon, un casi cincuentón rubio con barba que era de Bergen (Noruega), Kevin Jesús, un treintañero musculado nacido en la colonia británica, Rick un fibrado y delgado chaser residente en Gibraltar pero nacido en Bristol y Abdoul, treintañero de Tanger y que estaba en el peñón por negocios.
La verdad es que el más normalillo de todos era yo. Me cortó un poco la verdad porque estaban todos para comérselos… Saber que iba a participar con todos ellos de una orgía me excitó y me puso un pelín nervioso también.
John el anfitrión era un encanto y casi al momento ya había puesto una cerveza en mi mano y me había plantado un morreo de bienvenida a su casa.
Parece que fue ese morreo del anfitrión el que abrió la veda y mientras le comía la boca al anfitrión las prendas fueron volando.
Jonh me dio la vuelta y bajandome de a una los pantalones y los gayumbos separó mis peludas nalgas comenzando a comerme el ojete como un auténtico maestro.
Al tener la vista franca, mientas disfrutaba de la fenomenal comida de ojete por parte del negrazo de John pude ver lo que hacían mis compañeros de orgía.
El moro Abdul estaba ya en pelotas y su rabo, de unos 18cm se lo estaba engullendo con mucha maestría Solomón el noruego, que parecía tener hambre atrasada porque no dejaba ni un centímetro del gordo rabo de Abdoul sin devorar. El moro bufaba como un poseso, y no era para menos porque además de la comida de nardo por parte de Solomón estaba recibiendo las embestidas furiosas de Kevín Jesús... Coño para el Gibraltareño pensé, menudo ritmo le imprimía a la follada, y por lo que discernía en los sucesivos bombeos tampoco andaba mal de rabo el campeón.
En otra de las esquinas de la sala estaba la pareja de Jonh, Austin comiéndoles los morros al gitanillo José, que desde luego no era lo único que tenía para comerle, joder como estaba el chaval, puto morbo, media melenita negra, cuerpo moreno y fibrado, con un pircing de aro en el pezón derecho y un rabo de no menos de 21cm que al que le estaba dando abundante saliva Rick el de Bristol.
Tremenda tarde que se presentaba, si ya empezaba así, en lo más alto no quería imaginar como seguiría, y la verdad es que no me defraudó, las siguientes dos horas fueros un tutti frutti de orgasmos y posturas de lo mas variopinto, me comí las lefadas de todos y como remate de fiesta el gitanillo José y el negrazo de John me hicieron una doble penetración con la que vi las estrellas. No fuí al único porque el Noruego también se llevó una buena ración de pollas a pares jajaja.
Cuando volvía a la Linea para emprender viaje hasta Málaga en BlablaCar de nuevo no podía parar de sonreir y caminar como un vaquero que se acaba de apear del caballo.
En el fondo deseaba que las dos jornadas que quedaban de viaje hasta el retorno a Barcelona fueses mas tranquilas.... Nada mas lejos de la realidad...